Lansehp, un caballero avaro y egoísta, buscaba la forma de apoderarse del castillo real en Lancaster, Inglaterra en 1820. Según una leyenda, había una habitación en el castillo que resolvería todos sus problemas. Lansehp pasó días en un laberinto debajo del castillo tratando de encontrar la puerta a esa habitación. Finalmente, la puerta se abrió misteriosamente y Lansehp entró. Pasaron 40 años después de ese evento y Lansehp vivió el resto de su vida feliz con solo su perro como compañía,