Las nuevas tecnologías son una herramienta valiosa de apoyo para los docentes, pero no pueden reemplazar el elemento humano que aportan. Si bien las escuelas son conservadoras ante los cambios, los docentes deben adoptar un rol de "docente 2.0" para aprovechar las tecnologías de forma que mejoren los procesos pedagógicos, más allá de simplemente reemplazar el papel y lápiz por herramientas digitales.