Este documento discute cómo las ciudades están causando una crisis ambiental al generar la mayoría de los gases de efecto invernadero. Argumenta que la arquitectura y la planificación urbana pueden evolucionar para crear ciudades más sostenibles salvaguardando el medio ambiente. Identifica tres factores que permitirán el desarrollo de una cultura urbana postindustrial sostenible: la conciencia ecológica, la tecnología de comunicaciones y la producción automatizada.

1. Arquitectura Del Medio Ambiente
La cultura de las Ciudades
La supervivencia de la sociedad ha dependido siempre de la salvaguarda del equilibrio entre las
variables de población, recursos y medio ambiente.
Resulta sorprendente, sobre todo para un arquitecto, constatar que son nuestras ciudades las que
están provocando primordialmente esta crisis medioambiental.
Resulta paradójico que el hábitat de la humanidad, nuestras ciudades sea el mayor destructor del
ecosistema y la mayor amenaza para la supervivencia del hombre sobre planeta. Las ciudades
generan la mayoría de los gases que producen el “efecto invernadero”, la arquitectura en la
planificación urbana pueden evolucionar para aportar herramientas imprescindibles encaminados
salvaguardar nuestro futuro, creando ciudades que produzcan entorno sostenibles y civilizadores.
El motivo de mi optimismo tiene su origen en tres factores:
1. La difusión de la conciencia ecológica.
2. La tecnología de las comunicaciones.
3. La producción automatizada.
Todos ellos constituyen en condiciones para el desarrollo de una cultura urbana postindustrial.
El núcleo de este concepto de sostenibilidad de radica en la redefinición de la riqueza para que
ésta incluya el capital natural: aire, agua limpia, capa de ozono en buenas condiciones, mar sin
contaminación, tierra fértil y una abundante diversidad de especies.
El grado de crecimiento de las ciudades provoca que los parámetros convencionales de ajuste del
crecimiento urbano hayan quedado obsoletos. Las ciudades están produciendo una peligrosa
inestabilidad social asociada al inevitable declive medioambiental. A pesar del incremento global
de la riqueza, que supera al de la población, la pobreza empeorar y sigue creciendo la pobreza, el
desempleo, un deficiente sistema sanitario y educativo, y los conflictos, la injusticia social en todas
sus manifestaciones, dificultan la capacidad de las ciudades para ser sostenibles
medioambientales.
El egoísmo y la segregación están ganándole la partida al contacto y la comunidad. Los negocios se
agrupan y aíslan en parques de negocios, las tiendas de centros comerciales atravesados por calles
artificiales, las casas se disponen en suburbios residenciales o urbanizaciones privadas,
inevitablemente las calles y plazas de estos falsos espacios públicos están faltos de la diversidad,
vitalidad y humanidad de la vida cotidiana en la ciudad.
El mercado callejero séase menos atractivo que el seguro centro comercial, la zona universitaria se
convierte en un campus cerrado y progresivamente en toda la ciudad del espacio público abierto
está en regresión.