El narrador termina una sesión nocturna de lectura y se va a dormir muy cansado. Al acostarse en la cama, toca con su mano algo frío y esquelético que se está moviendo debajo de la cama. Recuerda entonces que todas las noches mira debajo de la cama pero que esta noche lo había olvidado, dándose cuenta horrorizado de que hay algo o alguien debajo.