La era del Imperialismo comenzó en el siglo XIX, cuando las potencias industrializadas buscaron conquistar nuevos territorios para obtener materias primas baratas y mercados para sus productos manufacturados. Las causas del imperialismo fueron principalmente económicas, pero también incluyeron razones políticas, como el deseo de ampliar su poder a nivel mundial, y sociales como enviar a la población excedente. Gran Bretaña fue la primera potencia en crear un gran imperio colonial que eventualmente abarcó gran parte del mundo.