El documento describe la evolución del género de aventuras en el cómic, desde sus orígenes en las novelas del siglo XIX y el cine estadounidense hasta convertirse en un género dominante en los años 30. A lo largo de las décadas siguientes, series como Tintín y Spirou y Fantasio se hicieron populares en Europa, mientras que en EE.UU. surgieron personajes como Jungle Jim, Terry y los piratas y El Fantasma. A partir de los 60, el género empezó a humanizar a los héro
2. Como explica Pedro
Porcel, las
convenciones del
relato de aventuras
clásico proceden de
tres fuentes
principales: La
novela de aventuras
del siglo XIX, el
folletín y el cine
estadounidense.
3. En el cómic, se remonta al 7 de enero de
1929, cuando Tarzán de los Monos,
dibujada por Harold Foster para United
Feature Syndicate empezó a publicarse en
varios diarios norteamericanos. Ese mismo
año la serie Wash Tubbs, creada en 1924
por Roy Crane, empezó a derivar hacia el
nuevo género, con la inclusión de un
adulto Capitán Easy entre sus
protagonistas.
4. Lo mismo sucedería con Tim Tyler's Luck
creada por Lyman Young en 1928. Los
siguientes años estarían marcados por
este género y otros de acción, a pesar de
la existencia de notables series de
comedia como Li’l Abner (1934) de Al
Capp, debido en parte al cambio de gusto
experimentado por el público
norteamericano a raíz de la Gran
Depresión de 1929.
5. Al mismo tiempo, en Europa, Las
aventuras de Tintín (1930-1976) de Hergé
presentan a un intrépido reportero de
aspecto juvenil que viaja por todo el
mundo junto con su perro Milú, y una
serie de personajes secundarios como el
capitán Haddock, el profesor Tornasol o
los detectives Hernández y Fernández.
6. Sobre todo a partir de la quinta historieta de
la serie (El Loto Azul, 1932-34), su autor se
documentó minuciosamente sobre los lugares
visitados por sus personajes, aunque también
presentó lugares imaginarios, tales como
Syldavia o San Theodoros. En la senda de
esta serie, hay que destacar también Spirou
y Fantasio creada en 1938 por Rob-Vel para
la revista Le Journal de Spirou. Las tiras
cómicas de la serie estadounidense Mickey
Mouse (1930) dibujadas por Floyd
Gottfredson también combinaban comedia y
aventuras.
7. En 1934, aparecen Jungle Jim de Don
Moore/Alex Raymond, protagonizada por un
cazador que recorría el Sureste de Asia, y
Terry y los piratas de Milton Caniff. El
Fantasma (1936). En la senda de estas
producciones estadounidenses, surgieron en
España Cuto (1935), Pepe Carter y Coco
(1942), El Capitán Misterio (1944), Silver Roy,
el Comando solitario (1947) o Jeque Blanco
(1951), triunfando también la serie italiana
Dick Fulmine (1938).
Ya en el nuevo formato de los comic books se
destaca Sheena (1942)
8. En 1944, Frank Robbins había creado Johnny Hazard,
la cual dibujó hasta su final en 1977.
Spirou y Fantasio de André Franquin a partir de 1946.
Tony y Anita (1951), El Capitán Pantera (1954) de
Carrillo, Pantera Negra (1956), Pequeño Pantera
Negra (1958) y Bengala (1958).
En 1963, Tomás Marco Nadal empezó Kalar, que
duraría hasta el cierre de la editorial Imperia en 1983
y donde exhibe su dominio de la figura animal. Las
hubo incluso con protagonismo animal como África
(1964).
Bernard Prince (1967) de Greg/Hermann es otro
cómic de aventuras de corte clásico, en el que los
escenarios y los fenómenos naturales van adquiriendo
cada vez mayor importancia.
9. Entre 1945 y 1960 se asiste en los países
africanos y asiáticos a un período
especialmente activo de descolonización,
empezando con la independencia de Pakistán
e India del Reino Unido en 1947. Bien
entrados los años sesenta, sus consecuencias
se hacen visibles en toda la ficción popular,
cuando la mala conciencia europea por el
colonialismo sustituye al etnocentrismo que
le había sido característico.
10. También es visible, entonces, la
humanización del héroe a través de
personajes como Corto Maltés
(1967), Los Mercenarios (1974),
Frank Cappa (1981) o Jann Polynesia
(1985). Milo Manara reflexiona sobre
el sentido mismo de la aventura en
el mundo moderno en su serie HP y
Giuseppe Bergman (1978).
11. En los 80, llegan a
ser frecuentes los
antihéroes, como
Dieter Lumpen
(1985) de Jorge
Zentner/Rubén
Pellejero o
Theodore Poussin
(1986), de Frank
Le Gall.
12. Taxi (1987) de Alfonso Font.
En el nuevo siglo, los viajes a destinos
exóticos adquieren la textura del reportaje
en las manos de autores como Guy Delisle o
Joe Sacco. Javier de Isusi publica su
tetralogía Los viajes de Juan Sin Tierra
(2004-2010). Más clásicas son Las aventuras
de Julius Chancer (2002) del británico Garen
Ewing.