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SE M IN A R IO I.
LAS PROMESAS GLORIOSAS
DEL SANTUARIO
Con historias e ilustraciones
Dr. Alberto R. Treiyer
Copyright © 1994 por Dr. Alberto R. Treiyer
Publicado y distribuido por
Creation Enterprises International.
Siloam Springs, Arkansas 72761
Ninguna porción de este libro puede ser reproducida
sin autorización escrita del autor.
Cubierta por José A. Drasich Colliard
I S B N 1 - 8 8 2 8 4 6 - 0 5 - 2
COMENTARIOS
He terminado de leer las lecciones que Ud. preparó sobre el tema del mh*
tuario y estoy muy bien impresionado con ellas. Las aplicaciones espiniuulm
que Ud. extrae están basadas en sólidos análisis exegéticos del 1
bíblico y no en especulaciones fantasiosas. El uso de ilustraciones a lo litin» *
de las lecciones le permite al estudiante entender más fácil el mensaje y * 1
impacto de la teología del santuario en su propia vida. 1
Su experiencia como profesor de teología ha enriquecido el docum* m
i»
con elementos pedagógicos propios. Hay una progresión obvia en el clrnii
rollo de los temas y en la estructura de las lecciones. Las preguntas ni U
<
lecciones son claras y están bien parafraseadas. Las referencias bíblica lint
sido bien escogidas.
Este juego de lecciones será de gran ayuda para pastores y laicos bii n !»•
formados que estén interesados en dar seminarios sobre el tema del sanlunilii
Lo felicito por tomar la iniciativa en esta área.
Que el Señor continúe bendiciéndolo mientras ministra a su iglesia,
Dr. Angel Manuel Rodi iV
.hi *
Associate Diin im
Biblical Research Instituí»
General Conference ofthe Seventh-day Advcniiii»
30 de Agosto de l'Wt

El Dr. Alberto R. Treiyer ha hecho un servicio real a los pastoio a
presentar el mensaje bíblico del santuario celestial en un formato crisicx ■
u
a !-- * ’ < i i i • i f i ^ _1_ki
*
. Laspromesasgloriosas del santuario.
sús como nuestro sumo sacerdote que intercede en nuestro favor. Todos los
stores deben leer y compartir estas cosas maravillosas con sus miembros.
Pr. James A. Cress.
Ministerial Association Secretary
General Conference of Seventh-day Adventists.
21 de diciembre de 1993.
He aquí lecciones que estaban faltando desde hacía mucho tiempo-
iones que hacen relevante el mensaje del santuario, no sólo para hoy, sino
ue es más importante aún, para la vida diaria. Las aplicaciones prácticas
Dr. Treiyer, así como su enfoque cristocéntrico y sus ilustraciones per-
iles, serán muy apreciadas tanto por pastores como por miembros de
;ia.
Pr. Gary L. Jensen.
Pastor of Atholton Seventh-day Adventist Church.
Columbia, MD.
7 de febrero de 1994.
INDICE
SEMINARIO I
LAS PROMESAS GLORIOSAS DEL
SANTUARIO
Dr. Alberto R. Treiyer
Comentarios.....................................................................................................3
Indice...............................................................................................................5
Introducción.....................................................................................................7
1. El templo en el cual pronto adoraremos....................................................15
2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy..............................................29
3. La contaminación del santuario, y los sacrificios......................................49
4. La paradoja del evangelio en sombras...................................................... 67
5. Liberación de la carga del pecado...................................... 83
6. La contaminación del santuario, y la pena de muerte..............................101
7. El misterioso macho cabrío Azazel.........................................................123
8. Lecciones del arca del pacto....................................................................141
9. Proceso judicial cósmico.........................................................................161
10. El descenso de la gloria prometida .......................................................185
INTRODUCCION
Estudiante (o hermano): ¿Todavía insisten en el tema del santuario?
Maestro (profesor, pastor o anciano): ¡Sí, todavía!
Estudiante: ¿Porqué?
Maestro: Porque:
"el santuario que está en el cielo es el mismo centro de la obra de
Cristo en favor del hombre. Concierne a toda alma viviente sobre
la tierra. Abre ante la vista el plan de redención, proyectándonos:
hasta el mismo fin del tiempo, y revelando él resultado triunfal del
conflicto entre la justicia y el pecado. Es de la mayor importancia
que todos investiguen cuidadosamente estos temas, y estén capaci­
tados para dar respuesta a todos los que demanden razón de la'
esperanza que hay en ellos" (Cristo en su Santuario, 52).
Estudiante: /Pero ese es un tema muy difícil!
Maestro: Hasta cierto punto eso es cierto.
"El significado del sistema de culto judaico todavía m sé entiende
plenamente. Verdades vastas y profundas son tosquejadas poí*su^
ritos y símbolos." Pero "el evangelio es .la Have que abre sus
misterios. Por medio de un conocimiento del plan de redención, sus’
verdades son abiertas al entendimiento. Es nuestro privilegio
entender estos maravillosos3emas en un grado muchp mayor de té
que los entendemos" (Palabras de Vida del Gran Maetír0> lO3),
Kstudiante: ¿Le parece, entonces, que todos los que quieran van a
i♦
«
nltr entender este estudio del santuario?
, Maestro: ¡Por supuesto que sí! Se ha avanzado mucho en la comprensión
•lneste tema en estos últimos años. Por consiguiente, resulta más fácil simpli­
ficar sus verdades esenciales. Los descubrimientos más recientes también
*«infirman nuestra posición histórica. A medida que comprendamos mejor las
iMomcsas gloriosas del santuario y sus servicios, encontraremos que un estu­
llocomo éste se volverá más fascinante.
No olvidemos, por otra parte, que lo difícil o lo fácil lo determinan en gran
•Hedida el interés o desinterés que se tenga en conocer los misterios que el
♦nitor reveló en su Palabra. Por esta razón, para aquellos que estén más
jiilcrcsados en no perderse su programa nocturno de TV, o estén demasiado
*«irgudos con los asuntos de esta vida (véase Luc 21:34-36), es probable que
M
e
? curso no les sirva de entretenimiento. A gente que tema su cabeza en
•U
ha cosas, y revelaba poco o nada de interés en estos temas, Pablo les
itribió de esta manera en:
Blb 5:11?14= "De esto hay mucho que decir, y difícil de explicar,
■poique sois lentos paca oír. Debiendo ser ya maestros después de
, tanto tiempo, necesitáis que se os enseñen los primeros rudimentos de
la Palabra de Dios. Habéis llegado a necesitar leche, y no alimento
¡ sólido. Todo el que se nutre dé.leche, es incapaz de entender la
doctrina de la justificación^ porque aún es niño. Por el contrario, d
Alimento sólido es para los adultos, para los que por la costumbre
tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien yel mal."
Alumno: ¡Tantas cosas se escuchan hoy acerca del simbolismo del
iMuatio...! ¿Será por eso que mucha gente está confundida sobre un buen
tmrro de tópicos ligados al santuario y sus servicios?
Muestro: Hay que reconocer que la confusión tan grande que impera en
i mundo cristiano y judío sobre estos temas se debe, esencialmente, a la
••manda. El diablo buscó siempre ocultar la preciosa verdad del evangelio
tnlvación en Cristo. No pudo evitar que se sellase el pacto de nuestra
<
Unción con la muerte de Jesús en la cruz, pero logró durante mucho tiempo
iM
iltnr el valor de su ministerio como sumo sacerdote en el templo celestial,
•tu <|ue la gente no recurriese a él y obtuviese "el oportuno socorro" (Heb
Según vimos, Pablo encontraba dificultad ya en el primer siglo para
4
»
‘ifsar a la gente de sus días en este mensaje tan esencial para nuestra
luición.
Alumno: ¿Podría darnos un ejemplo de la ignorancia a la que hace
referencia y que, según menciona, es la causante de tanta confusión?
Maestro: Las razones por las cuales se descuidó este tema a lo largo de
los siglos son múltiples. Porm Jado^d,JmpacACLdeJa^tosQfía-jdualista:ftrie^a
dj&Platónr_bQCTád&-la'€onciencia~de^os-€ristianoS'la convicción deque^oJlcg
adorabaivpo^fo-en el santuario celestial, en donde Jesús comparecía^delantp
de Dios para interceder por ellos (Heb 7:25; 8:1-5). Así debilitada y destruida
la realidad temporal y espacial del santuario celestial y su sacerdocio, no fue
difícil atraer ya ea el tercer siglo; y durante prácticamente toda la Edad
Media, la atención de la gente a un sacrificio y sacerdocio terrenales que
eclipsase el ministerio sacerdotal..de Cristo en el cielo*
Es cierto que la Reforma del S. XVI y luego la libertad de pensamiento
que se produjo a fines del S. XVIII como resultado de la Revolución
Francesa, permitió un gran despertar en el estudio de la Biblia. Pero el
racionalismo moderno que permeó entonces todos los estratos del
conocimiento, logró hacer mella en la mayoría de los teólogos modernos. En
lugar de buscar entender el mensaje del ritual del culto antiguo, los esfuerzos
de muchos teólogos, especialmente en Europa y más recientemente en
América, fueron desviados hacia un estudio hipotético y estéril de
reconstrucción histórica racionalista y evolucionista de las leyes mosaicas,
que contradecía el testimonio bíblico.1
Alumno: 1
Sueno, bueno... Ya está empleando Ud. algunas palabras
filosóficas como "racionalista y evolucionista." Si se le escapan algunos
términos especializados más de esta naturaleza, ¿no le parece que va a
limitarse la audiencia que se interese en el material de este seminario?
Maestro: Hay más gente educada hoy de lo que a menudo se piensa, y
más gente que desea superarse aún intelectualmente de lo que muchos
imaginan. De todas maneras, para tranquilidad de los simples, este seminario
no se caracteriza por contener términos técnicos comprensibles sólo por
teólogos o profesionales en la materia. Está adaptado a la comprensión de
todo público, de tal manera que aún si en alguna que otra instancia pueda
aparecer algún vocablo que a algunos les resulte algo técnico, se aclara su
significado. Además, el material está lleno de anécdotas y hechos de la vida
real que facilitan su comprensión.
1 Véase ejemplos en A. Treiyer, The Day of Atonement and the Heavenly Sanctuary.
From the Pentateuch to Revelation (Creation Enterprises International, Siloam Springs,
Arkansas 72761, 1992), 107-128,149.
10 Laspromesas gloriosas del santuario
Alumno: Está bien, pero en esencia, ¿cómo puedo yo saber, después de
haber escuchado tantas posiciones divergentes, que este seminario no
presentará una posición más entre el montón?
Maestro: El hecho de que haya muchas religiones, no significa que no
haya una verdadera, así como el hecho de que haya monedas falsas, no
significa que no haya monedas verdaderas. Este seminario es un estudio de la
Biblia, y todo lo que se dice está basado en un estudio serio de la Palabra de
Dios. Los que participen de este estudio descubrirán las respuestas a muchas
de las preguntas y cuestionamientos levantados en estos últimos años.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que se ha avanzado mucho en la
comprensión de estos temas en esta última década. Gracias a ciertos teólogos
judíos modernos que han emprendido la tarea de estudiar a fondo el ritual
bíblico que se efectuaba en el santuario de Israel, muchas de las teorías
discordantes y contradictorias que arrojaban confusión en tiempos pasados,
se han vuelto obsoletas. Si bien estos teólogos han confrontado sus
diferencias muy francamente en ocasiones, los resultados que se pueden
jbtener gracias a sus estudios, son extraordinarios.
Aunque los autores judíos en general, no manifiestan interés en la
nterpretación del ritual mosaico que ofrece el Nuevo Testamento, sus
estudios están destinados a afectar su comprensión, pues ofrecen un
panorama más amplio sobre estos temas que el que se podía percibir años
itrás. Sería pues, lamentable que los resultados de tales estudios queden
elegados a un archivo bibliotecario, sin que pueda llegarse con su precioso
nensaje a todos los que anhelan tener un conocimiento mayor del plan de
)ios para con su pueblo y la humanidad.
Todo^buscamos la verdad, y es no sólo nuestrp privilegi^g^sino tajgbié^
u e s ^ 3 ^ ^ ^9^4?Len la comprensión del mensaje del Seño£. En^el
^gistea sagrado se consideró más nobles a los de Berea que a los^de
H ech17:10-11^ ía Palabra de todo corazón, y
examinaban cada día las Escrituras, para ver si esas cosas eran asf1
¿Nos considerará el cielo menos nobles a nosotros, por no interesamos en
tudios de esta naturaleza, como consideró la Escritura divina a los de
!^Salónica en la época de los apóstoles?
j
I Alumno: ¿Se explica en este estudio el simbolismo de cada mueble del
| mtuario de Israel, y sus características, como a menudo se ha hecho en lo
| isado al estudiar estos temas?
Introducción 11
Maestro: Algo de eso también se estudiará, pues no puede negarse su
importancia. Israel énfasis,estará,puesto no tanto en un simbolismoestátí«o,
como.lo. es eL de los muebígs, sino,,en..,los. servicios; del-santuqéo, su
funcionalidad y dinamismo. La jiecesidad más urgente que tenemos es lifc.de
entender claramente el propósito de todo el ritual antiguo,. lft.proyección^
mensaje.de sus servicios*.Sólo así estaremos en condiciones de entender sus
dimensiones más abarcantes en la historia de Israel, y en el futuro ministerio
del Hijo de Dios que sus "sombras" proyectaban.
Alumno: ¿Se refiere Ud. al papel del Hijo de Dios en el juicio
investigador o, como otros lo han llamado también, juicio previo al
advenimiento de Cristo?
Maestro: No sólo al juicio investigador, sino a todo el ministerio del Hijo
de Dios, según se lo representaba en el ritual antiguo. Debemos recordar que
el culto antiguo, tomado en su conjunto, con su santuario y su sistema de
sacrificios, es considerado en el Nuevo Testamento como "tipo" o "figura"
(Heb 8:5), "sombra" (Heb 8:5; 10:1), "parábola" o "símbolo" (Heb 9:9) del
evangelio de salvación que el Hijo de Dios debía cumplir en la nueva
dispensación (Heb 4:2). A esto se refiere E. de White cuando dice que:
"por cuanto era de institución divina, todo el sistema del judaismo era
Alumno: En estos últimos años, algunos autores han puesto en tela de
juicio la hipótesis del juicio investigador. ¿Se tiene en cuenta en este semi­
nario, la crítica que estos autores han hecho en este punto?
Maestro: Bueno, por lo que veo, alguna información general parece tener
Ud., y no puede ocultar ya su interés en el tema. Esto me conforta. Hace unos
momentos temía que su pregunta acerca de si el material sería asequible a
todo público revelase falta de interés en estos temas. De todas maneras,
permítame corregirlo. El juicio investigador no es una hipótesis, sino una
doctrina bíblica. Ya sea en símbolo o en la realidad misma, la doctrina de un
juicio celestial analítico que considera los hechos de los hombres antes de
otorgar el premio o el castigo prometidos, está claramente enseñada en la
Biblia, desde el mismo Génesis hasta el Apocalipsis.
En lo que respecta a si vamos a tener en cuenta las críticas que se han
hecho al tema, ya lo dijimos desde el comienzo. Este será un estudio bíblico,
no un estudio informativo de las posiciones divergentes que se han escrito
i> I.nspromesasgloriosas del santuario
i|»rc el particular.2 Sin- embargo, en las preguntas y respuestas, y en el
itíarrollo de la sección explicativa, se encontrarán las respuestas que la
'•ililia da a todos los planteamientos básicos levantados en estos últimos años
•ilirc los temas que se consideren. Se darán referencias bibliográficas para
••lucilos que quieran información adicional.
Alumno: Por lo que veo, cada lección tiene diez preguntas, y el mate-
mi complementario para el maestro es bastante abundante. ¿Cree Ud. que
••
tiremos abarcar una lección por cada reunión?
Maestro: Hay lugares en donde los que asisten a los seminarios tienen
,«
I por conocer a fondo estos temas, y se sienten cómodos estudiando juntos
un hora y media o dos. Sin embargo, si así se lo desea, puede darse a las
it iones un enfoque más simple. En lugar de considerarse las 10 preguntas
un contiene cada lección, los maestros pueden elegir las que les parezcan
'i* relevantes. En el caso de que haya un interés marcado en determinado
mu y el tiempo no permita su análisis completo en una sola reunión, puede
(•mearse su estudio para dos reuniones.
No olvidemos que estamos en una época en donde hay un interés marcado
•la gente por conocer la Biblia, y en donde al mismo tiempo, mucha gente
iii lan ocupada con las actividades del día, que le resulta difícil encontrar
m hora que convenga a todos para estudios de esta naturaleza. Por esta
•iiii, a veces es más fácil encontrar una hora adecuada por semana para
iudiar estos temas cuando se forman pequeños grupos que se reúnen en
tintos hogares. Al mismo tiempo, es más fácil invitar a amigos y vecinos a
ins grupos de hogar, pues la reunión se realiza cerca de dónde viven.
Alumno: Esto es interesante. Confieso que comienzo a interesarme en
<
>
-m
a
. Pero me queda una pregunta más. Es evidente, por las respuestas
• Ud. ha dado, que aunque se ha buscado presentar enforma sencilla el
itrrial de este seminario, se responderá también a inquietudes teológicas.
•obstante, ¿qué valorpráctico puede tener un estudio talpara mi vida?
Maestro: Este seminario apela a la mente y al corazón. Es justamente la
mliinación de ambas cosas lo que lo hace más interesante. Por doquiera que
lm presentado, ya sea en iglesias como en seminarios para pastores, ha
Ios que deseen un material de esta naturaleza, que responda a centenares de preguntas
■
<
chan hecho sobre diversos tópicos relativos al tema del santuario, pueden adquirirlo
II°bra mencionada en la nota anterior que servirá de.complemento de este seminario,
i todos los que quieran conocer más a fondo estos temas.
Introducción 13
producido reacciones muy positivas. Muchos pastores confiesan que antes
exponían en sus iglesias estos temas en forma muy general, destacando
mayormente el simbolismo de los muebles y del santuario, pero que ahora se
entusiasman viendo las dimensiones teológico-prácticas tan abarcantes que
allí estaban, en la Palabra de Dios, esperando ser descubiertas para fortalecer
nuestra fe y enriquecer nuestra vida espiritual. t
Estudiante: Pero, ¿no le parece que. es. mejorsaber, que Cristo^mora en
nuestro^corazón, que imaginarlo en el cielo intercediendo por'nosó
Maestro: En cuanto a si es mejor saber que Cristo mora en nuestro
corazón, que saber que intercede en el santuario celestial, habría mucho para
decir. Creo que éste es un problema que está afectando hoy muy fuertemente
al cristianismo. Aunque sea de rebote, ese problema logra a veces hacer mella
también en nuestra iglesia. Pienso que es un gran privilegio el que todos
tenemos de buscar a Cristo y de hallarlo, y de tenerlo además en nuestro
corazón. Pero para ello debemos buscarlo en donde él está, y saber lo que
hace por nosotros. Si por el contrario, como muchos lo hacen hoy, buscamos
a Cristo en nuestro corazón, es decir, en nuestro interior, en nuestros
sentidos, nuestra religión pasará a depender de lo que sentimos, en lugar de
depender de lo que Cristo dice en su Palabra y hace por nosotros en el cielo.
El cristianismo es una religión de principios, y debemos precavemos de
transformarlo en algo tan inestable como los, sentidos y sentimientos
humanos. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso,
¿quién lo conocerá?" (Jer 17:9). Es justamente allí en donde el diablo procura
introducirse para presentarse como "ángel de luz," con el propósito de
engañamos y pervertir la obra de Cristo en nuestra vida (2 Cor 11:13-15). De
hecho, si nos quedamos sólo con un Cristo espiritualizado en nuestra vida,
predicaremos un evangelio inconcluso y perderemos de vista el rumbo que el
Señor quiere que pongamos a nuestra existencia para evitar que seamos
descarriados.'
Hay una finalidad en el evangelio que va más allá del momento presente
en que vivimos, y que involucra no sólo la redención de nuestra vida
personal, sino de toda la humanidad y del universo entero. Esto es de suma
importancia para nosotros. No debemos limitar a Dios. Si Dios revela en Su
Palabra Su plan para la redención humana, por qué habríamos nosotros de
buscar determinar qué es esencial y qué no lo es? Sólo un evangelio completo
construye murallas seguras de protección contra el pecado, de tal manera que
el diablo no pueda encontrar ningún punto débil para hacemos caerr De allí la
importancia que hay en comprender bien los libros de Levítico, Daniel,
IMSpromesas gloriosas del santuario
Hebreos y Apocalipsis. Si el mensaje de esos libros no fuesen esenciales, no
habría razón para que Dios los incluyese en Su Palabra.
Es mi convicción que seminarios de este tipo ayudarán a muchos
hermanos en Cristo a librarse no solamente de muchas dudas, sino también de
muchosmales que aquejan a la iglesia del Señor. En efecto:
fia correcta comprensión del "ministerio del santuario celestial ¿S el
^fundamento de nuestra fen(Pyangelimo. 165). ^ J
No solamente nos señala cuál es nuestra misión en la tierra, sino que
también nos hace un pueblo peculiar, con un conjunto de verdades especiales
cuyos eslabones no pueden desprenderse ni de su estructura ni de sus
servicios. Sólo los que comprendan claramente todos estos temas, serán
librados de los engaños finales, y estarán así capacitados para atravesar la
crisis final (véase Mat 7:21-23; 24:11,23-24; 2 Tes 2:9-12; Apoc 12:9;
13:13-14; 16:13-14; 18:23; 19:20; 20:3).

i
I
LECCION I i
I
EL TEMPLO EN EL CUAL PRONTO '
ADORAREMOS ¡
I
n este mundo hay muchos templos que los hombres con»l ^
gran a sus dioses. El hecho de que la gente asista a ellt |
con frecuencia, revela el deseo tan grande que hay en la Ity
manidad de poder comparecer ante un ser superior. Ttxlo
buscamos suplir nuestras deficiencias con la suficiencia <
1
vina, nuestra finitud con su infinitud, nuestro temor con su paz.
Pero el acceso a Dios que se nos concede hoy es espiritual. No podcnu
todavía contemplar a Dios con nuestros propios ojos (Juan 1:18). S|
embargo, la Biblia nos promete que llegará el día, y está cercano, en tju
todos los que anhelen de corazón comparecer en la presencia de Dios, podrí ^
contemplarlo cara a cara (Apoc 22:4^. Esto ocurrirá cuando el Señor llevui
a su gloria, al templo que está en ¿1 cielo y en donde Dios tiene su trono,
aquellos que invocaron su nombre aquí en la tierra.
¿Cómo es ese templo? ¿Qué significado tiene para con nosotros hoy
¿Quién es el ministro que atiende a las súplicas que allí llegan de la tierri
¿Cuándo adoraremos sin velo alguno en él? La Biblia responde en fonrf
clara a todos estos interrogantes. ¡
I
El tesoro escondido. |
En la niñez y en los primeros años de la juventud, tuve la oportunidad d j
participar en actividades que mi iglesia preparaba para los jóvenes. Entre k |
muchos entretenimientos sanos que teníamos, recuerdo uno que consistía o ^
buscar el tesoro escondido. Desde cierto lugar de partida, había que ¡
descubriendo las señas e indicaciones que los organizadores del juego habíiw
dejado a lo largo del camino. Esas indicaciones no siempre eran todo l
<
explícitas que hubiéramos deseado, pero nos daban las pautas necesarias par
)
*
Por información adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación
la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988
339-351, 373-384; The Day of Atonement and the Heavenly Judgment. From ih
Pentateuch to Revelation (Creation Enterprises International, Siloam Sprint
Arkansas 72761), 369-382, 406-417.
lfi LüSpromesas gloriosas del santuario
encontrásemos la siguiente indicación, hasta llegar a descubrir el tesoro
ÜCondido. Ese tesoro quedaba con el que primero lo encontraba.
* Así también, Dios- no- nos*revela? de*una *
.vez..emla Biblia;- todo? lorque
falliéramos* saber* del- templo"celestial^y*de^nuestra*- vida-*en*-eL más. allá,
porque el Señor quiere llevamos de sorpresa en sorpresas descubrir siempre
nuovas y más emocionantes* “buenas nuevas” que él nos da acerca de las
preciosas verdades del evangelio. De esta forma, la vida cristiana está llena
i t emociones que Dios sembró a lo largo del camino, para que nos sea
placentero el recorrido hasta donde está nuestro tesoro, la patria celestial que
ficlbiremos como herencia.
Esto se ve especialmente cuando tratamos de estudiar las indicaciones que
Dios dio a sus profetas en la antigüedad, relativas a la construcción de un^
lliníuario que sirviese de culto a los israelitas, y de_habitación suyajjara
morar en medio de su pueblo. Dios dioJantos ^detalles^sobre su^constmcción y
funcionamientoj^ue, a medida que los estudiamos^ vamos descubriendo su
jgnlñcado, y haciéndonos una idea de lo maravilloso que será cuando
BPdnmos presenciar~el gran original que está en el cielo. A diferencia'del'
Juego, sin embargo',' no sólo uno'/ smo todos los que sigan las indicaciones del
de Dios bosquejado1eñ l^^símBoIorBel santuario, encontraran el tesoro
M
Ctmdido,,y l^poseerán "....
