El documento argumenta que la educación requiere transmitir verdades racionalmente decididas, no solo opiniones. También requiere formación de la personalidad, no solo información. Sin educación, las personas no pueden reconocer la interdependencia mundial ni la universalidad de las aspiraciones humanas. Privar a un niño de educación lo amputa de su comunidad. La educación superior debería enfocarse más en ampliar la mente que en especializaciones.