La Reforma Agraria peruana de Velasco en 1969 fue una de las más radicales de América del Sur, expropiando haciendas e implementando un cambio hacia la justicia social. Eliminó un régimen de violencia colonial contra campesinos pero fracasó en lograr el desarrollo rural debido a la falta de apoyo a pequeños agricultores. Más tarde, la crisis económica y deuda externa generaron descontento social y el fin del gobierno revolucionario en 1975.
1. INTEGRANTES:
1. Huacarpuma Pareja, Bryan Ciro
REFORMA AGRARIA
LA REFORMA AGRARIA PERUANA fue una de las más radicales de América del Sur. El
gobierno de Velasco ejecutó su propia reforma siguiendo un plan de revolución nacional, que
consistía en un cambio radical basado en “la transformación de las estructuras económicas,
sociales y culturales del país”, como indica el primer párrafo del DL 17776.
La Reforma Agraria de Velasco consistió en la expropiación de haciendas en favor de los
campesinos que trabajaban en ellas. Cabe resaltar que la hacienda fue un espacio necropolítico
donde la vida de sus trabajadores era administrada por los gamonales. Como un ejemplo de las
condiciones inhumanas de trabajo en las haciendas peruanas quisiera mencionar el testimonio de
Juan H. Pevez, un líder campesino de Ica. En mayo de 1920, Pevez denunció las numerosas torturas
sufridas por los campesinos en las haciendas iqueñas. En colaboración con otros líderes, Pevez
propuso: "Eliminar los elementos de tortura que usaban cuando no realizaban los trabajos de la
hacienda a satisfacción de los patrones. Los hacendados contaban con elementos de tortura como
el cepo, la barra, el tortor y otros elementos terribles aparte de palos, látigos". Debido a estos
crímenes impunes, para Pevez la hacienda representaba "un estado pequeño dentro del Estado
grande que era el Perú" (119), enfatizando así el poder de los hacendados para controlar y
exterminar los cuerpos campesinos. Tales abusos fueron comunes en numerosas regiones del país
hasta la Reforma Agraria velasquista. Por lo tanto, es importante señalar que Velasco liquidó un
régimen de violencia colonial, promoviendo la reivindicación de las poblaciones
2. campesinas/indígenas. Tal reforma no fue “por tanto, una ley de despojo, sino una ley de justicia”,
tal como resaltó el propio Velasco en su mensaje de promulgación en 1969.
RESULTADOS DE LA REFORMA AGRARIA
La reforma agraria peruana resultó radical en términos de redistribución de tierras, pero esa no
fue una condición suficiente para lograr el desarrollo rural. El fracaso de las empresas asociativas
y su posterior parcelación en unidades familiares consolidaron un campo con abrumadora mayoría
de pequeña agricultura. Sin embargo, el Estado no ha realizado mayores esfuerzos para que esta
sea viable en un contexto de liberalización de los mercados. Antes bien, las políticas neoliberales
se han orientado a estimular una agricultura que requiere de inversiones imposibles de lograr no
solo por la pequeña sino también por gran parte de la mediana agricultura, y a orientar la
producción hacia los mercados externos. Ello ha estimulado también una concentración, todavía
moderada, de la propiedad de la tierra, particularmente en la costa, así como una concentración de
la inversión. Hay un proceso de consolidación de una nueva polarización, basada en la
combinación de tierras y capitales. Mientras lo anterior sucede básicamente en la costa, una parte
importante del gasto público orientado a las áreas rurales de las otras regiones tiene por propósito
principal aliviar la pobreza con transferencias antes que contribuir a la implementación de una
estrategia de desarrollo rural, con lo que ayudaría a consolidar las grandes distancias en el
desarrollo socioeconómico interregional. Buena parte del “problema de la tierra” en el Perú está
hoy referido más a las amenazas a los derechos sobre los recursos de las poblaciones rurales pobres
que a problemas propiamente redistributivos. Las tierras comunales están amenazadas por los
denuncios de grandes empresas mineras y por las externalidades ambientales negativas; las de las
3. poblaciones nativas, por intereses madereros, petroleros y mineros, pero también por inmigrantes
en busca, ellos mismos, de mejorar su suerte; las de los pequeños agricultores, por las reglas
implacables de un mercado en el que están involucrados en inferioridad de condiciones. En este
contexto, el desarrollo rural es un objetivo inalcanzable.
