1. Huella Ecológica y Construcción (Feria Construyendo 2010-Guayaquil) - 1
Huella Ecológica y Construcción
Gustavo Manrique M. - Presidente de SAMBITO
Feria Construyendo – Guayaquil- Junio 2 del 2010
Hablar de Construcción y Ecología son términos que en algún momento de la historia se volvieron imposibles
de mezclar pero que sin duda alguna cada vez tienen mayor convergencia.
El objetivo de esta exposición no es hacer un recorrido por las tendencias en construcción donde sin duda
alguna ustedes son los expertos y no yo.
Sino demostrar –o confirmar si es el caso- que edificar bajo conceptos de sostenibilidad es doblemente verde. Y
que desde mi punto de vista hay 3 razones principales por la cuales ustedes deberían empezar a considerarlo:
1. Por convicción (salvar el planeta)
2. Porque el mercado, el cliente o las leyes te lo exigen
3. porque es rentable.
Durante los próximos minutos quiero “construir” con ustedes la relación entre construcción y la huella
ecológica.
Cuando dictamos charlas a colegios y universidades para promover la cultura de la sostenibilidad, empezamos
diciendo que “Dejar Huella no siempre es bueno”. Nos han enseñado, desde muy pequeños, nuestros abuelos,
padres y maestros que en la vida hay que dejar huella. Una vida bien vivida se mide por el impacto que has
dejado en las personas que te rodean, en los distintos roles que desempeñamos: hijos, esposos, padres,
estudiantes, profesionales, ciudadanos.
Pero en cuanto a nuestra relación con la naturaleza, debemos replantear esta idea: “Dejar huella no siempre es
bueno”…
¿Qué es la huella ecológica?
La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de territorio productivo (cultivos, pastos,
bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos
producidos por una población dada con un modo de vida específico». Su objetivo fundamental consiste en
evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo de vida o de una actividad (en este caso la
construcción) y, comparado con la biocapacidad del planeta.
Dicho en otras palabras, la huella ecológica es lo que requiere una persona del planeta, en términos de
recursos naturales o energía, en relación con la capacidad del planeta para recuperarse y volver a ofrecer este
servicio. De esto se entiende que si extraemos más de lo que el planeta es capaz de ofrecer o más rápido de lo
que es capaz de regenerarse, dicho recurso se acabará inevitablemente.
Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad. A mí me gustan las descripciones sencillas: para
mí sostenibilidad es poder aprovechar los recursos de hoy, de tal manera que mañana mis hijos y nietos los
puedan disfrutar también.
(CASO MATTEL)
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Alertas Rojas
En 1992, cuando éramos en el planeta 5.500 millones de personas, la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro
evidenció la problemática que vive el planeta. Se dispararon las alertas pues hasta ese entonces no éramos
conscientes de lo que le sucede a nuestra naturaleza. El sistema de desarrollo y de producción lineal no es
sostenible: No es un tema de rentabilidad, es un tema de supervivencia del planeta y del ser humano.
Casi 20 años después, hoy somos aproximadamente 6.900 millones de hombres y mujeres en el planeta que
consumimos recursos y generamos desechos… y las cosas sólo han empeorado.
No es noticia que el mundo verde está en alerta roja. Sólo quiero recordar algunos datos:
• Ecuador ocupa el segundo lugar en América Latina con mayores tasas de deforestación, con 189.000 ha por
año, según la FAO. Esto equivale aproximadamente a que se tala la dimensión de 245 canchas de fútbol AL DIA.
• En la Costa ecuatoriana se ha deforestado más del 90% del bosque, y en la Amazonía el 30% entre 1985 y
1991… ustedes mejor que yo saben el destino de la industria a la que se dirige esta madera.
• Esmeraldas se considera que es la provincia donde se han destruido más de 500 mil hectáreas de bosques
entre 1969 y 1991, sin tomar en cuenta el manglar.
• Según datos de la ONU, unas 1.000 millones de personas carecen actualmente de acceso al agua, y las
proyecciones indican que esta cifra podría aumentar a más de 3.000 millones para el año 2025 si no se toman
medidas inmediatamente.