L El modelo o maqueta (
<
tabenit) del templo celestial que Moisés vio
en visión (mare’)= Heb 8j5; cf. Ex 25:40.
[¿A quién reveló Dios el “modelo” o “maqueta’’del templo celestial?]
iW
I*Moisés tuvo en el monte una visión del templo celestial (Heb 8:5). Sin
tffabnrgo, Dios no le reveló todo lo que hay en ese templo. De otra manera, le
nfili¡l&ra complicado las cosas a su siervo. En efecto, ¿cómo podría Moisés
Ixuir un templo, con las posibilidades tan escasas que tenía en el desierto,
que fuese en todo detalle equivalente al magnífico templo que está en el
? De esta forma, Dios le reveló los contornos más generales, para que
,9$e entender las grandes verdades del plan de salvación que emanan de
•*
. Leamos:
Desde que entró el pecado, Dios dispuso u organizó su templo celestial
para resolver el problema de la humanidad, y los funestos resultados que
introdujo el mal. Allí está la sede del gobierno de Dios, y el centro de
operación del universo. Ese gobierno y todo el ministerio que allí se lleva a
cabo, está abocado especialmente a atender y resolver el problema del peca­
do. Por esta razón, cuando estudiamos el diseño de la copia terrenal de ese
santuario en relación con su ministerio, descubrimos también de qué manera
Dios se propone acabar con el pecado, y limpiar esta única mancha que tiene
en el universo.
2. El diseño o estructura del templo y sus muebles.
[¿Cuál era el diseño o estructura de esa maqueta del templo celestial,
sobre la cual se inspiró Moisés para construir el antiguo santuario
del desierto?x¿Qué muebles había en cada lugar?]
Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 17
Lugar santísimo J Lugar santo
No podemos entrar ahora en todos los pormenores de ese templo que Dios
ordenó hacer, para representar el suyo allá en el cielo. En el siguiente estudio,
y en estudios futuros, iremos considerando más detalles. Destaquemos desde
ya, sin embargo, sus contornos más generales. En ese santuario había tres
lugares bien definidos, separados por velos o puertas. Acercándonos desde el
exterior, entramos al atrio o patio en donde había dos muebles: el altar en
donde se sacrificaban los holocaustos, y la fuente de bronce en donde se
lavaban los sacerdotes antes de entrar a los otros dos lugare's más interiores
del templo (Ex 40:30). *
Al pasar al primer cuarto interior, llamado “lugar santo”, encontramos
que el oro reluce por doquier. Está en la mesa de los panes, en el candelabro
18 Las promesas gloriosas del santuario
c
*
y en el altar del incienso. Este último mueble estaba más cerca del cuarto más:;
interior del templo que cualquiera de los otros muebles mencionados. Allí
comparecían los sacerdotes regularmente, todos los días del año, para
presentar las oraciones de su pueblo y rogar a Dios que fuesen aceptas en
virtud del sacrificio que había sido ofrecido.
Una vez dentro del “lugar santísimo”, todo cubierto de oro también,
descubrimos el mueble más sagrado que era el arca. El arca era una especie
de cofre que contenía, entre otrascosas, como un tesoro escondido, lo que
Juan llamará en Apocalipsis “maná escondido.” De ese maná con el cual
Dios alimentó a su pueblo en el desierto, podrán comer todos los que
persistan en la búsqueda del tesoro escondido y triunfen en la batalla de la fe
(Apoc 2:17).
Dos ángeles en actitud reverente, que fueron esculpidos y colocados en los
extremos de la tapa del arca, aparecían como custodiando la entrada a la
presencia de Dios. El trono de Dios se encontraba invisible encima del arca,
en medio de una nube espesa y oscura que cubría la gloria divina. La
imaginación puede llevamos a ver también a esos ángales o querubines, como
guardianes de lo que se encontraba guardado dentro del arca.
Todo esto lo veremos más en detalle en estudios sucesivos. Preguntémo­
nos ahora acerca de los propósitos que tenía ese templo que Moisés debió
construir según el trazado celestial.
3. Propósitos del templo terrenal.
[¿Qué propósitos tendría ese templo que Moisés hizo construir?]
Leyendo el libro del Éxodo, con todos sus detalles relativos a la construc­
ción y funcionamiento del santuario, algunos autores han tenido problemas
para entender su propósito. Al parecer, no encuentran emoción alguna en sen­
tarse a estudiar las medidas en codos y pulgadas del templo y de sus muebles.
Por estar razón hasta han llegado a expresar su consternación diciendo que
no entienden cómo el Espíritu Santo se detuvo a dar tantas especificaciones
que para nosotros, según ellos interpretan, no tienen ningún sentido.
-Sin embargo,- tanto el diseño del templo como su función están en la.
Palabra de Dios,..y si están allí, es porque Dios quiere quecos estudiemos. El
quiere que conozcamos las indicaciones básicas que esparció en su templo
para guiamos a encontrar finalmente el tesoro escondido. Tanto a Ezequiel y
a su pueblo cautivo en Babilonia; como a Juan y a la iglesia que mora en
medio de la'Babilonia mística o espiritual según el Apocalipsis, Dios les dio
la orcfen.de medisu templo ÍKz_43.:1.0-1I^Apor, 11^1V Su propósito es que
conozcamos el plan de Dios de quitamos del cautiverio del pecado y llevamos
a su gloria, para que moremos con él. , '
Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos
, *
¿Para qué sirve?
Vivimos en una sociedad tan sofisticada, que a menudo debemos gastar ^
buen tiempo para entender la razón de muchas cosas. Por ejemplo, cuanl
vemos nuevos productos que salen al mercado, lo primero que nos preguill
mos es, ¿para qué sirven? Y a menos que no entendamos su propósito, no
compramos. Cuando vamos a una casa nueva en donde el arquitecto procil
estampar su.originalidad en muchas cosas, también nos preguntamos aqullj
allí, ¿y esto para qué es? Si entendemos el propósito del arquitecto, y
gusta no sólo el arte revelado en su diseño, sino también su valor práctico,
funcionalidad para nuestro diario vivir, entonces querremos adquirirla pi,
habitar allí. H
Dios, también quiere que conozcamos cómo es su tenjplo, y entendaim
sus propósitos de amor y salvación que allí se revelan. Quiere (||
admiremos, además, su gusto arquitectónico, para que anhelemos morar n
’
para siempre (Apoc 3^12yJ7:15; 21.3,^etc). Así como los anfitriones anlicll
que los invitados de otro país se si^tan agusto durante su visita, así tambll
Dios quiere que nosotros nos gocemos con lo que preparó para nosotros eni
casa, de tal forma que queramos quedamos para vivir eternamente con él.
í
¡Qué lindo!, podemos pensar. ¡Dios va a descender para vivir
nosotros! Pero, ¿nos detenemos a pensar en las implicaciones de esta decisk
divina? Por ejemplo, ¿cómo podría Dios realmente morar con un pueb
pecador, sin manchar su reputación delante del universo? Felizmente,
Señor hizo provisión también para eso. Para proteger su nombre, i
prestigio, puso condiciones para morar en medio de su pueblo, es decir, ley
que ellos debían seguir rigurosamente si querían realmente que Di
permaneciese en su medio.
Pero Dios no solamente estableció leyes que preservasen la santidad dof*1
templo, sino también leyes que regulasen su servicio, teniendo en cuenta'M
situación pecaminosa de aquellos que vivirían en su medio, y ofreciendo I
«
servicios necesarios para que su pueblo pudiese purificarse y estar |
condiciones de vivir en la presencia divina. Esas leyes del, templo enseñabi^
al pueblo la doctrina de la redención. Eran “las buenas nuéyas” o “eVangelli
de salvación para todos los que buscasen beneficiarse' de sus servicio
Leamos en:
MI tiíX promesas gloriosas del santuario
ju
s antiguos recibieron ese evangelio de salvación a través de una copia,
| llura, sombra o parábola de las realidades celestiales venideras. A través de
representaciones terrenales, ellos debían dirigir sus ojos a la gran obra
fH
» inlvación que el Hijo de Dios iba a cumplir en el futuro por ellos,
(JliiK
’lumente en el templo celestial Lean conmigo algunos otros pasajes de la
pillóla a los Hebreos.
H
e*l> 9:24= “Porque no' entró ;Cristo„ en;el, santuario* he.chb.-de; mano,'
figura def v e r^ d é ro ^ i'^ e fé sS f^ 'd ^ c íé lo ^ S S ^ e ^ ^ S ^ ^ in is^ ^
pura presentarse ahora^qjnqsojxos^
l. Comparación entre la copia y el original.
|/,Cómo es el templo que está en el cielo, comparado con el antiguo
1 tabernáculo que construyó Moisés?]
l'inlcmos imaginamos la belleza y esplendor del templo celestial, cuando
j 'nlnnplamos el espectáculo que terminó siendo el santuario terrenal, en
•»vu interior resplandecía el oro. También podemos hacemos una idea de la
j'umvit y hermosura del templo celestial, viendo las obras tan variadas y
Kwnílicas de la creación terrenal. Un Dios que reveló un gusto tan exquisito
l»
t tocación de este mundo, difícilmente haría un templo vacío en la crea-
ihii rdcstial. Siendo el Artista por excelencia del universo, no podemos ima-
Jílltrnos su templo como careciendo de la gloria que caracterizó su ingenio
i
JMnoi
u
iriitlvidad^qué^ólo^rá'rñtéligéiíciá^Supreriia^pódíá^offecery
<
¡
» ^ (
No obstante la-semejanza que la Biblia atribuye al edificio celestial y a la
estructura terrenal, debe haber habido diferencias, así como la sombra se
diferencia de la realidad. En efecto, aunque entre la figura, sombra o
parábola del santuario celestial, y la realidad misma en los cielos, hay
similitudes en estructura y funcionamiento, también hay contrastes. ¿Cómo es
el templo celestial, según Pablo? Encontramos la respuesta en:
Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 21
Es evidente que los profetas no vieron todo lo que hay en el templo
celestial, sino sólo lo que Dios quiso revelarles. En-lugar-de-un- solo
candelabro-que-Moisés- ordenó -hacer- para- el--pequeño- tabernáculo- del
desierto,-por-ejemplo, Salomón dispuso diez para- su enorme- templo de
Jeñísálén (Apoc-' 1 H?4). Estos hechos nos muestran que aunque
no conozcamos todo lo que hay en el templo celestial, podemos saber que ese
templo no está vacío.
E. G: dé 'VVhiteif-':‘^l-resplepdo¿^ih^mp^Dl^dél| tabe®culo||eixen^|
- reflejaba a-ja.visfá humara:ía;glonajde"í^^
Cristo nuestro.precursor-piastra por^nosotros;apte^e¿trono deDios-;-
}
, v templo’
-Jleno dé',la^glOTTp^feícaQo;^efeT^o^dó^^
rjvfl^antesl'guairdianésicübrén^us;.^
• ; enc<jn^f eA Ía^á^^án& ^ÍL,éslTOciraa^queg|^há^^Sfic^^’;á[a^í^
. humanas,' más-que nn pálido réfiéjo 'de sú',iíimeiisicíáá^y ’d ^ í t ’
gfóriá?
. . Coa todo,'el santuario terrenal yesus-servicios revelaban- jumrortantes;
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-contíenéi|a;ley'de'Di6sfél¿áTtar:deI^^
jf:r,;'de¿servicnG5qüe**s^“e:
iíc6n^
[¿Dónde adoraban los antiguos en el templo que Moisés levantó, de
acuerdo al modelo que recibió en visión?]
Ahora nos corresponde averiguar el lugar que ocupaban los adoradores en
este templo singular. ¿Dónde se reunían ellos con el Señor? Fuera de los
lugares santo y santísimo, pero dentro del santuario aún, en el patio. Allí, a la
entrada del Tabernáculo de Reunión, cerca del altar de los sacrificios, se
reunían los adoradores con Dios, dirigiendo sus ojos por fe hacia los lugares
interiores del templo en donde habitaba la Deidad. Leamos:

3Sí;:
í.29;
:4233á:S^
plifgéheraÜqne^iiaiíte^
f^yq$ol^$:pará&aMi^
Con respecto a los sacrificios, conviene acotar que no eran aceptados si no
se ofrecían en ese lugar. Esta ley debía ser respetada aún por los extranjeros
que vivían entre los israelitas. Esto estaba en armonía con el primero y
segundo mandamientos, en donde Dios se presenta a sí mismo como “Dios
celoso,” que no acepta otro dios delante de él.
5. El acercamiento a Dios en su tem plo.^
El patio era también el lugar en donde se convocaba al pueblo mediante la
trompeta que hacían sonar los sacerdotes para ocasiones especiales. Entre
esas ocasiones estaban las fiestas y festivales de nuevas lunas, etc. Leamos:
¿Quiénes podían asistir a las reuniones en el patio del templo? ¿Hl
entrada libre? Siendo un lugar sagrado, por ejemplo, podrían los leprosa
impuros ritualmente, acercarse al Señor en esta área del templo? Sorprem
temente no. A pesar del hecho de que uno de los propósitos del santuario
purificar al pueblo, muchos impuros físicamente no podían acercan
templo en primera instancia. En el caso de que se curasen, debían pri:
purificarse fuera del santuario y, como en otros casos, también fuera
campamento o ciudad en donde vivían (véase El Día de la Expiación..., 1
169).
Posteriormente,..esta, área.del.templo,.fue dividida en*cuatro- secciones:
patio-de-los-gentiles; el-patio de-las mujeres, el patio de Israel.y__el patio do
sacerdotes. Los paganos no podían entrar en los tres patios más interiore!
pena de muerte (Ez 44:7; Hech 21:18-31,36; 22:22). No obstante,
aceptaban la religión de Israel, tenían la certeza de que sus sacrificios sepj
aceptados en el altar del Señor (Lev 17:8-9; Isa 56:6-7; etc).
6. El acercamiento a Dios a través del sacerdocio.
[¿A través de quiénes podían los adoradores acercarse a Dios en
templo, en el antiguo Israel?]
¿Podía el pueblo entrar físicamente también en los cuartos-interiores
templo, a saber, dentro de los lugares santo y santísimo? La respuesta es O
í
vez, no. Esta era el área exclusiva para el ministerio de lós sacerdotes.
Otras personas trataron más tarde obtener este honor, y se rebelurj
contra Moisés y Aarón. La rebelión se extendió de tal manera que casi todll
asamblea compartió el mismo espíritu de insubordinación. Para detener ^
espíritu, el Señor intervino destruyendo a miles de entre el pueblo, y con
mando a Aarón y a sus hijos como los únicos sacerdotes aceptados en
presencia. Pasado este triste episodio, los israelitas terminaron diciendo
que encontramos en:
Como respuesta a su triste clamor, el Señor determinó otra vez que nd
los sacerdotes señalados por él podrían entrar en los cuatros interiores (
|
santuario para oficiar en favor de ellos. Leamos:
Ti/a1promesas gloriosas del santuario
ibl
.q Nilm 18:7= Tero.tu y tus.hijos;^ar^eist^estro$ac^<tócip en todo,
I
C
)t lo concerniente al t altar,cy:{á~
5V
^^^
ministraréis. Yo'os he dado endón el servicio dé Vuestro sacerdocio.*
]1
1extrano^ue se.acerque * 5
C
li
C
l
^ 1;slo no quería decir que el pueblo no podía entrar espiritualmente en la
vrncia del Señor, dentro de los cuartos interiores del santuario. Podían y
i>!«iiui seguir por fe el ritual que los sacerdotes llevaban a cabo allí en;su
jMvnr. Era justamente allí, compareciendo por fe, que los pecadores podían
m
»mitrar refugio y protección contra toda calumnia y malvada provocación.
, t Iramos algunos pasajes de los salmos. En los salmos encontramos no
»r
pMuunenie leyes divinas que regulaban el funcionamiento del templo, sino
.jMmhltfn la manera en que los adoradores sentían y experimentaban su
<
«
•rugimiento a Dios. David dijo, por ejemplo, en:
fJul 5:7=
N
m
I .U:19-20=fc¡Cuan;grande^esvtu;bóndad?
que has guardado para íos
j. que te honran^ que;concedes~;a los queserefugian en ti, ante los hom-?
lu’
csl En Iq
:secreto: ae;ju p r e ^ mingas del
hombre; los¿güarciafi:
érV'tú'mórdda, /a cubierto' de :1a coritiénda: dé
l e n g u a s : «°v,<v.i’xr*,"v ’'. --: « ^ ^ *
;x
)tl
Í«IC
1sacerdote a través del cual nos acercamos hoy a Dios.
$ [A diferencia del culto antiguo: a) ¿a qué sacerdote debemos recurrir
fi hoy mientras peregrinamos por este mundo? b) ¿En qué templo?]
I BltO^is también lo que nosotros experimentamos hoy cuando nos
fflMmos a Dios en oración ferviente. Aunque es cierto que tampoco
iidimos acercamos a Dios físicamente, se nos concede un privilegio similar
tlft los antiguos de entrar por fe en el santuario celestial. Mientras que los
tfflbru de fe entraban en el antiguo Israel por fe en las representaciones
imn&los del templo celestial, nosotros nos dirigimos por fe directamente al
JLttplo celestial, a través de la mediación de Jesús, nuestro único sumo
^virtióte señalado por Dios en los cielos, para oficiar en nuestro favor. Esto
lo que encontramos en:
Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 25
^toxnabarPsí ekalonm) sino efque es Uamado por<
SjDiosj*corno:Aarón,. Tampoco, Cpsto se confino^a si rrasmoja.dign^
pf;-'dad{de serSumo Sacerdote; sino, que se -la confirió Dios,_quien-1¿‘
11 dijo!;'‘Tu,t¿ es. T a i t e -e^endréhoy,’ Como'tambifedice en,
Ifc otro luearrI^lTú eres sacerdote? £árasiempre, según el orden de Mel-J
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ffléhiá^4¿iáÉKorqü^^Érist0¿náfeilr&e^
ÍSSlioinfere"^
^ sTe I sa^ T d o ^ ^mejo^^ Jesus?^
[¿Por qué el sacerdocio de Jesús es mejor que el de los sacerdotes
* antiguos?]
Como podríamos imaginamos, las realidades celestiales de la nueva admi­
nistración son mejores que las antiguas terrenales. Por supuesto, no vamos a
entrar hoy en todos los detalles que podríamos considerar sobre este punto.
Destaquemos, sin embargo, algunas razones por las que el ministerio sacer­
dotal de Jesús es mejor que el ministerio sacerdotal de la descendencia de
Aarón.
26 Las promesas gloriosas del santuario
9. La manera por la cual podemos entrar hoy en los cuartos interiores
del templo celestial.
[Siendo que a causa del pecado, no podemos contemplar todavía con
nuestros ojos naturales la gloria divina (Juan 1:18), ¿cómo podemos
recurrir a Dios a través de Jesús en ese templo que está en el cielo?]
Muchos cristianos piensan hoy que, a diferencia de nosotros, el antiguo
pueblo de Israel no podía acercarse a Dios en el interior del templo. Pero este
es un error. Los hombres de fe en la antigua dispensación judaica, y los
hombres de fe en la nueva dispensación cristiana, tienen un privilegio
semejante de entrar dentro del templo por fe, espiritualmente. Por supuesto,
los antiguos israelitas no podían entrar físicamente en los lugares santo y
santísimo del templo terrenal. Pero tampoco nosotros podemos entrar
físicamente aún en el templo celestial. Tanto de ellos como de nosotros, se
requirió y se requiere que nos acerquemos por fe, para morar en la atmósfera
celestial.
Heb; 10:21-22^ ^“Teniendo un gran sacerdote sobre ia cásade Diós,]
V^fai^üénwnós}^n en plena ce^dumbre^de ftl» .;>
>
J
es imposible agradar a Dios, porqué; el 'que^á
¡■^k^erca pDlos, 'necesita creéi; qué existe^ y que recompensaba qmén^o1
,^ ' y : ; ! • : ' J/.j
;‘Tor-tanto,^nosotros támbién, teniendo en derredor núes--
grande,.nube;de-íestigos, dejemos todo lo que estorba, y'eí
fácüirierite nos enreda, y corramos con perseverancia-
-
e-
s -Propuesta,-^fijps Jos ojos en-;íesús;:,autor"y
i: WÍd°í; de Wfe, quien,en vista,del gozo que le esperaba, sufrió
«^^*cfi^,feeñósjpi^ió.la'vérgfleií^'y:se sentó a la diestra-del trono de
-r V !
ti' si V % S -.jí. ^J * v * •
*. v *
10. El templo en donde pronto adoraremos..
[¿Cuándo compareceremos directamente, sin velo alguno, en el templo,
celestial?]
Llegará el día en que nuestro acercamiento a Dios no se dará simplemente
lor fe, sino también físicamente. Podremos entonces, contemplar cara a cara
la gloria del Señor dentro de su templo celestial. Esto ocurrirá cuando venfllt
Jesús por segunda vez a nuestro planeta, a buscar a los que por fe invocaron
su nombre y comparecieron espiritualmente en su templo. Pablo declaró en:
Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 21
[llevar] pecado/ aparecerá
rl¿5®nte-’
JHeb 9:27-28=;“Y así como está ofdenaSó, qué los;Hombres mueran una ^
después enfrenten eljuicio, as í también Cristo fuéofxecido una
l soíá vez,:para quitar los pecados'de muchos. Y>
la>se^nda:yez, sin
" ' __ ' J^ ^ '' 1
.1 ,__:______ Ia1
—
^J_s
'
rá para salvaralos que lo esperáh.ansiosa- v(nii
i,
=£-.,G.’W hite:' “Jesús es nuestro abogado^ nuestro sumo sacerdote. nues-
j.!>Vtro:mterceson Nuestra posición actual es,:por consiguiente,-,seméjan- ^
te ¡¿¡ la de los Israelitas, de pié en el: patio exterior ^[deí ..templo],' ti ,(l,,
{' /..esperando y buscando esa esperanza bendita, la aparición gloxiosa-de (i t (i
fcipuestro.Señor y^Salvador Jesucristo,” en SDABC^yjS,, 913.V;.-:.,'..-i;. ........
..t-iili
Mis mascotas. ,
Cuando era niño tuve algunos animalitos domésticos, entre ellos un lorito
llamado “Pepa”, y un perro llamado “Zambi”. ¡Cómo sufrí las veces que mi
lorito se escapó y debía buscarlo entre los innumerables edificios de Buenos
Aires! Mis oraciones más sentidas de niño se dieron en tomo a mi lorito, y a
mi perro las veces en que desaparecían. Felizmente, siempre pudimos
encontrarlos. Cuando finalmente mi padre recibió una invitación para ir a
trabajar en otro país, los hijos le rogamos que llevase nuestros dos animalitos,
Consintió finalmente en llevar sólo el perro, a pesar de todos los documentos
de identidad y buena salud que tuvo que sacarle. Cuando llegó el momento de
entregar el loritopcon mis diez años de edad, me encerré con llave con él en el
cuarto de baño y me puse a llorar.
Le costó mucho a mi padre lograr que abriese la puerta desde adentro. No
quería entregar mi lorito. Luego que lo dieron a unos amigos de mis padres
que vivían no muy lejos, conseguí trepar algunas veces el muro exterior
bastante alto mientras esos amigos no estaban, para pasarme largo rato a
solas otra vez con él.
Conclusión. í 4 l
Si nosotros los seres humanos, anhelamos tanto estar con los animalitos | t *
que se han acostumbrado a vivir con nosotros y nos son fieles, ¿cuánto más »«
Dios no iría a anhelar vivir para siempre con los seres inteligentes que él creó
para su gloria, y que el pecado ha buscado arrebatárselos? Justamente, el
|tt«i|u'i.silO principal y más inmediato que Dios tuvo al ordenar a Moisés.
•nmtruir un templo terrenal, fue el de revelar cuánto anhela morar con los
M'irs que él creó, y especialmente con aquellos que por el pecado, se han
•«piulado de él.
Mis aún, libró a su pueblo de la servidumbre bajo el imperio egipcio,
IH
itii ser S
U Dios y morar entre ellos (Ex 29:46). Así también hoy, el Señor
lllitmí a su pueblo del imperio del rñaí "(de la Babilonia espiritual del
Apocalipsis), para morar con ellos para siempre. El llevará a. su templo
•i'lrslial a todos los que dirijan sus ojos con fe hacia ese santo templo en los
•Irlas, invocando el nombre de Jesús para ser salvos (Apoc 7:13-15).
Apelación final: ¿Cuántos de nosotros queremos dirigir nuestros ojos a
Ii'm
ín en el santuario celestial, en donde él lleva a cabo su ministerio
••nirrdotal, como nuestro único sacerdote acepto delante del Padre?
• niuicicndo cuánto anhela Dios habitar con sus criaturas, ¿cuántos de
muñiros queremos hacerlo nuestro confidente en toda oración y súplica en
»iln vida, hasta que él venga por nosotros para llevamos con él a su gloria?
