Este documento presenta tres párrafos sobre el tema de desarrollar una fuerte personalidad a través de la lectura de libros formativos y el autocontrol. En el primer párrafo, cita a varios autores que enfatizan los beneficios de la lectura de libros buenos sobre la lectura de periódicos y revistas. El segundo párrafo describe dos preguntas de Jesús sobre la negación de sí mismo y el dominio propio como condiciones para ser discípulo suyo. El tercer párrafo presenta algunos ejemplos breves
2. MTNI BTBLIA
Los hechos más
importantes
del libro Santo,
DE ORACIONES
Bella farmqto
de bolstllo y
muy c:ompleilto.
PENSAMIENTOS
4 Paraii cada dia dei:l: año,
Y OS ÜEL
Bibliote ca de bolsillo No. B
P. EIIÉCER SÁLESMAN
Para enriquecer
la personalidad
4a
65,000
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PROLOGO:
UNAAYUDA ESPECIAL
PARA OBTENER UNA
GRAN PERSONALIDAT)
Presentamos en este libro una se-
rie de enseñanzas que van aayudar
rnucho a quienes lo lean a obtener
una personalidad agradable fuerte
y simpática.
Un notable escritor norteamerica-
ro, después de muchos años de ex-
periencia lle gó a esta conclusión:
"Me dedico a surnar todo el tiem-
po que he gastado en leer revistas
y periódicos y veo que el
todo esto no me alcanza
fruto de
ni p.1,
sostener una buena conversactoll.
4. En carnbio hago las cuentas de lo
que he ganado con la lectura de
buenos libros y veo con satisfac-
ción que mi espíritu se ha remode-
lado y que mi carácter ha mej orado
notablemente con esas lecturas. Si
juzgo con sinceridad tengo que re-
conocer que el 90o/o de lo que leo
en periódicos y revistas mundanas
es alimento que no me fortalece
sino que apenas sirve para inflar
mi imaginación y llenarla de imá-
genes y noticias que no ayudan en
nada al crecimiento de mi perso-
nalidad. Pero en cambio Ias lectu-
ras de libros formativos me van
haciendo crecer espiritualmente
casi sin darme cuenta".
El notable pedagogo Pradel aconse-
jab a: "Para no carecer de ej emplos
queanimenalucharyaesforzerse
hay qué recurrir frecuentemente a
la lectura de libros formativos, Los
científicos han comprobado que
la lectura de un buen tibro le hace
tanto bien a la inteligenciq como el
ej ercicio físico al cuerpo",
Lope de vega afirmab a: "l-In buen
libro es un amigo que aconsei a y re-
prende en secreto, El fetiz encuentro
con un libro formativo puede cem-
biar toda una vida y determiner po-
sitivamente el destino de un alma",
El famoso Kempis de cía: "[Jn tibro
Piadoso enseña a los ignorentes,
despierta a los perezo.sos que se han
dormido espiritualmente, es timula
y anima a los desanimados y enfer-
voriza más Y más a los que ya son
virtuosos",
5. Ihonson repetía: "Quien lee libros
formativ o s, imp erceptiblemente sen-
tirá que va adelantando y progre-
sando en el camino de la virtud, Lo
bueno que se lee se va aceptando y
asimilando poco a poco y va mej o-
rando el modo de pensar, Cada buen
Iibro nos enseña lo que su autor
aprendió en muchos años. De cada
buen libro formativo se puede afir-
mer todo lo que Ia Sagrada Escritu-
ra dice de un buen amfgo: "Quién lo
halla, ha encontrado un tesoro'i "
Que el Espíritu Santo conceda alos
lectores de este librito que pone-
mos hoy en sus manos la gracia de
progresar cada vez mas en virtud y
en santidad.
6. Cnpirulo 7
COMO ELAGUILA
El profeta Isaías anunció:
"Quienes confian en Dios su-
birán a las alturas con fuerzas
como de águila, y progresarán
sin fatigarse (ls, 40,31), Para lle-
gar a ser persona de éxito hay que
ser como el águila.
El águila no empieza a volar ha-
cia las alturas demasiado proll-
to, Necesita meses para empezar a
volar. Lo mismo sucede a la gente
en los éxitos: Nadie lo gra sus me-
tas ni hace realidad sus sueños de
la noche a la mañana. Se necesita
exp erienci a,aprend izaj e, paciencia
y perseverancia para lograr llegar
firrnemente hasta la meta. Los fru-
tos que se hacen madurar dema-
siado pronto quedan imperfectos.
El águila fortalece sus alas
con los vientos fuertes que se le
oponen. Lo mismo sucede a las
personas. Mientras más obstáculos
encuentran mayor fuerza puede
adquirir su voluntad, Por eso que
por nada del mundo hay que pen-
sar en vivir sin obstáculos y oposi-
ciones.
Et águila nunca vuela en
bandada. Así nosotros necesita-
mos salirnos aveces de la manada.
No ser bomegos que solamente sa-
ben ir donde van los otros. Necesi-
tamos atrevernos avolar solos,
7. La experiencia y las enseñanzas
de los demás son de gran utilidad,
pero las propias ideas e inspiracio-
nes nos pueden hacer volar rnuy
alto. No tratemos solamente de
imitar a otros. Esforcémonos por
ser nosotros mismos. Que nuestro
éxito no dependa exclusivamente
de la ayuda de otras personas ex-
cepto de Dios.
EI águilavuela muyalto. No
podemos resignarnos a escarbar
en el suelo como las gallinas. Nues-
tro lema debe ser el de los invento-
res de la aviación "Plus ultra": que
significa "siempre mqs allá, siempre
más arriba.", Si nuestros ideales son
muy pequeños, nos quedarernos
chiquiticos toda la vida. Proyecté-
monos ametas más y más altas.
Dicen que cuando el águi-
Ia siente que le llega Ia muerte,
vuela hacia la montaña mas alta
y allí termina su existencia, y por
eso nunca vemos águilas muertas
en las llanuras ni en la mitad de las
carreteras. Así debemos hacer no-
sotros: cuando sintamos que nues-
tros proyectos se hunder, que el
fracaso está por llegarnos, que los
planes que habíamos hecho se van
a derrumban, levantemos el vuelo
de la mente y de la imaginación
hacia el Altísimo Dios para el cual
nada es imposible.
Digárnosle con el salmista "Venga
a nosotros la bondad del Señor y
haga prósperas las obras de nues-
tras manos'; yperseveremos traba-
jando pues tenemos la promesa de
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8. Cristo que nos dij o: "con su perse-
verancia y su pac encia salvarán su
existencia" (Lc. 21-, 19). Si tenemos
fe no nos quedaremos tendidos en
la mitad de la carretera de la vida,
sino que llegaremos al s cimas del
triunfo y delos mej ores éxitos,
Cuando lle gala tormenta el
águila se sube encima de la nube
tormentosa hasta que logra divi-
sar el sol. Así hay qué hacer en los
momentos de dificultad y de peli-
gro: tratar de superar esas nubes
negras y colo carnos sobre el pro-
blema mismo. Tener la mirada fij a
en el Sol de justicia que es el Dios
Todopoderoso, y en vez de dej ar-
se acobardar por los problemas
que se presentarl, pedir luces de
lo alto y esforzarse por superar las
es posible para quien tiene fe (Mc,
9,23).
El águila pequeña se deja
instruir y aleccionar por las
águilas mayores. Estas revolotean
alrededor del nido para enseñarle
a volar. Le hacen mirar fij amente
hacia el sol para que aprenda a no
encandilarse por sus rayos,
Laalzany la sueltan para que vaya
perdiendo el miedo. Así nosotros:
nuestros éxitos dependerán en gran
manera de que nos dej emos ense-
ñar e instruir por los que tienen
mayor experiencia que nosotros, y
de que nos atrevamos a empren-
der el vuelo hacia las alturas, de los
ideales que nos hemos propuesto.