• En Latinoamérica menos del 5% de las aguas de alcantarillado de las ciudades reciben tratamiento. En
Ecuador sólo Cuenca tiene tratamiento completo y para el 2012 Guayaquil también lo tendrá.
• Cada día se vierten 2.000 millones de toneladas de desperdicios humanos en cursos fluviales. Esto pone en
riesgo al agua en el mundo.
• Durante los anteriores 20 años se han registrado las temperaturas más altas de los últimos 125 años. El
récord lo tiene, hasta ahora, el año 2005 y el 2009 está entre los 5 más calurosos.
• Alrededor del 27% del territorio nacional tiene problemas de erosión, es decir, está considerado susceptible a
la desertificación.
• En Guayaquil se vierten cerca de 2 millones de toneladas de desechos al año, de los cuales el 30% podrían ser
reciclados y el 60 podrían convertirse en abono. (LAS MINAS DEL FUTURO)
• El 2010 fue declarado por la ONU Año Internacional de la Biodiversidad: Cada hora desaparecen tres especies
(18 a 55mil anuales) de acuerdo a un informe de Naciones Unidas
• Alrededor del 24% de los mamíferos y 12% de los pájaros están en peligro de extinción y entre 34 y 80
especies de peces han desaparecido.
En el mes de enero, Sambito tuvo la oportunidad de convertirse en la primera consultora privada ecuatoriana
que viaja a la Antártida para realizar un Estudio de Impacto Ambiental. Hemos sido testigos de primera mano
que el deshielo en los polos no es ficción y el cambio climático está cambiando dramáticamente nuestros
ecosistemas más valiosos.
¿Qué relación tiene esto con nuestro estilo de vida?
Vivimos en una cultura de producción y consumo (o consumismo) basado en extraer-usar-descartar. Es un
proceso lineal. Medimos nuestro desarrollo por el PIB… (CONSTATAR TODO LO QUE NOS RODEA).
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Extraemos sin preguntarnos de dónde, con qué impacto y cuánto más durará dicho recurso con ese ritmo de
extracción.
Todo viene de la naturaleza… Para elaborar una laptop, que pesa aproximadamente 2 kilos se requieren 9
toneladas de materiales. En el Congo, donde se encuentra el Coltan, el 90% de los Gorilas han desaparecido y
han muerto la impresionante cifra de 2.5 millones de personas a causa de las guerras civiles que el deseo de
control de este recurso ha originado.
Usamos recursos de maneras tan ineficientes y con la ilusión que durarán para siempre que simplemente
olvidamos apagar la luz, desconectar la laptop o el cargador del celular, o desechar el aceite usado por el
fregadero. Vivimos con la ilusión de que los recursos estarán para siempre, que son inagotables…
Finalmente, desechamos lo que ya no usamos al tacho de la basura, sin preguntarnos a dónde van, qué espacio
ocuparán, cómo contaminarán los ecosistemas y sin siquiera aprovechar los materiales que podríamos volver a
utilizar.
En el Océano Pacífico, fotos satelitales han evidencia una gran “Sopa de Plástico”, una gran mancha de basura,
botellas y fundas que flotan en el mar. Esta “Sopa” crece a pasos agigantados y actualmente tiene el tamaño
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aproximado, según los cálculos más optimistas, de 700.000 km : esto equivale a al menos 3 veces el tamaño del
Ecuador!!
No vivimos en un planeta lineal sino en un planeta que tiene un número limitado de recursos y con una
capacidad limitada para regenerarse. Hace 50 años no nos afectaba porque éramos la mitad de habitantes de
los que somos actualmente… esos recursos alcanzaban para todos y todas… hoy somos, repito, 6.900 millones
de personas. Eso implica menos espacio y recursos para cada uno, más demanda para el planeta.
¿Construir tiene un impacto sobre el planeta?
Por supuesto:
Extraemos materiales de la naturaleza para todos los recursos necesarios para levantar una edificación:
cemento, acero, vidrio, pinturas, aluminio, madera.
Según la Cámara de Comercio e Industrias de Zaragoza, España, la fabricación de cemento es uno de los
procesos industriales más sucios que se conocen ya que producen emisiones atmosféricas, efluentes líquidos y
residuos sólidos, muchos de ellos peligrosos.
