El documento presenta una teoría general del delito según la cual este se compone de elementos comunes a todos los delitos. Explica que existen dos corrientes teóricas: la teoría causalista, que se enfoca en el resultado penal sin importar la intención, y la teoría finalista, que exige voluntariedad en la conducta y una consecuencia. También define el delito como un acto típico, antijurídico, imputable y culpable según la ley.