Los proyectos de reforma judicial no mejorarán la justicia en Argentina ni la harán más accesible para los grupos vulnerables. Politicizarán la justicia en lugar de hacerla más justa e imparcial. Para que la justicia sea más justa, se necesitan jueces capacitados e idóneos designados a través de concursos públicos y por méritos, no por votación popular, como establece la Constitución.