Los impactos más importantes relacionados con la construcción son aquellos que corresponden a la limpieza,
nivelación o construcción del piso: pérdida de la capa vegetal, exclusión de otros usos para la tierra;
modificación de patrones naturales de drenaje; cambios en la elevación de las aguas subterráneas; deslaves,
erosión y sedimentación de ríos y lagos; degradación del paisaje o destrucción de sitios culturales; e
interferencia con la movilización de animales silvestres, ganado y residentes locales.
Un caso emblemático (lastimosamente) es el Mar de Aral. Muchos de nosotros estudiamos en nuestras clases
de geografía que el Mar de Aral, en Asia Central, era el cuarto lago más grande del mundo. Hoy no queda casi
nada de él. La razón: el gobierno ruso construyó un canal que desvió las aguas del Mar para regar grandes
extensiones de cultivos. La idea resultó teóricamente genial, pues aumentó de 4 a 7 millones de hectáreas
cultivables en la región. Pero en realidad es un desastre ecológico producto de la arrogancia del ser humano:
95% de los pantanos y tierras húmedas cercanas se han convertido en desiertos y la pesca comercial
desapareció, tras desaparecer 28 de las 30 especies de peces que habitaban aquellas aguas y quedar muchos
pueblos pesqueros a 60 kms. de la orilla del lago. Hoy es un escenario apocalíptico, en cauces de ríos
totalmente secos, barcos pesqueros varados en medio del desierto.
Una vez inaugurada la obra, mantener un edificio tiene un gran impacto para el planeta: los materiales de
limpieza, el consumo de energía para iluminar o climatizar, los desechos generados van a los botaderos
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municipales y los efluentes al sistema de alcantarillado. Es fácil decirlo, pero no nos preguntamos a dónde van
ni cómo serán tratados esos desechos.
La construcción es un gran consumidor de recursos no renovables y una importante fuente de residuos y
contaminación para el aire, el suelo y el agua. Actualmente, es responsable de entre el 40 y 50 por ciento del
consumo energético y del 35 por ciento de las emisiones totales a la atmósfera. En términos estadísticos, se
puede decir que el sector de la Construcción es responsable del 50% de los recursos naturales empleados y del
50% del total de los residuos generados en el planeta.
He descrito un proceso de usar y desechar. ¿Ante este panorama es necesario regresar a las cavernas? No, me
fundamento en datos para exponer que el desafío no consiste en dejar de construir, sino de hacerlo de una
manera tal que sea sostenible, que consuma menos recursos en la construcción, que demande menos energía
en su mantenimiento y que los desechos generados puedan volver al ciclo productivo en lugar de convertirse
en basura.
¿Qué pasó con la Construcción?
Después de la industria, quizá no hay área humana que no se haya alejado tanto de la sostenibilidad como la
Construcción.
En algún momento, debido a los avances tecnológicos, dejó de importar la orientación, el espesor de los muros,
la calidad de las ventanas, o la forma de reducir pérdidas de energía. En este punto, la calidad de los edificios se
medía por la calidad de sus materiales y no por la de sus espacios interiores, y lo único que hemos hecho desde
entonces ha sido agravar el problema.
Al igual que la economía, medida por el PIB, el éxito de un proyecto arquitectónico se medía por la eficiencia de
la relación costos-materiales y no por la calidad de vida que ayuda a generar. Olvidamos que la construcción
debería estar al servicio del ser humano para ayudarlo a vivir y trabajar mejor.
Volvamos a los ejemplos sencillos: los focos y el aire acondicionado, avances extraordinarios que nos facilitan la
vida cotidiana, nos han hecho olvidar preguntarnos si hay una mejor manera de construir, de ubicar tal pared o
ventana o la altura o forma del techo, de tal manera que sea menos necesario conectar un enchufe. (EXPLICAR
CASO BERLÍN)
Si el impacto en la naturaleza no es suficiente, y si pensamos sobre todo en la rentabilidad pensemos en la
productividad de nuestros empleados. Hoy hablamos del Síndrome del Edificio Enfermo: La Organización
Mundial de la Salud lo ha definido como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la
contaminación del aire en estos espacios cerrados.