CARACTERISTICAS DE LA POLÍTICA DE EXPROPIACIONES DESARROLLADA
POR EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO DE LA FUERZA ARMADA
La nacionalización y expropiación de los yacimientos petrolíferos de la IPC, el 9 de octubre de
1968. Se organizó la Petro-Perú una empresa estatal ligada, por entonces, a todos los procesos de
la explotación, refinación y distribución del petróleo.
La reforma agraria (1969) que tuvo como objetivo frenar el movimiento campesino, crear un
mercado interno y acabar con el poder de la Oligarquía.
La expropiación de los medios de comunicación en 1974, medida que a pesar de ser anunciada
como una manera de entregar los medios de prensa a las "fuerzas vivas" del país solo devino en
una manera de violentar y suprimir el derecho a la libertad de prensa.
La reforma educativa (1972), dirigida por el General Alfredo Carpio Becerra. Esta reforma,
cuestionó la enseñanza oficial (basada en la imposición de los puntos de vista de la élite) y la
rigidez del sistema escolar imperante, se pretendía la reducción de las diferencias sociales en la
educación, contribuyendo en cambio, a largo plazo, a la disminución de las calificaciones de los
maestros (que en los años siguientes exigirían crecientes privilegios al organizarse en sindicatos).
Por otro lado, esta reforma creó en el Perú la educación inicial y especial, así como también, el
bachillerato público y la enseñanza bilingüe para los quechua-hablantes, promoviendo la
construcción de escuelas en varias zonas del país. Los planteamientos de la Reforma Educativa
fueron premiados en su oportunidad por la Unesco.
4. En el campo económico, el gobierno militar, además de imponer un mayor control estatal sobre
las actividades productivas, alentó el desarrollo de la industria nacional mediante la restricción de
las importaciones de manufacturas, lo cual produjo que en el país se crearan fábricas y se
ensamblaran autos de distintas y prestigiosas marcas.
LA CRISIS DEL MODELO REVOLUCIONARIO Y EL PROBLEMA DE LA DEUDA
Hacia 1973, las reformas del gobierno habían provocado la salida de las capitales hacia el
extranjero y la disminución de la inversión privada. La agricultura se deterioró. Los campesinos
carecían de experiencia empresarial para tomar decisiones. Se dio poca importancia al uso de las
tecnologías modernas y apropiadas, y a la búsqueda racional del crédito bancario. Los precios de
los productos agrarios, controlados por el gobierno, pronto se devaluaron.
Posteriormente, inició la crisis económica, la cual, según Pease, no fue originada por las
reformas, sino por su “insuficiencia”, debido principalmente a la aplicación de una política
económica poco coherente. Si bien sus reformas estaban dirigidas a las propiedades y a su poder
intervencionista, siguió dependiente de la inversión privada y del crédito extranjero. De esta forma,
su deuda externa fue creciendo a medida que utilizaba aquella financiación en proyectos de largo
plazo. Por otra parte, gracias a una ampliación del mercado por la recuperación de los salarios, la
demanda de alimentos y bienes de consumo creció, generando una escasez debido a la ineficaz
respuesta del sector agrícola hacia la reforma. Esto tuvo como consecuencia el inicio de la
dependencia de la importación de alimentos. De la misma manera, la industria también se había
vuelto dependiente de los insumos y maquinaria importados, lo cual ocasionó presión en las
divisas.
Ante estos hechos, el gobierno emprendió una política de endeudamiento externo, lo que elevó
la deuda nacional en diez veces su valor con respecto a 1968. Este hecho generó un descontento
5. social y un creciente rechazo al autoritarismo. El 5 de abril de 1975, la Policía Nacional inició una
huelga que fue sangrientamente reprimida. En Lima se desataron violentos disturbios callejeros y
se debió apelar al ¨toque de queda¨. Se prohibió la permanencia en las calles más allá de las 8 de
la noche, medida que se prolongó durante dos años.
Bibliografía:
1. José Antonio del Busto (editor). (2006). Historia cronológica del Perú. Lima: Ediciones
Copé.
2. Juan Velasco Alvarado (1970). La política del gobierno revolucionario.