1. Tema 10.- La Segunda República española
1.- El final de la monarquía de Alfonso XIII
A pesar de que Primo de Rivera inició el pronunciamiento militar de 1923 para salvar al rey de
las conclusiones del Informe Picasso sobre el Desastre de Annual, y de que consiguió orden y
crecimiento económico, Alfonso XIII se quiso presentar en 1930 como una víctima más de la
Dictadura. El rey también se equivocó al no liderar un proceso de renovación democrática del
país. Su deseo era volver al sistema constitucional de 1876, sin más pretensiones.
En ese año de 1930, varios políticos conservadores monárquicos como Niceto Alcalá Zamora y
Miguel Maura, se declaran republicanos moderados. Desean liderar organizar una república
democrática de la que queden excluidos los extremistas revolucionarios.
Los republicanos tienen tan poca influencia que tardan siete meses en organizar el Pacto de
San Sebastián (agosto de 1930) después de la caída de Primo de Rivera. Participaron los
pequeños partidos republicanos de las más variadas tendencias:
La Derecha Liberal Republicana (Alcalá Zamora y Miguel Maura)
También republicanos, pero de otro signo, se encontraban la Alianza Republicana
(Alejandro Lerroux y Manuel Azaña) y el Radical-Socialista (Marcelino Domingo y
Ángel Galarza)
Secesionistas, como el Estat Catalá (Francesc Maciàla )
Autonomistas, como la Federación Republicana Gallega (Santiago Casares Quiroga)
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) lógicamente no quiso participar y el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) tampoco, aunque fueron a título personal Indalecio Prieto y
Fernando de los Ríos. Maciá aprovechó el momento para solicitar la autodeterminación de
Cataluña aunque por el momento se conformaba con un estatuto de autonomía. Casares
Quiroga pidió lo mismo para Galicia y ya puestos, para Vascongadas. Intervino Prieto para
negarse a conceder un estatuto que diera alas a los racistas ultra-católicos del Partido
Nacionalista Vasco.
Los reunidos no se plantearon llegar a la República mediante la convocatoria de unas
elecciones democráticas, sino a través del clásico pronunciamiento militar. La fecha prevista
fue la del 12 de diciembre de 1930 en Jaca, pero fue suspendida a última hora y el encargado
de dar la contraorden, que era Casares Quiroga, se quedó dormido. Los capitanes Galán y
García Hernández sublevados fueron fusilados después de haber matado a cuatro agentes del
orden.
Los presidentes de gobierno Berenguer y luego Aznar organizaron un calendario electoral:
primero se celebrarían unas elecciones municipales para sustituir a los miembros de las
corporaciones municipales de la etapa de Primero de Rivera, luego unas elecciones a Cortes
constituyentes. Sin embargo, las fuerzas políticas republicanas presentaron las elecciones
municipales como un plebiscito popular en pro de la República.
Las elecciones municipales se celebraron en dos jornadas: la del 5 y la del 12 de abril. El
número de concejales monárquicos cuadruplicó al de los republicanos. El voto republicano se
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2. concentró mayoritariamente en los núcleos urbanos. Este hecho hizo pensar a la mayoría de
los ministros de Alfonso XIII que la monarquía estaba derrotada. El propio conde de
Romanones, ministro de Estado, convence al rey de que se exilie. Alfonso XIII estaba deprimido
por la muerte de su madre a lo que se unieron los consejos de su esposa Victoria Eugenia de
que lo mejor era evitar la suerte de su primo el zar de Rusia, Nicolás II con motivo de la
revolución bolchevique de 1917.
El general Sanjurjo declaró que no iba a movilizar a la Guardia Civil para sostener a Alfonso XIII,
quien tan mal había tratado a Primo de Rivera. Conocedores de esta circunstancia, los
republicanos, dirigidos por el antiguo monárquico Miguel Maura, van al ministerio de la
Gobernación con ciertos recelos por parte de Manuel Azaña, para proclamar la Segunda
República el 14 de abril de 1931.
2.-El Gobierno Provisional y los partidos políticos.
2.1.- Los inicios de la República: el Gobierno Provisional de 1931
Se constituyó un gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora con representantes de una
coalición republicano-socialista para acometer la construcción del nuevo Estado. El primer
problema serio se originó en Barcelona cuando el catalanista radical Maciá acompañado por
Companys proclamó la República Catalana como integrante de la “Federación Ibérica”. El
primero se autoproclamó presidente y el segundo, gobernador civil. El nuevo gobierno lo
convenció para que cambiara el nombre de “República” por “Generalidad” (término acuñado
en su momento por Antonio Maura) y que esperase a la aprobación de un estatuto de
autonomía. En Vascongadas, el peneuvista Aguirre (durante la guerra fue filo-nazi y acabada la
guerra, trabajo para los servicios de espionaje de la CIA en Latinoamérica) proclamó la
“República vasca” pero nadie le hizo caso porque obtuvo muy pocos concejales en las
elecciones municipales de abril.
