Las impresoras de inyección de tinta han evolucionado desde la primera impresora eléctrica en 1950 hasta convertirse en una tecnología barata y eficiente. Usan cabezales que inyectan tinta en forma de gotas sobre el papel para imprimir. Su bajo costo y alta velocidad han llevado a que se conviertan en una opción popular para hogares y oficinas.