El documento describe cómo la Constitución de 1812 introdujo principios como la libertad individual, la libertad de prensa y la inviolabilidad del domicilio que ahora se dan por sentado pero que en ese momento eran innovadores. También destaca que la Constitución italiana de 1947 establece que todos los ciudadanos tienen la misma dignidad y son iguales ante la ley sin distinción de sexo, raza u otras características personales o sociales.