Entre 1982 y 1985, Arquímedes Puccio y su familia secuestraron y asesinaron a tres empresarios en su casa en Buenos Aires. Puccio involucró a sus hijos y otros cómplices en los secuestros extorsivos. Finalmente, Puccio y algunos de sus cómplices fueron detenidos y condenados a prisión perpetua, mientras que sus hijos también recibieron condenas por su participación en los crímenes.