El documento describe los orígenes de la cristiandad en el judaísmo. Jesús nació en Judea, una provincia del Imperio Romano habitada por judíos. La religión judía adoraba a un solo Dios, a diferencia del politeísmo de otras culturas. Jesús predicó una doctrina que para sus seguidores cumplía la herencia hebrea. Sus enseñanzas incluían conceptos como la hermandad entre los hombres. La cristiandad adoptó las escrituras judías y añadió el Nuevo Testamento.
Durante el periodo imperial de Roma, los ciudadanos practicaban una religión politeísta, es decir, creían en varios dioses. Se creía que sus dioses eran inmortales y cada uno de ellos portaba características, aptitudes y comportamientos parecidos a la de los humanos, considerándolos como unos habitantes mas de la naturaleza. El culto y veneración alrededor de varias provincias romanas, fue posible gracias a la construcción de templos y esculturas de los dioses.
El culto a una religión diferente a la establecida estaba prohibida y condenada. Los cristianos, por ejemplo fueron perseguidos y asesinados a lo largo de las provincias romanas, por esta razón todo culto hacia su dios era practicado a escondidas. Sin embargo, con su amplio crecimiento en el siglo IV, el Cristianismo paso a ser considerada la religión oficial del Imperio Romano.
Con este cambio tan drástico, los romanos dejaron de lado parte de su filosofía, la cual apuntaba al hombre y su forma de vida. Dicha filosofía estaba relacionada al conjunto de saberes: teorías, matemáticas y ciencias que tenían el propósito de explicar el porqué de la vida y el cosmos, dándole lugar a los grandes filósofos y pensadores. Así, los cristianos comenzaron a difundir su educación, cultura y lo que ellos conocían como “La palabra de Dios”, su religión.
El cristianismo, consistía en el reconocimiento de un solo Dios como fundador y figura central del “todo”. Los seguidores de esta religión creían que Jesús era el hijo único de Dios, (según lo profetizado en la biblia) con el fin de que el muera por los pecados de todos y después resucite. El pueblo cristiano se dedicaba a para bolar y difundir su religión con la esperanza de que la fe de cada uno sea convertida en un milagro.
A pesar de las diferencias y cambios culturales entre los romanos y los cristianos, algunas leyes y creencias se mantuvieron vigentes. Por ejemplo, el hecho de que la mujer era incapaz de tener poder sobre el hombre o que cada religión tenia un representante supremo con alto cargo religioso y político.
Durante el periodo imperial de Roma, los ciudadanos practicaban una religión politeísta, es decir, creían en varios dioses. Se creía que sus dioses eran inmortales y cada uno de ellos portaba características, aptitudes y comportamientos parecidos a la de los humanos, considerándolos como unos habitantes mas de la naturaleza. El culto y veneración alrededor de varias provincias romanas, fue posible gracias a la construcción de templos y esculturas de los dioses.
El culto a una religión diferente a la establecida estaba prohibida y condenada. Los cristianos, por ejemplo fueron perseguidos y asesinados a lo largo de las provincias romanas, por esta razón todo culto hacia su dios era practicado a escondidas. Sin embargo, con su amplio crecimiento en el siglo IV, el Cristianismo paso a ser considerada la religión oficial del Imperio Romano.
Con este cambio tan drástico, los romanos dejaron de lado parte de su filosofía, la cual apuntaba al hombre y su forma de vida. Dicha filosofía estaba relacionada al conjunto de saberes: teorías, matemáticas y ciencias que tenían el propósito de explicar el porqué de la vida y el cosmos, dándole lugar a los grandes filósofos y pensadores. Así, los cristianos comenzaron a difundir su educación, cultura y lo que ellos conocían como “La palabra de Dios”, su religión.
El cristianismo, consistía en el reconocimiento de un solo Dios como fundador y figura central del “todo”. Los seguidores de esta religión creían que Jesús era el hijo único de Dios, (según lo profetizado en la biblia) con el fin de que el muera por los pecados de todos y después resucite. El pueblo cristiano se dedicaba a para bolar y difundir su religión con la esperanza de que la fe de cada uno sea convertida en un milagro.
