La casa de tres patios de Mies van der Rohe fue concebida como un proyecto nunca construido con un programa singular basado en un solo dormitorio. El diseño se basa en la geometría, la línea rectora y la estructura independiente que envuelve la obra e impone su jerarquía, produciendo una simetría horizontal. El volumen adquiere su forma final por sustracción de algunas de sus partes y mediante la ambigüedad entre figuras huecas y plásticas.