México tiene un déficit anual de 8.76 millones de toneladas de maíz amarillo debido al consumo interno. La producción nacional solo cubre el 14% de la demanda total. Para lograr la competitividad en la producción y comercialización de maíz amarillo, se necesita rediseñar el campo mediante un nuevo modelo que incluya mejoras en infraestructura, prácticas agrícolas, acceso a financiamiento y comercialización.