(íracíón. Padre y Dios nuestro,,que-estas.en-los,cíelos,- nosdmgimosa t
en esté momento para agradecerte pof-'el píecioso evMgélíó' que "nos!
litis dado,, de saber que’én un clía no muy-lejano, nós;
vivir a tu--casa-en los cielos, Gracias; tambjén pofqué nos.permites?
morar ya por,fe en tu;presencia;.y;'jwdimós;'pára.'e|Ío'
i ¡ , -- —^ á a ^ qué]
JA Im p romesas gloriosas del santuario
acercan a ti) mientras ' caminan pór 'este mundo cbmo 'peregnn’
oá^
rumbo a la patria celestial ,Gracias por hacemos saber'que nos, amas'j
y que quieres morar para siempre con nosotros.En él ^mbre-de-"
Jesús, nuestro Sumo Sacerdote celestial a quiéñ tú has' señalado para:
interceder'delante de ti en nuestro favor, té.pedimos que-cumplas.en¡
nosotros todo lo que has promctido, Ámén.. - ; ' - - ' *
•-
LECCION II
EL TEMPLO EN EL QUE DIOS QUIERE
HABITAR HOY
ivimos en una época en donde difícilmente alguien ha
permanecido toda su vida en un mismo lugar y en una misma
casa. Por lo cual, creo que puedo hacer una pregunta que
todos van a entender. Cuando Uds. se mudan y deben elegir
dónde vivir, ¿qué buscan tener en cuenta? Algunos querrán
asegurarse que la casa sea funcional, y tenga suficiente espacio.. A otros les
preocupará el aspecto económico, si es muy cara, si podrá venderse
fácilmente después el día en que debamos mudarnos otra vez; si hay que
invertir mucho en transformarla a nuestro gusto, etc. Pero en general, creo
que todos buscamos conocer algo del vecindario, si es una zona muy
peligrosa, si podremos vivir tranquilos. Y hasta muchos se preguntan hoy, en
la sociedad tan individualista en que vivimos, si la casa tiene suficiente
privacidad;
Conocí un amigo a quien le tocó vivir en un apartamento de madera en
donde se escuchaba mucho de lo que pasaba en los demás apartamentos y me
decía: “no se puede vivir allí. Tú no puedes gritarle a tu mujer en un día de
calor sin que se entere todo el vecindario.” En otras palabras, la mayoría de
la gente prefiere vivir aislada, sin que nadie se entrometa en sus cosas, e
involucrándose en la sociedad sólo en ocasiones, cuando se lo desea, y en la
medida en que no altere nuestro diario vivir.
Pues bien, ¿cómo nos sentiríamos si después de haber comprado una casa,
encontramos que Dios construye su casa al lado de la nuestra? ¿Nos gustaría
tener de vecino al Creador? ¿Y qué si descubrimos que su intención es
también vivir en nuestra casa? ¿Sentiríamos que perderíamos con su
presencia nuestra privacidad? Muchos, tal vez, se muden de nuevo. De hecho,
un porcentaje muy alto de la sociedad vive sin religión, apartada de Dios,
Por información adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación y
la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988),
•360-373, 438-442; The Doy of Atonement and the Heavenly Judgment. From the
Pentateuch to Revelation (Creafion Rntej-nrises Tnt-p.matinnal SUnam «snrínoc'
3U Las promesas gloriosas del santuario
porque quiere vivir a*su*manera? sin que se le haga llamados a la conciencia
diciéndole qué es lo que debe hacer y qué no.
Dios morando en medio de su pueblo.
[Según la orden que Moisés recibió de construir un santuario, ¿a quiénes
tendrían como principal vecino los israelitas? (Ex 25:8-9)]
;Éx 25:8-9= “Y' harán' uri:
/santüarío para mí,;y 'habitaré" en m S iK d l
Los antiguos israelitas se sintieron al principio contenios mando F)ir>s
prometió venir a morar entre ellos. Le construyeron una tienda al lado de las
de ellos, y vieron luego su gloria descender del cielo en una nube, e introdu­
cirse en su interior. Es más, se sintieron halagados con semejante vecino Y&-
-ginos^tan distinguidos no_se consiguen todos los días TTno puede imaginarse
cómo habrán observado al principio hacia la tienda del Señor para ver qué
hacía. Probablemente jamás propietario alguno tuvo vecinos tan curiosos
como el Señor, cuando decidió morar entre aquel pueblo de esclavos, ahora
liberados de la esclavitud egipcia.
Pero, sorprendente como podría parecer, el Señor quiso que fuesen curio­
sos. Debían observar cuidadosamente todo lo que él hacía, para hacerlo ellos
también. Quiso que lo imitasen. Temprano en la mañana a veces, se escucha­
ba la voz de otros vecinos decir: “¡miren allá! La nube se está levantando
sobre la tienda del Señor. Hay que levantarse y partir.” Y todos los israelitas
se levantaban presurosos y miraban hacia el tabernáculo, y veían cómo la
nube se movía, dando la señal de partida. Luego observaban cuando la nube
se detenía, y ellos se detenían también, y-comenzaban a armar sus carpas otra
vez alrededor de la carpa del Señor. ¿Quiéren leerlo directamente de la
Biblia?
Ñuto 9:15-23=. -‘El.día qué eísantuario fue léy^tadoyjanúbé cübxió[í|
"
, ^Fiftníiíí Hp líp n n in ñ 'Típo/Ip p ! üftir/ÍpAór, K óóío íyiíi'íífliíft ' flU ofáníií'
V
- Ayk^ydenrche séveíáicoirapari^
; leyáñtaba de’encuna;;delá Tienda, losjsraéiitas' 'p a rtía ñ l^ d p ñ '^ í!
nube, se detenía,/aUí ác¿mpabán.;'A
/narfíím W / ' 'Or'OTrinokon lo,
Lección 2. El templó en el que Dios quiere habitar hoy 31
%
Esto parecía maravilloso. Sin embargo, con el tiempo comenzaron u
descubrir que la nube se levantaba y los dirigía por lugares en donde m
*
querían ir, y se detenía demasiado tiempo en otros lugares sin din
explicación. Descubrieron también que cuando comenzaban a murmurar, ln
gloria que estaba cubierta misericordiosamente dentro de la nube, dándole^
sombra contra el calor del día, y calor como fuego durante la noche, aparecfn
repentinamente desnuda por sobre la nube como un fuego abrazador qilt'
destruía a los rebeldes.
Un digno vecino tenían, sí, pero qué terrible que se volvía en ocasionen,
cuando algunos no querían hacer lo que les mandaba que hicieran. Y parit
colmo de males, cuando la rebelión se volvía mayoritaria, el Señor no sólo
hacía estragos en medio del campamento, sino que manifestaba su intención
de irse, dejándolos abandonados y sin protección contra sus enemigos. Dioíi
no fuerza la voluntad ni personal ni colectiva, para vivir como vecino di1
aquellos que no lo quieren tener cerca.
Poco a poco los israelitas fueron dándose cuenta que Dios quería, en
realidad, transformarlos a ellos en buenos vecinos, para poder luego ir a S
U
N
casas y morar con ellos sin que se sintiesen mal. Para ello recibía en sil
propia casa a,los que venían humildes buscando su presencia, y esto a pesor
de sus pecados. Limpiaba a todos los que venían a él para que se fuesen con­
tentos y en paz. Y a todos los que se sintiesen agradecidos con lo que hacía
por ellos en su templo, les prometía algún día en el futuro, llevarlos consigo a
su gloria para que viviesen para siempre con él.
2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy. •
i
[Además de morar en el templo celestial, ¿qué templo terrenal busca hoy
el Señor para morar a través de su Espíritu, y con qué propósito?]
Dios descendió primero sobre el monte Sinaí, y luego sobre el tabernáculo
que su pueblo le construyó, siguiendo sus prescripciones. Pero su deseo real
era y es de habitar en los corazones humanos. Esto se da bajo una perspectiva
individual, cuando Dios transforma al adorador en un templo viviente a
través de su Espíritu (1 Cor 3:16-17; 6:19-20). También mofa colectivamente
en su iglesia, cuando el cuerpo de creyentes implora a Dios que habite en
medio de ellos (Eph 2:21-22; 1 Ped 2:5; Mat 18:20). Leamos:
,jsa 57:15~: “Yo habitó exija altura yla.santidad¿ y,con el:quebrMtodqry|
Jhu^ldd .dé/&pm¿, .pMa hacer;yivir~;eí;-éspiHé^de^losr^umk^e^ji-^
•i 14ixpromesas gloriosas del santuario
Días. Ensombrecido;:y¿<xmtamínádo.>p^
hombre no revelaba la gloria del:Ser divmo;:Pero poc-la encámacióre
del Hijo de Dio&físéfcüinpleié^
* humanidad;^m^édiant&íá*gr£cia¿s¿vádorápek^
,1 -' x.
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V
v 'Ir v -*
7
^,,,<
l»
V vuelve
IfHgrtin privilegio, y una gran responsabilidad.
l'n cierta ocasión, una señora me pidió a la salida de la iglesia en donde
•Mpastor, que visitase a su hermano para estudiar la Biblia con él. Me dijo
•l»
M
»mi hermano nunca había querido escucharla, pero que ahora había venido
•«IjlitliM
l llamando a su puerta, y ella se enojó. / ‘¿Por qué nunca me quisiste
•mintuir, y ahora vas a estudiar la Biblia con quien ni sabes quién es?”
>
♦i»plrt entonces que el pastor de su iglesia fuese también a visitarlo, y en
iM
U
m tic estudiar la Biblia una vez por semana, este hombre tenía ahora que
■-millar dos veces, los martes y los jueves. El hombre tomaba nota de todo lo
!»
m
* aprendía con uno de los visitantes, y luego consultaba al segundo
ullunlc sobre los puntos en conflicto. Los estudios bíblicos eran de esta
‘•♦una, al principio, más bien respuestas a preguntas.
Al cabo de dos o tres semanas lo vi algo abatido. “¿Qué le pasa?,” le
j-Mlimitó. “Hace dos días vino la otra persona para despedirse de mí,” me
►
*'iptuidió, “Las preguntas que le hacía en base a lo' que Ud. me está
ihmliando,” según agregó, “lo confundían, de tal manera que consultó con los
grilles de su iglesia, y le aconsejaron no venir más.”
lialé de disimular mi satisfacción al escuchar lo que para mí eran buenas
h
*
»
»vas. Tan rápido había llegado el momento en que podría estudiar la Biblia
i *
»
tt'Nlnhombre sin el veneno de la duda y de la crítica que mi contrincante le
i“<»muillfn. Pero mi felicidad no duró demasiado. Era evidente que este
..... captaba que ahora el estudio de la Biblia iba a dejar de transformarse
mía especie de debate interesante en donde él era el juez. Cuando le pedí
lUTOdillase conmigo en actitud reverente y humilde para orar a Dios,
MflUd» estudiar la Biblia, se opuso diciéndome que nunca había profesado
I^B
EU
Lreligión y que, por consiguiente, no se sentía cómodo haciéndolo.
 Lahttblé entonces del propósito por el cual Dios nos creó. Dios nos hizo
101 tU gloria (Isa 43:7), por lo que la vida más feliz es la que hace a Dios
IB1&80 de su creación. Le pregunté finalmente, “¿no le parece que es un
fMbglo el que hayamos sido hechos a imagen de Dios, para satisfacción y
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy .33
<
6 t
i
­
borna. del que -nos hizo, de tal manera que vivamos para que Dios pueda
sentirse contento con nosotros?”
Me respondió: “Sí, lo creo, pero también es una gran responsabilidad.”
Dios quiere transformarnos en templos vivientes en donde pueda reposar
su Espíritu, para sentir complacencia ¿n nosotros. Cuando Jesús fue bautiza­
do, dicen los evangelios, el Espíritu de Dios descendió “como paloma sobre
él.” Y una voz del cielo dijo: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo com­
placencia” (Mat 3:16-17).
Dios quiere transformamos en nuevas criaturas, dóciles, sumisos y
obedientes a sus mandatos, para morar en nosotros para siempre. Pero
podemos mirar este hecho como un alto privilegio digno de obtenerlo, o como
una responsabilidad demasiado ardua para comprometemos.
Esta última actitud reveló aquel hombre, renunciando a los privilegios que
Dios ofrece, simplemente porque no quería sentir compromisos con Dios. Y
lamentablemente esa es la actitud que muchos asumen, despreciando y
perdiendo los privilegios de dicha eterna que sólo obtendrán los que aman al
Señor.
“Preguntapor sus hijos.”
Cuando era muchacho y estaba por salir a vender libros durante el verano
para ganarme los estudios, tenía al principio cierto temor de cómo comenzar
una conversación. Un primo mío que ya había tenido esa experiencia el año
anterior me dijo entonces: “Mira, cuando consigas entrar en una casa, si le
estás ofreciendo los libros a una madre o a un padre, trata de preguntarle
acerca de sus hijos, y vas a ver que no tendrás que hablar demasiado.”
Descubrí que en la mayoría de los casos ése era un buen consejo. En una
ocasión, sin embargo, cuando pregunté a los padres si tenían hijos y traté de
saber acerca de ellos, guardaron silencio. ¡Qué pena que había en el rostro de
ellos! Supe después que uno de sus hijos estaba en la cárcel, y que del otro ni
sabían dónde estaba.
Guando allá en la corte del cielo .se pase lista, y nuestro nombre sea
considerado ante, los innumerables ángeles de*Dios que. rodean el trono-,
¿guardará silencio el Señor, apenado por nuestra reticencia en transfbmamos
en, templos vivientes para su-gloria?'¿Cuántos queremos que nuestro Padre
celestial pueda hablar mucho acerca de nosotros, cuando nos presente ante
sus santos ángeles en su tribunal, mostrando cómo nuestras vidas fueron
transformadas por su gracia, y reflejan su imagen como Creador y Redentor?
1, Cpr 3:16-17= “¿Ño sabéis qué sois,templo dé'Diós^ y que el'Espíií'Sii
’V^dfe Dios-mora, en vosotros? Si alguno destruyereél templo dé-Dios^
: Dios le destruirá a él; porque el templo dé Dios,"el cual sois vosotros,!
| santo es.,, *-/_". ' :v,' ' 0'-
Así como los israelitas debían cuidar de no ensuciar el templo de Dios,
según lo veremos en detalle en estudios sucesivos, así también debían cuidar
de no ensuciar el templo del alma, pues Dios lo santificó con su presencia.
1 Cor, 6:19-20= ¿Ó ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no,sois
vuestros? Porqué habéis sido comprados por precio; glorificad, pues,
a Dios en vuestro cuerpo y-en vuestro espíritu,,los cuales son de
díos” : ■
■ ; ■
.
Somos del Señor no sólo por creación, sino también por redención. El
pagó el precio de nuestro rescate, de tal manera que si lo escogemos a él para
que more en nosotros, le pertenecemos. De otra forma, su Espíritu se retirará
y nuestra creación, desprovista de la manutención del Creador, se malogrará
y perecerá.
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy
/ .
.
. -* <
u
.
V¡E/dé Whité: ,“Dios quena que eí templo,"de -jerusaíén fuese un
!;£ testimonia continúo del altó destino, ofrecido ,a,cada'alma." Pero lo»
fe judíos [en la' época'de Jesús], no habían compfén'dido'érsignificado
^ 'dél edificio que consideraban con tanto orgullo. No se entregaban a sí
} "'mismos comó.'santuario del Espíritu divino. Los atnos.det templo de
' ' Jerusaíén,' llenos del'tum'ulto de un tráfico profano, representaban con
¡ demasiáda exactitud-el templo del corazón, contaminado por la
: ' presencia de las'pasiones sensuales y de los,pensanúentos-profanos,”
■ d t g , 132-133^-3. .'/y ;
2:21-22=' “En éí, todo el edificio, bien,coordinado, ya creciendo para
ser un templo santo en el Señor, En él vosotros ,también: sois
edificadosjuntos,, para la morada de Dios en el Espíritu.” _,
M att 18:20= “Porque donde están dos o tres Teumdo_s en m_Nombre,
. allí estoy yo en medió de ellos.” ^
3. El lugar del templo en donde descendió la gloria de Dios. i
[¿En qué cuarto del santuario israelita descendió la gloria de Dios, y*
sobre qué mueble reposó?] j
La gloria de Dios descendió a la vista del pueblo, consumió el holocausto
en el patio, y penetró luego por la entrada oriental dentro de los lugares sanio j
y santísimo del tabernáculo o templo, de tal manera que los sacerdotes no
podían entrar allí. Leamos algunos pasajes.
Ex 40:34-35= ,“Entonces una nube cubrió, el tabernáculo, de reúhipñi y
la gloria del Etemc) llenó el tabernáculo. Y no podía Hois'és; entrai; en!
- 'el tabernáculo dé reunión,'porque la,nube estaba sobré él,,y.la^glopa
delEtemóJoJJenabaijíjjjcv' „ .i
'■
%
Grón 7:1-2= “CuandQ;Salómón acabó deorarjjd^ Jos,
^ieíos,*
^ c o n su i^ ^
[/llen ó ía casa? Y nopodían^entrar- W sac ^ rd ^ áerEtómo,;
gloria;del Étemo había IJenadóíaJc^adel^Etertó
;|5e 43:4-7='™Y¿argío^a:'del Eterno'entó’^ í a ,casa;ponlatvia ,dé;la
puerta que dába.atorien^ éfjEspMtu^
i n t e r i o r ; 1a v
glÓna."déLEté la casa/Y oí:.1 te^'0^Llugj^¡
^ ^ J ga¿'don1de^sare
Une vez inaugurado y santificado todo el templo con la presencia de, la
tlMftd, la gloria de Dios reposó sobre la cubierta del arca en cuyos extremos
HHÚUi los querubines de oro en el lugar santísimo. A esta cubierta se la
tMtftba kapporet, que las versiones latinas traducen normalmente por “pro-
Érttforio/’ y las versiones alemanas e inglesas por “asiento de la gracia” o
ét IB misericordia” (Heb 4:16). Sobre esa cubierta estaba, más arriba y
uMarto por la nube de gloria, el trono del Eterno.
)?M ÍW promesas gloriosas del santuario
*
himquerubines gue,están spbr^ekarg^ yo;
10 mandare para los huosdeJsrael,”*
4.1(1 lugar en donde Dios quiere establecer su trono.
]IU urca como símbolo del estrado del trono de la Deidad, contenía las
tíos tablas del pacto con los 10 mandamientos que Dios mismo,
escribió con su dedo (Deut 10:1-5; Eze 43:7). ¿Qué requiere el Señor
pura poder morar también en el alma humana?]
Hit rl Interior del arca, Dios hizo depositar las dos tablas de piedra que
«tlwnfou un sumario de sus mandamientos o decálogo divino. Esos diez
¡•«•huilientos fueron escritos por Dios mismo (Deut 10:1-5). Pero el Señor
|m
»
« tr(límente escribir esos mandamientos también en el corazón de los
hl«ltirc8. El quiere establecer su trono en el alma humana, para poder regir
do hus hijos con sus principios divinos.
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 37
5. Dios pone su nombre en su templo."'
[Dios puso su nombre en el antiguo templo de Israel, cuando descendió
para habitar en su interior (Deut 12:11; 1 Rey 8:29). ¿Qué título
anhela, además, conferir a sus representantes en la tierra, para que a
través de ellos el mundo lo contemple a él?]
Por el hecho de morar en el templo que los israelitas le construyeron, Dios
puso su nombré en ese templo. En otras palabras, Dios comprometió su
nombre con su templo.
38 Las promesas gloriosas del santuario
;ciórfque_tu siervo té dirigé'lh.oM'eH?est¿Jliig&!-^f^^^.^
Dios también puso su nombre en la vida humana.
Al leer la Biblia, encontramos aún algo más soiprendente. Dios puso su
nombre no sólo sobre el templo que ordenó que le construyeran, sino también
sobre los dirigentes, y aún sobre todo el pueblo, para que lo representasen
ante el mundo.
¿OlíC ^
Juan 10:34-3&=y “Je^'¿ltó'res^ñdi^i®¿;^ " J ,s t^ ^ ^ t^ e ^ ^ p s ^ ^ Í ^
, - Yo dijé, dioses/sois?' Si Ilaíp^^o^S^aqué^
' palabra dé DioC(y'í^ ^criturá'no pu¿Se;|ersquefer^^^a)¡§¿^¿úeréi
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Este pasaje ha sido para muchos difícil de explicar. Notemos, sin
embargo, que Jesús dijo que la Biblia llamó dioses a quienes vino la Palabra,
y Juan personificó la Palabra de Dios en Jesús.
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" P io s,■ypa. Paíábra '^ra,:
'I^iosv..-^Y'áqueí|a^a)a4c9
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pó.:[litj/u'zo/ jü£l?r^cwZ¿J^
Dios confirió su título a aquellos que recibían su Palabra, pero mientras
esa palabra estaba en ellos y él podía comunicarse a través de ellos. Por esta
razón Dios eligió a Moisés y le dijo:
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Ríos
Después de la introducción del pecado en esta creación, y a causa del
pecado, Dios no puede revelarse directamente a los seres humanos. Sin
embargo, de acuerdo a estos pasajes, su másardiente deseo es el de recupero
su imagen en la especia humana,.tener de nuevo comunión con ella, y poli
hablar con todos sus hijos cara a cara. Tan fuerte es su deseo de revelarsí
sí mismo a la humanidad, que la Deidad arriesgó su propia reputación jp
niendo su nombre en los que lo invocasen. 1
•
i
“Ud. está hablando por boca de Dios.”
i
Años atrás, cuando me iniciaba en el ministerio, acompañé al past
principal de la iglesia para visitar un matrimonio de ancianos que estal
estudiando la Biblia, pero que recientemente había dejado de asistir affl
iglesia. Me apenaba vérlos llenos de amarguras y levantando el dedo acuái
dor constantemente contra el pastor. ‘
I
De repente el pastor, que los había estado escuchando atentamente
comenzó a hablar pausadamente, pero con seguridad. Quedé sorprendido i
ver que su voz fue subiendo algo de tono, aunque no demasiado, dándole’
esta anciana pareja mensajes directos de reproche, tan bien expresados qu
me sorprendían. Pude ver cómo el ancianito, que había estado en ton
acusador durante tanto tiempo, fue hundiéndose en el asiento. Era evidení
que el mensaje estaba tocando su corazón. Repentinamente reaccionó y le diji
al pastor: “Ud. está hablando por boca de Dios!” A la salida el pastor ax
dijo: “¿Recuerdas lo que me dijo ayer fulano de tal en la oficina pastoral?*
“¡Sí,” le respondí. “Te dijo: Ud. habla por boca del diablo.”
Jesús, la Palabra divina hecha carne, fue reconocido por algunos com(
Hijo de Dios, y por otros fue considerado como hijo del diablo, y acusado de
ser Beelzebú. Así también, cuando Dios pone su nombre en nosotros y habitfl
en nuestros corazones, es su voz la que escuchan los demás, no meramente lf
nuestra. Algunos negarán*su testimonio divino, otros lo reconocerán. Poj; esta
razón Pablo dijo, al escribirles a los corintios:
►
2
'Gor. 5:20= ¿'sqmps^embajadores; eh nombre deXristo,*como, si pigs¡
líi. tPgase, pdf^mediojde ‘nosotros; os; rogamos en nombre- de C ri|^ |
^ ¿ e ^ n c iü a ^ c o riD io s.”v- , v _ .. I; "¿IR !
Así como el diablo busca dejar su estampa en los hijos délos hombres, así
también Dios busca ser visto en la carne humana. Los reyes de Babilonia y d
G
>
Tiro fueron usados en la Biblia para hablar de Lucifer, de Satanás, porque a
través del carácter tan terrible de ellos, los israelitas podían ver retratado e]
carácter tirano del gran impostor (Isa 14; Eze 28:12-19). Cuando los fariseoj
procuraron matar a Jesús, el Señor les dijo: “vosotros sois de vuestro padrQ
el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida
»
'I principio, y no pennaneció en la verdad, pdrque no hay verdad en él.
•m
»lit habla mentira, habla de lo que él mismo es; porque es mentiroso y
i»
*
»»tomentira5
5(Juan 8:44).
r* m en los reyes de Israel, en sus jueces, profetas y sacerdotes, Dios puso
m..,ubre, y los consideró hijos suyos. Cuando a través de Moisés el Señor
•inirjt') al Faraón le dijo: “Israel es mi hijo..., ya te he dicho que dejes ir a
■ para que me sirva.5
’ En otras palabras, ante el mundo, Dios quiere
<
u iglesia lo represente como es digno de un hijo que lleva el nombre de
ftpti».
flQtlé encontramos, sin embargo, en la historia de Israel y de sus reyes y
Para confundir al mundo, el diablo buscó vez tras vez imprimir su
p in in a en ellos. Quería que se escuchase su palabra, no la de Dios. De
N|&nna, quería acallar la voz divina, para que Dios se quedase sin poder
«NRltir su versión del gran conflicto, y los hombres no pudiesen conocer a
4Itlvodor. Justamente el gran anticristo, según lo anunció Pablo, intentaría
M
lttPIO “en el templo de Dios como Dios, para hacerse pasar por Dios,” y
4||fllir do esta forma más fácilmente a la humanidad (2 Tes 2:4).
A través de los que se convierten al Señor y se transforman en templos
ivuntoi en donde el Espíritu, de Dios puede morar, Dios desea revelarse a sí
lltffiO II Ir humanidad. Sin embargo, el Señor no confiere a sus hijos todos
I*Atribuios, sino los morales o espirituales, tales como la santidad, el amor
l« Justicia. Cuando los hombres se apartan de él y no son más templos
vtontaa en donde Dios pueda hacer escuchar su voz, el Señor quita su
iplrltu y rehúsa identificarse con ellos.
Ki Vlttttlro al revés.
Itoy Imy músicas que se crean, cuadros que se pintan, sobre los cuales 110
fl inundo poricíría su nombre. A pesar de esto, puede reconocerse que
« raKingeneral, un artista pone su nombre sobre un cuadro que lo represen-
to«l, pues quiere sentirse complacido con lo que salió de sus manos
II# veces en este mundo, sin embargo, ocurren cosas raras. En cierta
tilMlt lili jurado premió el cuadro de un artista con el primer premio.
Mjimulciltcmente, cuando fueron a concederle el premio, el artista se
Hlltltá. lomó el cuadro y lo puso en lo que él consideró que era la
nfaltriL posición, patas para arriba. No quería que su nombre apareciese en
Hindro ni revés. Para desgracia de él, sin embargo, el jurado decidió
V'ilftr entonces de nuevo el cuadro en esa posición, y concluyó que así no
•Win ningún premio.
Alt también Dios pone su nombre sobre aquellos que lo representan bien,
que piensan poner sobre el templo espiritual que son, su propia
promesas gloriosas clel santuario
estampa rebelde, y cambiarlo de posición, encontrarán que el Señor no los •
;
reconocerá como suyos. No aceptará que pongan su nombre en ellos. El
reconocerá como suyos únicamente a los que guardan sus mandamientos, y
permiten que Dios ponga su trono en sus corazones, de tal manera que lo
amen de veras. Al poner su trono en los corazones, se propone regir de tal
forma la vida de sus hijos, que el mundo pueda ver en ellos su carácter
divino, su estampa celestial. .
(*-> Po.r-<^ ¡y f i n i ó l a a eD 0 >Vfn
6. El único templo viviente en el que Dios habitó en forma plena.
[¿Quién fue el único templo viviente en toda la historia humana, en
quien Dios siempre habitó en forma plena?]
Aunque Dios mora entre los que abandonan el pecado y se convierten a él
para obedecerle, y pone en ellos su nombre, nunca mora en ellos en forma tan
plena como moró en Cristo. La Palabra de Dios no le vino a Jesús, como a
los profetas y dirigentes de Israel, sino que él era la Palabra, y la Palabra era
[realmente] Dios. El es Emanuel, “Dios con nosotros.” Pablo dijo en:
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 41
En tres ocasiones se llama a Jesús “Hijo” en los evangelios. Primero en su
encamación, pues fue engendrado directamente por el Espíritu Santo (Luc
1:35). Luego cuando el Espíritu Santo descendió sobre él para confirmar el
reconocimiento divino de su identidad, cuando, inició su ministerio público
(Mat 3:16-17). Finalmente, Jesús fue declarado “Hijo de Dios con poder por
el Espíritu de Santidad por su resurrección de entre los muertos” (Rom 1:4).
Esto se dice especialmente en relación a su ceremonial de investidura como
sacerdote y rey en el templo celestial (Hech 13:33-37; Heb 5:5-6).
Nosotros también somos llamados por Dios a ser sus hijos, y nos da su
Espíritu para engendramos en una nueva yida. Hay, sin embargo, algunas
diferencias. Jesús era “la imagen expresa” de la esencia divina (Heb 1:3). Era
el legítimo Hijo de Dios, su monogenés, “único” en su género. Nosotros, en
cambio, somos hijos de Dios por adopción (Rom 8:15). La manera en que
Jesús se relacionó a sí mismo como a “mi Padre,” y la distinción que hizo
cuando habló de la relación filial de Dios con sus discípulos—
”vuestro
Padre,” muestra que el carácter de Jesús como Hijo era única. Sus oyentes
42 Laspromesas gloriosas del santuario
podían comprender que cuando Jesús hablaba, se ponía al mismo nivel que
Dios (Juan 10:29-33; 5:18).
El puede decir: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9;
véase 5:18; 10:29-33), debido a que su palabra y la de su Padre nunca
estuvieron divorciadas. Cuando Jesús se refería a su Padre, hacía una
diferencia: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”
(Juan 20:17). A sus discípulos les enseñó a orar diferente. Les dijo:
“Vosotros pues oraréis así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos...’” El fue
el único ser humano capaz de decir: “viene el príncipe de este mundo, mas no
tiene nada en mí” (Juan 14:30).
7. El propósito de Jesús al darnos su Espíritu.
[Al prometernos Jesús su Espíritu (Juan 14:26; 15:26; 16:13-15), ¿qué
se propone hacer con nosotros?]
Vez tras vez vemos en los evangelios y en los escritos del Nuevo
Testamento la misma verdad ya enunciada en el Antiguo Testamento. Dios
quiere morar en nuestra vida, y envió a su Hijo para damos un ejemplo.
Tanto el Hijo como el Padre desean habitar a través del Espíritu en nuestros
corazones.
En relación con esto, es interesante notar que Jesús no habló por su propia
cuenta (Juan 14:10), como tampoco el Espíritu Santo (Juan 16:13), pues sus
palabras no eran meramente las suyas propias, sino las de la Deidad. Dicho
de otra manera, la trinidad actúa y se expresa en común acuerdo, no en forma
disonante. Aquellos que pretenden recibir el Espíritu, pero no prestan aten­
ción a los mandamientos divinos, se engañan a sí mismos,'porque el testimo­
nio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo no se contradice. En efecto, los
mandamientos del Hijo y los mandamientos.del Padre son los mismos, así
x>mo Jesús dijo: “el Padre y yo una cosa somos” (Juan 10:30). El Espíritu
contiende con los hombres porque le resisten (Gén 6:3). Pero en Jesús reposó
)orque su voluntad nunca estuvo en pugna con la de Dios (Juan 1:32).
Gracias a Jesús, el Espíritu puede reposar plenamente en nosotros. Esto ocure
ólo en aquellos que no resisten su influencia (1 Ped 4:14). Nunca debemos
ilvidar que el Espíritu es dado a los que obedecen los mandamientos divinos
Juan 14:15-17,21,23; Hech 5:32).
En fin de cuentas, ¿qué se propone Jesús cuando promete a sus seguidores
arles su Espíritu? Compartir con ellos su poder divino, de tal forma que
ueda morar en sus corazones, y puedan vencer como él venció.
Ef3:16-19=y “que osdé, conforme' a la^riqueza" ele:su^gloria, el]
fortalecidos pon poder en el hombre interior porjsü Espíritu. g)l
habite..Cristo, por.la-fe en vuestro corazón, para- queV/arraigad^
fundados en'amor, podáis comprender bien con todos <losnsantoS
Jo anchura y la longitud,Ja proñmdidady la altura del amór?de C rS
' 'v y conocer ese amor que supera a todo conocimiento", para?que s^
I _ llenos de toda la plenitud de Dios ” ^
;2 Ped 1:3-4= “Todo lo que pertenece a la vida y a la piedád nósl
dado por su divino poder, por el conocimiento de aquel que;nos lia
; por su gloria y virtud* Por ese medio nos ha dado preciosa^
grandísimas promesas, para que por ellas lleguemps avparticipa®
la naturaleza divina y nos libremos de la corrupción, que jésta en
piundo por causa de los malos deseos/’ : > .vv : c >
“No puedo, Señores, pues soy hijo del rey.
Se cuenta que el rey de Francia, viendo que su reino y dinastía llegaban
su fin, se acercó a su hijo y le dijo: “Hijo, acuérdate que eres hijo del .cí
Pórtate como hijo del rey.” Finalmente, luego de acabar con el padre, se di
gieron al hijo y le intimaron a que abdicase. El hijo, sin embargo, respondí
“No puedo, señores. Yo soy hijo del rey.” Lo amenazaron entonces coal
muerte, pero este hijo continuó respondiendo: “No puedo, señores. Yo Sj
hijo del rey.”
Querido hermano y amigo, cuando el pecado llame a la puerta de ■
corazón y busque seducirte, recuerda que eres hijo del rey, y que tu padre |
los cielos quiere que te portes como hijo del rey celestial. Cuando tus amig8
y las presiones sociales bajo las que vives estén por rendirte para hacer lo qfl
no debes hacer, responde: “no puedo, señores. Yo soy hijo del rey celestial.^
8. El simbolismo de los candelabros.
[¿A qué representan los candelabros que se encuentran en el lugar sani
del templo celestial?]
Veamos otro aspecto del simbolismo del santuario. Vimos ya que Did
ilustró con la construcción de su templo, su propósito de hacer del alm
humana un templo viviente en donde pudiese poner su nombre y morar
través de su Espíritu. Vimos también que a través de algunos de los mueble
<
jlel templo, como por ejemplo el arca con los diez mandamientos, Dios
propuso revelar su intención de regir la vida de sus hijos, escribiendo su le)i
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar /ib|
44 Las promesas gloriosas del santuario
en sus corazones. Así también, según veremos’ ahora, a través de los
candelabros que hizo colocar en el interior de su templo, señaló su intención
de hacer brillar su luz en aquellos que se transforman en templos vivientes.
Sin embargo, la luz que poseemos, así como la Palabra de Dios que
tenemos, y el título de la Deidad que Dios pone en nosotros, no está inherente
en nosotros, sino que es trascendente. Es la luz de Cristo la que hacemos
brillar, así como fue la luz que descendió del cielo la que encendió el altar de
sacrificios, e hizo alumbrar los candelabros. Y es Jesús, en su ministerio
sacerdotal, quien vela para que nuestra luz no se apague.
|uan8:Í2
Después de volver a su Padre en los cielos, la luz de Jesús brilla a través
de sus seguidores, sus representantes en este mundo, a través de su iglesia.
Los discípulos de Jesús son, por consiguiente, como la luna. Reflejan el Sol
de Justicia.
9. El ministerio “continuo” de Jesús en el lugar santo.
[¿Desde dónde cuida Jesús que la luz que encendió en su iglesia no se
apague?]
El rey Salomón incrementó el número de candelabros de uno a diez en su
templo (1 Rey 7:49). Si sumamos todos los candelabros que Juan vio en sus
visiones del templo celestial, descubrimos que son también diez (Apoc 1:12,
20; 4:5; 11:4). Jesús lleva a cabo su “continuo” ministerio celestial en favor
de sus iglesias desde allí, del lugar santo del templo en donde están los
candelabros. Los candelabros, a su vez, no son el templo, sino que están
dentro del templo. Por consiguiente, las iglesias a las que representan no son
tampoco el templo, sino que están dentro del templo.
¿Cómo pueden las iglesias estar dentro del templo celestial, si moran
realmente en la tierra? ¿Cómo pueden las iglesias hacer brillar también en el
cielo la luz que tienen de Jesús?
10. Nuestra luz brilla también en el cielo.
[Al hacer de la iglesia terrenal un templo viviente en el cual Dios hace
reposar su Espíritu, ¿dónde se propone Dios hacer brillar también la
luz de Cristo?]
El libro del Apocalipsis y las cartas de Pablo nos muestran que la luz de
Jesús que él hace brillar en su iglesia, brilla no sólo en este mundo, sino
también en el santuario celestial. El hecho de que los candelabros que
representan a la iglesia de Cristo, según ya vimos, están en el templo celestial
en donde él oficia como sumo sacerdote delante de su Padre, permite al
mismo tiempo ver la conexión tan estrecha que hay entre el cielo y la tierra.
Ef 2:6= “Y con él nos resucitó y nos sentóen elcielocon Cristo/Jesús§||
¡Qué maravilloso mensaje que tenemos! ¡Pensar que por la fe, el Señor
hace brillar nuestra luz a la vista de los ángeles de Dios! Lo que hacemos es
objeto de estudio en los cielos. Cada vez que debemos enfrentar la tentación,
y vencemos por fe, los ángeles del cielo alaban al Señor por nuestro triunfo, y
son dirigidos por nuestro testimonio aquí en la tierra, a alabar en los cielos el
carácter maravilloso de amor de Dios. Tal vez la mayoría de la gente no se
entere ni se de cuenta aquí, de nuestros triunfos espirituales cuando vencemos
la tentación. Pero el universo alaba al Padre en los cielos por ello. Ellos
honran a Aquel que dio a su Hijo por nuestro rescate, y nos hizo fuertes para
vencer la tentación.
¡Sí, queridos hermanos y amigos! Nuestra luz, la luz de la iglesia, también
brilla en el cielo. El Padre nos hizo sentar con Jesús en el santuario celestial.
Siendo que Jesús venció la muerte y el pecado, puede tomar consigo también
a sus seguidores, para que lo sigan por doquiera que va. En efecto:
E. G. W h i t e : ' é l esté. aUí ést&á’su
Sus seguidores en la tierra pueden y deben seguirlo por fe en su obra de
intercesión dentro del santuario celestial. De esta forma, cuando Jesús
concluya su obra y venga a recobrar su propiedad, ellos estarán con él en la
ca$a de su Padre también.
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 45
46 Las promesas gloriosas del santuario
j:,.;,G.:?
^Vhjte%^ f ^ H á ^ e l ; . cielo!*;
^•'Nuestro Señor p c ^ ^ ^ ^ » a :nués& b^i^y‘Jara*itíestrdW^yivé|
';}/t ‘PorlocuaF püe^?t^tíiéri> salvar, étémkmeritéca"íosque, por>;él;se¡
 :!acercan í)xo$2^ viendofsieinpre párá;iiiterceder pq^^ ’ (Héb;7:|
f^ :2 ^D T G y 7 ^^7 7 M <
Al librarse del pecado y permitir que Dios more abundantemente en la
vida humana, el creyente engrandece el nombre de Aquel que opera tal
transformación. Muestra de esta manera el contraste entre su vida anterior, y
los atributos morales superiores de Cristo que ahora se dan en él (véase Apoc
4:11; 5:9-11).
ÍÉf 3;ltí=-"párá'qtf^^ sabiduría de Dios sea~ahora notifn
pecada pó r/ir^O ;.d e7 ^ 9
.'Jos principados y potestades deJos<
f!§?cie|¿s;^coi^oim^ eterno, que cumplió en'Cristo' Jesús;
9 g 0 0 t 0 U g $ m w a * ~ ~ ~ ~ '
Esto es lo quepreparamos para Uds.
En aquella época en que el matrimonio recién comenzaba, y algunas tortas
o bizcochos podían pasar alguna vez, sin quererse, más de la cuenta en el
homo, habíamos invitado a algunos amigos. Desesperada porque ya venían y
la torta se le había.quemado, mi flamante esposa me pidió que corriese a una
panadería, comprase una masa ya cocinada, y ella entonces la revocaría con
chocolate.
¡Ufff! ¡Qué alivio, después que salvamos la situación! ¿Creen Uds. que
hubiéramos podido recibir a nuestros invitados y ofrecerles las tortas quema­
das diciéndoles: “miren, esto es lo que preparamos para Uds. como símbolo
de nuestro aprecio?”
Así también, Dios no podrá sentirse a gusto presentando delante del
universo en su juicio, a gente que lo deje mal parado delante de la creación
celestial.
Llamado final. ¿Cuántos de nosotros desearíamos hoy arrodillamos
humildemente delante del Señor, para pedirle que nos haga un templo viviente
en el que pueda habitar, reposar, a través de su Espíritu? ¿Cuántos quieren
Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar lu^
invocar el nombre de nuestro salvador Jesús, pidiéndole que escriba n li«
de su Espíritu, su ley en nuestro corazón, de tal manera que a tmvf
testimonio de nuestra vida, pueda revelarse a los que nos rodean?
Oración. Padre nuestro que estás en los cielos^pabias te damos poiijni
fiiP au n q ^& d ten & p f.^ que N
;r"'coit^ vitU
y '. V v v r v ¿
v
vy.v
.....':i . * ' V í ' í V ' ' W a.......
í'' imploramos ^con- húmiídád¿:dé/;^r^ón:v?
qüégeít ^tíipgran üiim
condesciehdás;/ofraí vez -paraí-ímórar.- eñ^n,o^ do u
f VEsjtírituf ^ué'ppdamósl^en&'.tá^^ "*l
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^ .Amen;
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I "
LECCION III
LA CONTAMINACION DEL SANTUARIO,
Y LOS SACRIFICIOS
En qué pensamos cuando escuchamos hablar de contaminación?
¿En una peste, plaga o epidemia? Tal vez lo primero que viene a
nuestra mente es algo relacionado con el enrarecimiento de la
atmósfera en las ciudades cargadas de humo. Siendo que este pro­
blema ha pasado a ser tan importante hoy para la supervivencia de
nuestro planeta, los ecologistas han logrado hasta formar partidos políticos en
algunos países, para que las naciones escuchen sus advertencias. Nuestro pla­
neta será destruido por sus propios habitantes, a menos que se tomen medidas
urgentes.
Los poderes destructores de nuestro planeta.
En el museo espacial de Washington se puede ver una película sobre
nuestro planeta y su estado actual, filmado desde las naves espaciales
americanas. Además de los poderes destructores naturales a los que se hace
referencia en la película, como los terremotos, los volcanes y los huracanes,
un cuarto poder destructor está emergiendo, y es el peor: el hombre. Su
naturaleza contaminadora se ve hasta en la capa de ozono, la que según los
científicos, es en gran medida responsable del oxígeno qué respiramos. De allí
es que la voz de alerta se está haciendo escuchar cada vez más fuerte entre
las naciones. O hacemos algo para proteger la tierra de la contaminación
ambiental, o toda vida va a perecer en nuestro planeta.
Por iiformación adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación y
la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988),
161-168; The Day of Atonement and the. Heavenly Judgment. From the
; Pentateuch to Revelation (Creation Enterorises Tntp.mnHrmai c—:--
La contaminación de la que habla la Biblia.
En este estudio descubriremos también que la peor clase de contamina­
ción, según las leyes ceremoniales de la Biblia, es la que proviene del hombre.
Sin embargo, en el mundo antiguo, la contaminación ambiental que es carac­
terística de nuestro siglo, no existía todavía. Por esta razón, en las antiguas
leyes que Dios dio al pueblo de Israel se usó la palabra contaminación para
referirse más bien a la impureza humana, tanto en sus dimensiones físicas co­
mo morales y espirituales. Dicho en otras palabras, directa o indirectamente,
la contaminación tenía que ver con el pecado de los hombres y sus consecuen­
cias.
Pero, /.qué valor podrían tener hoy tales leyes que fueron dadas en una
¿poca tan diferente de la nuestra, y en un contexto social tan distinto? Este
será uno de los tópicos más fascinantes que vamos a descubrir en el estudio
de esta lección. Podemos anticipar ya que veremos cómo, a diferencia de las
leyes de otras naciones del mundo antiguo, las que Dios prescribió al antiguo
Israel entretejían la religión en los aspectos comunes de la vida, de tal forma
que dejaban una enseñanza espiritual imposible de borrar en la conciencia del
pueblo. Y esto es lo que los evangelios hacen también cuando aplican estas
leyes a la experiencia espiritual del cristiano.
Tratemos de entender primero los principios generales de contaminación y
su remedio, según Dios los reveló a Moisés durante la travesía del desierto,
para luego pasar a considerar sus aplicaciones espirituales.
1. Contaminación por tocar animales muertos y sacrificios por los
pecados.
[¿Cuánto tiempo duraba la contaminación adquirida por tocar cadáveres de
animales, y qué solución indicó Dios para librar al impuro de esa
contaminación?]
Los principios bíblicos de contaminación ritual en el mundo antiguo,
tenían que ver básicamente con dos fuentes. La primera era la que provenía
de animales muertos. ¿Cuánto tiempo duraba este tipo de contaminación, y
qué solución requirió Dios para librar al impuro de esa contaminación?
Lev 11:31,39-40= “Estos tendréis por inmundos de entre los animales
que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren
4? muertos será inmundo hasta la noche... Si algún animal qué tuviereis
<x>mermuriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la
noche.Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y
ju promesas gloriosas del santuario. JLeccion im comaminacion aei santuario, y í
c
/j¿
u
c
será,inmundo hasta la noche; asimismo» él;que sácare el cuerpo
} ímuerto, lavará sus Vestidos yserainmundo hastala noche”
Lev 22:6-7= “la persona qué lo tocare será^inmundo^hasta la noche, y
no comerá 4 e las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo
. con agua. Citando el sol se pusiere, será limpio...”. ¿ :
Lev 17:15= “Y cualquier persona... que comiere animal mortecino o
■ despedazado por fieraclavará sus vestidos y a sí misma se;lavará
con aguafy será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.” -
De nuevo, ¿cuánto tiempo duraba i
contaminación recibida por tocar anim I
les muertos? La respuesta es sencill (
Este tipo de contaminación duraba has
la puesta del sol. ¿Qué tipo de soluck
requería Dios para librar al impuro (
esta categoría simple de contaminaciói
Un baño ritual. ¿Requería Dios ofrecí
un sacrificio por esta clase de contamin;
ción? En absoluto. Aunque no se cons
deraba un pecado el tocar el cuerp
muerto de un animal, se considerat
impuro al que lo tocaba. Los animah i
muertos de los que se hace mención so ^
los que Dios prohibió comer, y a los cu¡
les por la misma razón, Moisés clasific
como “impuros” (véase Lev 11; Dei
14). Los cuerpos de los animales “lin
pios” que Dios autorizó para comer tan 1
^bién podían contaminar cuando su sangi •
no era derramada (Lev 11:39-40; 17: lí
22:8).
Este tipo de contaminación puede ser catalogado como ligero o levi
porque para su purificación no se requería el sacrificio de animales. Lo qu
estaba implicado detrás del acto de purificación, en efecto, parece esta
comprendido en la expresión: “lavaré mis manos en inocencia” (Sal 26:(
73:13). En otras palabras, algo o alguien podía contaminarse, y ser declarad
“impuro” o “inmundo”, sin necesariamente ser culpable.
/ m promesas gloriosas del santuario.
!->
ilO es importante, pues por tratar de proteger la santidad de Dios que
Iniciaba en el santuario de Israel, algunos autores modernos han negado que
11 mmgre de los sacrificios podía contaminar la habitación divina. Volvere-
niM
'i Nobre este punto en lecciones sucesivas, para considerar las implicacio-
íextraordinarias que el mensaje bíblico tiene para nuestra fe hoy.
«
í. Consecuencias de no bañarse.
|¿Qué pasaba si la persona que se contaminaba por contacto con anima­
les muertos no se bañaba ni lavaba sus ropas?]
t *t)ino es de suponerse, leyes de esta naturaleza podían pasarse por alto
fácilmente. Cuando esto ocurría, la situación del adorador cambiaba. Se
iiu'ftl en falta, y ya no era suficiente el baño requerido para librarse de la
■
••Hiitminación.
I
t. Solución para la negligencia en purificarse.
t M
I
|/,Qué solución quedaba para los que “llevaban su iniquidad” por no
obedecer las leyes divinas?]
¿Quedaba una solución para los que tenían que llevar su iniquidad?
►
•nM
) podía el pecador quitarse de encima la iniquidad que había cometido?
, Imlii que bañarse para recobrar su pureza? Por supuesto. El primer reque-
nniimlo lio era puesto necesariamente a un lado. Pero, ¿era suficiente el baño
►
*|n
*iicIo si se lo aplicaba después del lapso de tiempo especificado? De
manera. Los que pecaban y debían, por consiguiente, llevar su
tenían-aún otra posibilidad. El caso de ellos se volvía más serio/"
i no totalmente irreparable. Debían ofrecer un animal en sacrificio por el
t <ule).
*nv 5í1*2,5t
¿ = ^ ^ su^iniquidad. Asimismo la
persona qué:hubjeipe jocado;cualqüierav
cosá'inmunda,'sea/cadáyer efe!
1
H
!stia uimuiida; q .cadayer ;de áromal iiráuudo> o' cadáver/de reptil;
Inmundo, bieh;qüe iiq'Iq supiéré> sera inmunda y habrá deíih^uiddO
1muido pecare„en:K^|w4^deestas "cosas, confesará aqüelio.en,que¿
|u:c:ó, y para u^e^piacionL^ traera'al ,Eterno;por;su^pecado;* que?
rciinetió, una herabra^Jg iós 'rebaños, uná^cordera o una.cabra^comb'
miorifício portel' pecado; 'y, él*sacerdote'íe hará expiación por su!
Lección 3. La contaminación del santuario, y los sacrificios 53
Una vez emitida,la ley, todo el mundo debía darse por enterado. Por esta
razón, la falta cometida p.or ignorancia era considerada también un pecado.
Si no teman suficiente dinero para ofrecer una cordera o una cabra en sacri­
ficio por el pecado, podían traer dos tórtolas o dos palominos o, en el caso
extremo, un efa de flor de harina por el pecado que el sacerdote debía comer
para llevarlo sobre sí, como parte de su ministerio sacerdotal en el santuario
(Lev 5:7-13).
