La CIA jugó un papel clave en la Transición española tras la muerte de Franco, diseñando el proceso en su sede central para evitar un cambio social profundo. Tuteló la Transición contactando con diferentes sectores en España y ayudó a reorientar la oposición, particularmente al PSOE. Además, tuvo conocimiento previo del golpe del 23F aunque sabía que fallaría, y mantiene aún presencia en España a través de sus bases militares.