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dificultades que van llegando, sin
dejarnos dominar por ellas. Todo
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Capírulo 2
Et NEGARSE O
DOMINARSE
A SÍ MISMO
DOS PREGUNTAS: Alguien
preguntó a |esucristo qué condi-
ciones exigía El para poder ser
discípulo suyo, y la respuesta fue
esta: "Si alguien quiere ser mi
discípulo que se niegue q sí mÍ.s-
mo (Mat, 1-6,24) - Otro le preguntó:
"Señor: ¿Son pocos los que se
salvan? Y fesús les respondió=
"Esfuércense por entrar por la
puerta e.strecha del dominarse
o sí mismos, porque son mucho.s
Ios que se van por la puerta an-
cha y se pierden (Lc, 13,24),i#HfÉii#'hgF,ftrF.rFÉr¿rE5i+ffiffiffiLikP;I*.ffi-ÉiH#ffi$.ür¿*#HÉ ffiffiHffiF,*áp,Í#'r#;%
10. La profecía de un santo,
Un hombre de Dios le dij o a una
espi ga de trigo: "Estás destinada
q grqndes cosas", Un discípulo
se imaginó que a esa espiga no
la cortarían. Pero vino la hoz y la
cortó. Y la machacaron muy duro
y la molieron. Y el discípulo pen-
sab ai ¿"No dij o el santo que este-
ba destinada esa espiga a grandes
cosas? Y luego que la molieron la
pasaron en un horno y pare cía no
estar destinada a nada importan-
te.
Pero de pronto la echaron en un
molde, la convirtieron en una hos-
tia, la llevaron al altar y con la ben-
dición del sacerdote se convirtió
en el Cuerpo de fesucristo, Por el
sacrificio se lle ga a la grand eza.
Capacidad de aguantar sin
protestar. Un par de esposos cum-
plieron su primer mes de casados.
Y en ese día el marido le dij o a la
muj er: "Mij a, ¿no se disgusta si le
digo una ob ervación? -No, mij o,
dígala.
Pues mire:"Es que ami no me gus-
ta la sopa de espinacas, y sumerced
todos los días hace sopa de espirla-
cas" -¡Ah! -Respondió sonriente la
esposa: -A mi tampoco me gusta
la sopa de espinacas, pero cuan-
do éramos novios sumerced fue a
visitarme y i mamá había hecho
aquel día esa clase de sop?, y su-
merced dij o: "Ami la únicaiopa que
me gusta es la de espinacas". Yo creí
que era cierto y por eso todos los
días hemos tomado de la tal sopa':
11. Cada uno había hecho el sacrifi-
cio de tomar durante 30 días sin
protesta[ un alimento que no le
agradab a, con tal de no disgustar
al otro. En verdad que todavía hay
gente valiente!
Señal segura. La virtud co-
mienza donde empieza el sacrifi-
cio. La personalidad existe si hay
cap acidad de sacrificarse. Descon-
fiemos de toda virtud demasiado
fácil. lamás creamos que tenernos
verdadera personalidad si no so-
mos cap aces de hacer sacrificios.
Los antiguos filósofos latinos re-
petían: para tener personalidad se
necesitan dos cualidades: sústine
y ábstine: dominarse y saber
abstenerse de lo que no conviene
(Royo Marin),
La preparación oculta. Esos
grandes sacrificios heroicos que
hacen ciertas personás, aunque so-
lamente duren unos minutos, han
sido precedidos por lo general, de
un largo noviciado de pequeños
sacrificios de cada día, Los peque-
ños sacrificios prepararon para los
grandes (Courtois),
AIgo que ya se esperaba.
Santa Teresita cuenta en su hermo-
sa Autobiografía [cuya lectura re-
comendamos porque es muy her-
mosa y hace un gran bien a quien
la lee) que al entrar de monj ita al
convento encontró en la vida re-
ligiosa lo que ya se esperaba: mrr-
chas rosas de alegrías espirituales,
pero acompañadas de punzantes
espinas de sacrificios de cada día:
12. sequedad espirituál, dudas, dure za
de su superiora, enfermedades etc.
Pero fueron precisamente esos
sacrificios los que más le aprove-
charon para crecer en santidad.
La falta de sufrimientos dismintr-
ye la fu erza de voluntad, pero los
pequeños sacrificios de cada día
pueden hacer crecer rápidamente
la personalidad.
El sacrificio preferido por
Dios, Lucia, la que vio a la Virgen
en Fátima, de cía: "El sacrificio que
más agrctda a Dios es el que hace-
mos por no pecar", Y otro sacrifi-
cio muy agradable a Nuestro Señor
es el que hacemos para cumplir
bien los deberes de cada día."
Hay un libro muy hermo-
so de la Santa Biblia que se llarna
"Los Hechos de los Apóstoles". Y
este bello libro insiste en demos-
trar que en todas partes los éxi-
tos del apostolado se deben en
buena proporción al sacrificio y
alos sufrimientos de quienes se
dedican a extender la retigión.
Allí se cuenta que San Pablo repe-
tíaalos fieles: "Hay qué pasar por
muchos sufrimienüos y sacrifi-
cios pqra llegar al Reino de Dios"
(Hechos L4,22). Y el gran apóstol
escribía después: "Con lágrimas en
los ojos les cuento que hay algunos
de entre los nuestros que son ene-
migos de Ia cruz de sufrimientos y
de sacrificios que Cristo nos pide
llevar (Filip.3,1B),
13. Una petición escuchada.
El santo Cura de Ars al llegar a su
parroquia por primera vezle dij o a
Nuestro Señori "0h Dios: por favor
convierta a la gente de esta parro-
quia qunque para ello yo tenga que
hacer fuertes sacrificios y aguantar
duros sufrimientos", Y Dios le escu-
chó de tal manera bien su oración
que más tarde el mismo San fuan
Vianey exclamaba "Si cuando lle-
gué a este pueblo hubiera sabido
todos los sacrtficios que iba q tener
qué hacer y todos los sufrimientos
que me fban a llegar, habría desfa-
Ilecido de terror",
Pero lo que si sucedió también fue
que en esa paruoquia todos se con-
virtieron y Io que era un pueblo
frío e indiferente en religión, se
convirtió en la parroquia más san-
ta y fervorosa de todo el país.
Lo que se puede conseguir con los
sacrificios y sufrimientos !
Dos clases de mánires. La
Iglesia Católica llama rnártires a
quienes padecen la muerte o crue-
les sufrimientos en defensa de
nuestra santa religión, Y los san-
tos dicen que existen dos clases de
mártires. Los mártires roios: que
son los que derraman su sangre por
defender y proclarnar la religión de
Cristo. Y los mártires blancos: que
son los que soportan con paciencia
los sufrimientos de cada día, ofre-
ciéndolos por amor a Dios, y hacen
el sacrificio de esforzarse por no
pecar y por cumplir lo más exacta-
mente sus propios deberes diarios.
14. Estos mueren de muerte natural
pero ocuparán seguramente un al-
tísirno puesto en el cielo [Sheen).
Notable diferencia. Dicen
los entendidos que una de las di-
ferencias entre quienes son verda-
deros santos y quienes son santos
apenas en apariencia consiste en
que el santo se sacrifica por los
demás, se desgasta por hacer el
mayor bien posible al prój imo, y
acepta cualquier clase de sufri-
mientos con tal de no ofender a
Dios, En cambio quien no es sarr-
to se cuida lo mas posible para no
desgastarse por los otros; trata de
huir de los sufrimientos y cuando
el dej ar de ofender a Dios le cues-
ta sacrificios, yano tiene miedo en
ofenderlo (Brucberguer) .
El fruto de un sacrificio.
Santa Gemma Galgani estaba pi-
diéndole a Nuestro Señor la con-
versión de un cantinero borracho
y emborrachador.
Y un día cuando aquella muj er se
diri gía al templo a asistir a la santa
misa fue terriblemente insultada
por otra muj er en la calle, Ella le
respondió con una sonrisa y en vez
de contestarle oró por la ofensora,
Al llegar al templo oyó que |esús le
decía: "Ese sqcrificio que hiciste
de no contestar a la ofensq reci-
bido, era lo que faltaba para que
el cantinero se convirtiera'i
Al día siguiente el borracho aquel
estaba en el templo confesándose
y en adelante ni se emborrach ó,
ni colaboró con la borrachera de
15. otros. Lo que se gana con un sacri-
ficio ofrecido aDios.
