Tras la Revolución de 1868 en España, surgieron varias fuerzas políticas. La derecha incluía a los carlistas, que apoyaban la monarquía tradicional y el catolicismo, y a los moderados, leales a la reina Isabel II. El centro lo conformaban los unionistas y demócratas monárquicos. La izquierda la lideraba el Partido Republicano Federal, que abogaba por el federalismo, la república, la separación iglesia-estado y los derechos laborales. Dentro de este partido había tendencias como los