Las neurociencias estudian el sistema nervioso y han demostrado que los primeros meses de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro, ya que se crean dos billones de neuronas. Sin embargo, solo con estimulación cognitiva, afectiva y experiencias adecuadas durante la primera infancia es posible alcanzar el pleno desarrollo. Los niños estimulados tempranamente tienen mayor capacidad de aprendizaje y regulación emocional, mientras que aquellos con falta de estimulación corren el riesgo de daños permanentes.