La educación actual se centra demasiado en las calificaciones y no fomenta la creatividad, según Ken Robinson. Robinson argumenta que los sistemas educativos deberían centrarse más en las fortalezas y pasiones individuales de los estudiantes en lugar de tratarlos a todos por igual. Robinson propone que los sistemas educativos deberían adaptarse para desarrollar la creatividad, la curiosidad y las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes.