La lección deja ver claramente cómo Dios, antes de ejercer su justicia en forma correctiva y disciplinaria, exhorta al pueblo para que se arrepienta de su mal practicando la justicia. También se deja ver claramente que ante una conducta que le es abominable todo tipo de ritual, sacrificio o solemnidad religiosa que se le rinda en adoración, no tiene valor y eficacia si hay ausencia de justicia.