LAS DOS CORONAS, A San-
ta Catalina se le apareció nuestro
Señor ofreciéndole dos coronas,
una de rosas y otra de espinas, le
explicó que la de rosas signifi ca
gozos, placeres y alegrías, y la de
espinas significa dolor; sacrificio,
penas, hurnillaciones, vencerse a
si mismo y padecer. Luego le pre-
guntó: ¿Cual de estas dos coronas
prefieres para esta vida? "La sarl-
ta le respondió "La de espinas",
fesús sonriendo le dij o: "en esta
vida tendrás Ia corone de espinas y
sufrimientosy sacrificiosy en la otra
vida tendrás en pago unq corona de
gozos y alegrías por toda la eterni-
dad. En cambio quienes en esta vida
.solo quieren placeres y no se niegan
a si mismos, tendrán corone de espi-
nas en la eternidad",
Me pregunto: ¿aceptaré llevar una
corona de espinas de sacrificios
y de vencimiento de las propias
pasiones en esta tierra, con tal de
ganarme una corona de gozos eter-
nos en el ciel o?
UN TINTO POR UN ALMA.
Un sacerdote belga tenÍa de ami-
go un general retirado del ej ército
que se había alej ado mucho de la
religión. Una vez en una visita el
sacerdote el verlo algo enfermo le
aconsej ó que se confesara. El ge-
neral lleno de ira sacó un revolver
de su mesa de noche y le dij o: "Lqs
cinco balas Ie esta arma son paresu
16. cabeza si se atreve a volverme a de-
cir que me confiese",
El sacerdote al volver a su casa se
dij o: ¿Y yo qué sacrtficio he hecho
para que este general se conviertaT
Como cada día se tornaba dos tin-
tos, se propuso no tomarse sino un
tinto al día y el otro ofrecerlo por
la salvación del ama de su amigo
el general. A los pocos días lo lla-
maron de la casa del militar que
deseaba hablarle: Muy asustado
se dirigió hacia allá y su amigo al
verlo le dij o: "Padre, perdone lo
que le dij e la vez pasada. Desde
ese día me quedaron zumbando
las ultimas palabras que dij o antes
de despedirse: "De qué que sirve
o un hombre ganar el mundo en-
tero sÍ pierde su almo,?". Esto me
impresiona momento por momen-
to. Por favor: prepárerne que quie-
ro hacer una buena confesión de
toda mi vida". Aquel veterano mili-
tar hizo después üna santa confe-
sión y los últimos días de su vida
comulgó con admirable devoción y
contrición.
Y el padrecito pensaba: ¡Ve! Lo que
logré conseguir por dej ar de tomar-
me un tinto! Señor con qué poco te
contentas, Bastaron ocho días sin
tinto para una conversión.
UNA PREGUNTA OPORTI.I.
NA, Un sacerdote le contó al Santo
Cura de Ars que en su parroquia te-
nía un grupo de pe cadores que por
nada del mundo querían convertir-
se y el santo le preguntó: ¿Y cuantos
17. sacrificios ha, ofrecido por esos pe-
cadores? Si el pastor no se sacrifica,
las ovej as no se convierten.
Recuerde que ciertas clases de
demonios no se alej an sino con la
oración y el sacrificio y el ayuno".
Preguntémonos también nosotros
¿Cuantos sacrificios hacemos por
la conversión de los pe cadores?
Sin sacrificios no conseguiremos
conversiones.
LOS SACRIFICIOS DE SAN.
TA TERESITA. Esta simpática san-
tica tenía asu lado en la capilla una
monj ita que hacíaun ruido molestí-
simo con su rosario. Teresita sufría
mucho con ello y deseaba adver-
tirle que dej a,ra de hacer ese ruido,
pero jarnás se lo dij o y ofreció este
sacrificio diario por los pecadores y
los sacerdotes.
En el lavadero la monj ita que la-
vaba junto a Teresita la chispeaba
continuamente con agua y jabón,
La Santa deseaba advertirle que
no sacudiera la ropa de esa mane-
rd, pero nunca se lo dij o, Prefirió
aguantar en silencio y por amor a
Dios. Así saben sufrir las almas he-
roicas.
r
18. Capírulo 3
tA TUCHA CONTRA LOS
PROPIOS DEFECTOS
Algo impropio, Que feos y
que desa gradables resaltan ciertos
defectos en personas dedicadas al
servicio de Dios, y qué mal ej emplo
producen en los demás. No hay ex-
plosivo de efectos tan desastrosos
como el mal ej emplo de quienes
por ed?d, dignidad, o gobierno de-
berían tener una conducta mej or
que la de los que los rodean!
Grave anuncio. Dice Dios en
la Santa Biblia: "Quiten esas espi-
nas del cultivo de su alffiá, alej en
de la viña de su espíritu los roedo-
res que destrozan las cosechas; no
19. cultiven entre mal ezas de malas
acciones, y aparten de su conducta
los comportamientos indebidos,
no sea que estalle repentinamerl-
te el incendio de la ira divina, y
ya no sean capaces de ap agar ese
incendio a causa de las malas cos-
tumbres que fueron adquiriendo
Uerem.4,3).
Buena técnica. Lo que más
aconsej o cuando algún defecto nos
ataca o algún vicio o mala costum-
bre nos quiere dominat, es: prac-
ticar Ia virtud contraria a ese
defecto o aese vicio. De gran pro-
vecho resulta pensar en las cuali-
dades de las virtudes contrarias a
los defectos que tenemos, yelogiar-
las, y desear adquirirlas. Así por
ej emplo que tenemos el defecto de
hablar demasiado? Pues tratemos
de practicar un poco mas el silen-
cio y pensemos en las ventaj as que
tiene el callan ¿que tenemos incli-
''n ala tristezao'al pesimismo?naCl0
Esforcémonos por llevar un rostro
un poco más alegre y sonriente y
pensemos en lo bueno que nos ha
dado la vida, y en los éxitos que
nos pueden llegar en el futuro, etc.
fS. Francisco de Sa les).
lamás decir: "De esta agua
no beberé'i La mala yerba que se
corta vuelve a retoñar; y el carbón
que ha sido brasá, con poco fuego
se enciende. Por grandes que ha-
yan sido nuestros progresos en la
virtud, nos engañaríamos si creyé-
ramos que los vicios, los defectos
y las malas inclinaciones ya se han
20. extinguido en nosotros. Ellos están
agazapados, esperando la primera
ocasión para atacarnos a traición.
Nuestra pobre naturale zatan débil,
tan desarmada y tan mal inclinada,
cuando llegan los atractivos de los
gozos carnales se convierte en ju-
guete de los ataques diabólicos. Y
siempre seguirá siendo ciertísimo
lo que dij o Nuestro Señor |esucris-
to
=
"El espíritu está pronto pero la
carne es débil': (San Bernardo),
Grave equivocación. Una de
las equivoc ciones mas graves que
puede sufrir una persona consiste
en imaginar que por haber trabaja-
do por muchos años e conseguir
la perfección yalos defectos y debi-
lidades de su naturaleza no le van
a traiciona La propia experiencia
de cada cual enseña que ello no es
así. Es necesaria la lucha de todos
los días pa_ra llegar a la perfección,
porque cada uno sigue llevando su
propio yo, lleno de' defectos y de
malas inclinaciones que es necesa-
rio combatir siempre sin desfalle-
cer ni dej ar de luchar, Si el obtener
la perfección y la santidad no costa-
ra nada o costara poco muy poqui-
to, entonces ¿Qué premio nos iba a
dar Dios? En esto sí que se cumpli-
rá la promesa bíblica: "Co,da cual
recibirú premio según haya sido
su trabajo'i (2 Cor, 5, 10),
EI enemigo más peligro-
so: EI defecto dominante. Dij o
el poeta: "Empecemo.s por aborre-
cer el vicio- y ya el cielo nos será
propicio'i - Santa Gemma Galgani
21. exclamaba: "EI mayor regalo que
me dio Nuestro Señor fue infundir-
me un aborrecimiento total hacia
aquellos defectos que me podían
llevar a ofendery disgu.star a Dios'i
Y entre todos estos hay uno espe-
cialmente temible y dañoso. Es el
defecto dominante. Aquel defec-
to que más veces nos lleva ahace[
decir o pens ar lo que desagrada a
Nuestro Señor y lo que hace daño
a la propia persona o alos demás,
Para algunos será el mal genio,
la ira, la maña de disgustarse por
cualquier cosa, Para otros será el
orgullo el amor propio, el deseo
de aparecer y recibir muestras de
aprecio, llamar la atención y carr-
sar admiración. Para muchos y
muchas su defecto dominante es la
sensualidád, los afectos sensibles,
los continuos enamoramientos,
el dei arse dominar por la pasión
sexual y los sentidos. Casi siempre
el defecto dominante es uno de
Ios siete pecados capitalgt [que
se llaman así porque son los que
más llevan a hacer pecar a la gen-
te) los cuales son: orgullo, envidia,
avaricia, ira, gula, lui uria y pereza.
Son siete enemigos siempre dis-
puestos a derrotarnos y a hacer-
nos fra casar en la vida espiritu?I,
y al primer descuido nos llevan a
cometer faltas y errores,
Uno que conoce bien Ia
casa, El defecto dominante, esa pa-
sión tirana que con más frecuencia
nos hace cometer pe cados, conoce
muy bien nuestra casa espiritual
22. en la cual habita y pretende reinar
y dominar y esclavizar. Ha vivi-
do siempre con nosotros. Recorre
constantemente todas has habita-
ciones de nuestra existencia. No
hay rincón de nuestra alma que
no conozca, ni acción de nuestro
pasado en la cual no haya estado
presente. Ha influido en nuestras
costumbres y sentimientos y corlo-
ce todo esto aperfección.
Este nuestro defecto principal na-
tf
ció con nosotros y solamente se
extinguirá cuando nos hayamos
muerto. Nos acompaña siempre
y nunca se alej a. Tiene una celda
profunda allá en lo más íntimo de
nuestro sel; allá donde están los
deseos y concupiscencias,
Desde allá trabaja trazando pla-
nes y poniendo trampas mortales.
Trata de intervenir en todos los
actos y tiempos de nuestra vida y
se presenta descaradamente en
muchas ocasiones haciéndonos
quedar sumamente mal ante los
demás. Ese defecto dominante [el
mal genio, la sensualidád, el orglt-
llo, la envidia, la avaricia, la perezd,
la gula etc. cada quién sabe cual es
el suyo), es el más traicionero de
todos los enemigos del ahna y de la
paz del espíritu,
Algo que nunca muere y
siempre trabai a. El defecto domi-
nante [y oj alá tratemos de averi-
guar o cual es, o cuales son los que
tenemos) es algo que tiene una
vitalidad monstruosa, Empi eza
23. pequeñito como un niño y va cre-
ciendo en poder y en arnbición
hasta querer apoderarse de todo
nuestro modo de proceder. Es
como esos pequeños tigrecitos que
parecen gaticos, pero que apenas
se les alimenta bieh, Ies nacen col-
millos y garras y destro zan y matan
sin compasión a quién los alimen-
tó. El defecto dominante llega aha-
cernos esclavos, aunque hayamos
dedicado muchos años a tratar de
conseguir la perfección y santidad.
Si no lo combatimos, nos derrota.
El peor de todos. Todos los
defectos tienden a dominarnos,
pero el defecto principal que cada
persona tiene es más dominante
que los otros. Este defecto puede
ser una inclinación natural que se
tiene desde pequeño, o una mala
costumbre adquirida, o ambas co-
sas ala vez. Lo primero que él hace
perder es el dominio de sí mismo y
empui a a dej arse llevar por lo ins-
tintivo, lo automático, lo que pri-
mero pide la naturaleza corrom-
pida de cada individuo. Lleva a
entre garse a la pasión y termina la
persona cometiendo faltas graves,
Aun vencido y dominado, el defec-
to dominante no dej a de atacarnos
[Quien es muj eriego o enamoradi-
zo seguirá sintiendo siempre esa
inclinación, El orgulloso continua-
rá deseando la alabanza y el apa-
recer bien. La gente cuyo defecto
es el mal genio, tendrátoda la vida
una inclinación fuerte hacia la ira
y hacia el manifestar disgusto, etc.)
24. Los santos y los grandes educado-
res ha insistido mucho en el pavo-
roso peligro que existe de caer en
la esclavitud de los malos instintos
si se le da rienda suelta al defecto
dominante y se dej a uno arrastrar
por é1. Lo comparan a un cable
que mantiene al águila amarra-
da a una estaca; y no dej a al alma
emprender el vuelo hacia las altu-
ras espirituales, y también a una
chispa que termina por produ-
cir un dañoso incendio.
Señor: que yo vea. Pidamos
al Señor lo que le suplicaban los
ciegos en el evangelio: "Señor que
yo vea" que rne de cuenta del daño
que este efecto que me domina
me puede ocasionar, Que logre
practicar la virtud contraria. Que
sea capaz de cumplir aquello que
dice el Libro Santo: "Cortemos los
lazos que nos tienen atados al pe-
cado" (Hebr,12,1) y que recuerde
la noticia tan peligrosa que cuenta
el apóstol Santiago: 'Aunque q.l-
guien cumpla el resto de la Ley
de Dio,s, si vive desobedeciendo a
un mandamiento, ya es culpable
de pecado" (Sant, 2,10) y aquello
otro que afirma San Pedro: "Q,uien
se dej a vencer (por un defecto) ya
queda como esclavo del que le ven-
ció (2 P.2,19),
AIgo para pensar. Medi-
temos acerca de cual es la pasión
hacia la cual nos sentimos mas in-
clinados. Recordemos los remor-
dimientos que nos van a llegar ala
hora de la muerte [y quizás mucho
25. antes) si nos dej amos vencer por
esa pasión. Pensemos en lo peli-
groso que es ese dej arse llevar por
el defecto que nos quiere dominar.
Analicemos cuan indigno es dirigir
nuestros afectos a esos fines tan
pewersos y dañosos [por ej ., la
sensualidád, el orgullo, la vengalf-
zA, la tristezd, la avarici ,la gula
etc.) Recordemos frecuentemente
aquello que repetía San Agustín
"Mucho mas valgo cuando go-
bierno mÍs pasi nes, que cuando
me dejo gobernar por ellas'i
Orden de ataque. Hay que
enfocar toda la artillería del alma
contra el defecto que nos quiere
dominar, Cuidado: Que por una
pequeña puerta que se ej e des-
cuidada puede entrar el enemigo
y se puede perder la ciudad! San
Ignacio de cíai "Cada mañana hay
que proponerse atacar el defecto
dominante".
Cada mediodíahay que examinarse
acerca de como lo hemos atacado
y cuántas veces lo hemos vencido
o él nos ha derrotado. Y cada no-
che pedir al Señor nos Perdone las
debilidades que hernos tenido en
este Combate". Y no olvidemos que
el defecto, o los defectos dominan-
tes, pueden influir en toda nuestra
vidá y hacernos mucho mal si no
lucharnos continuamente Por do-
minarlos.
Enemiga a la Puerta' H aY una
pasión que nos domina más que las
demás. Puede ser el amor Propio
26. o el amor alos placeres u otra cual-
quie ra. Y esta pasión dominante de-
termina el comportamiento de cada
uno y es causa de la m ayoría de sus
faltas. En estas tendencias malas es
donde la perfección encuentra sus
mayores obstáculos, Es necesario
examinarse detenidamente para
averiguar cual es la pasión que más
nos domina y esforzarnos por do-
minarla porque si no nos esclaviza
y nos amargala vida.
Los males vienen juntos,
Una imperfección atrae a otras y
estas a otras más. Y así vemos que
la persona que se dej a llevar por
un defecto [por ej . url afecto des-
ordenad a, un deseo exagerado de
aprecio o una antip atía. etc.) va ca-
yendo en faltas y faltas y se alej a de
la vida de perfección (San Juan de
la Cruz).
¿Estaremos prisioneros? Se
llama prisionero o cautivo a quien
estápreso en una cárcel o amarrado
con una cadena.A rnuchas personas
las podemos llamar cautivas o pri-
sioneras, porque están aprisiona-
das y esclavizadas por una pasión
que las domina, por un defecto que
no han logrado dominar. Y es tris-
te pasar la vida en esta prisión tan
humillante y tan dañosa (Fray Luis
de Granada),
¿Estaréyo en ese grupo? Si lo estoy
debo tratar de liberarme de seme-
jante esclavitud.
