El documento describe el Internet de las Cosas, que implica la interconexión digital de objetos cotidianos a través de chips RFID para procesar y transmitir información constantemente. Esto permitiría servicios como electrodomésticos que se encienden remotamente y zapatillas que miden los kilómetros recorridos. Si todo estuviera interconectado, la sociedad cambiaría radicalmente y los objetos podrían localizarse siempre, pero también aumentaría la dependencia de la tecnología y podría afectarse la privacidad e intimidad.