4. Contaminación por tocar sangre o cadáveres humanos.
[¿Cuánto tiempo duraba la contaminación directa con cadáveres, sangre
o enfermedad genital humanos?]
La segunda fuente de
contaminación provenía de
la humanidad. Era más gra­
ve, pues duraba siete días, y
no era suficiente bañarse
para recuperar la purifica­
ción. No hay que confundir,
sin embargo, esta contami­
nación directa con la conta­
minación humana indirecta
que podía ser incluida den­
tro de la categoría de conta­
minación que hemos llama­
do “ligera,” debido a que
duraba sólo hasta la puesta
del sol y requería sólo un
baño para purificarse (Lev
15:5-11,16-23, etc).
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  • 1. SE M IN A R IO I. LAS PROMESAS GLORIOSAS DEL SANTUARIO Con historias e ilustraciones Dr. Alberto R. Treiyer
  • 2. Copyright © 1994 por Dr. Alberto R. Treiyer Publicado y distribuido por Creation Enterprises International. Siloam Springs, Arkansas 72761 Ninguna porción de este libro puede ser reproducida sin autorización escrita del autor. Cubierta por José A. Drasich Colliard I S B N 1 - 8 8 2 8 4 6 - 0 5 - 2 COMENTARIOS He terminado de leer las lecciones que Ud. preparó sobre el tema del mh* tuario y estoy muy bien impresionado con ellas. Las aplicaciones espiniuulm que Ud. extrae están basadas en sólidos análisis exegéticos del 1 bíblico y no en especulaciones fantasiosas. El uso de ilustraciones a lo litin» * de las lecciones le permite al estudiante entender más fácil el mensaje y * 1 impacto de la teología del santuario en su propia vida. 1 Su experiencia como profesor de teología ha enriquecido el docum* m i» con elementos pedagógicos propios. Hay una progresión obvia en el clrnii rollo de los temas y en la estructura de las lecciones. Las preguntas ni U < lecciones son claras y están bien parafraseadas. Las referencias bíblica lint sido bien escogidas. Este juego de lecciones será de gran ayuda para pastores y laicos bii n !»• formados que estén interesados en dar seminarios sobre el tema del sanlunilii Lo felicito por tomar la iniciativa en esta área. Que el Señor continúe bendiciéndolo mientras ministra a su iglesia, Dr. Angel Manuel Rodi iV .hi * Associate Diin im Biblical Research Instituí» General Conference ofthe Seventh-day Advcniiii» 30 de Agosto de l'Wt El Dr. Alberto R. Treiyer ha hecho un servicio real a los pastoio a presentar el mensaje bíblico del santuario celestial en un formato crisicx ■ u a !-- * ’ < i i i • i f i ^ _1_ki
  • 3. * . Laspromesasgloriosas del santuario. sús como nuestro sumo sacerdote que intercede en nuestro favor. Todos los stores deben leer y compartir estas cosas maravillosas con sus miembros. Pr. James A. Cress. Ministerial Association Secretary General Conference of Seventh-day Adventists. 21 de diciembre de 1993. He aquí lecciones que estaban faltando desde hacía mucho tiempo- iones que hacen relevante el mensaje del santuario, no sólo para hoy, sino ue es más importante aún, para la vida diaria. Las aplicaciones prácticas Dr. Treiyer, así como su enfoque cristocéntrico y sus ilustraciones per- iles, serán muy apreciadas tanto por pastores como por miembros de ;ia. Pr. Gary L. Jensen. Pastor of Atholton Seventh-day Adventist Church. Columbia, MD. 7 de febrero de 1994. INDICE SEMINARIO I LAS PROMESAS GLORIOSAS DEL SANTUARIO Dr. Alberto R. Treiyer Comentarios.....................................................................................................3 Indice...............................................................................................................5 Introducción.....................................................................................................7 1. El templo en el cual pronto adoraremos....................................................15 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy..............................................29 3. La contaminación del santuario, y los sacrificios......................................49 4. La paradoja del evangelio en sombras...................................................... 67 5. Liberación de la carga del pecado...................................... 83 6. La contaminación del santuario, y la pena de muerte..............................101 7. El misterioso macho cabrío Azazel.........................................................123 8. Lecciones del arca del pacto....................................................................141 9. Proceso judicial cósmico.........................................................................161 10. El descenso de la gloria prometida .......................................................185
  • 4. INTRODUCCION Estudiante (o hermano): ¿Todavía insisten en el tema del santuario? Maestro (profesor, pastor o anciano): ¡Sí, todavía! Estudiante: ¿Porqué? Maestro: Porque: "el santuario que está en el cielo es el mismo centro de la obra de Cristo en favor del hombre. Concierne a toda alma viviente sobre la tierra. Abre ante la vista el plan de redención, proyectándonos: hasta el mismo fin del tiempo, y revelando él resultado triunfal del conflicto entre la justicia y el pecado. Es de la mayor importancia que todos investiguen cuidadosamente estos temas, y estén capaci­ tados para dar respuesta a todos los que demanden razón de la' esperanza que hay en ellos" (Cristo en su Santuario, 52). Estudiante: /Pero ese es un tema muy difícil! Maestro: Hasta cierto punto eso es cierto. "El significado del sistema de culto judaico todavía m sé entiende plenamente. Verdades vastas y profundas son tosquejadas poí*su^ ritos y símbolos." Pero "el evangelio es .la Have que abre sus misterios. Por medio de un conocimiento del plan de redención, sus’ verdades son abiertas al entendimiento. Es nuestro privilegio entender estos maravillosos3emas en un grado muchp mayor de té que los entendemos" (Palabras de Vida del Gran Maetír0> lO3),
  • 5. Kstudiante: ¿Le parece, entonces, que todos los que quieran van a i♦ « nltr entender este estudio del santuario? , Maestro: ¡Por supuesto que sí! Se ha avanzado mucho en la comprensión •lneste tema en estos últimos años. Por consiguiente, resulta más fácil simpli­ ficar sus verdades esenciales. Los descubrimientos más recientes también *«infirman nuestra posición histórica. A medida que comprendamos mejor las iMomcsas gloriosas del santuario y sus servicios, encontraremos que un estu­ llocomo éste se volverá más fascinante. No olvidemos, por otra parte, que lo difícil o lo fácil lo determinan en gran •Hedida el interés o desinterés que se tenga en conocer los misterios que el ♦nitor reveló en su Palabra. Por esta razón, para aquellos que estén más jiilcrcsados en no perderse su programa nocturno de TV, o estén demasiado *«irgudos con los asuntos de esta vida (véase Luc 21:34-36), es probable que M e ? curso no les sirva de entretenimiento. A gente que tema su cabeza en •U ha cosas, y revelaba poco o nada de interés en estos temas, Pablo les itribió de esta manera en: Blb 5:11?14= "De esto hay mucho que decir, y difícil de explicar, ■poique sois lentos paca oír. Debiendo ser ya maestros después de , tanto tiempo, necesitáis que se os enseñen los primeros rudimentos de la Palabra de Dios. Habéis llegado a necesitar leche, y no alimento ¡ sólido. Todo el que se nutre dé.leche, es incapaz de entender la doctrina de la justificación^ porque aún es niño. Por el contrario, d Alimento sólido es para los adultos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien yel mal." Alumno: ¡Tantas cosas se escuchan hoy acerca del simbolismo del iMuatio...! ¿Será por eso que mucha gente está confundida sobre un buen tmrro de tópicos ligados al santuario y sus servicios? Muestro: Hay que reconocer que la confusión tan grande que impera en i mundo cristiano y judío sobre estos temas se debe, esencialmente, a la ••manda. El diablo buscó siempre ocultar la preciosa verdad del evangelio tnlvación en Cristo. No pudo evitar que se sellase el pacto de nuestra < Unción con la muerte de Jesús en la cruz, pero logró durante mucho tiempo iM iltnr el valor de su ministerio como sumo sacerdote en el templo celestial, •tu <|ue la gente no recurriese a él y obtuviese "el oportuno socorro" (Heb Según vimos, Pablo encontraba dificultad ya en el primer siglo para 4 » ‘ifsar a la gente de sus días en este mensaje tan esencial para nuestra luición. Alumno: ¿Podría darnos un ejemplo de la ignorancia a la que hace referencia y que, según menciona, es la causante de tanta confusión? Maestro: Las razones por las cuales se descuidó este tema a lo largo de los siglos son múltiples. Porm Jado^d,JmpacACLdeJa^tosQfía-jdualista:ftrie^a dj&Platónr_bQCTád&-la'€onciencia~de^os-€ristianoS'la convicción deque^oJlcg adorabaivpo^fo-en el santuario celestial, en donde Jesús comparecía^delantp de Dios para interceder por ellos (Heb 7:25; 8:1-5). Así debilitada y destruida la realidad temporal y espacial del santuario celestial y su sacerdocio, no fue difícil atraer ya ea el tercer siglo; y durante prácticamente toda la Edad Media, la atención de la gente a un sacrificio y sacerdocio terrenales que eclipsase el ministerio sacerdotal..de Cristo en el cielo* Es cierto que la Reforma del S. XVI y luego la libertad de pensamiento que se produjo a fines del S. XVIII como resultado de la Revolución Francesa, permitió un gran despertar en el estudio de la Biblia. Pero el racionalismo moderno que permeó entonces todos los estratos del conocimiento, logró hacer mella en la mayoría de los teólogos modernos. En lugar de buscar entender el mensaje del ritual del culto antiguo, los esfuerzos de muchos teólogos, especialmente en Europa y más recientemente en América, fueron desviados hacia un estudio hipotético y estéril de reconstrucción histórica racionalista y evolucionista de las leyes mosaicas, que contradecía el testimonio bíblico.1 Alumno: 1 Sueno, bueno... Ya está empleando Ud. algunas palabras filosóficas como "racionalista y evolucionista." Si se le escapan algunos términos especializados más de esta naturaleza, ¿no le parece que va a limitarse la audiencia que se interese en el material de este seminario? Maestro: Hay más gente educada hoy de lo que a menudo se piensa, y más gente que desea superarse aún intelectualmente de lo que muchos imaginan. De todas maneras, para tranquilidad de los simples, este seminario no se caracteriza por contener términos técnicos comprensibles sólo por teólogos o profesionales en la materia. Está adaptado a la comprensión de todo público, de tal manera que aún si en alguna que otra instancia pueda aparecer algún vocablo que a algunos les resulte algo técnico, se aclara su significado. Además, el material está lleno de anécdotas y hechos de la vida real que facilitan su comprensión. 1 Véase ejemplos en A. Treiyer, The Day of Atonement and the Heavenly Sanctuary. From the Pentateuch to Revelation (Creation Enterprises International, Siloam Springs, Arkansas 72761, 1992), 107-128,149.
  • 6. 10 Laspromesas gloriosas del santuario Alumno: Está bien, pero en esencia, ¿cómo puedo yo saber, después de haber escuchado tantas posiciones divergentes, que este seminario no presentará una posición más entre el montón? Maestro: El hecho de que haya muchas religiones, no significa que no haya una verdadera, así como el hecho de que haya monedas falsas, no significa que no haya monedas verdaderas. Este seminario es un estudio de la Biblia, y todo lo que se dice está basado en un estudio serio de la Palabra de Dios. Los que participen de este estudio descubrirán las respuestas a muchas de las preguntas y cuestionamientos levantados en estos últimos años. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que se ha avanzado mucho en la comprensión de estos temas en esta última década. Gracias a ciertos teólogos judíos modernos que han emprendido la tarea de estudiar a fondo el ritual bíblico que se efectuaba en el santuario de Israel, muchas de las teorías discordantes y contradictorias que arrojaban confusión en tiempos pasados, se han vuelto obsoletas. Si bien estos teólogos han confrontado sus diferencias muy francamente en ocasiones, los resultados que se pueden jbtener gracias a sus estudios, son extraordinarios. Aunque los autores judíos en general, no manifiestan interés en la nterpretación del ritual mosaico que ofrece el Nuevo Testamento, sus estudios están destinados a afectar su comprensión, pues ofrecen un panorama más amplio sobre estos temas que el que se podía percibir años itrás. Sería pues, lamentable que los resultados de tales estudios queden elegados a un archivo bibliotecario, sin que pueda llegarse con su precioso nensaje a todos los que anhelan tener un conocimiento mayor del plan de )ios para con su pueblo y la humanidad. Todo^buscamos la verdad, y es no sólo nuestrp privilegi^g^sino tajgbié^ u e s ^ 3 ^ ^ ^9^4?Len la comprensión del mensaje del Seño£. En^el ^gistea sagrado se consideró más nobles a los de Berea que a los^de H ech17:10-11^ ía Palabra de todo corazón, y examinaban cada día las Escrituras, para ver si esas cosas eran asf1 ¿Nos considerará el cielo menos nobles a nosotros, por no interesamos en tudios de esta naturaleza, como consideró la Escritura divina a los de !^Salónica en la época de los apóstoles? j I Alumno: ¿Se explica en este estudio el simbolismo de cada mueble del | mtuario de Israel, y sus características, como a menudo se ha hecho en lo | isado al estudiar estos temas? Introducción 11 Maestro: Algo de eso también se estudiará, pues no puede negarse su importancia. Israel énfasis,estará,puesto no tanto en un simbolismoestátí«o, como.lo. es eL de los muebígs, sino,,en..,los. servicios; del-santuqéo, su funcionalidad y dinamismo. La jiecesidad más urgente que tenemos es lifc.de entender claramente el propósito de todo el ritual antiguo,. lft.proyección^ mensaje.de sus servicios*.Sólo así estaremos en condiciones de entender sus dimensiones más abarcantes en la historia de Israel, y en el futuro ministerio del Hijo de Dios que sus "sombras" proyectaban. Alumno: ¿Se refiere Ud. al papel del Hijo de Dios en el juicio investigador o, como otros lo han llamado también, juicio previo al advenimiento de Cristo? Maestro: No sólo al juicio investigador, sino a todo el ministerio del Hijo de Dios, según se lo representaba en el ritual antiguo. Debemos recordar que el culto antiguo, tomado en su conjunto, con su santuario y su sistema de sacrificios, es considerado en el Nuevo Testamento como "tipo" o "figura" (Heb 8:5), "sombra" (Heb 8:5; 10:1), "parábola" o "símbolo" (Heb 9:9) del evangelio de salvación que el Hijo de Dios debía cumplir en la nueva dispensación (Heb 4:2). A esto se refiere E. de White cuando dice que: "por cuanto era de institución divina, todo el sistema del judaismo era Alumno: En estos últimos años, algunos autores han puesto en tela de juicio la hipótesis del juicio investigador. ¿Se tiene en cuenta en este semi­ nario, la crítica que estos autores han hecho en este punto? Maestro: Bueno, por lo que veo, alguna información general parece tener Ud., y no puede ocultar ya su interés en el tema. Esto me conforta. Hace unos momentos temía que su pregunta acerca de si el material sería asequible a todo público revelase falta de interés en estos temas. De todas maneras, permítame corregirlo. El juicio investigador no es una hipótesis, sino una doctrina bíblica. Ya sea en símbolo o en la realidad misma, la doctrina de un juicio celestial analítico que considera los hechos de los hombres antes de otorgar el premio o el castigo prometidos, está claramente enseñada en la Biblia, desde el mismo Génesis hasta el Apocalipsis. En lo que respecta a si vamos a tener en cuenta las críticas que se han hecho al tema, ya lo dijimos desde el comienzo. Este será un estudio bíblico, no un estudio informativo de las posiciones divergentes que se han escrito
  • 7. i> I.nspromesasgloriosas del santuario i|»rc el particular.2 Sin- embargo, en las preguntas y respuestas, y en el itíarrollo de la sección explicativa, se encontrarán las respuestas que la '•ililia da a todos los planteamientos básicos levantados en estos últimos años •ilirc los temas que se consideren. Se darán referencias bibliográficas para ••lucilos que quieran información adicional. Alumno: Por lo que veo, cada lección tiene diez preguntas, y el mate- mi complementario para el maestro es bastante abundante. ¿Cree Ud. que •• tiremos abarcar una lección por cada reunión? Maestro: Hay lugares en donde los que asisten a los seminarios tienen ,« I por conocer a fondo estos temas, y se sienten cómodos estudiando juntos un hora y media o dos. Sin embargo, si así se lo desea, puede darse a las it iones un enfoque más simple. En lugar de considerarse las 10 preguntas un contiene cada lección, los maestros pueden elegir las que les parezcan 'i* relevantes. En el caso de que haya un interés marcado en determinado mu y el tiempo no permita su análisis completo en una sola reunión, puede (•mearse su estudio para dos reuniones. No olvidemos que estamos en una época en donde hay un interés marcado •la gente por conocer la Biblia, y en donde al mismo tiempo, mucha gente iii lan ocupada con las actividades del día, que le resulta difícil encontrar m hora que convenga a todos para estudios de esta naturaleza. Por esta •iiii, a veces es más fácil encontrar una hora adecuada por semana para iudiar estos temas cuando se forman pequeños grupos que se reúnen en tintos hogares. Al mismo tiempo, es más fácil invitar a amigos y vecinos a ins grupos de hogar, pues la reunión se realiza cerca de dónde viven. Alumno: Esto es interesante. Confieso que comienzo a interesarme en < > -m a . Pero me queda una pregunta más. Es evidente, por las respuestas • Ud. ha dado, que aunque se ha buscado presentar enforma sencilla el itrrial de este seminario, se responderá también a inquietudes teológicas. •obstante, ¿qué valorpráctico puede tener un estudio talpara mi vida? Maestro: Este seminario apela a la mente y al corazón. Es justamente la mliinación de ambas cosas lo que lo hace más interesante. Por doquiera que lm presentado, ya sea en iglesias como en seminarios para pastores, ha Ios que deseen un material de esta naturaleza, que responda a centenares de preguntas ■ < chan hecho sobre diversos tópicos relativos al tema del santuario, pueden adquirirlo II°bra mencionada en la nota anterior que servirá de.complemento de este seminario, i todos los que quieran conocer más a fondo estos temas. Introducción 13 producido reacciones muy positivas. Muchos pastores confiesan que antes exponían en sus iglesias estos temas en forma muy general, destacando mayormente el simbolismo de los muebles y del santuario, pero que ahora se entusiasman viendo las dimensiones teológico-prácticas tan abarcantes que allí estaban, en la Palabra de Dios, esperando ser descubiertas para fortalecer nuestra fe y enriquecer nuestra vida espiritual. t Estudiante: Pero, ¿no le parece que. es. mejorsaber, que Cristo^mora en nuestro^corazón, que imaginarlo en el cielo intercediendo por'nosó Maestro: En cuanto a si es mejor saber que Cristo mora en nuestro corazón, que saber que intercede en el santuario celestial, habría mucho para decir. Creo que éste es un problema que está afectando hoy muy fuertemente al cristianismo. Aunque sea de rebote, ese problema logra a veces hacer mella también en nuestra iglesia. Pienso que es un gran privilegio el que todos tenemos de buscar a Cristo y de hallarlo, y de tenerlo además en nuestro corazón. Pero para ello debemos buscarlo en donde él está, y saber lo que hace por nosotros. Si por el contrario, como muchos lo hacen hoy, buscamos a Cristo en nuestro corazón, es decir, en nuestro interior, en nuestros sentidos, nuestra religión pasará a depender de lo que sentimos, en lugar de depender de lo que Cristo dice en su Palabra y hace por nosotros en el cielo. El cristianismo es una religión de principios, y debemos precavemos de transformarlo en algo tan inestable como los, sentidos y sentimientos humanos. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?" (Jer 17:9). Es justamente allí en donde el diablo procura introducirse para presentarse como "ángel de luz," con el propósito de engañamos y pervertir la obra de Cristo en nuestra vida (2 Cor 11:13-15). De hecho, si nos quedamos sólo con un Cristo espiritualizado en nuestra vida, predicaremos un evangelio inconcluso y perderemos de vista el rumbo que el Señor quiere que pongamos a nuestra existencia para evitar que seamos descarriados.' Hay una finalidad en el evangelio que va más allá del momento presente en que vivimos, y que involucra no sólo la redención de nuestra vida personal, sino de toda la humanidad y del universo entero. Esto es de suma importancia para nosotros. No debemos limitar a Dios. Si Dios revela en Su Palabra Su plan para la redención humana, por qué habríamos nosotros de buscar determinar qué es esencial y qué no lo es? Sólo un evangelio completo construye murallas seguras de protección contra el pecado, de tal manera que el diablo no pueda encontrar ningún punto débil para hacemos caerr De allí la importancia que hay en comprender bien los libros de Levítico, Daniel,
  • 8. IMSpromesas gloriosas del santuario Hebreos y Apocalipsis. Si el mensaje de esos libros no fuesen esenciales, no habría razón para que Dios los incluyese en Su Palabra. Es mi convicción que seminarios de este tipo ayudarán a muchos hermanos en Cristo a librarse no solamente de muchas dudas, sino también de muchosmales que aquejan a la iglesia del Señor. En efecto: fia correcta comprensión del "ministerio del santuario celestial ¿S el ^fundamento de nuestra fen(Pyangelimo. 165). ^ J No solamente nos señala cuál es nuestra misión en la tierra, sino que también nos hace un pueblo peculiar, con un conjunto de verdades especiales cuyos eslabones no pueden desprenderse ni de su estructura ni de sus servicios. Sólo los que comprendan claramente todos estos temas, serán librados de los engaños finales, y estarán así capacitados para atravesar la crisis final (véase Mat 7:21-23; 24:11,23-24; 2 Tes 2:9-12; Apoc 12:9; 13:13-14; 16:13-14; 18:23; 19:20; 20:3). i I LECCION I i I EL TEMPLO EN EL CUAL PRONTO ' ADORAREMOS ¡ I n este mundo hay muchos templos que los hombres con»l ^ gran a sus dioses. El hecho de que la gente asista a ellt | con frecuencia, revela el deseo tan grande que hay en la Ity manidad de poder comparecer ante un ser superior. Ttxlo buscamos suplir nuestras deficiencias con la suficiencia < 1 vina, nuestra finitud con su infinitud, nuestro temor con su paz. Pero el acceso a Dios que se nos concede hoy es espiritual. No podcnu todavía contemplar a Dios con nuestros propios ojos (Juan 1:18). S| embargo, la Biblia nos promete que llegará el día, y está cercano, en tju todos los que anhelen de corazón comparecer en la presencia de Dios, podrí ^ contemplarlo cara a cara (Apoc 22:4^. Esto ocurrirá cuando el Señor llevui a su gloria, al templo que está en ¿1 cielo y en donde Dios tiene su trono, aquellos que invocaron su nombre aquí en la tierra. ¿Cómo es ese templo? ¿Qué significado tiene para con nosotros hoy ¿Quién es el ministro que atiende a las súplicas que allí llegan de la tierri ¿Cuándo adoraremos sin velo alguno en él? La Biblia responde en fonrf clara a todos estos interrogantes. ¡ I El tesoro escondido. | En la niñez y en los primeros años de la juventud, tuve la oportunidad d j participar en actividades que mi iglesia preparaba para los jóvenes. Entre k | muchos entretenimientos sanos que teníamos, recuerdo uno que consistía o ^ buscar el tesoro escondido. Desde cierto lugar de partida, había que ¡ descubriendo las señas e indicaciones que los organizadores del juego habíiw dejado a lo largo del camino. Esas indicaciones no siempre eran todo l < explícitas que hubiéramos deseado, pero nos daban las pautas necesarias par ) * Por información adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988 339-351, 373-384; The Day of Atonement and the Heavenly Judgment. From ih Pentateuch to Revelation (Creation Enterprises International, Siloam Sprint Arkansas 72761), 369-382, 406-417.
