La revolución liberal ecuatoriana de 1895 estuvo liderada por Eloy Alfaro y tuvo como objetivo derrocar a los gobiernos conservadores. Tras el ascenso al poder de Ignacio de Veintemilla y sus intenciones de declararse dictador, varios sectores iniciaron movimientos revolucionarios que derrocaron a Veintemilla. Posteriormente, las tropas de Alfaro tomaron el control del país y Alfaro fue nombrado presidente constitucional, implementando reformas laicas como la separación entre la iglesia y el estado.