Las empresas que promueven valores éticos como la honestidad, responsabilidad y respeto entre sus empleados logran mayores niveles de productividad, calidad, crecimiento y prestigio. Las organizaciones exitosas comparten valores y experiencias entre sus miembros, lo que genera una fuerte identidad y confianza con la sociedad. La ética se refiere al estudio del comportamiento moral desde la conciencia individual, mientras que la moral se centra en el conjunto de normas aceptadas socialmente.