En el mes de mayo ardieron más de un centenar de templos, bibliotecas, escuelas y aulas
destinadas por obispados y parroquias a la formación de los obreros (Instituto Católico de
Artes e Industrias donde fue quemada también la biblioteca con más de veinte mil volúmenes).
El gobierno republicano consintió estos desmanes (“Todos los conventos de Madrid no valen la
vida de un republicano” Azaña dixit). Los ministros y la prensa afín calificaron a los causantes
de “pueblo”. Aunque los católicos reaccionaron pacíficamente, comenzaron a ver a la
República con hostilidad: estaba claro que los republicanos católicos como Alcalá Zamora y
Miguel Maura no iban a ser un obstáculo para la acción de los grupos anticlericales. En una
pastoral de 09 de mayo, los obispos recordaron a sus fieles el respeto que debía guardarse a
los nuevos gobernantes. Por su parte, el nuncio del Vaticano, Tedeschini, animaba a la Iglesia
española a colaborar con la República. Sólo el cardenal Segura quiso expresar públicamente su
agradecimiento a Alfonso XIII por el trato que le dio a la Iglesia, especialmente porque gracias
a su intermediación, España había sido consagrada al Corazón de Jesús. Las autoridades
republicanas obligaron al cardenal-primado de Toledo a abandonar el país cuando se hizo
pública la noticia de que estaba ordenando la venta de bienes eclesiásticos y el envío del
producto de la venta fuera del país.
2.2.-Las Cortes Constituyentes
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3. El Gobierno provisional aprueba una nueva ley electoral que se basaba en la Ley Acerbo que
permitió a Mussolini (1924) convertir el sistema parlamentario en una dictadura. Consiste en
convertir una mayoría electoral mínima en una mayoría parlamentaria absoluta. Una novedad
importante fue que las mujeres pudieran presentarse como candidatas. De hecho, resultaron
elegidas tres: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken.
En las elecciones celebradas el 28 de junio mediante sufragio universal masculino para
mayores de 23 años, el partido más votado fue el PSOE, seguido del Partido Radical del viejo
anticlerical y anticatalanista, Alejandro Lerroux (“Bajémosle el velo a las novicias y
ascendámoslas a la categoría de madres”). Los que menos votos tuvieron fueron Niceto Alcalá
Zamora y Miguel Maura.
Las expectativas de las principales formaciones políticas en las Cortes quedan definidas así:
Los republicanos dirigidos por los antiguos monárquicos Alcalá-Zamora y Miguel
Maura esperaban el establecimiento de una democracia liberal clásica con el turno de
partidos.
El resto de los partidos republicanos eran más proclives a establecer un pacto estable
con el PSOE para marginar al resto de formaciones políticas de signo católico y/o
monárquico.
El PSOE dirigido por Largo Caballero, veía en la República un régimen transitorio hacia
la dictadura socialista.
Los nacionalistas catalanes, ahora mayoritariamente republicanos y de izquierdas (la
Esquerra Republicana de Macià y Companys) tras el hundimiento electoral de la Liga
Regionalista de Cambó, apoyaban a la República, de momento, siempre que tuvieran
un estatuto de autonomía generoso.
El partido de Acción Popular, de corte católico y dirigido por José María Gil Robles
obtuvo ahora un número escaso de diputados, pero fue la base de la futura
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)
Los anarquistas pronto se convertirán en una plaga de la República como lo fueron de la
Monarquía. A su juicio, seguían dirigidas por la burguesía.
El Partido Comunista fundado en 1921 no obtuvo representación parlamentaria y su estrategia
fue también la de enfrentamiento sin tregua contra la República.
2.3.-La Constitución de 1931
El 9 de diciembre fue aprobada la Constitución de 1931 que definía a España como una
“República de trabajadores de toda clase que se organiza en un estado integral y en un
régimen de libertad y justicia”.
Contenía una amplia declaración de derechos individuales entre los que destacan
como novedosos:
1. El reconocimiento del derecho a voto de las mujeres, merced a la tenacidad de
Clara Campoamor del Partido Radical que tuvo que enfrentarse a los socialistas,
incluidas Victoria Kent y Margarita Nelken. Éstas aseguraban que las mujeres
votarían a la derecha porque muchas seguían siendo católicas.