27. Capírulo 4
Por la dificultad a Ia santi-
BUSCAR LA PERFECCION
De algo que probablernente
nos va a tomar muy seria cuenta
el Divino fuezen el día del fuicio va
aser de lo que hicimos por adquirir
nuestra propia perfección; de los
esfuerzos que hicimos por ser me-
jores, y de todo lo que permitimos
en contra del propio perfecciona-
miento, Nuestra perfección es en
gran parte obra y regalo del buen
Dios, pero un alto porcentaj e de
ella es también obra del propio es-
fuerzo y del interés que tengarnos
por ser mej ores y no obrar mal.
oundad, Para aprender un oficio
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arte se necesita tiempo, buenos
maestros, y ej ercitarse y aceptar
que Ie corrij ár, y no cansarse de
prac icar y practicar.
Solo así se lograrállegar aaprender
ese arte u oficio. Lo rnismo Sucede
con la perfección o santidad. No es
obra de un día ni de una sernana o
un año. Es un aprendizaj e y progre-
so que duratoda la existencia de la
creatura humana sobre Ia tierra.
Hace falta alguien quevayaguiando
y cor igiendo [ya sea una persona
o un libro etc.) y tratar de practicar
y repetir buenas acciones y modos
virtuosos de vivir.
Buscar un apoyo. Hay que
reconocer las propias faltas en la
oración ante la presencia de Dios
y pedirle perdón y ayuda y rogar-
le que nos ilumine como debemos
proceder y que nos conceda fu erza
para obrar de la mej or manera y
evitar las faltas.
Siempre habrá una mala inclina-
ción o una mala costumbre que
vencer. El vicio es una suave perl-
diente por la cual se deslizauno fá-
cilmente. Lavirtud es subir cuesta
arrib a,gimiendo y llorando.
Quienes saben pensar en el premio
eterno y terrenal que les es peYd, si
se esfuerzan por ser mej ores y no
se contentan con buscar sus goces
en los seres materiales de esta tie-
rra, lograrán llegar a la cumbre de
la santidad.
29. Una infelicidad humana, El
gran orador Is ócrates que vivió 450
años antes de Cristo afirmaba: "Una
de las peores infelicidades del ser
humano conslste en que a peser de
que ha logrado domesticar hasta
las Íieras, a veces no es capaz de
dominqrsus posiones'i
Si cada cual lograra podar su huer-
to interior y quitarle las mal ezás,
qué gran cosecha de perfección
lo graría conseguir! Pero esta obra
requiere mucho tiempo. No bas-
ta con haber empezado a ser vir-
tuoso. Es necesario pe severar en
tratar de lograrlo y continuar con
energía a mesar de los frecuentes
fracasos. Si no se hace así, vivire-
mos hablando de reformar a los
demás, pero no nos reformaremos
a nosotros mismos, Lo cual es un
dañoso error.
aer y levantarse. El con-
Em érico Pogas exclamaba:
"La chispa del amor divino que lle-
gó hasta mí me impulsaba a luchxr
contra mis pecados, Pero mi gozo
dureba poco tiempo, Porque cuan-
do reía que ya no había Peligro
ba ceder un poco y me venía hacia
abaj o, Esto su cedía muchas mas
veces de lo que hubiera podido imct-
ginar y yo me desesperaba Por mi
áebilidad, pero me consolaba Ia mi-
sericordia inmensa del Corazón de
Cristo que busca siempre a Ia ovei a
30. perdida y recibe a los hij os pródigos
que quieren recobrar la amistad
con el Padre Dios'!
Lucha contínua. Eva Lava-
liere, la actriz converti da, escribi ó:
"Cada día lucho por perfeccionar-
ffie, a pesar de mis miserias pasa-
das y presentes. Para ningúñ ser
humano fue fácil conseguirla per-
fección. Siempre hay en nosotros
malas hierbás, inclinaciones torci-
das; si no las ata camos con actos de
virtud y de mortifi caci ón, crecen y
sofocan nuestra santidad. Cada pe-
cado contra una virtud la está des-
trozando, El vendaval del pecado
acaba con las flores de las virtudes.
Por eso cada día pido a Dios que
me libre de todo lo que sea un pe-
ligro para mi virtud. Y día por Aia
me repito la pregunta que se hacía
santa Teresa: "Las lámparas de
rni virtud ¿en qué estado se en-
cuentran? ¿Bien encendidas? O se
están ap agand o? Sería una lastima
que ya estén casi ap agadas".
Dominando inclinaciones.
Uno que estudiaba la personalidad
mirando el rostro de las perso-
nas, al observar al famoso filósofo
Sócrates [siglo V antes de Cristo)
afirmó: "Este hombre tiene mucha
inclinaciónalasensuelidadyala
glotonería.", Se indignaron los discí-
pulos, pero Sócrates contestó: "Si, a
e.so.s vicio.s hubiera llegado si no me
hubiera dedicado a los estudios de
filosofía y a tratar de conseguir la
virtud y Ia perfección", (Plutarco),
31. Doble cualidad. Al héroe
ateniense Epaminondas, los anti-
guos lo apreciaban rnucho porque
a un inmenso valor unía una ad-
mirable bondad. Y decían: 'Así es
como se demuestra la perfección
humana: siendo muy valiente para
combatir el mal, pero al mismo
tiempo extremadamente bonda-
doso al obrar el bien"
ENEMIGOS DE LA PERFEC.
CION. Los peores enemigos de
nuestra perfección son nuestros
DEFECTOS, Se llama defecto una
inclinación indebida o torcida. Una
costumbre que va contra la propia
perfecciórl. Los peores y rnás peli-
grosos son los que nos llevan a re-
petir las faltas con más frecuencia,
aquellos de los cuales ya casi no
somos cap aces de no dejarnos ven-
cer. por ej emplo el defecto de vivir
condenando a los demás, el de vi-
vir criticando a otras personás, el
decir palabras indebidas, o de en-
coleri zarse por cualquier cosá, el
de dei arse lievar por la perezd, el
desc,rido en el cumplimiento del
debe[ y las muletillas y mañas que
se nos van pegando en el diario
modo de actuar y de hablar.
Atgo petigroso. Lo grave de
muchos áe los defectos que nos im-
piden llegar a la perfección es que
ios alenos si los vemos y los pro-
pios no los notarnos. La basurita en
bt oi o ajeno la ver os aprimera vis-
ta y de Ia vi ga de nuestros propios
oj os no nos damos cuenta, o como
de cía un santo; "Nos burlamos del
32. granizo que cubre el techo del ve-
cino y no nos damos cuenta de que
nuestro techo tiene el doble de gra-
nizo que el de enfrente. Los santos
se diferencian de nosotros en que
ellos no se dedican afij arse tanto en
los defectos de los demás para cri-
ticarlos, sino en los suyos propios
para corregirlos. Samaniego de cía:
"En une alfurj a al hombro llevo los
vicios, Ios aj enos delante, detrás los
?rt
mlos,
Triste situación, El sabio
Pascal exclamaba con tristeza: "La
debilfdad humana hace que los de-
fectos nos derroten continuamen-
te; solo con una ayuda especial de
Dios podremo.s vencer nuestras ma-
las inclina iones, si no cumplimo.s
lo que aconsej aba San Jerónimo:
"Combatir sin compasión los de-
fectos de nuestra personalidad';
terminaremos siendo unos tristes
derrotados. Recordemos Ia gran
bondad que tiene Dios pare per-
donernos, pero no se nos olvide su
severidad para cobrarno.s también
nuestros descuidos'i
Un impedimento en el ca-
mino. Decía San |uan de la Cruz:
"Ciertos defectos son c mo una te-
Ianquera o un derrumbe que im-
pfden avanzqr en el camino de la
perfección, .Sr no /os quitamos nos
dejarán paralizados en la mitad
del camino que lleva a la santided.
