El documento discute cómo los cristianos son llamados a ser la luz del mundo. Explica que al igual que el sol da vida y vigor al cuerpo, la luz de Dios da gozo y fortaleza al alma y el espíritu. Insta a los cristianos a no ocultarse en la oscuridad sino a actuar como lámparas que alumbran mediante sus buenas obras, para iluminar lo más oscuro y cambiar el mundo.