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4. 2. El matrimonio civil y el divorcio.
3. El derecho de propiedad queda subordinado al interés público, lo que justificaba
las posibles expropiaciones.
Se establece una radical división de poderes:
1. El legislativo, que lo ejercen las Cortes unicamerales.
2. El ejecutivo, que lo ejerce el presidente de la república (con un mandato de seis
años) junto con el presidente del gobierno.
3. El judicial que recae en los tribunales de justicia.
4. Las Cortes podían destituir al presidente de la República si tres quintos de la
cámara votaban para hacerlo y en el caso de que disolviera las Cortes por segunda
vez debería dar explicaciones.
Define un Estado central fuerte pero ofrece la posibilidad de promulgar estatutos de
autonomía para aquellas regiones que lo demanden mayoritariamente.
La definición de relaciones Iglesia-Estado originó enconados debates entre la mayoría
anticatólica de las Cortes. Las medidas tenían el objeto de eliminar el poder económico
de la Iglesia y su poderosa influencia social a través de la educación. Los aspectos más
significativos son los que siguen:
1. El Estado no tiene religión oficial y garantiza la libertad religiosa.
2. Disolución de las órdenes religiosas que supusieran un peligro para la seguridad del
Estado, vgr. Los jesuitas que debían voto de obediencia al papado.
3. Los bienes de las órdenes disueltas serían nacionalizados y destinados a fines sociales y
educativos.
4. Se les prohibía a las órdenes religiosas ejercer actividades económicas, incluida la
docencia, y estaban obligadas a pagar impuestos.
5. Los sacerdotes dejaron de ser considerados funcionarios del Estado.
3.-El Bienio Social-Azañista (1931-1933)
3.1.- La reforma educativa
El gobierno de Azaña trató aumentar la oferta de educación pública y laica para cubrir los
huecos que dejaron la disolución de la Compañía de Jesús y la prohibición de la enseñanza a las
congregaciones religiosas. El ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo, en un
contexto de crisis económica internacional, no pudo crear las plazas escolares ni los puestos de
maestros que eran precisos. Asimismo, renovó los planes de estudio para mejorar el nivel
educativo.
3.2.- La reforma militar
El ejército tenía tres graves problemas: un exceso de oficiales, una escasa formación de los
soldados y un material anticuado.
Azaña, que reunía los cargos de presidente de Gobierno y de ministro de Defensa, adoptó las
siguientes medidas:
Ofreció a un buen número de oficiales la jubilación anticipada con el sueldo íntegro,
de los que la mitad aceptó.
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5. Suprimió la Ley de Jurisdicciones de 1906 para disminuía la amplitud de la jurisdicción
militar en beneficio de la civil.
Clausuró la Academia Militar de Zaragoza dirigida por el general Franco.
Cambió los criterios de promoción militar que hasta ahora habían beneficiado al
ejército de África por otros que favorecían al ejército peninsular.
No se atrevió a disolver la Guardia Civil, aunque si procuró acabar con su hegemonía
mediante la creación de la Guardia de Asalto directamente controlada por Azaña.
Dejó de lado mejorar la formación técnica del Ejército y dotarlo de mejores medios.
3.3.-La reforma agraria
Azaña se marcó el objetivo de lograr lo que la Revolución Francesa había llevado a cabo a
finales del siglo XVIII y lo que no habían conseguido los liberales con las desamortizaciones del
siglo XIX, es decir, la creación de una clase media agraria que apoyara a la República.
El diagnóstico sobre el problema agrario era evidente: el campo concentraba a un porcentaje
muy amplio de población activa (45.5%) que malvivía de unas tierras de bajo rendimiento y en
manos de pocos propietarios. El gobierno republicano-socialista se inclinó por una solución
consistente en el reparto de tierras entre el campesinado.
La reforma agraria que impulsó el ministro de Agricultura Marcelino Domingo, contemplaba la
expropiación de los latifundios de la alta nobleza (los Grandes de España, estos sin
indemnización), de todas las tierras de la Iglesia católica y las tierras que llevaran más de doce
años en régimen de arrendamiento, para repartirlos entre los campesinos sin tierras.
El Instituto de Reforma Agraria fue el encargado de aplicar la ley en catorce provincias. Se
encontró con importantes dificultades: la falta de financiación pública para pagar las
expropiaciones, la ausencia de un inventario de las tierras expropiables ni tampoco se había
evaluado el coste de las indemnizaciones por expropiación. Ante la lentitud de los procesos de
expropiación, cientos de miles de campesinos estuvieron prestos a acudir a las insurrecciones
sangrientas promovidas en su mayoría por los anarquistas.