Así por ej emplo, la costumbre de
hablar sin freno a la lengua, o el
dedicarse a afectos sensibles no con-
venientes, o el no darle la debida
33. importancia a la oreción y las prác-
ticas de piedad, etc,"
Respecto a estos defectos hay que
cumplir lo que aconsej aba San
Bernardo: "No considerarlos como
simples manchitas, sino como as-
quero,sa.s llagas que afectan la per-
sonalidad. Ver en ellos unas tram-
pas de los enemigos del alma pare
impedirno.s .subir a la altura de la
perfección'i
cambio de tórmula. una
novicia le de cía a Santa Tere-
sa: "Yo para llegar la perfección
pienso en lo mucho que puedo
ganar, si la logro al canzar". Y la
santa le aconsej ó: "Pero piense
también en Io mucho que puede
perder si por dej arse ve cer por
sus defectos y malas inclinaciones
se queda a mitad de camino en
la santidad. Los defectos son una
tand, una mala maña de la propia
alma, un peso que tira hacia abaj o
a quien desea subir, Si no lucha-
mos día por día en extinguirlos,
crecerán como mala yerba y aho-
garan nuestros mej ores ropósi-
tos de perfección",
34. CapíruLo 5
LA UNICATRISTEZA
VERDADERA ES LA DE
NO SER SANTO
El mayor deseo de Dios, El
gran orador Bossuet de cía: "El ma-
yor deseo de Dios respecto de noso-
tros es que lleguemos a la santidad,
(Ser santos no signiffca no cometer
nunca ningu a falta, eso es ser ino-
cente, tener inoc ncia; ser sznto es
esforzerse lo má posible por agra-
dar a Dios en lo que se hac€, se dice
y se piensa) San Pablo ense abe:
Esta es la voluntad de Dios; nues-
tra santificqció , que lleguemos
o. ser santos" (lTes,4,3),
Dios no desea sino hacer el
bien a sus creaturas, ¿y qué
35. bien nos puede desear a nosotros
que el que lleguemos a ser santos,
o sea totalmente agradables ante
su presencia y que obtengamos la
perfección? Con razón afirmaba el
escritor Leon Bloy: "La única tris-
teza verdadera y total es la de no
ser santos'i Por que si no lo somos
no tendremos contento a nuestro
Creador.
La santidad perfecta, |esu-
cristo tiene la santidad perfecta,
y cuanto mej or lo imitemos a El,
mas santidad tendremos. lesús es
el ideal de santidad, por eso hay
que estudiarlo para tratar de imi-
tarlo, Un trabaj o interesante sería
redactar una carta diciendo a otra
persona por qué fesucristo es el
ideal de santidad, y cuales son las
cualidades que lo hacen más santo.
San Basilio exclamaba: "En el cris-
tianismo el mqs sqnto es el que
mejor imita 0 lesucristo, Y ceda
cual tendrá tanta mas.s0ntidad en
Ia medida en la que reproduzca en
.su propio comportamiento los res-
gos y conductas de Jesús" La frase
que convirtió a Santa Catalina de
Francheville fue esta "Dices que
sigues a fesucristo? Demuéstralo
imltándolo en su modo e obrar".
La respuesta de un santo.
San Francisco de Asís de cía a sus
discípulos:
"Le pedí a Nu estro Señor que me de-
mostrare cuándo sí le soy agrade-
bley cuando no lo soy, pues mi único
deseo es qgredar en todo a Dios, Y El
me respondió: "Me serás agredable
36. sólo cuando pienses, hables y obres
santamente'! Así es que hermanos,
vayan diciéndome porfavor cuando
es que no obro o no hablo debida-
mente",
EI ideal de santidad. Iesús
decía: "sean perfectos y santos
como mi Padre Celestial es per-
fecto y santo" (Mat, 5,48). Lo que
pide Nuestro Señor no es que se a-
mos iguales aDios en santidad, que
eso es irnposible, sino que seamos
parecidos aÉt en cuanto aperfec-
ción.
Y San Lucas nos explica en qué es
que debemos tener mas parecido
a nuestro Padre Celestial: en la mi-
sericordia con todos: "sean cortr-
pasivos rnisericordiosos con los
demás como lo es el Padre del
cielo" (Luc, 6,36), Esa es la cuali-
dad que debemos copiar de Dios
Padre.
Según San |uan "Dios es amol Dios
es caridad", Imitémoslo teniendo
caridad y misericordia para con
todos, ya que no lo podemos imi-
tar en su p rezl, ni en su poder ni
en su majestad. El ideal más alto y
más perfecto que alguien pueda te-
ner lo dio |esús al decirnos: "Sean
perfectos como lo es mi Padre Celes-
tial':
¿Qué es ser santo? San Ber-
nardo dice i "Querer ser santo es
proponerse agradar a Dios, hacer
el mayor bien posible al prój imo y
dominarse a sí mismo", Esta es una
obra de toda la vida. Con un solo
37. Teresa: 'A nuestra alma le .su cede
como al aire: a primera ylsta apa-
rece puro, pero apenas le llega un
rayo de sol nos damo.s cuenta de que
allí hay muchísimas moticas y polvi-
IIos". Puede ser que los demás nos
crean buenas personas y hasta di-
gan que lo somos, pero cuando nos
llega un rayo de luz divina vemos
nuestras imperfecciones. |esús nos
puede repetir lo que le contó a Na-
tanael: "Cuando estabas allá en
esa soledad, yo te vi, yo te estaba
viendo" Un. L,49),
Y este |esús que ha visto y escu-
chado todo, todo en nuestra vida,
cualquiera otra cosa dirá quizás,
menos que somos buenos y sarr-
tos. Y lo que somos ante Dios, eso
es lo que verdaderamente somos.
Por eso que eS tan Sumamente im-
portante pedir aNuestro Señor día
por día que nos perdone nuestras
faltáS, que nos diga como al para-
lítico del evangelioi "Tus pecados
quedan perdonados (Lt)c, 5,20),
Convenzámonos de que Dios pre-
fiere muchísimo mas a los santos
que a los sabios, y a quienes se
arrepienten y piden perdón que a
quienes viven en paz con sus peca-
dos y defectos,
38. hacer que llegue aser una persona
de carácter, Quien está empézando a
recorrer Ios caminos de Iá santidad
tiene qué combatir fuertemente los
siete pe cados capitales: orgullo, en-
vidia, avaricia, ira, imp reza, guta, y
Pereza, Y ParQ logrnr vencerlrr debe
Pedir mucho el auxilio de Dios (San
Juan de la Cruz),
inmensamente lej os de mi ideal,
pero "poco a poco se lle ga lej os".
2o. Recordar lo mucho que gano
si llego a la santidad: Dios ben-
decirá mis obras, y además tendré
paz, tranquilidad y alegría en esta
vida, y premio eterno en el cielo.
3e, Emplear el gran remedio para
obtener la santidad: rezar, rezar
rnucho, rezar siempre, rezar con
el mayor fervor posible. Visitar al
Santísimo Sacramento y encomen-
darme ala Virgen M aría.
4e. Sacar provecho de mis defec-
tos pa rahumillarrne, y p araconfiar
más en la misericordia y el poder
de Dios que tanto necesito a causa
de mi debilidad y de mis malas in-
clinaciones.
5e. Consultar a Dios: en la San-
ta Biblia, en libros religiosos, en
39. sermones que escucho y en con-
VerS aciones Con Sacerdotes muy
espirituales.
6o. Desconfiar de mi mismo, por-
que soy una colección de defectos
y miseriás, y en cambio poner toda
mi confianza en Dios, que tiene
poder y bondad para concederme
mucho mas de lo que me atrevo a
pedir o a desear.
7o. como penitencia cumplir lo
mas exactamente mis deberes de
cada dí? y tener gran dulzura y
amabilidad con todos aun con Ios
mas inoportunos. Y tratar de ayu-
dar a otros aser santos.
EL CÓDIGO DE LA SANTI.
DAD. Se llama Código un conj unto
de leyes. Iesucristo en el sermón
de la Montaña promul gó el Código
para llegar a la santidad, Estas son
sus normas para conseguir ser sarl-
tos: Dichosos los que son pobres
en el espíritu, no ap egándose a los
bienes materiales ni deseándolos
exageradamente.
Dichosos los mansos, los que ante
la presencia del mal y de la contra-
riedad no se dej an vencer por la
tristeza y el disgusto. Dichosos los
puros de corazón, porque ellos ve-
rán a Dios; dichosos los misericor-
diosos, los que buscan la paz, los
que lloran sus pe cados y se compa-
decen del que sufre, Los que aman
a Dios con todo el corazóny al pró-
jimo como a sí rnismos, Los que
perdonan a quienes les ofenden y
no obran por ser vistos y felicita-
dos, sino por Dios que todo lo Ve,
40. y todo lo bueno lo
¿Qué tal estaremos
pliendo este Código
recompensá,,.
nosotros cum-
de santidad?