  • 9. lfi LüSpromesas gloriosas del santuario encontrásemos la siguiente indicación, hasta llegar a descubrir el tesoro ÜCondido. Ese tesoro quedaba con el que primero lo encontraba. * Así también, Dios- no- nos*revela? de*una * .vez..emla Biblia;- todo? lorque falliéramos* saber* del- templo"celestial^y*de^nuestra*- vida-*en*-eL más. allá, porque el Señor quiere llevamos de sorpresa en sorpresas descubrir siempre nuovas y más emocionantes* “buenas nuevas” que él nos da acerca de las preciosas verdades del evangelio. De esta forma, la vida cristiana está llena i t emociones que Dios sembró a lo largo del camino, para que nos sea placentero el recorrido hasta donde está nuestro tesoro, la patria celestial que ficlbiremos como herencia. Esto se ve especialmente cuando tratamos de estudiar las indicaciones que Dios dio a sus profetas en la antigüedad, relativas a la construcción de un^ lliníuario que sirviese de culto a los israelitas, y de_habitación suyajjara morar en medio de su pueblo. Dios dioJantos ^detalles^sobre su^constmcción y funcionamientoj^ue, a medida que los estudiamos^ vamos descubriendo su jgnlñcado, y haciéndonos una idea de lo maravilloso que será cuando BPdnmos presenciar~el gran original que está en el cielo. A diferencia'del' Juego, sin embargo',' no sólo uno'/ smo todos los que sigan las indicaciones del de Dios bosquejado1eñ l^^símBoIorBel santuario, encontraran el tesoro M Ctmdido,,y l^poseerán ".... L El modelo o maqueta ( < tabenit) del templo celestial que Moisés vio en visión (mare’)= Heb 8j5; cf. Ex 25:40. [¿A quién reveló Dios el “modelo” o “maqueta’’del templo celestial?] iW I*Moisés tuvo en el monte una visión del templo celestial (Heb 8:5). Sin tffabnrgo, Dios no le reveló todo lo que hay en ese templo. De otra manera, le nfili¡l&ra complicado las cosas a su siervo. En efecto, ¿cómo podría Moisés Ixuir un templo, con las posibilidades tan escasas que tenía en el desierto, que fuese en todo detalle equivalente al magnífico templo que está en el ? De esta forma, Dios le reveló los contornos más generales, para que ,9$e entender las grandes verdades del plan de salvación que emanan de •* . Leamos: Desde que entró el pecado, Dios dispuso u organizó su templo celestial para resolver el problema de la humanidad, y los funestos resultados que introdujo el mal. Allí está la sede del gobierno de Dios, y el centro de operación del universo. Ese gobierno y todo el ministerio que allí se lleva a cabo, está abocado especialmente a atender y resolver el problema del peca­ do. Por esta razón, cuando estudiamos el diseño de la copia terrenal de ese santuario en relación con su ministerio, descubrimos también de qué manera Dios se propone acabar con el pecado, y limpiar esta única mancha que tiene en el universo. 2. El diseño o estructura del templo y sus muebles. [¿Cuál era el diseño o estructura de esa maqueta del templo celestial, sobre la cual se inspiró Moisés para construir el antiguo santuario del desierto?x¿Qué muebles había en cada lugar?] Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 17 Lugar santísimo J Lugar santo No podemos entrar ahora en todos los pormenores de ese templo que Dios ordenó hacer, para representar el suyo allá en el cielo. En el siguiente estudio, y en estudios futuros, iremos considerando más detalles. Destaquemos desde ya, sin embargo, sus contornos más generales. En ese santuario había tres lugares bien definidos, separados por velos o puertas. Acercándonos desde el exterior, entramos al atrio o patio en donde había dos muebles: el altar en donde se sacrificaban los holocaustos, y la fuente de bronce en donde se lavaban los sacerdotes antes de entrar a los otros dos lugare's más interiores del templo (Ex 40:30). * Al pasar al primer cuarto interior, llamado “lugar santo”, encontramos que el oro reluce por doquier. Está en la mesa de los panes, en el candelabro
  • 10. 18 Las promesas gloriosas del santuario c * y en el altar del incienso. Este último mueble estaba más cerca del cuarto más:; interior del templo que cualquiera de los otros muebles mencionados. Allí comparecían los sacerdotes regularmente, todos los días del año, para presentar las oraciones de su pueblo y rogar a Dios que fuesen aceptas en virtud del sacrificio que había sido ofrecido. Una vez dentro del “lugar santísimo”, todo cubierto de oro también, descubrimos el mueble más sagrado que era el arca. El arca era una especie de cofre que contenía, entre otrascosas, como un tesoro escondido, lo que Juan llamará en Apocalipsis “maná escondido.” De ese maná con el cual Dios alimentó a su pueblo en el desierto, podrán comer todos los que persistan en la búsqueda del tesoro escondido y triunfen en la batalla de la fe (Apoc 2:17). Dos ángeles en actitud reverente, que fueron esculpidos y colocados en los extremos de la tapa del arca, aparecían como custodiando la entrada a la presencia de Dios. El trono de Dios se encontraba invisible encima del arca, en medio de una nube espesa y oscura que cubría la gloria divina. La imaginación puede llevamos a ver también a esos ángales o querubines, como guardianes de lo que se encontraba guardado dentro del arca. Todo esto lo veremos más en detalle en estudios sucesivos. Preguntémo­ nos ahora acerca de los propósitos que tenía ese templo que Moisés debió construir según el trazado celestial. 3. Propósitos del templo terrenal. [¿Qué propósitos tendría ese templo que Moisés hizo construir?] Leyendo el libro del Éxodo, con todos sus detalles relativos a la construc­ ción y funcionamiento del santuario, algunos autores han tenido problemas para entender su propósito. Al parecer, no encuentran emoción alguna en sen­ tarse a estudiar las medidas en codos y pulgadas del templo y de sus muebles. Por estar razón hasta han llegado a expresar su consternación diciendo que no entienden cómo el Espíritu Santo se detuvo a dar tantas especificaciones que para nosotros, según ellos interpretan, no tienen ningún sentido. -Sin embargo,- tanto el diseño del templo como su función están en la. Palabra de Dios,..y si están allí, es porque Dios quiere quecos estudiemos. El quiere que conozcamos las indicaciones básicas que esparció en su templo para guiamos a encontrar finalmente el tesoro escondido. Tanto a Ezequiel y a su pueblo cautivo en Babilonia; como a Juan y a la iglesia que mora en medio de la'Babilonia mística o espiritual según el Apocalipsis, Dios les dio la orcfen.de medisu templo ÍKz_43.:1.0-1I^Apor, 11^1V Su propósito es que conozcamos el plan de Dios de quitamos del cautiverio del pecado y llevamos a su gloria, para que moremos con él. , ' Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos , * ¿Para qué sirve? Vivimos en una sociedad tan sofisticada, que a menudo debemos gastar ^ buen tiempo para entender la razón de muchas cosas. Por ejemplo, cuanl vemos nuevos productos que salen al mercado, lo primero que nos preguill mos es, ¿para qué sirven? Y a menos que no entendamos su propósito, no compramos. Cuando vamos a una casa nueva en donde el arquitecto procil estampar su.originalidad en muchas cosas, también nos preguntamos aqullj allí, ¿y esto para qué es? Si entendemos el propósito del arquitecto, y gusta no sólo el arte revelado en su diseño, sino también su valor práctico, funcionalidad para nuestro diario vivir, entonces querremos adquirirla pi, habitar allí. H Dios, también quiere que conozcamos cómo es su tenjplo, y entendaim sus propósitos de amor y salvación que allí se revelan. Quiere (|| admiremos, además, su gusto arquitectónico, para que anhelemos morar n ’ para siempre (Apoc 3^12yJ7:15; 21.3,^etc). Así como los anfitriones anlicll que los invitados de otro país se si^tan agusto durante su visita, así tambll Dios quiere que nosotros nos gocemos con lo que preparó para nosotros eni casa, de tal forma que queramos quedamos para vivir eternamente con él. í ¡Qué lindo!, podemos pensar. ¡Dios va a descender para vivir nosotros! Pero, ¿nos detenemos a pensar en las implicaciones de esta decisk divina? Por ejemplo, ¿cómo podría Dios realmente morar con un pueb pecador, sin manchar su reputación delante del universo? Felizmente, Señor hizo provisión también para eso. Para proteger su nombre, i prestigio, puso condiciones para morar en medio de su pueblo, es decir, ley que ellos debían seguir rigurosamente si querían realmente que Di permaneciese en su medio. Pero Dios no solamente estableció leyes que preservasen la santidad dof*1 templo, sino también leyes que regulasen su servicio, teniendo en cuenta'M situación pecaminosa de aquellos que vivirían en su medio, y ofreciendo I « servicios necesarios para que su pueblo pudiese purificarse y estar | condiciones de vivir en la presencia divina. Esas leyes del, templo enseñabi^ al pueblo la doctrina de la redención. Eran “las buenas nuéyas” o “eVangelli de salvación para todos los que buscasen beneficiarse' de sus servicio Leamos en:
  • 11. MI tiíX promesas gloriosas del santuario ju s antiguos recibieron ese evangelio de salvación a través de una copia, | llura, sombra o parábola de las realidades celestiales venideras. A través de representaciones terrenales, ellos debían dirigir sus ojos a la gran obra fH » inlvación que el Hijo de Dios iba a cumplir en el futuro por ellos, (JliiK ’lumente en el templo celestial Lean conmigo algunos otros pasajes de la pillóla a los Hebreos. H e*l> 9:24= “Porque no' entró ;Cristo„ en;el, santuario* he.chb.-de; mano,' figura def v e r^ d é ro ^ i'^ e fé sS f^ 'd ^ c íé lo ^ S S ^ e ^ ^ S ^ ^ in is^ ^ pura presentarse ahora^qjnqsojxos^ l. Comparación entre la copia y el original. |/,Cómo es el templo que está en el cielo, comparado con el antiguo 1 tabernáculo que construyó Moisés?] l'inlcmos imaginamos la belleza y esplendor del templo celestial, cuando j 'nlnnplamos el espectáculo que terminó siendo el santuario terrenal, en •»vu interior resplandecía el oro. También podemos hacemos una idea de la j'umvit y hermosura del templo celestial, viendo las obras tan variadas y Kwnílicas de la creación terrenal. Un Dios que reveló un gusto tan exquisito l» t tocación de este mundo, difícilmente haría un templo vacío en la crea- ihii rdcstial. Siendo el Artista por excelencia del universo, no podemos ima- Jílltrnos su templo como careciendo de la gloria que caracterizó su ingenio i JMnoi u iriitlvidad^qué^ólo^rá'rñtéligéiíciá^Supreriia^pódíá^offecery < ¡ » ^ ( No obstante la-semejanza que la Biblia atribuye al edificio celestial y a la estructura terrenal, debe haber habido diferencias, así como la sombra se diferencia de la realidad. En efecto, aunque entre la figura, sombra o parábola del santuario celestial, y la realidad misma en los cielos, hay similitudes en estructura y funcionamiento, también hay contrastes. ¿Cómo es el templo celestial, según Pablo? Encontramos la respuesta en: Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 21 Es evidente que los profetas no vieron todo lo que hay en el templo celestial, sino sólo lo que Dios quiso revelarles. En-lugar-de-un- solo candelabro-que-Moisés- ordenó -hacer- para- el--pequeño- tabernáculo- del desierto,-por-ejemplo, Salomón dispuso diez para- su enorme- templo de Jeñísálén (Apoc-' 1 H?4). Estos hechos nos muestran que aunque no conozcamos todo lo que hay en el templo celestial, podemos saber que ese templo no está vacío. E. G: dé 'VVhiteif-':‘^l-resplepdo¿^ih^mp^Dl^dél| tabe®culo||eixen^| - reflejaba a-ja.visfá humara:ía;glonajde"í^^ Cristo nuestro.precursor-piastra por^nosotros;apte^e¿trono deDios-;- } , v templo’ -Jleno dé',la^glOTTp^feícaQo;^efeT^o^dó^^ rjvfl^antesl'guairdianésicübrén^us;.^ • ; enc<jn^f eA Ía^á^^án& ^ÍL,éslTOciraa^queg|^há^^Sfic^^’;á[a^í^ . humanas,' más-que nn pálido réfiéjo 'de sú',iíimeiisicíáá^y ’d ^ í t ’ gfóriá? . . Coa todo,'el santuario terrenal yesus-servicios revelaban- jumrortantes; ' * 'S ■ /V * , * - ^^/ ''AS % SC * •A - / S< '* /f' K 'V s V í^ ■ * ■ ' /v -% - V%^^ s ^w > A "i ’■verdades- Telativas val?.-santuario,*celestiál-y atdá «gra^..pb!rá< que;-se; llí a c'ahn nará la rr^p.nhión Hp.rhofnhrft. rS ñ ,¿v que; -contíenéi|a;ley'de'Di6sfél¿áTtar:deI^^ jf:r,;'de¿servicnG5qüe**s^“e: iíc6n^
  • 12. [¿Dónde adoraban los antiguos en el templo que Moisés levantó, de acuerdo al modelo que recibió en visión?] Ahora nos corresponde averiguar el lugar que ocupaban los adoradores en este templo singular. ¿Dónde se reunían ellos con el Señor? Fuera de los lugares santo y santísimo, pero dentro del santuario aún, en el patio. Allí, a la entrada del Tabernáculo de Reunión, cerca del altar de los sacrificios, se reunían los adoradores con Dios, dirigiendo sus ojos por fe hacia los lugares interiores del templo en donde habitaba la Deidad. Leamos: 3Sí;: í.29; :4233á:S^ plifgéheraÜqne^iiaiíte^ f^yq$ol^$:pará&aMi^ Con respecto a los sacrificios, conviene acotar que no eran aceptados si no se ofrecían en ese lugar. Esta ley debía ser respetada aún por los extranjeros que vivían entre los israelitas. Esto estaba en armonía con el primero y segundo mandamientos, en donde Dios se presenta a sí mismo como “Dios celoso,” que no acepta otro dios delante de él. 5. El acercamiento a Dios en su tem plo.^ El patio era también el lugar en donde se convocaba al pueblo mediante la trompeta que hacían sonar los sacerdotes para ocasiones especiales. Entre esas ocasiones estaban las fiestas y festivales de nuevas lunas, etc. Leamos: ¿Quiénes podían asistir a las reuniones en el patio del templo? ¿Hl entrada libre? Siendo un lugar sagrado, por ejemplo, podrían los leprosa impuros ritualmente, acercarse al Señor en esta área del templo? Sorprem temente no. A pesar del hecho de que uno de los propósitos del santuario purificar al pueblo, muchos impuros físicamente no podían acercan templo en primera instancia. En el caso de que se curasen, debían pri: purificarse fuera del santuario y, como en otros casos, también fuera campamento o ciudad en donde vivían (véase El Día de la Expiación..., 1 169). Posteriormente,..esta, área.del.templo,.fue dividida en*cuatro- secciones: patio-de-los-gentiles; el-patio de-las mujeres, el patio de Israel.y__el patio do sacerdotes. Los paganos no podían entrar en los tres patios más interiore! pena de muerte (Ez 44:7; Hech 21:18-31,36; 22:22). No obstante, aceptaban la religión de Israel, tenían la certeza de que sus sacrificios sepj aceptados en el altar del Señor (Lev 17:8-9; Isa 56:6-7; etc). 6. El acercamiento a Dios a través del sacerdocio. [¿A través de quiénes podían los adoradores acercarse a Dios en templo, en el antiguo Israel?] ¿Podía el pueblo entrar físicamente también en los cuartos-interiores templo, a saber, dentro de los lugares santo y santísimo? La respuesta es O í vez, no. Esta era el área exclusiva para el ministerio de lós sacerdotes. Otras personas trataron más tarde obtener este honor, y se rebelurj contra Moisés y Aarón. La rebelión se extendió de tal manera que casi todll asamblea compartió el mismo espíritu de insubordinación. Para detener ^ espíritu, el Señor intervino destruyendo a miles de entre el pueblo, y con mando a Aarón y a sus hijos como los únicos sacerdotes aceptados en presencia. Pasado este triste episodio, los israelitas terminaron diciendo que encontramos en: Como respuesta a su triste clamor, el Señor determinó otra vez que nd los sacerdotes señalados por él podrían entrar en los cuatros interiores ( | santuario para oficiar en favor de ellos. Leamos:
  • 13. Ti/a1promesas gloriosas del santuario ibl .q Nilm 18:7= Tero.tu y tus.hijos;^ar^eist^estro$ac^<tócip en todo, I C )t lo concerniente al t altar,cy:{á~ 5V ^^^ ministraréis. Yo'os he dado endón el servicio dé Vuestro sacerdocio.* ]1 1extrano^ue se.acerque * 5 C li C l ^ 1;slo no quería decir que el pueblo no podía entrar espiritualmente en la vrncia del Señor, dentro de los cuartos interiores del santuario. Podían y i>!«iiui seguir por fe el ritual que los sacerdotes llevaban a cabo allí en;su jMvnr. Era justamente allí, compareciendo por fe, que los pecadores podían m »mitrar refugio y protección contra toda calumnia y malvada provocación. , t Iramos algunos pasajes de los salmos. En los salmos encontramos no »r pMuunenie leyes divinas que regulaban el funcionamiento del templo, sino .jMmhltfn la manera en que los adoradores sentían y experimentaban su < « •rugimiento a Dios. David dijo, por ejemplo, en: fJul 5:7= N m I .U:19-20=fc¡Cuan;grande^esvtu;bóndad? que has guardado para íos j. que te honran^ que;concedes~;a los queserefugian en ti, ante los hom-? lu’ csl En Iq :secreto: ae;ju p r e ^ mingas del hombre; los¿güarciafi: érV'tú'mórdda, /a cubierto' de :1a coritiénda: dé l e n g u a s : «°v,<v.i’xr*,"v ’'. --: « ^ ^ * ;x )tl Í«IC 1sacerdote a través del cual nos acercamos hoy a Dios. $ [A diferencia del culto antiguo: a) ¿a qué sacerdote debemos recurrir fi hoy mientras peregrinamos por este mundo? b) ¿En qué templo?] I BltO^is también lo que nosotros experimentamos hoy cuando nos fflMmos a Dios en oración ferviente. Aunque es cierto que tampoco iidimos acercamos a Dios físicamente, se nos concede un privilegio similar tlft los antiguos de entrar por fe en el santuario celestial. Mientras que los tfflbru de fe entraban en el antiguo Israel por fe en las representaciones imn&los del templo celestial, nosotros nos dirigimos por fe directamente al JLttplo celestial, a través de la mediación de Jesús, nuestro único sumo ^virtióte señalado por Dios en los cielos, para oficiar en nuestro favor. Esto lo que encontramos en: Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 25 ^toxnabarPsí ekalonm) sino efque es Uamado por< SjDiosj*corno:Aarón,. Tampoco, Cpsto se confino^a si rrasmoja.dign^ pf;-'dad{de serSumo Sacerdote; sino, que se -la confirió Dios,_quien-1¿‘ 11 dijo!;'‘Tu,t¿ es. T a i t e -e^endréhoy,’ Como'tambifedice en, Ifc otro luearrI^lTú eres sacerdote? £árasiempre, según el orden de Mel-J Ay<v .^ * * V^ v < t ^i. > S S 'S 's'’ > * * * ^ ^ >* s"*< ■ V <y ^ V > A > ^iv ig e n ercielqyxe^in^stxpderSantump^d^^ ffléhiá^4¿iáÉKorqü^^Érist0¿náfeilr&e^ ÍSSlioinfere"^ ^ sTe I sa^ T d o ^ ^mejo^^ Jesus?^ [¿Por qué el sacerdocio de Jesús es mejor que el de los sacerdotes * antiguos?] Como podríamos imaginamos, las realidades celestiales de la nueva admi­ nistración son mejores que las antiguas terrenales. Por supuesto, no vamos a entrar hoy en todos los detalles que podríamos considerar sobre este punto. Destaquemos, sin embargo, algunas razones por las que el ministerio sacer­ dotal de Jesús es mejor que el ministerio sacerdotal de la descendencia de Aarón.
