Una niña llamada Lucy encuentra un pozo de los deseos que habla. Lucy y el pozo se hacen amigos y ella le lleva comida. Años más tarde, el pozo le dice a Lucy que van a destruirlo porque está muy viejo. Lucy no quiere que destruyan a su amigo, así que pide ayuda a dos albañiles para reparar el pozo. Cuando vienen a demolerlo, ven que está como nuevo y lo dejan en paz. El pozo le agradece a Lucy haber cumplido su deseo de no ser destruido.