A pesar de las diferencias y cambios culturales entre los romanos y los cristianos, algunas leyes y creencias se mantuvieron vigentes. Por ejemplo, el hecho de que la mujer era incapaz de tener poder sobre el hombre o que cada religión tenia un representante supremo con alto cargo religioso y político.
2. Orígenes de la Cristiandad
en el Judaísmo
Cristo, el fundador de una gran religión nació en
humildes circunstancias y vivió su vida entera
dentro de la órbita de la civilización romana.
Fue Judea, una provincia oriental del Imperio,
habitada por un pueblo despreciado por los
romanos, la que proporcionó el escenario para
una historia única en los tiempos antiguos.
La religión judía fue única, puesto que en un
mundo caracterizado por las variadas formas de
politeísmo, el pueblo judío persistió en su lealtad
a un Dios.
3. Los sucesivos profetas hebreos tuvieron que
esforzarse para convencer a su pueblo de la
gravedad del pecado. Fue entonces que el
ofrecimiento de sacrificios a Dios llegó a ser
parte esencial del ritual judío
La religión predicada por Cristo fue, para sus
seguidores, el cumplimiento de la herencia
hebrea.
Cristo asustó y desanimó a algunos de sus
oyentes judíos por la semejanza de su doctrina
con la tradición hebrea.
4. Doctrina Cristiana y
Organización de la Iglesia
Las enseñanzas de Cristo fueron morales y
teológicas. Las primeras que incluían el noble
concepto de hermandad entre los hombres, que
hoy en día son las mas conocidas.
Las enseñanzas teológicas, por otra parte, han
sido objeto de muchas controversias.
5. El núcleo de las enseñanzas cristianas es la
doctrina de la Trinidad, que Dios es trino; tres
personas distintas en una naturaleza divina, el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Como consecuencia de la fe en la Encarnación, o
posesión por Cristo de naturaleza humana, no
pudo haber en la Cristiandad ninguna atisbo de
sensualidad y materia intrínsecamente mala, tal
como la mantuvieron los antiguos zoroastrianos
de Persia.
6. Los primeros cristianos se apropiaron las
Sagradas Escrituras de los judíos y les
añadieron otras propias, llamada Nuevo
Testamento, el cual incluyó los tres evangelios
de San Mateo, San Marcos y San Lucas.
7. La Cristiandad y el Imperio
Romano
Al principio, el gobierno romano no recibió bien a
la Cristiandad. Tolerante por costumbre con
todas las creencias, el Imperio vetó oficialmente
el cristianismo, y en frecuentes ocasiones hizo
determinados esfuerzos para suprimirlo.
En el año 313 d.C. El emperador Constantino
publicó el famoso el famoso dicto de Milán, que
toleraba legalmente el cristianismo y le colocaba
a igual altura que todas las demás religiones.
8. El tremendo misterio del florecimiento del
cristianismo desde su humilde comienzo entre
hombres incultos de un rincón oscuro del
Imperio romano hasta su triunfal reconocimiento
como religión imperial está esta escondida en
los corazones de aquellos que se hicieron
cristianos.
Durante el tiempo del primer crecimiento de la
Cristiandad, la gente culta se inclinó a buscar la
respuesta a los enigmas de la vida en un especie
de especulación filosófica, mientras la gente
común lo buscó en los apasionados rituales de
Oriente.
9. El Problema de las Herejías
Herejía quiere decir separación deliberada de las
doctrinas aceptadas por la Iglesia. Fue una disidencia
intelectual y espiritual, y concernió a las creencias
del cristianismo, a la moral de sus adheridos.
La organización interna de la Iglesia estuvo
materialmente forzada, como resultado del combate
contra la herejía.
Alrededor del siglo V, el cristianismo no solamente
había emergido de las catacumbas y triunfado sobre
sus enemigos externos, sino que había dominado el
cisma anterior.