  • 14. 26 Las promesas gloriosas del santuario 9. La manera por la cual podemos entrar hoy en los cuartos interiores del templo celestial. [Siendo que a causa del pecado, no podemos contemplar todavía con nuestros ojos naturales la gloria divina (Juan 1:18), ¿cómo podemos recurrir a Dios a través de Jesús en ese templo que está en el cielo?] Muchos cristianos piensan hoy que, a diferencia de nosotros, el antiguo pueblo de Israel no podía acercarse a Dios en el interior del templo. Pero este es un error. Los hombres de fe en la antigua dispensación judaica, y los hombres de fe en la nueva dispensación cristiana, tienen un privilegio semejante de entrar dentro del templo por fe, espiritualmente. Por supuesto, los antiguos israelitas no podían entrar físicamente en los lugares santo y santísimo del templo terrenal. Pero tampoco nosotros podemos entrar físicamente aún en el templo celestial. Tanto de ellos como de nosotros, se requirió y se requiere que nos acerquemos por fe, para morar en la atmósfera celestial. Heb; 10:21-22^ ^“Teniendo un gran sacerdote sobre ia cásade Diós,] V^fai^üénwnós}^n en plena ce^dumbre^de ftl» .;> > J es imposible agradar a Dios, porqué; el 'que^á ¡■^k^erca pDlos, 'necesita creéi; qué existe^ y que recompensaba qmén^o1 ,^ ' y : ; ! • : ' J/.j ;‘Tor-tanto,^nosotros támbién, teniendo en derredor núes-- grande,.nube;de-íestigos, dejemos todo lo que estorba, y'eí fácüirierite nos enreda, y corramos con perseverancia- - e- s -Propuesta,-^fijps Jos ojos en-;íesús;:,autor"y i: WÍd°í; de Wfe, quien,en vista,del gozo que le esperaba, sufrió «^^*cfi^,feeñósjpi^ió.la'vérgfleií^'y:se sentó a la diestra-del trono de -r V ! ti' si V % S -.jí. ^J * v * • *. v * 10. El templo en donde pronto adoraremos.. [¿Cuándo compareceremos directamente, sin velo alguno, en el templo, celestial?] Llegará el día en que nuestro acercamiento a Dios no se dará simplemente lor fe, sino también físicamente. Podremos entonces, contemplar cara a cara la gloria del Señor dentro de su templo celestial. Esto ocurrirá cuando venfllt Jesús por segunda vez a nuestro planeta, a buscar a los que por fe invocaron su nombre y comparecieron espiritualmente en su templo. Pablo declaró en: Lección I. El templo en el cual pronto adoraremos 21 [llevar] pecado/ aparecerá rl¿5®nte-’ JHeb 9:27-28=;“Y así como está ofdenaSó, qué los;Hombres mueran una ^ después enfrenten eljuicio, as í también Cristo fuéofxecido una l soíá vez,:para quitar los pecados'de muchos. Y> la>se^nda:yez, sin " ' __ ' J^ ^ '' 1 .1 ,__:______ Ia1 — ^J_s ' rá para salvaralos que lo esperáh.ansiosa- v(nii i, =£-.,G.’W hite:' “Jesús es nuestro abogado^ nuestro sumo sacerdote. nues- j.!>Vtro:mterceson Nuestra posición actual es,:por consiguiente,-,seméjan- ^ te ¡¿¡ la de los Israelitas, de pié en el: patio exterior ^[deí ..templo],' ti ,(l,, {' /..esperando y buscando esa esperanza bendita, la aparición gloxiosa-de (i t (i fcipuestro.Señor y^Salvador Jesucristo,” en SDABC^yjS,, 913.V;.-:.,'..-i;. ........ ..t-iili Mis mascotas. , Cuando era niño tuve algunos animalitos domésticos, entre ellos un lorito llamado “Pepa”, y un perro llamado “Zambi”. ¡Cómo sufrí las veces que mi lorito se escapó y debía buscarlo entre los innumerables edificios de Buenos Aires! Mis oraciones más sentidas de niño se dieron en tomo a mi lorito, y a mi perro las veces en que desaparecían. Felizmente, siempre pudimos encontrarlos. Cuando finalmente mi padre recibió una invitación para ir a trabajar en otro país, los hijos le rogamos que llevase nuestros dos animalitos, Consintió finalmente en llevar sólo el perro, a pesar de todos los documentos de identidad y buena salud que tuvo que sacarle. Cuando llegó el momento de entregar el loritopcon mis diez años de edad, me encerré con llave con él en el cuarto de baño y me puse a llorar. Le costó mucho a mi padre lograr que abriese la puerta desde adentro. No quería entregar mi lorito. Luego que lo dieron a unos amigos de mis padres que vivían no muy lejos, conseguí trepar algunas veces el muro exterior bastante alto mientras esos amigos no estaban, para pasarme largo rato a solas otra vez con él. Conclusión. í 4 l Si nosotros los seres humanos, anhelamos tanto estar con los animalitos | t * que se han acostumbrado a vivir con nosotros y nos son fieles, ¿cuánto más »« Dios no iría a anhelar vivir para siempre con los seres inteligentes que él creó para su gloria, y que el pecado ha buscado arrebatárselos? Justamente, el
  • 15. |tt«i|u'i.silO principal y más inmediato que Dios tuvo al ordenar a Moisés. •nmtruir un templo terrenal, fue el de revelar cuánto anhela morar con los M'irs que él creó, y especialmente con aquellos que por el pecado, se han •«piulado de él. Mis aún, libró a su pueblo de la servidumbre bajo el imperio egipcio, IH itii ser S U Dios y morar entre ellos (Ex 29:46). Así también hoy, el Señor lllitmí a su pueblo del imperio del rñaí "(de la Babilonia espiritual del Apocalipsis), para morar con ellos para siempre. El llevará a. su templo •i'lrslial a todos los que dirijan sus ojos con fe hacia ese santo templo en los •Irlas, invocando el nombre de Jesús para ser salvos (Apoc 7:13-15). Apelación final: ¿Cuántos de nosotros queremos dirigir nuestros ojos a Ii'm ín en el santuario celestial, en donde él lleva a cabo su ministerio ••nirrdotal, como nuestro único sacerdote acepto delante del Padre? • niuicicndo cuánto anhela Dios habitar con sus criaturas, ¿cuántos de muñiros queremos hacerlo nuestro confidente en toda oración y súplica en »iln vida, hasta que él venga por nosotros para llevamos con él a su gloria? (íracíón. Padre y Dios nuestro,,que-estas.en-los,cíelos,- nosdmgimosa t en esté momento para agradecerte pof-'el píecioso evMgélíó' que "nos! litis dado,, de saber que’én un clía no muy-lejano, nós; vivir a tu--casa-en los cielos, Gracias; tambjén pofqué nos.permites? morar ya por,fe en tu;presencia;.y;'jwdimós;'pára.'e|Ío' i ¡ , -- —^ á a ^ qué] JA Im p romesas gloriosas del santuario acercan a ti) mientras ' caminan pór 'este mundo cbmo 'peregnn’ oá^ rumbo a la patria celestial ,Gracias por hacemos saber'que nos, amas'j y que quieres morar para siempre con nosotros.En él ^mbre-de-" Jesús, nuestro Sumo Sacerdote celestial a quiéñ tú has' señalado para: interceder'delante de ti en nuestro favor, té.pedimos que-cumplas.en¡ nosotros todo lo que has promctido, Ámén.. - ; ' - - ' * •- LECCION II EL TEMPLO EN EL QUE DIOS QUIERE HABITAR HOY ivimos en una época en donde difícilmente alguien ha permanecido toda su vida en un mismo lugar y en una misma casa. Por lo cual, creo que puedo hacer una pregunta que todos van a entender. Cuando Uds. se mudan y deben elegir dónde vivir, ¿qué buscan tener en cuenta? Algunos querrán asegurarse que la casa sea funcional, y tenga suficiente espacio.. A otros les preocupará el aspecto económico, si es muy cara, si podrá venderse fácilmente después el día en que debamos mudarnos otra vez; si hay que invertir mucho en transformarla a nuestro gusto, etc. Pero en general, creo que todos buscamos conocer algo del vecindario, si es una zona muy peligrosa, si podremos vivir tranquilos. Y hasta muchos se preguntan hoy, en la sociedad tan individualista en que vivimos, si la casa tiene suficiente privacidad; Conocí un amigo a quien le tocó vivir en un apartamento de madera en donde se escuchaba mucho de lo que pasaba en los demás apartamentos y me decía: “no se puede vivir allí. Tú no puedes gritarle a tu mujer en un día de calor sin que se entere todo el vecindario.” En otras palabras, la mayoría de la gente prefiere vivir aislada, sin que nadie se entrometa en sus cosas, e involucrándose en la sociedad sólo en ocasiones, cuando se lo desea, y en la medida en que no altere nuestro diario vivir. Pues bien, ¿cómo nos sentiríamos si después de haber comprado una casa, encontramos que Dios construye su casa al lado de la nuestra? ¿Nos gustaría tener de vecino al Creador? ¿Y qué si descubrimos que su intención es también vivir en nuestra casa? ¿Sentiríamos que perderíamos con su presencia nuestra privacidad? Muchos, tal vez, se muden de nuevo. De hecho, un porcentaje muy alto de la sociedad vive sin religión, apartada de Dios, Por información adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación y la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988), •360-373, 438-442; The Doy of Atonement and the Heavenly Judgment. From the Pentateuch to Revelation (Creafion Rntej-nrises Tnt-p.matinnal SUnam «snrínoc'
  • 16. 3U Las promesas gloriosas del santuario porque quiere vivir a*su*manera? sin que se le haga llamados a la conciencia diciéndole qué es lo que debe hacer y qué no. Dios morando en medio de su pueblo. [Según la orden que Moisés recibió de construir un santuario, ¿a quiénes tendrían como principal vecino los israelitas? (Ex 25:8-9)] ;Éx 25:8-9= “Y' harán' uri: /santüarío para mí,;y 'habitaré" en m S iK d l Los antiguos israelitas se sintieron al principio contenios mando F)ir>s prometió venir a morar entre ellos. Le construyeron una tienda al lado de las de ellos, y vieron luego su gloria descender del cielo en una nube, e introdu­ cirse en su interior. Es más, se sintieron halagados con semejante vecino Y&- -ginos^tan distinguidos no_se consiguen todos los días TTno puede imaginarse cómo habrán observado al principio hacia la tienda del Señor para ver qué hacía. Probablemente jamás propietario alguno tuvo vecinos tan curiosos como el Señor, cuando decidió morar entre aquel pueblo de esclavos, ahora liberados de la esclavitud egipcia. Pero, sorprendente como podría parecer, el Señor quiso que fuesen curio­ sos. Debían observar cuidadosamente todo lo que él hacía, para hacerlo ellos también. Quiso que lo imitasen. Temprano en la mañana a veces, se escucha­ ba la voz de otros vecinos decir: “¡miren allá! La nube se está levantando sobre la tienda del Señor. Hay que levantarse y partir.” Y todos los israelitas se levantaban presurosos y miraban hacia el tabernáculo, y veían cómo la nube se movía, dando la señal de partida. Luego observaban cuando la nube se detenía, y ellos se detenían también, y-comenzaban a armar sus carpas otra vez alrededor de la carpa del Señor. ¿Quiéren leerlo directamente de la Biblia? Ñuto 9:15-23=. -‘El.día qué eísantuario fue léy^tadoyjanúbé cübxió[í| " , ^Fiftníiíí Hp líp n n in ñ 'Típo/Ip p ! üftir/ÍpAór, K óóío íyiíi'íífliíft ' flU ofáníií' V - Ayk^ydenrche séveíáicoirapari^ ; leyáñtaba de’encuna;;delá Tienda, losjsraéiitas' 'p a rtía ñ l^ d p ñ '^ í! nube, se detenía,/aUí ác¿mpabán.;'A /narfíím W / ' 'Or'OTrinokon lo, Lección 2. El templó en el que Dios quiere habitar hoy 31 % Esto parecía maravilloso. Sin embargo, con el tiempo comenzaron u descubrir que la nube se levantaba y los dirigía por lugares en donde m * querían ir, y se detenía demasiado tiempo en otros lugares sin din explicación. Descubrieron también que cuando comenzaban a murmurar, ln gloria que estaba cubierta misericordiosamente dentro de la nube, dándole^ sombra contra el calor del día, y calor como fuego durante la noche, aparecfn repentinamente desnuda por sobre la nube como un fuego abrazador qilt' destruía a los rebeldes. Un digno vecino tenían, sí, pero qué terrible que se volvía en ocasionen, cuando algunos no querían hacer lo que les mandaba que hicieran. Y parit colmo de males, cuando la rebelión se volvía mayoritaria, el Señor no sólo hacía estragos en medio del campamento, sino que manifestaba su intención de irse, dejándolos abandonados y sin protección contra sus enemigos. Dioíi no fuerza la voluntad ni personal ni colectiva, para vivir como vecino di1 aquellos que no lo quieren tener cerca. Poco a poco los israelitas fueron dándose cuenta que Dios quería, en realidad, transformarlos a ellos en buenos vecinos, para poder luego ir a S U N casas y morar con ellos sin que se sintiesen mal. Para ello recibía en sil propia casa a,los que venían humildes buscando su presencia, y esto a pesor de sus pecados. Limpiaba a todos los que venían a él para que se fuesen con­ tentos y en paz. Y a todos los que se sintiesen agradecidos con lo que hacía por ellos en su templo, les prometía algún día en el futuro, llevarlos consigo a su gloria para que viviesen para siempre con él. 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy. • i [Además de morar en el templo celestial, ¿qué templo terrenal busca hoy el Señor para morar a través de su Espíritu, y con qué propósito?] Dios descendió primero sobre el monte Sinaí, y luego sobre el tabernáculo que su pueblo le construyó, siguiendo sus prescripciones. Pero su deseo real era y es de habitar en los corazones humanos. Esto se da bajo una perspectiva individual, cuando Dios transforma al adorador en un templo viviente a través de su Espíritu (1 Cor 3:16-17; 6:19-20). También mofa colectivamente en su iglesia, cuando el cuerpo de creyentes implora a Dios que habite en medio de ellos (Eph 2:21-22; 1 Ped 2:5; Mat 18:20). Leamos: ,jsa 57:15~: “Yo habitó exija altura yla.santidad¿ y,con el:quebrMtodqry| Jhu^ldd .dé/&pm¿, .pMa hacer;yivir~;eí;-éspiHé^de^losr^umk^e^ji-^
  • 17. •i 14ixpromesas gloriosas del santuario Días. Ensombrecido;:y¿<xmtamínádo.>p^ hombre no revelaba la gloria del:Ser divmo;:Pero poc-la encámacióre del Hijo de Dio&físéfcüinpleié^ * humanidad;^m^édiant&íá*gr£cia¿s¿vádorápek^ ,1 -' x. :y - v .>>r £ V v 'Ir v -* 7 ^,,,< l» V vuelve IfHgrtin privilegio, y una gran responsabilidad. l'n cierta ocasión, una señora me pidió a la salida de la iglesia en donde •Mpastor, que visitase a su hermano para estudiar la Biblia con él. Me dijo •l» M »mi hermano nunca había querido escucharla, pero que ahora había venido •«IjlitliM l llamando a su puerta, y ella se enojó. / ‘¿Por qué nunca me quisiste •mintuir, y ahora vas a estudiar la Biblia con quien ni sabes quién es?” > ♦i»plrt entonces que el pastor de su iglesia fuese también a visitarlo, y en iM U m tic estudiar la Biblia una vez por semana, este hombre tenía ahora que ■-millar dos veces, los martes y los jueves. El hombre tomaba nota de todo lo !» m * aprendía con uno de los visitantes, y luego consultaba al segundo ullunlc sobre los puntos en conflicto. Los estudios bíblicos eran de esta ‘•♦una, al principio, más bien respuestas a preguntas. Al cabo de dos o tres semanas lo vi algo abatido. “¿Qué le pasa?,” le j-Mlimitó. “Hace dos días vino la otra persona para despedirse de mí,” me ► *'iptuidió, “Las preguntas que le hacía en base a lo' que Ud. me está ihmliando,” según agregó, “lo confundían, de tal manera que consultó con los grilles de su iglesia, y le aconsejaron no venir más.” lialé de disimular mi satisfacción al escuchar lo que para mí eran buenas h * » »vas. Tan rápido había llegado el momento en que podría estudiar la Biblia i * » tt'Nlnhombre sin el veneno de la duda y de la crítica que mi contrincante le i“<»muillfn. Pero mi felicidad no duró demasiado. Era evidente que este ..... captaba que ahora el estudio de la Biblia iba a dejar de transformarse mía especie de debate interesante en donde él era el juez. Cuando le pedí lUTOdillase conmigo en actitud reverente y humilde para orar a Dios, MflUd» estudiar la Biblia, se opuso diciéndome que nunca había profesado I^B EU Lreligión y que, por consiguiente, no se sentía cómodo haciéndolo. Lahttblé entonces del propósito por el cual Dios nos creó. Dios nos hizo 101 tU gloria (Isa 43:7), por lo que la vida más feliz es la que hace a Dios IB1&80 de su creación. Le pregunté finalmente, “¿no le parece que es un fMbglo el que hayamos sido hechos a imagen de Dios, para satisfacción y Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy .33 < 6 t i ­ borna. del que -nos hizo, de tal manera que vivamos para que Dios pueda sentirse contento con nosotros?” Me respondió: “Sí, lo creo, pero también es una gran responsabilidad.” Dios quiere transformarnos en templos vivientes en donde pueda reposar su Espíritu, para sentir complacencia ¿n nosotros. Cuando Jesús fue bautiza­ do, dicen los evangelios, el Espíritu de Dios descendió “como paloma sobre él.” Y una voz del cielo dijo: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo com­ placencia” (Mat 3:16-17). Dios quiere transformamos en nuevas criaturas, dóciles, sumisos y obedientes a sus mandatos, para morar en nosotros para siempre. Pero podemos mirar este hecho como un alto privilegio digno de obtenerlo, o como una responsabilidad demasiado ardua para comprometemos. Esta última actitud reveló aquel hombre, renunciando a los privilegios que Dios ofrece, simplemente porque no quería sentir compromisos con Dios. Y lamentablemente esa es la actitud que muchos asumen, despreciando y perdiendo los privilegios de dicha eterna que sólo obtendrán los que aman al Señor. “Preguntapor sus hijos.” Cuando era muchacho y estaba por salir a vender libros durante el verano para ganarme los estudios, tenía al principio cierto temor de cómo comenzar una conversación. Un primo mío que ya había tenido esa experiencia el año anterior me dijo entonces: “Mira, cuando consigas entrar en una casa, si le estás ofreciendo los libros a una madre o a un padre, trata de preguntarle acerca de sus hijos, y vas a ver que no tendrás que hablar demasiado.” Descubrí que en la mayoría de los casos ése era un buen consejo. En una ocasión, sin embargo, cuando pregunté a los padres si tenían hijos y traté de saber acerca de ellos, guardaron silencio. ¡Qué pena que había en el rostro de ellos! Supe después que uno de sus hijos estaba en la cárcel, y que del otro ni sabían dónde estaba. Guando allá en la corte del cielo .se pase lista, y nuestro nombre sea considerado ante, los innumerables ángeles de*Dios que. rodean el trono-, ¿guardará silencio el Señor, apenado por nuestra reticencia en transfbmamos en, templos vivientes para su-gloria?'¿Cuántos queremos que nuestro Padre celestial pueda hablar mucho acerca de nosotros, cuando nos presente ante sus santos ángeles en su tribunal, mostrando cómo nuestras vidas fueron transformadas por su gracia, y reflejan su imagen como Creador y Redentor?
  • 18. 1, Cpr 3:16-17= “¿Ño sabéis qué sois,templo dé'Diós^ y que el'Espíií'Sii ’V^dfe Dios-mora, en vosotros? Si alguno destruyereél templo dé-Dios^ : Dios le destruirá a él; porque el templo dé Dios,"el cual sois vosotros,! | santo es.,, *-/_". ' :v,' ' 0'- Así como los israelitas debían cuidar de no ensuciar el templo de Dios, según lo veremos en detalle en estudios sucesivos, así también debían cuidar de no ensuciar el templo del alma, pues Dios lo santificó con su presencia. 1 Cor, 6:19-20= ¿Ó ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual esta en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no,sois vuestros? Porqué habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y-en vuestro espíritu,,los cuales son de díos” : ■ ■ ; ■ . Somos del Señor no sólo por creación, sino también por redención. El pagó el precio de nuestro rescate, de tal manera que si lo escogemos a él para que more en nosotros, le pertenecemos. De otra forma, su Espíritu se retirará y nuestra creación, desprovista de la manutención del Creador, se malogrará y perecerá. Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy / . . . -* < u . V¡E/dé Whité: ,“Dios quena que eí templo,"de -jerusaíén fuese un !;£ testimonia continúo del altó destino, ofrecido ,a,cada'alma." Pero lo» fe judíos [en la' época'de Jesús], no habían compfén'dido'érsignificado ^ 'dél edificio que consideraban con tanto orgullo. No se entregaban a sí } "'mismos comó.'santuario del Espíritu divino. Los atnos.det templo de ' ' Jerusaíén,' llenos del'tum'ulto de un tráfico profano, representaban con ¡ demasiáda exactitud-el templo del corazón, contaminado por la : ' presencia de las'pasiones sensuales y de los,pensanúentos-profanos,” ■ d t g , 132-133^-3. .'/y ; 2:21-22=' “En éí, todo el edificio, bien,coordinado, ya creciendo para ser un templo santo en el Señor, En él vosotros ,también: sois edificadosjuntos,, para la morada de Dios en el Espíritu.” _, M att 18:20= “Porque donde están dos o tres Teumdo_s en m_Nombre, . allí estoy yo en medió de ellos.” ^ 3. El lugar del templo en donde descendió la gloria de Dios. i [¿En qué cuarto del santuario israelita descendió la gloria de Dios, y* sobre qué mueble reposó?] j La gloria de Dios descendió a la vista del pueblo, consumió el holocausto en el patio, y penetró luego por la entrada oriental dentro de los lugares sanio j y santísimo del tabernáculo o templo, de tal manera que los sacerdotes no podían entrar allí. Leamos algunos pasajes. Ex 40:34-35= ,“Entonces una nube cubrió, el tabernáculo, de reúhipñi y la gloria del Etemc) llenó el tabernáculo. Y no podía Hois'és; entrai; en! - 'el tabernáculo dé reunión,'porque la,nube estaba sobré él,,y.la^glopa delEtemóJoJJenabaijíjjjcv' „ .i '■ % Grón 7:1-2= “CuandQ;Salómón acabó deorarjjd^ Jos, ^ieíos,* ^ c o n su i^ ^ [/llen ó ía casa? Y nopodían^entrar- W sac ^ rd ^ áerEtómo,; gloria;del Étemo había IJenadóíaJc^adel^Etertó ;|5e 43:4-7='™Y¿argío^a:'del Eterno'entó’^ í a ,casa;ponlatvia ,dé;la puerta que dába.atorien^ éfjEspMtu^ i n t e r i o r ; 1a v glÓna."déLEté la casa/Y oí:.1 te^'0^Llugj^¡ ^ ^ J ga¿'don1de^sare
  • 19. Une vez inaugurado y santificado todo el templo con la presencia de, la tlMftd, la gloria de Dios reposó sobre la cubierta del arca en cuyos extremos HHÚUi los querubines de oro en el lugar santísimo. A esta cubierta se la tMtftba kapporet, que las versiones latinas traducen normalmente por “pro- Érttforio/’ y las versiones alemanas e inglesas por “asiento de la gracia” o ét IB misericordia” (Heb 4:16). Sobre esa cubierta estaba, más arriba y uMarto por la nube de gloria, el trono del Eterno. )?M ÍW promesas gloriosas del santuario * himquerubines gue,están spbr^ekarg^ yo; 10 mandare para los huosdeJsrael,”* 4.1(1 lugar en donde Dios quiere establecer su trono. ]IU urca como símbolo del estrado del trono de la Deidad, contenía las tíos tablas del pacto con los 10 mandamientos que Dios mismo, escribió con su dedo (Deut 10:1-5; Eze 43:7). ¿Qué requiere el Señor pura poder morar también en el alma humana?] Hit rl Interior del arca, Dios hizo depositar las dos tablas de piedra que «tlwnfou un sumario de sus mandamientos o decálogo divino. Esos diez ¡•«•huilientos fueron escritos por Dios mismo (Deut 10:1-5). Pero el Señor |m » « tr(límente escribir esos mandamientos también en el corazón de los hl«ltirc8. El quiere establecer su trono en el alma humana, para poder regir do hus hijos con sus principios divinos. Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 37 5. Dios pone su nombre en su templo."' [Dios puso su nombre en el antiguo templo de Israel, cuando descendió para habitar en su interior (Deut 12:11; 1 Rey 8:29). ¿Qué título anhela, además, conferir a sus representantes en la tierra, para que a través de ellos el mundo lo contemple a él?] Por el hecho de morar en el templo que los israelitas le construyeron, Dios puso su nombré en ese templo. En otras palabras, Dios comprometió su nombre con su templo.