En realidad, la solución al problema de las duras condiciones de vida en el medio rural no fue la
de repartir tierras sino reorganizar la estructura productiva española para que ofreciera
alternativas laborales en la industria y los servicios. Comenzará a aplicarse a partir de 1959 con
el Plan de Estabilización Económica.
3.4.-Las leyes laborales
El ministro de Trabajo, el socialista Largo Caballero, aprovechó su experiencia como
colaborador de la Dictadura de Primo de Rivera para desarrollar una amplia labor legislativa:
El Decreto de Términos Municipales que obligaba a los empresarios agrícolas a
contratar preferentemente a los braceros locales. Se trataba de evitar que los braceros
de otros municipios se ofrecieran por un salario inferior. Fueron especialmente
perjudicados los asalariados gallegos y andaluces que aprovechaban la época de la
recolección para desplazarse a otros lugares. Se dejó en manos de los sindicatos
locales (UGT y CNT) la fijación de los salarios al margen de cualquier criterio de
rentabilidad empresarial.
El Decreto que impedía el desahucio de los campesinos arrendatarios, cuyos contratos
quedaron prorrogados de manera automática.
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6. El Decreto de Laboreo Forzoso que obligaba a los propietarios a cultivar sus tierras en
aquellos municipios donde hubiera jornaleros en paro.
El Decreto de Jurados Mixtos como medio de arbitraje para remediar los conflictos
entre las partes (patronos y trabajadores con la mediación de un representante del
Gobierno) a la hora de fijar las condiciones laborales y salariales.
El Decreto sobre jornada laboral de ocho horas, tanto en la industria como en el
campo, como si los ciclos agrícolas se sometieran a ese criterio.
Huelga decir que con esta batería de medidas se granjeó la animadversión de las patronales
agrarias, ya perjudicadas con la reforma agraria.
3.5.-Los estatutos de autonomía
El Gobierno de Azaña se entendía mejor con la Esquerra Republicana de Cataluña para la
negociación del estatuto de autonomía que con los ultra-católicos del Partido Nacionalista
Vasco. Aprovechó el intento de pronunciamiento militar de Sanjurjo (agosto de 1932) para
forzar a las Cortes a la aprobación del estatuto catalán cuyas características son las que siguen:
1. Cataluña es una región autónoma dentro del Estado español.
2. El catalán y el castellano son dos lenguas cooficiales.
3. La Generalidad estaba compuesta de un poder ejecutivo y de un parlamento.
4. La Generalidad asume competencias en ámbitos como la educación, el orden público y
justicia (salvo la militar) y comparte competencias fiscales con la Administración
central.
El estatuto de autonomía de 1932 supuso un paso más hacia el cumplimiento de las Bases de
Manresa.
Por el contrario, el proceso autonómico vasco embarrancó por dos causas:
La negativa de la mayoría de los ayuntamientos navarros a formar parte de la región
autónoma vasca.
La debilidad de los peneuvistas de Álava donde los votos favorables a la autonomía en
el plebiscito de noviembre de 1932 no llegaron al 50%.
3.6.- La conflictividad social
El 1 de enero de 1932 los diputados socialistas Margarita Nelken y Manuel Muiño
organizan una huelga agraria en Castilblanco (Badajoz) Los vecinos piden la dictadura
del proletariado y descuartizan a cuatro guardias civiles. Según Nelken son “desahogos
de espíritus oprimidos”
El 4 de enero, un grupo de vecinos de Jeresa (Valencia) asaltan el cuartel de la guardia
civil pero en esta ocasión, el Instituto Armado disparó primero.
El 5 de enero, en Arnedo (Logroño) es organizada otra huelga revolucionaria que
termina con el asalto al ayuntamiento. La guardia civil responde con las armas.
El 19 de enero estalla una huelga general en el Alto Llobregat organizada por los
anarquistas quienes se apoderan de las armas de la guardia civil. La CNT declara que la
República ha fracasado y hay que ir a la revolución a la que se adhieren básicamente
los comunistas. Los socialistas no condenaron esta agresión contra la República.
Sanjurjo es relevado al frente de la guardia civil y pasa a dirigir los carabineros.
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7. En el mes de agosto, el general Sanjurjo intenta un pronunciamiento militar para
sustituir al presidente de Gobierno, Manuel Azaña, por el republicano radical
Alejandro Lerroux. Azaña lo sabe pero le deja actuar para detenerlo en el último
momento. Si con las decenas de huelgas y actos de violencia ejercidos por los
anarquistas con el apoyo de los comunistas y la complacencia de los socialistas, no
había aplicado la Ley de Defensa de la República, ahora sí lo va a hacer para cerrar un
centenar de publicaciones de ideología conservadora; la segunda medida será la de
decretar la expropiación de las tierras de los Grandes de España.
