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Agenda cultural — Arquitectura y diseño
E
l pop art es un movimiento que toma
figuras, objetos y personas de la cultura
popular y las propone artísticamente.
Se caracteriza por contrastes de colores,
trazos fuertes, sombras e incluso textos.
Una propuesta revolucionaria en nuestro medio,
que rompe esquemas y que se va apoderando
de la elección de quienes no tienen temor a
experimentar con nuevas tendencias.
NicoleHolguín, novel artista guayaquileña,
agarra el lienzo, la madera o el metal, y con pinceles
o con sus dedos pone a volar imaginación y talento.
Haciendo gala de su personalidad hiperactiva,
plasma con acrílicospolicromáticosy con
detalles en alto relieve verdaderas obras de arte
que ya forman parte de las colecciones privadas de
celebridades locales e internacionales.
El edificio de Gamatv en Quito es su primera
obra integral a gran escala, donde pisos, techos,
paredes, muebles y plantas se transforman y van
edificando un referente del pop art en el país.
Con una carrera en Publicidad y una
maestría en Marketing, pero cero estudios
formales en arte, Nikka, como firma sus obras,
pinta sin descanso. Lo hace desde hace cinco
años, aunque el gusto le surgió en la infancia frente
a las obras de Salvador Dalí. “Los maestros te
imponen la técnica y la forma de hacer las cosas.
Tengo miedo de perder mi esencia si me dicen
cómo hacerlo”, confiesa. Prefiere ir descubriendo,
mezclando, probando y creando.
Nikka empezó jugando, luego vino el retrato
de una tía, después los de las amigas y luego
los de personajes famosos, un estilo que se fue
regando boca a boca.
El pop art
invade
y llena
de color
Cuadros,esculturasymuebles,
asícomovasos,copasyplatos,sevisten
concoloresintensos,contradiciendoel
rococóyelclasicismo.Trazosfuertes
ycerohiperrealismoseimponenen
estatendenciaartísticaqueempiezaa
abrirse paso.
Exposiciones en Quito, Guayaquil, Cuenca
y Miami dan cuenta del atractivo que ejercen sus
piezas, las que cuelgan en las paredes o decoran
estancias poco comunes.
Para un retrato, la fotografía predilecta
de alguien es generalmente el punto de partida.
Luego vienen varios bocetos, hasta que artista
y cliente se ponen de acuerdo, con la simple
condición de respetar su estilo. Dos semanas de
trabajo intenso dan como resultado una obra de
arte que, dependiendo del tamaño, se cotiza desde
650 hasta varios miles de dólares.
— por cristina izurieta moreno
nicole
holguín
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