  • 20. 38 Las promesas gloriosas del santuario ;ciórfque_tu siervo té dirigé'lh.oM'eH?est¿Jliig&!-^f^^^.^ Dios también puso su nombre en la vida humana. Al leer la Biblia, encontramos aún algo más soiprendente. Dios puso su nombre no sólo sobre el templo que ordenó que le construyeran, sino también sobre los dirigentes, y aún sobre todo el pueblo, para que lo representasen ante el mundo. ¿OlíC ^ Juan 10:34-3&=y “Je^'¿ltó'res^ñdi^i®¿;^ " J ,s t^ ^ ^ t^ e ^ ^ p s ^ ^ Í ^ , - Yo dijé, dioses/sois?' Si Ilaíp^^o^S^aqué^ ' palabra dé DioC(y'í^ ^criturá'no pu¿Se;|ersquefer^^^a)¡§¿^¿úeréi PO /" !n i i'< 3t~ ifI“ fíí'r ~ *i amíiX n T ~ ^ 1 > . - 'T ^ T > » ll'V-s~¿iV j4 ’'? ■ Este pasaje ha sido para muchos difícil de explicar. Notemos, sin embargo, que Jesús dijo que la Biblia llamó dioses a quienes vino la Palabra, y Juan personificó la Palabra de Dios en Jesús. :„1 " P io s,■ypa. Paíábra '^ra,: 'I^iosv..-^Y'áqueí|a^a)a4c9 . ^ p : pó.:[litj/u'zo/ jü£l?r^cwZ¿J^ Dios confirió su título a aquellos que recibían su Palabra, pero mientras esa palabra estaba en ellos y él podía comunicarse a través de ellos. Por esta razón Dios eligió a Moisés y le dijo: : yp^zsffiíkcob-fú boca;y’con:¡a 'suya}y^os'eüseñapé’ -ló/qué'íaváis-'á| -■ * J *,■ *v*'** £ -íV* W s .* 's'-CV> X ¿ f ^V. ''f ^ ^ " ■ < >"■ ^ A ^ ,, ■ * s% , *A íVí "V^ ^ f ^ LV '' H íírPT*xV r p1'fiflhlará ri'nr1fr al niV^Klr’^1 ^a-rA o Ríos Después de la introducción del pecado en esta creación, y a causa del pecado, Dios no puede revelarse directamente a los seres humanos. Sin embargo, de acuerdo a estos pasajes, su másardiente deseo es el de recupero su imagen en la especia humana,.tener de nuevo comunión con ella, y poli hablar con todos sus hijos cara a cara. Tan fuerte es su deseo de revelarsí sí mismo a la humanidad, que la Deidad arriesgó su propia reputación jp niendo su nombre en los que lo invocasen. 1 • i “Ud. está hablando por boca de Dios.” i Años atrás, cuando me iniciaba en el ministerio, acompañé al past principal de la iglesia para visitar un matrimonio de ancianos que estal estudiando la Biblia, pero que recientemente había dejado de asistir affl iglesia. Me apenaba vérlos llenos de amarguras y levantando el dedo acuái dor constantemente contra el pastor. ‘ I De repente el pastor, que los había estado escuchando atentamente comenzó a hablar pausadamente, pero con seguridad. Quedé sorprendido i ver que su voz fue subiendo algo de tono, aunque no demasiado, dándole’ esta anciana pareja mensajes directos de reproche, tan bien expresados qu me sorprendían. Pude ver cómo el ancianito, que había estado en ton acusador durante tanto tiempo, fue hundiéndose en el asiento. Era evidení que el mensaje estaba tocando su corazón. Repentinamente reaccionó y le diji al pastor: “Ud. está hablando por boca de Dios!” A la salida el pastor ax dijo: “¿Recuerdas lo que me dijo ayer fulano de tal en la oficina pastoral?* “¡Sí,” le respondí. “Te dijo: Ud. habla por boca del diablo.” Jesús, la Palabra divina hecha carne, fue reconocido por algunos com( Hijo de Dios, y por otros fue considerado como hijo del diablo, y acusado de ser Beelzebú. Así también, cuando Dios pone su nombre en nosotros y habitfl en nuestros corazones, es su voz la que escuchan los demás, no meramente lf nuestra. Algunos negarán*su testimonio divino, otros lo reconocerán. Poj; esta razón Pablo dijo, al escribirles a los corintios: ► 2 'Gor. 5:20= ¿'sqmps^embajadores; eh nombre deXristo,*como, si pigs¡ líi. tPgase, pdf^mediojde ‘nosotros; os; rogamos en nombre- de C ri|^ | ^ ¿ e ^ n c iü a ^ c o riD io s.”v- , v _ .. I; "¿IR ! Así como el diablo busca dejar su estampa en los hijos délos hombres, así también Dios busca ser visto en la carne humana. Los reyes de Babilonia y d G > Tiro fueron usados en la Biblia para hablar de Lucifer, de Satanás, porque a través del carácter tan terrible de ellos, los israelitas podían ver retratado e] carácter tirano del gran impostor (Isa 14; Eze 28:12-19). Cuando los fariseoj procuraron matar a Jesús, el Señor les dijo: “vosotros sois de vuestro padrQ el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida
  • 21. » 'I principio, y no pennaneció en la verdad, pdrque no hay verdad en él. •m »lit habla mentira, habla de lo que él mismo es; porque es mentiroso y i» * »»tomentira5 5(Juan 8:44). r* m en los reyes de Israel, en sus jueces, profetas y sacerdotes, Dios puso m..,ubre, y los consideró hijos suyos. Cuando a través de Moisés el Señor •inirjt') al Faraón le dijo: “Israel es mi hijo..., ya te he dicho que dejes ir a ■ para que me sirva.5 ’ En otras palabras, ante el mundo, Dios quiere < u iglesia lo represente como es digno de un hijo que lleva el nombre de ftpti». flQtlé encontramos, sin embargo, en la historia de Israel y de sus reyes y Para confundir al mundo, el diablo buscó vez tras vez imprimir su p in in a en ellos. Quería que se escuchase su palabra, no la de Dios. De N|&nna, quería acallar la voz divina, para que Dios se quedase sin poder «NRltir su versión del gran conflicto, y los hombres no pudiesen conocer a 4Itlvodor. Justamente el gran anticristo, según lo anunció Pablo, intentaría M lttPIO “en el templo de Dios como Dios, para hacerse pasar por Dios,” y 4||fllir do esta forma más fácilmente a la humanidad (2 Tes 2:4). A través de los que se convierten al Señor y se transforman en templos ivuntoi en donde el Espíritu, de Dios puede morar, Dios desea revelarse a sí lltffiO II Ir humanidad. Sin embargo, el Señor no confiere a sus hijos todos I*Atribuios, sino los morales o espirituales, tales como la santidad, el amor l« Justicia. Cuando los hombres se apartan de él y no son más templos vtontaa en donde Dios pueda hacer escuchar su voz, el Señor quita su iplrltu y rehúsa identificarse con ellos. Ki Vlttttlro al revés. Itoy Imy músicas que se crean, cuadros que se pintan, sobre los cuales 110 fl inundo poricíría su nombre. A pesar de esto, puede reconocerse que « raKingeneral, un artista pone su nombre sobre un cuadro que lo represen- to«l, pues quiere sentirse complacido con lo que salió de sus manos II# veces en este mundo, sin embargo, ocurren cosas raras. En cierta tilMlt lili jurado premió el cuadro de un artista con el primer premio. Mjimulciltcmente, cuando fueron a concederle el premio, el artista se Hlltltá. lomó el cuadro y lo puso en lo que él consideró que era la nfaltriL posición, patas para arriba. No quería que su nombre apareciese en Hindro ni revés. Para desgracia de él, sin embargo, el jurado decidió V'ilftr entonces de nuevo el cuadro en esa posición, y concluyó que así no •Win ningún premio. Alt también Dios pone su nombre sobre aquellos que lo representan bien, que piensan poner sobre el templo espiritual que son, su propia promesas gloriosas clel santuario estampa rebelde, y cambiarlo de posición, encontrarán que el Señor no los • ; reconocerá como suyos. No aceptará que pongan su nombre en ellos. El reconocerá como suyos únicamente a los que guardan sus mandamientos, y permiten que Dios ponga su trono en sus corazones, de tal manera que lo amen de veras. Al poner su trono en los corazones, se propone regir de tal forma la vida de sus hijos, que el mundo pueda ver en ellos su carácter divino, su estampa celestial. . (*-> Po.r-<^ ¡y f i n i ó l a a eD 0 >Vfn 6. El único templo viviente en el que Dios habitó en forma plena. [¿Quién fue el único templo viviente en toda la historia humana, en quien Dios siempre habitó en forma plena?] Aunque Dios mora entre los que abandonan el pecado y se convierten a él para obedecerle, y pone en ellos su nombre, nunca mora en ellos en forma tan plena como moró en Cristo. La Palabra de Dios no le vino a Jesús, como a los profetas y dirigentes de Israel, sino que él era la Palabra, y la Palabra era [realmente] Dios. El es Emanuel, “Dios con nosotros.” Pablo dijo en: Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 41 En tres ocasiones se llama a Jesús “Hijo” en los evangelios. Primero en su encamación, pues fue engendrado directamente por el Espíritu Santo (Luc 1:35). Luego cuando el Espíritu Santo descendió sobre él para confirmar el reconocimiento divino de su identidad, cuando, inició su ministerio público (Mat 3:16-17). Finalmente, Jesús fue declarado “Hijo de Dios con poder por el Espíritu de Santidad por su resurrección de entre los muertos” (Rom 1:4). Esto se dice especialmente en relación a su ceremonial de investidura como sacerdote y rey en el templo celestial (Hech 13:33-37; Heb 5:5-6). Nosotros también somos llamados por Dios a ser sus hijos, y nos da su Espíritu para engendramos en una nueva yida. Hay, sin embargo, algunas diferencias. Jesús era “la imagen expresa” de la esencia divina (Heb 1:3). Era el legítimo Hijo de Dios, su monogenés, “único” en su género. Nosotros, en cambio, somos hijos de Dios por adopción (Rom 8:15). La manera en que Jesús se relacionó a sí mismo como a “mi Padre,” y la distinción que hizo cuando habló de la relación filial de Dios con sus discípulos— ”vuestro Padre,” muestra que el carácter de Jesús como Hijo era única. Sus oyentes
  • 22. 42 Laspromesas gloriosas del santuario podían comprender que cuando Jesús hablaba, se ponía al mismo nivel que Dios (Juan 10:29-33; 5:18). El puede decir: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9; véase 5:18; 10:29-33), debido a que su palabra y la de su Padre nunca estuvieron divorciadas. Cuando Jesús se refería a su Padre, hacía una diferencia: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” (Juan 20:17). A sus discípulos les enseñó a orar diferente. Les dijo: “Vosotros pues oraréis así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos...’” El fue el único ser humano capaz de decir: “viene el príncipe de este mundo, mas no tiene nada en mí” (Juan 14:30). 7. El propósito de Jesús al darnos su Espíritu. [Al prometernos Jesús su Espíritu (Juan 14:26; 15:26; 16:13-15), ¿qué se propone hacer con nosotros?] Vez tras vez vemos en los evangelios y en los escritos del Nuevo Testamento la misma verdad ya enunciada en el Antiguo Testamento. Dios quiere morar en nuestra vida, y envió a su Hijo para damos un ejemplo. Tanto el Hijo como el Padre desean habitar a través del Espíritu en nuestros corazones. En relación con esto, es interesante notar que Jesús no habló por su propia cuenta (Juan 14:10), como tampoco el Espíritu Santo (Juan 16:13), pues sus palabras no eran meramente las suyas propias, sino las de la Deidad. Dicho de otra manera, la trinidad actúa y se expresa en común acuerdo, no en forma disonante. Aquellos que pretenden recibir el Espíritu, pero no prestan aten­ ción a los mandamientos divinos, se engañan a sí mismos,'porque el testimo­ nio del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo no se contradice. En efecto, los mandamientos del Hijo y los mandamientos.del Padre son los mismos, así x>mo Jesús dijo: “el Padre y yo una cosa somos” (Juan 10:30). El Espíritu contiende con los hombres porque le resisten (Gén 6:3). Pero en Jesús reposó )orque su voluntad nunca estuvo en pugna con la de Dios (Juan 1:32). Gracias a Jesús, el Espíritu puede reposar plenamente en nosotros. Esto ocure ólo en aquellos que no resisten su influencia (1 Ped 4:14). Nunca debemos ilvidar que el Espíritu es dado a los que obedecen los mandamientos divinos Juan 14:15-17,21,23; Hech 5:32). En fin de cuentas, ¿qué se propone Jesús cuando promete a sus seguidores arles su Espíritu? Compartir con ellos su poder divino, de tal forma que ueda morar en sus corazones, y puedan vencer como él venció. Ef3:16-19=y “que osdé, conforme' a la^riqueza" ele:su^gloria, el] fortalecidos pon poder en el hombre interior porjsü Espíritu. g)l habite..Cristo, por.la-fe en vuestro corazón, para- queV/arraigad^ fundados en'amor, podáis comprender bien con todos <losnsantoS Jo anchura y la longitud,Ja proñmdidady la altura del amór?de C rS ' 'v y conocer ese amor que supera a todo conocimiento", para?que s^ I _ llenos de toda la plenitud de Dios ” ^ ;2 Ped 1:3-4= “Todo lo que pertenece a la vida y a la piedád nósl dado por su divino poder, por el conocimiento de aquel que;nos lia ; por su gloria y virtud* Por ese medio nos ha dado preciosa^ grandísimas promesas, para que por ellas lleguemps avparticipa® la naturaleza divina y nos libremos de la corrupción, que jésta en piundo por causa de los malos deseos/’ : > .vv : c > “No puedo, Señores, pues soy hijo del rey. Se cuenta que el rey de Francia, viendo que su reino y dinastía llegaban su fin, se acercó a su hijo y le dijo: “Hijo, acuérdate que eres hijo del .cí Pórtate como hijo del rey.” Finalmente, luego de acabar con el padre, se di gieron al hijo y le intimaron a que abdicase. El hijo, sin embargo, respondí “No puedo, señores. Yo soy hijo del rey.” Lo amenazaron entonces coal muerte, pero este hijo continuó respondiendo: “No puedo, señores. Yo Sj hijo del rey.” Querido hermano y amigo, cuando el pecado llame a la puerta de ■ corazón y busque seducirte, recuerda que eres hijo del rey, y que tu padre | los cielos quiere que te portes como hijo del rey celestial. Cuando tus amig8 y las presiones sociales bajo las que vives estén por rendirte para hacer lo qfl no debes hacer, responde: “no puedo, señores. Yo soy hijo del rey celestial.^ 8. El simbolismo de los candelabros. [¿A qué representan los candelabros que se encuentran en el lugar sani del templo celestial?] Veamos otro aspecto del simbolismo del santuario. Vimos ya que Did ilustró con la construcción de su templo, su propósito de hacer del alm humana un templo viviente en donde pudiese poner su nombre y morar través de su Espíritu. Vimos también que a través de algunos de los mueble < jlel templo, como por ejemplo el arca con los diez mandamientos, Dios propuso revelar su intención de regir la vida de sus hijos, escribiendo su le)i Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar /ib|
  • 23. 44 Las promesas gloriosas del santuario en sus corazones. Así también, según veremos’ ahora, a través de los candelabros que hizo colocar en el interior de su templo, señaló su intención de hacer brillar su luz en aquellos que se transforman en templos vivientes. Sin embargo, la luz que poseemos, así como la Palabra de Dios que tenemos, y el título de la Deidad que Dios pone en nosotros, no está inherente en nosotros, sino que es trascendente. Es la luz de Cristo la que hacemos brillar, así como fue la luz que descendió del cielo la que encendió el altar de sacrificios, e hizo alumbrar los candelabros. Y es Jesús, en su ministerio sacerdotal, quien vela para que nuestra luz no se apague. |uan8:Í2 Después de volver a su Padre en los cielos, la luz de Jesús brilla a través de sus seguidores, sus representantes en este mundo, a través de su iglesia. Los discípulos de Jesús son, por consiguiente, como la luna. Reflejan el Sol de Justicia. 9. El ministerio “continuo” de Jesús en el lugar santo. [¿Desde dónde cuida Jesús que la luz que encendió en su iglesia no se apague?] El rey Salomón incrementó el número de candelabros de uno a diez en su templo (1 Rey 7:49). Si sumamos todos los candelabros que Juan vio en sus visiones del templo celestial, descubrimos que son también diez (Apoc 1:12, 20; 4:5; 11:4). Jesús lleva a cabo su “continuo” ministerio celestial en favor de sus iglesias desde allí, del lugar santo del templo en donde están los candelabros. Los candelabros, a su vez, no son el templo, sino que están dentro del templo. Por consiguiente, las iglesias a las que representan no son tampoco el templo, sino que están dentro del templo. ¿Cómo pueden las iglesias estar dentro del templo celestial, si moran realmente en la tierra? ¿Cómo pueden las iglesias hacer brillar también en el cielo la luz que tienen de Jesús? 10. Nuestra luz brilla también en el cielo. [Al hacer de la iglesia terrenal un templo viviente en el cual Dios hace reposar su Espíritu, ¿dónde se propone Dios hacer brillar también la luz de Cristo?] El libro del Apocalipsis y las cartas de Pablo nos muestran que la luz de Jesús que él hace brillar en su iglesia, brilla no sólo en este mundo, sino también en el santuario celestial. El hecho de que los candelabros que representan a la iglesia de Cristo, según ya vimos, están en el templo celestial en donde él oficia como sumo sacerdote delante de su Padre, permite al mismo tiempo ver la conexión tan estrecha que hay entre el cielo y la tierra. Ef 2:6= “Y con él nos resucitó y nos sentóen elcielocon Cristo/Jesús§|| ¡Qué maravilloso mensaje que tenemos! ¡Pensar que por la fe, el Señor hace brillar nuestra luz a la vista de los ángeles de Dios! Lo que hacemos es objeto de estudio en los cielos. Cada vez que debemos enfrentar la tentación, y vencemos por fe, los ángeles del cielo alaban al Señor por nuestro triunfo, y son dirigidos por nuestro testimonio aquí en la tierra, a alabar en los cielos el carácter maravilloso de amor de Dios. Tal vez la mayoría de la gente no se entere ni se de cuenta aquí, de nuestros triunfos espirituales cuando vencemos la tentación. Pero el universo alaba al Padre en los cielos por ello. Ellos honran a Aquel que dio a su Hijo por nuestro rescate, y nos hizo fuertes para vencer la tentación. ¡Sí, queridos hermanos y amigos! Nuestra luz, la luz de la iglesia, también brilla en el cielo. El Padre nos hizo sentar con Jesús en el santuario celestial. Siendo que Jesús venció la muerte y el pecado, puede tomar consigo también a sus seguidores, para que lo sigan por doquiera que va. En efecto: E. G. W h i t e : ' é l esté. aUí ést&á’su Sus seguidores en la tierra pueden y deben seguirlo por fe en su obra de intercesión dentro del santuario celestial. De esta forma, cuando Jesús concluya su obra y venga a recobrar su propiedad, ellos estarán con él en la ca$a de su Padre también. Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar hoy 45
  • 24. 46 Las promesas gloriosas del santuario j:,.;,G.:? ^Vhjte%^ f ^ H á ^ e l ; . cielo!*; ^•'Nuestro Señor p c ^ ^ ^ ^ » a :nués& b^i^y‘Jara*itíestrdW^yivé| ';}/t ‘PorlocuaF püe^?t^tíiéri> salvar, étémkmeritéca"íosque, por>;él;se¡ :!acercan í)xo$2^ viendofsieinpre párá;iiiterceder pq^^ ’ (Héb;7:| f^ :2 ^D T G y 7 ^^7 7 M < Al librarse del pecado y permitir que Dios more abundantemente en la vida humana, el creyente engrandece el nombre de Aquel que opera tal transformación. Muestra de esta manera el contraste entre su vida anterior, y los atributos morales superiores de Cristo que ahora se dan en él (véase Apoc 4:11; 5:9-11). ÍÉf 3;ltí=-"párá'qtf^^ sabiduría de Dios sea~ahora notifn pecada pó r/ir^O ;.d e7 ^ 9 .'Jos principados y potestades deJos< f!§?cie|¿s;^coi^oim^ eterno, que cumplió en'Cristo' Jesús; 9 g 0 0 t 0 U g $ m w a * ~ ~ ~ ~ ' Esto es lo quepreparamos para Uds. En aquella época en que el matrimonio recién comenzaba, y algunas tortas o bizcochos podían pasar alguna vez, sin quererse, más de la cuenta en el homo, habíamos invitado a algunos amigos. Desesperada porque ya venían y la torta se le había.quemado, mi flamante esposa me pidió que corriese a una panadería, comprase una masa ya cocinada, y ella entonces la revocaría con chocolate. ¡Ufff! ¡Qué alivio, después que salvamos la situación! ¿Creen Uds. que hubiéramos podido recibir a nuestros invitados y ofrecerles las tortas quema­ das diciéndoles: “miren, esto es lo que preparamos para Uds. como símbolo de nuestro aprecio?” Así también, Dios no podrá sentirse a gusto presentando delante del universo en su juicio, a gente que lo deje mal parado delante de la creación celestial. Llamado final. ¿Cuántos de nosotros desearíamos hoy arrodillamos humildemente delante del Señor, para pedirle que nos haga un templo viviente en el que pueda habitar, reposar, a través de su Espíritu? ¿Cuántos quieren Lección 2. El templo en el que Dios quiere habitar lu^ invocar el nombre de nuestro salvador Jesús, pidiéndole que escriba n li« de su Espíritu, su ley en nuestro corazón, de tal manera que a tmvf testimonio de nuestra vida, pueda revelarse a los que nos rodean? Oración. Padre nuestro que estás en los cielos^pabias te damos poiijni fiiP au n q ^& d ten & p f.^ que N ;r"'coit^ vitU y '. V v v r v ¿ v vy.v .....':i . * ' V í ' í V ' ' W a....... í'' imploramos ^con- húmiídád¿:dé/;^r^ón:v? qüégeít ^tíipgran üiim condesciehdás;/ofraí vez -paraí-ímórar.- eñ^n,o^ do u f VEsjtírituf ^ué'ppdamósl^en&'.tá^^ "*l r,;Vac^táoi6nLWi> tLEa> éÍ;ñpmKj^^^^2^ft^^peaicdtob^3r3É4gKÍdeccn»»» . y''-/I v 5 ;„' fv ' x?'-' V -" s -v s ^ íV Z ¿'í£ ^ .Amen; 1 é * • & I "
  • 25. LECCION III LA CONTAMINACION DEL SANTUARIO, Y LOS SACRIFICIOS En qué pensamos cuando escuchamos hablar de contaminación? ¿En una peste, plaga o epidemia? Tal vez lo primero que viene a nuestra mente es algo relacionado con el enrarecimiento de la atmósfera en las ciudades cargadas de humo. Siendo que este pro­ blema ha pasado a ser tan importante hoy para la supervivencia de nuestro planeta, los ecologistas han logrado hasta formar partidos políticos en algunos países, para que las naciones escuchen sus advertencias. Nuestro pla­ neta será destruido por sus propios habitantes, a menos que se tomen medidas urgentes. Los poderes destructores de nuestro planeta. En el museo espacial de Washington se puede ver una película sobre nuestro planeta y su estado actual, filmado desde las naves espaciales americanas. Además de los poderes destructores naturales a los que se hace referencia en la película, como los terremotos, los volcanes y los huracanes, un cuarto poder destructor está emergiendo, y es el peor: el hombre. Su naturaleza contaminadora se ve hasta en la capa de ozono, la que según los científicos, es en gran medida responsable del oxígeno qué respiramos. De allí es que la voz de alerta se está haciendo escuchar cada vez más fuerte entre las naciones. O hacemos algo para proteger la tierra de la contaminación ambiental, o toda vida va a perecer en nuestro planeta. Por iiformación adicional, véase Alberto R. Treiyer, El Día de la Expiación y la Purificación del Santuario (Asoc. Casa Editora Sudamericana, Bs. As., 1988), 161-168; The Day of Atonement and the. Heavenly Judgment. From the ; Pentateuch to Revelation (Creation Enterorises Tntp.mnHrmai c—:--
  • 26. La contaminación de la que habla la Biblia. En este estudio descubriremos también que la peor clase de contamina­ ción, según las leyes ceremoniales de la Biblia, es la que proviene del hombre. Sin embargo, en el mundo antiguo, la contaminación ambiental que es carac­ terística de nuestro siglo, no existía todavía. Por esta razón, en las antiguas leyes que Dios dio al pueblo de Israel se usó la palabra contaminación para referirse más bien a la impureza humana, tanto en sus dimensiones físicas co­ mo morales y espirituales. Dicho en otras palabras, directa o indirectamente, la contaminación tenía que ver con el pecado de los hombres y sus consecuen­ cias. Pero, /.qué valor podrían tener hoy tales leyes que fueron dadas en una ¿poca tan diferente de la nuestra, y en un contexto social tan distinto? Este será uno de los tópicos más fascinantes que vamos a descubrir en el estudio de esta lección. Podemos anticipar ya que veremos cómo, a diferencia de las leyes de otras naciones del mundo antiguo, las que Dios prescribió al antiguo Israel entretejían la religión en los aspectos comunes de la vida, de tal forma que dejaban una enseñanza espiritual imposible de borrar en la conciencia del pueblo. Y esto es lo que los evangelios hacen también cuando aplican estas leyes a la experiencia espiritual del cristiano. Tratemos de entender primero los principios generales de contaminación y su remedio, según Dios los reveló a Moisés durante la travesía del desierto, para luego pasar a considerar sus aplicaciones espirituales. 1. Contaminación por tocar animales muertos y sacrificios por los pecados. [¿Cuánto tiempo duraba la contaminación adquirida por tocar cadáveres de animales, y qué solución indicó Dios para librar al impuro de esa contaminación?] Los principios bíblicos de contaminación ritual en el mundo antiguo, tenían que ver básicamente con dos fuentes. La primera era la que provenía de animales muertos. ¿Cuánto tiempo duraba este tipo de contaminación, y qué solución requirió Dios para librar al impuro de esa contaminación? Lev 11:31,39-40= “Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren 4? muertos será inmundo hasta la noche... Si algún animal qué tuviereis <x>mermuriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche.Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y ju promesas gloriosas del santuario. JLeccion im comaminacion aei santuario, y í c /j¿ u c será,inmundo hasta la noche; asimismo» él;que sácare el cuerpo } ímuerto, lavará sus Vestidos yserainmundo hastala noche” Lev 22:6-7= “la persona qué lo tocare será^inmundo^hasta la noche, y no comerá 4 e las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo . con agua. Citando el sol se pusiere, será limpio...”. ¿ : Lev 17:15= “Y cualquier persona... que comiere animal mortecino o ■ despedazado por fieraclavará sus vestidos y a sí misma se;lavará con aguafy será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.” - De nuevo, ¿cuánto tiempo duraba i contaminación recibida por tocar anim I les muertos? La respuesta es sencill ( Este tipo de contaminación duraba has la puesta del sol. ¿Qué tipo de soluck requería Dios para librar al impuro ( esta categoría simple de contaminaciói Un baño ritual. ¿Requería Dios ofrecí un sacrificio por esta clase de contamin; ción? En absoluto. Aunque no se cons deraba un pecado el tocar el cuerp muerto de un animal, se considerat impuro al que lo tocaba. Los animah i muertos de los que se hace mención so ^ los que Dios prohibió comer, y a los cu¡ les por la misma razón, Moisés clasific como “impuros” (véase Lev 11; Dei 14). Los cuerpos de los animales “lin pios” que Dios autorizó para comer tan 1 ^bién podían contaminar cuando su sangi • no era derramada (Lev 11:39-40; 17: lí 22:8). Este tipo de contaminación puede ser catalogado como ligero o levi porque para su purificación no se requería el sacrificio de animales. Lo qu estaba implicado detrás del acto de purificación, en efecto, parece esta comprendido en la expresión: “lavaré mis manos en inocencia” (Sal 26:( 73:13). En otras palabras, algo o alguien podía contaminarse, y ser declarad “impuro” o “inmundo”, sin necesariamente ser culpable.
  • 27. / m promesas gloriosas del santuario. !-> ilO es importante, pues por tratar de proteger la santidad de Dios que Iniciaba en el santuario de Israel, algunos autores modernos han negado que 11 mmgre de los sacrificios podía contaminar la habitación divina. Volvere- niM 'i Nobre este punto en lecciones sucesivas, para considerar las implicacio- íextraordinarias que el mensaje bíblico tiene para nuestra fe hoy. « í. Consecuencias de no bañarse. |¿Qué pasaba si la persona que se contaminaba por contacto con anima­ les muertos no se bañaba ni lavaba sus ropas?] t *t)ino es de suponerse, leyes de esta naturaleza podían pasarse por alto fácilmente. Cuando esto ocurría, la situación del adorador cambiaba. Se iiu'ftl en falta, y ya no era suficiente el baño requerido para librarse de la ■ ••Hiitminación. I t. Solución para la negligencia en purificarse. t M I |/,Qué solución quedaba para los que “llevaban su iniquidad” por no obedecer las leyes divinas?] ¿Quedaba una solución para los que tenían que llevar su iniquidad? ► •nM ) podía el pecador quitarse de encima la iniquidad que había cometido? , Imlii que bañarse para recobrar su pureza? Por supuesto. El primer reque- nniimlo lio era puesto necesariamente a un lado. Pero, ¿era suficiente el baño ► *|n *iicIo si se lo aplicaba después del lapso de tiempo especificado? De manera. Los que pecaban y debían, por consiguiente, llevar su tenían-aún otra posibilidad. El caso de ellos se volvía más serio/" i no totalmente irreparable. Debían ofrecer un animal en sacrificio por el t <ule). *nv 5í1*2,5t ¿ = ^ ^ su^iniquidad. Asimismo la persona qué:hubjeipe jocado;cualqüierav cosá'inmunda,'sea/cadáyer efe! 1 H !stia uimuiida; q .cadayer ;de áromal iiráuudo> o' cadáver/de reptil; Inmundo, bieh;qüe iiq'Iq supiéré> sera inmunda y habrá deíih^uiddO 1muido pecare„en:K^|w4^deestas "cosas, confesará aqüelio.en,que¿ |u:c:ó, y para u^e^piacionL^ traera'al ,Eterno;por;su^pecado;* que? rciinetió, una herabra^Jg iós 'rebaños, uná^cordera o una.cabra^comb' miorifício portel' pecado; 'y, él*sacerdote'íe hará expiación por su! Lección 3. La contaminación del santuario, y los sacrificios 53 Una vez emitida,la ley, todo el mundo debía darse por enterado. Por esta razón, la falta cometida p.or ignorancia era considerada también un pecado. Si no teman suficiente dinero para ofrecer una cordera o una cabra en sacri­ ficio por el pecado, podían traer dos tórtolas o dos palominos o, en el caso extremo, un efa de flor de harina por el pecado que el sacerdote debía comer para llevarlo sobre sí, como parte de su ministerio sacerdotal en el santuario (Lev 5:7-13). 4. Contaminación por tocar sangre o cadáveres humanos. [¿Cuánto tiempo duraba la contaminación directa con cadáveres, sangre o enfermedad genital humanos?] La segunda fuente de contaminación provenía de la humanidad. Era más gra­ ve, pues duraba siete días, y no era suficiente bañarse para recuperar la purifica­ ción. No hay que confundir, sin embargo, esta contami­ nación directa con la conta­ minación humana indirecta que podía ser incluida den­ tro de la categoría de conta­ minación que hemos llama­ do “ligera,” debido a que duraba sólo hasta la puesta del sol y requería sólo un baño para purificarse (Lev 15:5-11,16-23, etc).