En enero de 1933 se desencadena una nueva oleada de violencia anarquista. También
en Casas Viejas a donde Azaña envía a los Guardias de Asalto de la República que
mataron a once campesinos e incendiaron una cabaña con una familia dentro por su
filiación anarquista. Aquí terminó el prestigio político y personal de Azaña. Cuando dé
comienzo la Guerra Civil, el juez que instruyó el caso fue de los primeros en ser
fusilado y el sumario desapareció.
En el Congreso Extraordinario del PSOE durante el verano de 1933, se impone la vía de
Largo Caballero (conocido a partir de entonces como “El Lenin español”) frente a la de
Julián Besteiro: se acabó la colaboración con los republicanos de Azaña. La caída de la
República abriría el camino hacia la dictadura del proletariado. Julián Besteiro advierte
de que el cambio de estrategia conducirá a la guerra civil.
4.- El Bienio Radical-Cedista (1933-35)
4.1.-El panorama electoral
En 1933 tienen lugar dos novedades en el panorama de partidos políticos:
La derecha se está reorganizando después del descalabro electoral de junio de 1931.
Se distinguían dos formaciones políticas: una, muy mayoritaria, pacífica y legalista, que
aceptaba el régimen republicano aunque sin entusiasmo centrada en torno a la
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) bajo la dirección de José
María Gil Robles; y otra, muy minoritaria, que proponía una monarquía. A su vez,los
monárquicos se dividían entre los carlistas por un lado y los monárquicos de Acción
Española de José Calvo Sotelo.
José Antonio Primo de Rivera funda un partido, La Falange Española, de inspiración
fascista y financiada por Benito Mussolini.
En esta ocasión, la Ley electoral que favorecía a las candidaturas que reunieran más votos,
permitió un vuelco electoral a favor del centro-derecha. En efecto, la CEDA estableció una
coalición electoral con el Partido Radical de Lerroux que había evolucionado hacia posiciones
políticas más moderadas. También le propuso al PNV una coalición electoral, pero éste se negó
aduciendo que la CEDA era poco católica y menos aún, partidaria de los nacionalismos vasco y
catalán. Por su parte, los socialistas y los republicanos de izquierdas, que se habían presentado
a las elecciones por separado, quedaron en minoría parlamentaria.
En cualquier caso, tras las elecciones del 19 de noviembre de 1933 en las que por primera vez
votaron las mujeres en España (y que dejaron a seis militantes de la CEDA y a uno de Falange
asesinados), los partidos republicanos de izquierdas y el PSOE sufrieron una pérdida
considerable de votos.
La Esquerra Republicana entiende el triunfo de la derecha como una agresión contra Cataluña
y el PSOE de Largo Caballero acuña una idea de notable éxito: moteja a la derecha de
“fascista” e incluso, a veces, a los pequeños partidos republicanos de izquierdas que formaron
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8. la coalición durante el Bienio Azañista. Según la propaganda del PSOE, la alternativa política
para España es fascismo o socialismo. Por su parte, los pequeños partidos republicanos de
izquierdas dirigidos por Manuel Azaña, Marcelino Domingo y Casares Quiroga, se unen en uno
solo: Alianza Republicana. Los anarquistas tienen en la victoria de la derecha un nuevo
argumento para el recurso a la violencia.
Aunque el partido más votado fue la CEDA, para evitar más tensiones entre los que perdieron
las elecciones, Gil Robles deja que Alejandro Lerroux sea presidente de Gobierno.
Gestión de gobierno antes de la Revolución de 1934
Cabe destacar dos cuestiones en la gestión de gobierno de Alejandro Lerroux:
Pese a las advertencias de Gil Robles, los radicales paralizan la reforma agraria para
frustración de los campesinos a la espera de lotes de tierras, que fue aprovechada por
los socialistas, comunistas y anarquistas.
La inadecuada aplicación de la reforma educativa:
1. El cierre de escuelas eclesiásticas sin otras alternativas que dejó a decenas de
miles de estudiantes sin clase. Estaba prevista la construcción de 21.000
escuelas, pero se quedaron en 6.000.
2. Insuficiente dotación presupuestaria para la financiación de centros estatales
con el correspondiente profesorado.
Las modificaciones al proyecto fueron la de aumentar la dotación presupuestaria para
construir más centros (de 577 millones presupuestados se pasó a 685 millones de
pesetas)
Lerroux permitió que las instituciones eclesiásticas volvieran a abrir los centros de
formación mientras se construían los estatales.