Estamos hablando de molestias y enfermedades originadas en la mala ventilación, la descompensación de
temperaturas, las cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas en suspensión, los gases y vapores de
origen químico, entre otros agentes causales identificados.
El tipo de malestares que producen y estimulan estas situaciones es variado: jaquecas, náuseas, mareos,
resfriados persistentes, irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos, etc.
LAS ESTRATEGIAS VERDES
Conceptos como Arquitectura Verde, Arquitectura Sostenible, Arquitectura Bioclimática, Arquitectura
Ecológica, Arquitectura Pasiva, Arquitectura Solar (Pasiva y Activa), Edificación de Elevada, Eficiencia
Energética, Urbanismo Sostenible, Ecociudades, Espacios Permaculturales, Bioconstrucción están relacionados
en mayor o menor medida con el compromiso existente entre Arquitectura y Medio Ambiente.
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A fines de la semana pasada, se anunció en Chile que el Costanera Center, el proyecto de construcción del
edificio más alto de Sudamérica, con 70 pisos y 300 metros de altura, será verde. Ustedes, mejor que yo, deben
conocer cómo funcionan los componentes que lo convertirán en una construcción ecológica: techos verdes,
uso de acero reciclado, diseño eficiente destinado al bajo consumo de agua y energía, energías renovables,
control de polvo y gases contaminantes, etc.
Google, ha destinado hasta hoy 38 millones de dólares para la generación de energía eólica. Como indican en
comunicados de prensa, con esta medida Google no sólo busca proteger el medio ambiente sino generar
ganancias. Estos parques eólicos producen casi 170 megawatios y a través de Google Energy, una empresa
creada para el efecto, han recibido la autorización del gobierno de los Estados Unidos para vender energía
alimentando a más de 50 mil hogares.
Con esta iniciativa Google se hace responsable de sus propias emisiones de CO2, producto de su demanda de
energía, que aunque no lo crean es impresionante. Cada búsqueda en Google genera aproximadamente 7
gramos de CO2, lo equivalente a lo necesario para calentar agua para preparar una taza de café. Cada día se
realizan 4000 millones de búsquedas a través de Google. Las empresas se hacen responsables de la
contaminación que generan y eso puede ser rentable en términos de imagen, pero también de ingresos.
Además, el césped de los jardines de sus instalaciones son podados por cabras en lugar de usar máquinas
cortadoras de césped que utilizan combustible.
En Dinamarca, se construyó el Green Liththouse el primer edificio público que reduce radicalmente las
emisiones de CO2. Lo mejor de todo es que consiguieron reducir hasta un 75% el consumo de energía del
edificio sin usar tecnologías de lujo, es una consecuencia directa del diseño arquitectónico: aprovechamiento al
máximo de la iluminación y ventilación natural gracias a la colocación estratégica de conductos y ventanas,
iluminación adicional generada por LEDs que se alimentan de energía solar recogida por panales en el techo, el
cual se construyó del tal forma que aprovecha al máximo la energía del sol.
Los hoteles ecológicos, en el que las instalaciones se diseñan con materiales autóctonos y de una manera
sustentable, fundamentan el área del turismo de mayor crecimiento en el mundo.
Reino Unido planea obligar por ley a partir de 2016 a desterrar de todo nuevo edificio las emisiones de
carbono. Francia y Alemania no le van a la zaga y se encuentran en pleno proceso de debate de los nuevos
requisitos de construcción. La Unión Europea se ha propuesto que en el 2020 todos los edificios que se
construyan tengan consumo energético cero. De hecho, ya hay algunas experiencias de casas que no solo
tienen consumo cero sino que generan más energía de la que utilizan.
Pero quienes lideran esta corriente –parece que imparable- son los daneses. El país nórdico plantea ahora una
exigencia clara: Toda vivienda que se construya ha de utilizar el 85 por ciento menos de energía y producir el 95
por ciento menos de dióxido de carbono que la media de las casas actuales.
Costa Rica, un ejemplo más cercano, adquirió el compromiso de ser neutral en carbono para el 2021. El
(ex)presidente Oscar Arias declaró que sin duda es una meta ambiciosa y que requerirá la participación de
todos los ciudadanos, industrias y próximos gobiernos.
