La sociedad colonial en la segunda mitad del siglo XVIII estaba dominada por la minería, el comercio exterior y la agricultura. La Iglesia jugaba un papel importante en el crédito y las propiedades. Las reformas borbónicas maximizaron la explotación colonial pero perjudicaron a la Iglesia, las haciendas y las industrias. La invasión napoleónica de España en 1808 provocó una crisis de soberanía en América.