El documento discute los desafíos de la innovación en la escuela católica. Argumenta que la escuela católica debe ser protagonista del cambio y la innovación creativa desde su identidad y proyecto evangélico originales. También debe adaptar instrumentos educativos modernos como el aprendizaje constructivista y las inteligencias múltiples al servicio de sus intenciones, no al seguidismo indiscriminado. La innovación requiere mucho ser, empatía y creatividad frente a la incertidumbre.