El gobierno del Partido Radical intentó paralizar el desarrollo del Estatuto catalán
porque la Esquerra Republicana derivaba abiertamente hacia el secesionismo.
4.2.- La Revolución de octubre de 1934
La labor del gobierno de Lerroux se desenvolvió en un ambiente de tensión social cuyas
características son las que siguen:
Ya en la primavera del 34, el PSOE organizó una campaña en el agro para sabotear la
cosecha de cereales que se presentaba excelente por medio de una vasta y violenta
huelga general que incluyó la destrucción de maquinaria y el asesinato de empresarios
y trabajadores agrícolas que no secundaron la huelga.
Durante el verano, el PNV y la Esquerra pactaron una alianza proindependentista
frente al gobierno radical de Lerroux; por su parte, las Juventudes Socialistas
asesinaron a varios falangistas que terminan por matar a algunos socialistas después
de tres meses.
El 4 de octubre de 1934, Lerroux incorpora a tres ministros de la CEDA. A Gil Robles le
quedaba claro que la estrategia para el apaciguamiento no había funcionado, pero fue la
excusa para iniciar el golpe contra la República diseñado conjuntamente por los socialistas y los
de Esquerra republicana. El líder socialista, Largo Caballero, contaba con el apoyo de Azaña,
ahora en la oposición y del propio presidente de la República y antiguo monárquico, Niceto
Alcalá-Zamora.
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9. El 6 de octubre, Luis Companys declara el Estado catalán dentro de la República a la vez que los
socialistas intentan asaltar el ministerio de la Gobernación donde se encontraban la mayoría
de los ministros de Lerroux para combatir el golpe pero fracasaron. El golpe sólo sigue
adelante en Asturias donde se proclama la República Socialista Asturiana bajo la alianza de
socialistas, comunistas y anarquistas. El destacado dirigente socialista, Indalecio Prieto,
entrega armas a treinta mil mineros que formaron el Ejército Rojo Asturiano y se dedicaron a
asaltar puestos de la Guardia Civil, a destruir edificios religiosos y a asesinar a sacerdotes
católicos.
El presidente de Gobierno recurrió a destacados oficiales del Ejército como Goded y Franco
que tuvieron que trasladar los efectivos militares desde África para defender a la República
del golpe urdido por socialistas, comunistas, anarquistas y los secesionistas de la Esquerra.
Los responsables del golpe del 34 llegaron a la conclusión de que la próxima vez debía actuar
con mayor contundencia para alcanzar la meta revolucionaria. El Partido Radical, la CEDA y sus
respectivas bases electorales comprendieron el Ejército parecía ser el único puntal para
proteger la legalidad republicana. En cualquier caso, el gobierno radical-cedista practicó una
política de” impunismo”: los principales responsables del golpe no tuvieron que hacer frente a
ningún tipo de responsabilidad política ni penal. Nos referimos a Largo Caballero, Indalecio
Prieto y Luis Companys.
4.3.- El gobierno radical-cedista después de la revolución de octubre de 1934
Se centró en dos cuestiones:
La suspensión del Estatuto catalán con los únicos votos en contra de la Liga
Regionalista de Francesc Cambó y de la Esquerra Republicana de Luis Companys.
La gestión de la crisis económica que arrojaba la cifra de 700.000 parados. Las
medidas más importantes fueron:
a. La Abolición de la Ley de Términos Municipales para fomentar la movilidad de los
trabajadores agrícolas para encontrar empleo.
b. La aceptación de la ocupación masiva de tierras sin indemnización previa por
parte de 20.000 jornaleros cuando desempeñó la cartera de agricultura el
demócrata-cristiano Jiménez Fernández (“El Bolchevique Blanco”)
c. Reducción del gasto público en 400 millones de pesetas y un intento de reforma
fiscal.
d. Plan de fomento del empleo mediante un plan de pequeñas obras a cargo del
erario público.
En octubre de 1935 estalló el “Escándalo del Estraperlo” que trituró electoralmente al Partido
Radical, aunque los tribunales de justicia no establecieron después ninguna responsabilidad
penal. La campaña de acusación en los medios de comunicación contra Lerroux fue orquestada
por el propio presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, a instancias de Manuel Azaña y
de Indalecio Prieto. Alcalá Zamora disuelve por segunda vez las Cortes para dar paso a las
elecciones de febrero de 1936.
Con la desaparición del Partido Radical quedó abierto el camino al triunfo electoral de una
nueva formación: el Frente Popular.