En definitiva, todas estas iniciativas se encuentran bajo un mismo denominador común: "la reducción del
impacto ambiental provocado por la construcción, ofreciendo importantes ventajas medioambientales y
socioeconómicas".
Un arquitecto o diseñador de este siglo debe cambiar el chip: debe diseñar edificios que requieran el menor
uso posible de energía "no renovable", que produzcan la menor contaminación posible, así como el menor
volumen de residuos, y que resulten más cómodos, económicos, saludables y seguros para las personas que
vivan o trabajen en ellos.
Ser verde en el mundo actual, es un tema de ética, de eficiencia profesional y de sostenibilidad. Al inicio dije
que había 3 razones, desde mi punto de vista, por las cuales es necesario ser doblemente verde:
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• Por Convicción
• Porque el mercado o los clientes lo piden
• Porque es rentable
Quiero sumar 2 temas
• Religioso, el Vaticano recientemente declaró que los pecados contra la naturaleza deben ser
confesados,
• Responsabilidad Penal de los Representantes Legales
Hablemos de los Beneficios de la Construcción Verde
Una construcción verde puede costar 10% más que una construcción tradicional. En este contexto es fácil, pero
incorrecto, decir que económicamente en nuestro país no es factible invertir en construcciones verdes.
Sin embargo, no es sorprendente que el mercado global de construcción verde está creciendo rápidamente. En
muchos países como los EE.UU. y la India experimenta un crecimiento anual de 2 dígitos.
Con las estrategias que hemos planteado los edificios verdes suelen reducir el consumo energético un 25 y un
35 por ciento que resulta en significativo a largo plazo un ahorro de costos y reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero.
Algunas investigaciones también muestra un vínculo positivo entre los espacios de oficina verdes y
productividad de los empleados, la retención y la salud, que también tienen grandes, aunque no fácilmente
cuantificables, beneficios económicos.
Los beneficios por adaptaciones de nuevas tecnologías a los diseños en edificios verdes pueden ser:
• Algunos estudios estiman que el uso de materiales de construcción reciclados ahorra 12 a 40 por
ciento de la energía total utilizada durante la producción de materiales.
• Diseñar edificios duraderos y adaptables reduce los costos energéticos de la demolición y nueva
construcción.
• Uso de las pinturas no tóxicas, pegamentos y materiales de construcción previene el impacto
ambiental adicional y tratamiento de residuos de altos costos de eliminación durante la demolición.
• Diseño de los edificios pueden maximizar la iluminación natural y ventilación, lo que reduce las
necesidades de energía y mejora la calidad del aire interior.
• Un sistema de doble tuberías puede utilizar agua reciclada (no potable) para cisternas de los inodoros.
El costo inicial de construcción verde puede ser mayor. Sin embargo, los beneficios a largo plazo con rapidez
compensan esta inversión inicial. El periodo de recuperación típica de proyectos en la India, por ejemplo, se
estima que entre tres y siete años.
Siento mucha esperanza frente al futuro: respondemos, aunque a veces muy lentamente, frente a las alertas
rojas. Estamos construyendo un nuevo mundo. Hablo de una nueva cultura humana, que es un cambio mucho
más profundo y deseable que los cambios políticos o legales.
Este nuevo mundo lo construyen los ciudadanos con cosas tan sencillas como reciclar o apagar las luces cuando
no se usan. Pero también es indispensable el aporte de los profesionales que nos ayudan a utilizar la ciencia y
tecnología para ser más eficientes, más eco-eficientes.
Hace 15 días, en Sao Paulo-Brasil, se desarrolló la Conferencia Internacional del Instituto Ethos, con el tema “El
mundo bajo nueva dirección. Sustentabilidad: el nuevo contrato de la sociedad con el planeta”. Se confirmó la
necesidad de ser socialmente responsable y comercialmente viable.
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Ser doblemente verde es un desafío ético y comercial. Nos preocupa el medio ambiente, por supuesto, pero
también nos preocupa ser comercialmente viables. Lideramos proyectos pero también una familia.
Parafraseando una de las presentaciones de la Conferencia del Instituto Ethos, la pregunta no es si debemos
ser verdes o no, sino cómo serlo cada vez mejor.
Nuestro reto y el de ustedes constructores, es no dejar huella…
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