2. Si bien abrazar puede parecer una acción fácil, no muchos de
nosotros lo sabe hacer bien. Sólo se necesitan dos cosas: primero,
es tener en cuenta las intenciones con las que se va a ejecutar la
acción; y segundo, contar con otro sujeto ( y se requiere de uno,
puesto que no sería elocuente si lo hiciera con usted mismo).
Antes que nada, colóquese en una posición cómoda (sugerencia:
los hombros caídos y las piernas a una abertura al mismo nivel que
estos, ligeramente flexionadas). La cabeza debe estar erguida pero
el cuello relajado.
3. Tiene dos alternativas: si el sujeto al que va a abrazar es más
alto que usted, entonces fije la vista hacia arriba sin mover la
cabeza para calcular medianamente la distancia entre sus
brazos y el tronco del sujeto, y de ser necesario colóquese en
puntillas (recordatorio: se trata de un abrazo, no se le ocurra
disponer sus brazos en el cuello del sujeto como si fuera a
colgarse, ni siquiera si se tratara de un abrazo simpático y
cariñoso).
Si el sujeto es más bajo que usted, entonces proceda a bajar
ligeramente la vista, de manera que el sujeto no note que
usted está mirando su altura, y de seguido calcule qué tanto
4. debe inclinarse. Una vez hecho los cálculos, mire al sujeto por 7
segundos y luego sonría o haga pucheros (dependiendo de la
intención). Estire los brazos, pero no demasiado, mantenga los
codos un poco doblados y traspáselos a través de la abertura
entre los brazos y el tronco del sujeto, luego los sostiene sobre
su espalda, de manera que envuelva todo su tronco (o lo que
pueda usted abarcar) contra el suyo. No apriete demasiado.
Acerque su cuerpo al del sujeto. Relaje el pecho y recueste la
cabeza.
5. Ahora está usted abrazando. Entréguese lo más posible vaciando
su mente de las preocupaciones y concéntrese en la textura de
la tela de la camisa, si es algodón o lana, o si prefiere puede
concentrarse en el cabello, si es liso o crespo, si es caoba o
castaño cobrizo. No hable durante el abrazo. Puede llevar
mentalmente el tiempo de duración, aproximándose a unos
veinte segundos o hasta que usted lo considere necesario. Suelte
los brazos y retírelos, aleje el cuerpo y retome su posición inicial;
ahora es necesario que usted sonría para así expresar su
regocijo ante el acto en cuestión. AUTORA : A. REQUENA
EXTRAÍDO DE LA ISLA DE LOS BLOGS