5.- El Frente Popular y las elecciones de febrero de 1936
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10. En 1935 el republicano Manuel Azaña y el socialista Indalecio Prieto concibieron una alianza
que pretendía resucitar la conjunción republicano-socialista del Pacto de San Sebastián y que
había gobernado desde 1931. Su pretensión era que la alianza electoral y de gobierno de
Izquierda Republicana (IR) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) conformaran una
mayoría parlamentaria que hiciera imposible gobernar a otras formaciones políticas.
Sin embargo, el dirigente socialista Largo Caballero tenía otro modelo: el PSOE debía absorber
al Partido Comunista de España (PCE) que se había conformado como una escisión de las
Juventudes Socialistas por mor de Santiago Carrillo con el apoyo del Partido Comunista de la
Unión Soviética. El PCE tenía el mismo objetivo inconfesable: absorber al PSOE. Por lo pronto,
ambos se pusieron de acuerdo en la conveniencia de ir juntos a las elecciones e incluso de
formar unas milicias que los comunistas llamaban “Ejército Rojo”.
Ni Azaña ni tampoco Indalecio Prieto veían con agrado la participación de los comunistas. En
cualquier caso, en noviembre de 1935 llegaron a un pacto electoral en el que se integraban
varias formaciones políticas con proyectos realmente dispares: PSOE que era el partido más
importante, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), IR de Azaña, el PCE y el Partido Obrero
de Unificación Marxista (de ideología trotskista) y finalmente, el Partido Republicano
Conservador de Niceto Alcalá Zamora. La coalición contaba con el apoyo táctico de la CNT y de
Partido Nacionalista Vasco (para escándalo de la Santa Sede y de los católicos españoles)
El programa político del Frente Popular era muy simple: sacar de la cárcel a los pocos
responsables que quedaban del golpe de octubre del 34 y castigar a los que lo habían
impedido en un acto de defensa de la República. A partir de este punto, comenzaban las
divergencias:
Azaña e Indalecio Prieto buscaban un regreso a abril de 1931: la coalición republicano-
socialista. Ambos aspiran a un régimen republicano donde Izquierda Republicana
conformen una mayoría parlamentaria que margine del poder indefinidamente al
resto de las formaciones políticas siguiendo el modelo del Partido Revolucionario
Institucional mexicano. Prieto tuvo que huir de un mitin celebrado en Écija cuando
empezaron a dispararle simpatizantes de Largo Caballero porque su discurso era poco
marxista.
La facción del PSOE de Largo Caballero pretendía implantar una dictadura del
proletariado española.
El PCE buscaba también una dictadura del proletariado pero dependiente de los
intereses de Stalin.
ERC dirigida por Luis Companys consideraba que la destrucción de la República
facilitaría su aspiración independentista.
El POUM de Andrés Nin optaba por una revolución proletaria también propia
desvinculada de la Unión Soviética. Fue desollado vivo por los estalinistas del PCE.
El Partido Republicano Conservador, el único partido demócrata del “tonto útil” de
Alcalá Zamora.
La CNT consideraba que la destrucción de la Segunda República facilitaría la
consecución de su propio proyecto revolucionario. Por tanto, era necesario que los
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11. anarquistas fueran a votar en esta ocasión. García Oliver, afamado pistolero de la FAI,
llegará a ser ministro de Justicia.
El PNV de José Antonio Aguirre apoyó también al Frente aunque no formó parte de la
coalición. Aspiraba a conseguir un estatuto como paso previo a la independencia.
Sus adversarios políticos: Gil Robles (CEDA), José Calvo Sotelo (Bloque Nacional), José Antonio
Primo de Rivera (Falange Española) y el carlista Fal Conde (Comunión Tradicionalista) no
presentaron candidaturas conjuntas. El único que vio clara la estrategia guerra-civilista del
Frente Popular fue José Antonio Primo de Rivera quien en el verano de 1935 comenzó a
preparar a su pequeña formación política para la guerra civil.
Las elecciones del 16 de febrero de 1936 fueron fraudulentas. Los resultados obtenidos de las
copias de las actas electorales que logró conservar el presidente de la República, Niceto Alcalá
Zamora, revelan los siguientes resultados:
Frente Popular: 4.430.322 votos.
Centro-derecha: 5.193.856 votos.
Independientes y votos en blanco: 91.641 votos.
Las juntas electorales tenían que reunirse el 20 de febrero para anunciar los resultados, pero
antes los partidos del Frente Popular se apoderaron de las actas procediendo a falsificarlas en
trece provincias para que salieran los candidatos de esta formación. Ante este escándalo se
crea una comisión parlamentaria para investigar los hechos pero el Frente Popular recibe los
votos del PNV para dar validez a las actas electorales fraudulentas. De esta forma, aunque el
Frente Popular sólo había conseguido en principio 200 diputados alcanzó la mayoría absoluta.
