La Iglesia católica en Colombia se estableció en el siglo XVI con la llegada de los conquistadores españoles, quienes trajeron misioneros de órdenes religiosas como dominicos y franciscanos para evangelizar a los indígenas. Estas órdenes fundaron conventos en diferentes partes del país, especialmente en la región Andina y la Costa Caribe. Más tarde, durante la época colonial, se crearon las primeras diócesis y seminarios para el clero secular.