La firma digital permite garantizar la autoría e integridad de los documentos digitales de la misma forma que los documentos físicos. Funciona a través de complejos procedimientos matemáticos que vinculan el documento con información del firmante, permitiendo verificar su identidad. Los certificados digitales contienen la clave pública y otros datos para validar la identidad del firmante. La legislación argentina distingue la firma digital de la electrónica por el mayor valor probatorio de la primera.