El documento analiza la crisis eléctrica en Venezuela. Señala que la falta de planificación e inversión adecuada, la politización del sector eléctrico, y el mal estado de la infraestructura contribuyeron a la crisis. A pesar de ser un gran productor de petróleo, Venezuela depende en gran medida de plantas termoeléctricas y ha tomado medidas de emergencia como racionamientos para hacer frente a la falta de suministro.