Un gerente efectivo. La san-
tidád, la perfección se fabri ca día a
día, con perseverancia y suplican-
do a Dios que le agrade nuestra
conducta. Cuando a una empresa
llega un gerente de gran iniciativa
y muy activo, la empresa progre-
sa. En la empresa de la santidad es
necesario que elij amos como,ge-
rente a Dios, y le dej emos a El la
iniciativa. Si confiamos en su ayuda
y obedecernos sus inspiraciones,
progresaremos a oj os vistas.
Los remedios de los santos.
Al leer la vida de
vamos que cada
los santos obser-
santo o santa se
esfo rzó por practicar su santidad
de un móao alegre y simpático y no
triste o antipático, Querían cumplir
el mandato de Ia Santa Biblia que
dice:"Sirvan al Señor con alegría"
(salmo 100) y para ello empleaban
unos remedios muy prácticos:
le, Mucha oración, 2e, Recibir /os
sa cramentos, especialmente Ia Eu-
caris tía y Ia Confesión, 3e, Escuchar
mucha fialabra de Dios, 4e' Mortifi-
carse, Se, Huir de los pegros y oce-
sío nes de pecar, 6e, Buscar un guía
espiritual Te. Dedicarse a obras de
apos tolado y de caridad, B^, Tener
una gran devoción a l?tús .sa cra-
menlado y a María Santísima.
Se democratizí la santi-
dad. Un campesino al oír decir aun
predicador que en nuestro tiemPo
41. hay santos muy especiales, como
por ej emplo San Chofer de bus, San
padre de familia, San vendedor de
almacén etc., eXclamó emocionado:
"Qué bueno ahora sí se democrati-
zó Ia santidad". Y así es en verdad.
Porque Ia Iglesia tiene Ia más sim-
pática colección de Santos de las
más diversas profesiones.
como Santa Eduvigis que se hizo
mingo Savio que IIegó ala santidad
cuando estaba en grado octavo de
bachillerato, o Santa Laura Vicuña
que ya en quinto de primaria fue
santa. Santa Siruienta o Cocinerá,
Santa ZITA, cuyo oficio toda la vida
fue cocina[ lavar y barrel y así se
ganó la gloria eterna. San militarl
como San |orge. San empleado
de Gobierno, como Santo Tomas
Moro, que fue Ministro. San enfer-
mero: como San Roque y San Ca-
milo y San |uan de Dios, Santa en-
ferma, como Santa Liduvina que
con sus 38 años de estar tullida en
una caffi?, lo gró convertir pecado-
res con sus sufrimientos y se consi-
guió una corona para la eternidad.
San Carpintero, como San |osé
que fabri cando puertas y ventanas
y arreglando mesas y taburetes
(ayudado por Jesús y María), pasó
de su taller al cielo.
42. Y después de esto, ¿habrá quién se
atreva adecir que en una profesión
sana y normáI, aunque sea humil-
de y poco apreciada, no se puede
llegar ala santidad?
Puede ir uno ya muy alto y
caer muy bai o, Cuenta Menendez
y Pelayo que en e siglo L6 hubo un
caso muy escandaloso, Fray Ochi-
ro, dos veces superior g neral de
los capuchinos, que andaba siem-
pre descalzo, viviendo de limosrá,
durmiendo al aire libre, y cuyos
sermones según el parecer del em-
perador Carlos Quinto, "conmovían
hasta a las mismas piedras", des-
pués de un gran sermón cometió la
imprudencia de irse a charlar con
el herej e Váldés, y este le enseñó el
terrible error de los protestantes:
Que las buenas obras no son nece-
sarias para la salvación, y Ochino
rene gó de su religión católica y se
volvió protestante y murió exco-
mulgado. ES que basaba su san-
tidad solo en hechos exteriores,
Aquí conviene recordar que con un
solo desliz podemos echar abai o
todas las conquistas espirituales.
Y no olvidar lo que recomendaba
San Pablo: "Obre cada uno su pro-
piq sqntidad con temor y temblor,
Y el que Se imqgina estar muy se-
guro tenga mucho cuidado no ser
que cqiga muy profundo (1 Cor,
10, 12),
Encuesta entristecedora.
A finales del siglo 20 se hizo una
encuesta entre muchos creyentes,
y la pregunta era esta: " ¿A qué
43. clase de santidad aspira allegar
Ud,? Muchos respondieron que ja-
más han aspirado a ser santos [Se
les olvidaba el antiguo refrán que
dice i "hay que aspirar a ser Papá,
para lograr lle gar a ser sacristán).
Otros dij eron que su aspiración era
obtener una santidad que los hicie-
ra aparecer bien ante los demás.
Muchos respondieron que la clase
de santidad que buscaban era una
que les evitara tener problemas
con los otros, Poquísimas fueron
las personas que afirmaron desear
conseguir una santidad que los lle-
vara atener muy contento a Dios y
a hacer el mayor bien posible a los
demás.Qué lástima.
44. CapiruLo 6
Lapalabra SUERTE se
seis letras que pueden
compone de
significar:
.
:- - _ r:
-'(.-t"
)' '-t,'
ASPIRARA LO MEIOR
llante escritor católico publicó en
un diario de la capital el siguiente
articulo acerca de la Buena Suer-
te "Un gran entrenador de fútbol
les decía a sus jugadores: " ¿No les
parece curioso que cuando entre-
namos mas y jugamos con mas erl-
tusiasmo, tenemos mej or suerte?".
Esta an écdota sirve para callar a
quienes andan diciendo que los
éxitos de los demás se deben so-
lamente a que tienen "muy buena
suerte".
45. S: Sacrificio, esfu erzo, entre ga,
disciplina. Es renunciar a unos go-
ces para conseguir unos triunfos,
Pregunten a algún triunfador si
no tuvo que sacrificar tiempo, pla-
ceres y vida fácil, para lograr salir
vencedon Quién no esté dispues-
to a sacrificar nada, ¿cómo puede
pretender resultar triunfado r?
U: Unión. El individualista que solo
piensa en sí mismo y no ayuda ni
se hace ayudac no logra llegar muy
alto, Sin entrenadoc sin prepara-
dor; sin apoyo, no se consiguen co-
ronas de victorias.
E. Entusiasmo: Nada importante
se ha hecho en el mundo sin en-
tusiasmo. Aprender de los erro-
res. Crecerse en los fracasos, Ver
en cada derrota o calamidad una
nueva oportunidad para empezaY
otra vez con nuevo entusiasmo,
confiando en la ayuda de Dios
R: Responsabitidad: tomar en
serio los deberes de cada día y de
Cada momento, Como quien Va a
dar cuentas a Dios, Divino |uez,y a
las gentes que le rodearl ,
T: Trabai o: Amar el propio tra-
baj o. Buscar mei orar cada dÍa su
modo de actuar hasta llegar ala ex-
celenci a. Los grandes triunfadores
han trabaj ado más de doce horas
di arias en su profesión, y con gran
dedicación.
E: Ética: o sea buena moralidad.
Por caminos falsos y por atai os no
se lle ga ala perfección ni aun éxito
duradero, Por eso quien se alei a de
46. la moralidad y del cumplimiento
de las leyes de Dios, por más que
al principio parezca obtener éxitos
resonantes, termina tristemente.
Con malos comportamientos no
se consiguen bendiciones de Dios.
Repasemos estos seis componerl-
tes de la SUERTE, y a cumplirlos,
Un alto ideal. San Bernardo
de cía que la persona más perfecta
es la que m s se acerca al ideal que
Dios se propuso al crearle. Y que
todos los días debemos aspirar lle-
gar aese ideal. Este es un favor que
deberíamos pedir muchas veces a
Nuestro Señor: Llegar aser Io que
Ét desea que seamos. Responsa-
bilidad muy importante nuestra es
trabajar po conseguir tan maravi-
lloso ideal.
Subida dificultosa. Tratar
de ser lo mej or que podemos ser; es
entrar por una puerta muy angos-
ta", y subir por un carnino estrecho
y pedregoso. Empinada es la cues-
ta. Por el camino salen las humilla-
ciones, los desalientos y los deseos
de desistir de la fatigosa subida.