Estas Cortes protagonizaron un doble golpe de Estado:
Se declararon indisolubles.
Destituyeron al Presidente de la República, el conservador Niceto Alcalá Zamora (a
cuya familia secuestraron para que dimitiera) so capa de que había disuelto dos veces
el parlamento (1933 y 1936; la segunda a instancias de Azaña para echar a la coalición
radical-cedista del poder), lo que parecía ir en contra de la Constitución del 31. Azaña
será nombrado el nuevo presidente de la República.
Por lo que respecta a la formación del nuevo gobierno, Largo Caballero se negó a que Indalecio
Prieto fuera presidente de Gobierno. Se trataba de dejar solo en el ejecutivo a la Izquierda
Republicana de Azaña. Sin tramitación parlamentaria y sin los resultados definitivos de las
elecciones, el presidente de la República, Manuel Azaña, nombra a un nuevo presidente: el
azañista Casares Quiroga. De esa manera, el PSOE tenía las manos libres para iniciar la lucha
contra la Segunda República desde la calle.
Entre febrero y julio de 1936 se desata un proceso revolucionario conocido como la
“Primavera Trágica”. Las milicias socialistas, anarquistas, falangistas y carlistas se tirotean
entre sí con más de trescientos muertos. Gil Robles y Calvo Sotelo pidieron al nuevo gobierno
de Casares Quiroga y al flamante presidente de la República, Azaña, que intervinieran para
evitar esa espiral de violencia, pero no hicieron nada.
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12. En el mes de marzo, se reunieron varios generales (entre otros, Franco, Mola y Fanjul) en casa
de un miembro de la CEDA llamado José Delegado. Sacaron dos conclusiones:
El Ejército era la única alternativa al proceso de disolución de la Segunda República.
El pronunciamiento militar no va a ir contra la República, sino contra un gobierno y un
parlamento ilegítimamente constituidos porque no había un escrutinio oficial de los
resultados y faltaba aún la segunda vuelta electoral.
Mola propone implantar una dictadura militar republicana.
En ese mismo mes, Largo Caballero propuso la disolución del Ejército y su sustitución por
milicias armadas que deberían estar integradas por socialistas, comunistas y anarquistas
(Ejército Rojo o Alianzas Obreras)
Antes de que Azaña y su recién nombrado primer ministro, José Giral, autorizaran el reparto
de armas entre los milicianos (julio), éstos ya las habían recibido procedentes de depósitos
ocultos desde la Revolución de octubre del 34. Su objetivo será la conquista del poder
mediante la violencia: sus víctimas serán los políticos que están fuera o que no apoyan al
Frente Popular, los católicos y finalmente la propia República presidida por Azaña. Conforme
avance la guerra, las diversas facciones de milicianos se matarán entre sí.
También, desde febrero de 1936, el Frente Popular acabó con lo que quedaba de
independencia del poder judicial. Los jueces que no compartieron cualquiera de las alternativas
revolucionarias (socialistas, comunista e incluso la anarquista) fueron separados de su cargo.
Cuando llegue el mes de julio, los que no se han pasado ya al bando nacional, se irán al
extranjero o terminarán fusilados.
En la madrugada del 13 de julio, miembros de “La motorizada”, que era el cuerpo de
guardaespaldas del socialista Indalecio Prieto, fueron a asesinar a los líderes del Bloque
Nacional (partido monárquico de inspiración maurista) José Calvo Sotelo y Antonio
Goicoechea; y a José María Gil Robles, líder representante de la CEDA. Sólo encontraron en su
casa a Calvo Sotelo que había sido amenazado de muerte por el presidente del Gobierno
Casares Quiroga en las Cortes. Tras el asesinato se refugiaron en casa de la socialista Margarita
Nelken y durante la Guerra Civil fueron muy favorecidos por Prieto.
El propósito del triple intento de magnicidio era provocar la reacción de los sectores del
Ejército que se oponían a los proyectos del Frente Popular para liquidarlos.
El asesinato de Calvo Sotelo aceleró los preparativos del golpe militar contra el Frente Popular
que estaba preparando el general Mola. El 14 de julio, Mola concluyó un acuerdo con Fal
Conde de Comunión Tradicionalista y José Antonio Primo de Rivera (que estaba en la cárcel de
Alicante por llevar una pistola) de Falange Española. Un día más tarde, Mola recibió un
mensaje de Franco en el que le anunciaba su participación definitiva en el alzamiento.
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