El hierro es resistente y durable, lo que hace que las construcciones de hierro sean duraderas y ahorren costos de reparación en el futuro. Sin embargo, el hierro tiende a oxidarse, lo que requiere un tratamiento de galvanizado que aumenta los costos de producción. Además, el hierro no puede usarse puro y requiere aleaciones, haciendo que las construcciones de hierro tengan ventajas en durabilidad pero también desventajas en los altos costos de producción y tratamiento contra la oxidación.