El documento resume cómo Dios envió profetas para advertir a Israel y Judá de apartarse del mal y volver a Dios. A pesar de las advertencias, ambos reinos persistieron en el pecado. Como resultado, Dios permitió que las 10 tribus del reino del norte fueran llevadas cautivas a Asiria, y pronosticó que Babilonia sería el instrumento de castigo para el reino del sur de Judá. Aun así, Dios prometió la salvación a través del sufrimiento de su siervo.