El monstruo Gerión le quitó la corona al rey Túbal de Iberia. La princesa Pirene huyó a las montañas para esconderse, pero Gerión incendió las montañas para matarla. Hércules oyó los gemidos de Pirene entre las llamas y la rescató, pero ella murió. Hércules construyó un mausoleo con sus cenizas y apiló montañas para formar los Pirineos en su memoria.