La novela negra presenta una atmósfera de miedo, violencia e injusticia que refleja las primeras décadas de los siglos XVIII y XIX en Estados Unidos. Se difundió originalmente a través de revistas baratas dirigidas a audiencias trabajadoras, con un lenguaje sencillo y una preocupación social genuina. El desarrollo de la acción es rápido y a menudo violento, y tanto el detective como los criminales a veces cruzan la línea entre el bien y el mal.