Las pinturas rupestres de la cueva de Mans, ubicada en la región de Dordogne en Francia, datan de hace unos 15.000 años y muestran escenas de animales como bisontes, caballos salvajes, ciervos y renos. Estas pinturas, realizadas por los hombres prehistóricos, son consideradas obras maestras de la pintura prehistórica y ofrecen una valiosa visión de la vida y el arte durante el Paleolítico Superior.