Pero es un esfuerzo que nos tra erá
mucha gloria. Dios nos dio la barca
y los remos pero el mar de la vida
nos presenta olas y ventarrones
contrarios. Es necesario no dej ar
un solo día de remar y de fatigar-
se. El llegar a la perfección exige
frenar las pasiones, adquirir cos-
tumbres santas, y olvidar el oficio
de pecar que tenemos muy bien
aprendido; pero como premio
tendremos el de ser semej antes a
47. Dios, y reinar con
en el cielo.
para srempre
COND ICIONES NECESARIAS :
Los especialistas dicen que para
obtener la perfección y la santidad
se necesita cumplir estas cuatro
condiciones:
a) Desearla mucho, Cuando el rey
Filipo vio la maqueta de la ciudad
de Atenas sintió tales deseos de
poseerla que exclam ó: "0 con el di-
nero o con las armas la tomaré", Y
no descansó hasta que la tom ó. Si
apreciamos la santidad la deseare-
mos,ysi la deseamos intensamente
iremos haciendo lo más posible por
obtenerla. Pero no bastan los "qui-
si era", son necesarios los "si quie-
ro" haré lo posible por conseguirlo,
La hermana de Santo Tomas de
Aquino le preguntó " ¿Qué es lo
primero que se necesita para ser
santo?" y él le respondió: "Querer
serlo".
b) Pedirla a Dios. El Corazón de
|esús le dij o a Santa M argarita: El
990/o de tu santidad es obra mía.
El resto es esfu erzo tuyo". Y San-
ta Angela repetía a sus discípulas:
"recuerden que con los propios es-
fuerzos no conseguimo sino el uno
por ciento de nuestra sentidad, Con-
fiemo.s el resto al poder y o la mise-
ricordia de Nu estro Señor". Y San
|uan Bosco exclamaba: "Hagemos
todo lo que podamos y dej emo.s a
Dios Io que no podamos conseguir
por nuestra cuenta,"
48. c) Darle importancia a las cosas
pequeñas. La santidad y la per-
fección se componen de una gran
cantidad de pequeñas acciones
de las cuales cada una parece que
no tiene mucha importancia, pero
unidas forman un tesoro inmenso
para el cielo. El cumplimiento de
los propios deberes en cada mo-
mento y todo por amor a Dios, eso
sí que lleva ala santidad.
d) Examinarse frecuentemente
la conciencia. Quien no se toma
cuentas con frecuencia acerca de
si está progresando en santidad,
o está retrocediendo, se irá dur-
miendo en la mitad de su viaj e ha-
cia la perfección. Existen personas
que hoy son tan defectuosas como
hace 4A años, y quizás más, porque
nunca se tomaron cuentas en serio
acerca de si estaban progresando
en santidad o si se estaban quedan-
do sin crecet; como las mornias.
UN AVISO A TIEMPO, San
Francisco de Asís, quien por las he-
ridas de Cristo que llevaba en sus
pies, no lograba viajar largos tre-
chos a pié, le pidió a un campesino
que le prestara un burro. El aldeano
le preguntó: " ¿Ud. es Fray Francis-
co de qryen todos dicen que es un
santo? -El le respondió Fray Fran-
cisco sí soy. Pero santo no soy. -Y el
sencillo hombre le dij o: "Pues es-
fuércese por ser tan bueno como
la gente cree que es". -Francisco se
retiró meditando ese aviso que Dios
le enviaba por medio un hornbreci-
to del pueblo: hay que esforzarse
49. por ser tan bueno y santo como la
gente que cree que uno es". Y en
verdad que sí logró cumplirlo y lle-
go aser un santo admirable.
UN CAMINO DIRECTO. EI
Padre Marcelo, confesor de sarl-
ta Margarita de Hungría, le pedía
mucho a Dios que le iluminara un
camino para que las almas lleguen
a la santidad, y una noche oyó una
voz que le de cía: "abra y lee"; se
levantó y abrió el primer libro que
encontró y allí leyó lo siguiente:
"Quien desea llegar a la santidad
tiene que seguir este camino: amar
mucho a Dios y al prój imo. Humi-
llarse a sí mismo. No despreciar
a nadie, y aceptar con paciencia y
alegríatodo Io que le suce da". Prac-
ticó esto y triunfó.
Una falsa excusa. Muchos
decimos que no tenemos "madera
de santo" y nos echamos a la cune-
ta mientras otros siguen subiendo
por la víade la perfección y los que
salen ganando son los enemigos de
nuestra salvación,
¿Qué mas pueden querer ellos sino
que nos contentemos con ser uno
de tantos, sin aspiraciones ala san-
tidad y perfección? y es que se nos
olvida que para darle a un águila
hay que apuntarle a la lurá, y que
si solamente le apuntamos al águi-
la tenemos el peligro de darle sola-
mente ala vaca del potrero.
Nadie llega ala santidad si no tiene
fuerte deseo y firme esperanza de
conseguirla.
50. tAS EALLAS DE tOS SAN.
TOS, San Alfonso decía que las vi-
das de los santos serían el doble de
largas si se contaran también sus
defectos.
Y puede ser que hasta resultaran
más provechosas. San Francisco
de Sales afirmab a: "no hace daño a
los santos el contar.sus defectos, Lo
que si nos hace daño a nosotros es
el no imitarlos en la lucha que ellos
tuvieron por tratar de corregirse de
.sus imperfe ciones y malas inclina-
ciones,"
. LETAruÍN DE DEFECTOS. LOS
L2 apóstoles tenían sus envidias y
celos. Los hij os de Zebedeo Santi a-
go y San |uan eran exagerados en
pedir castigos para los que no los
atendían bien. San Pedro por mie-
do a disgustar a los judíos era algo
floj o en aceptarles ciertas exigerr-
ci?s, y San Pablo tuvo que corregir-
lo en público pero quizás lo corri-
gió con mal genio y aspereza.
Y San Pablo y San Bernabé, cornpa-
ñeros de apostolado, tuvieron que
separarse porque ninguno quiso
ceder ante la opinión del otro. Sabi-
do es de todo el mundo el mal genio
ferozde San ferónimo: no se le daba
nada llamar "rnonstruos" a los que
pensaban distinto de é1. San Agustín
confiesa ingenuamente que hasta
la vej ez lo persiguieron los malos
pensamientos y los malos sueños,
Santa Teresa era vanidosa: se creía
bonitaygozaba,con eso, y aun yade
religiosa. San Ignacio era colérico y
51. dominante, San Pedro Claver era
demasiado callado, retraído, poco
apto para el trato social y no iba al
recreo de la comunidad. San fuan de
LaCruztenía sus rarezas, San Felipe
Neri por alegrar lavida de los demás
de cía aveces verdaderas tonterías y
aun en presencia de señores muy
respetables,
San Roberto Belarmino y el Carde-
nal Toledo, siendo ambos de la mis-
ma comunidad se tenían sus piques
y sus antipatías. San Carlos Borro-
meo a veces era demasiado rígido
y exigente y al sumo Pontífice le to-
caba arreglarle varios líos, San Pío
Décimo siendo ya obispo, un día
en pleno terrible dolor de muelas
le dio una bofetada a su hermana
porque le dij o que eso o era nada
y que no fuera quej ista. Santa Tere-
sita del Niño |esús se quedaba dor-
mida después de comulgar y cuan-
do veíaacierta monj a se le revolvía
el estomago de pura antipatía. ASI
QUE NO TENEMOS EXCUSAS PARA
NO QUERER SER SANTOS.
Los mismos defectos que tenemos
nosotros los tuvieron los santos, y
quizás peores. No nos queda sino
repetir lo que de cía San Agustín:
.S/ ESTOS Y ESTAS CON TAAITOS DE-
FECTOS PUDIERON LLEGAR A LA
SA¡I/TIDAD, ¿P7R QUE N0 VOY A
LOGRAR YO TAIILBIEN CONSEGUIR-
LA? Si Dios está con nosotros, ¿quién
podrá contra nosotros?
DIVERSAS FORMAS DE SAN-
TIDAD. Existe la santidad
chos extraordinario, por
52. la de Santa Teresa de Ávila, Ia cual
tenía continuos éxtasis aun en Ia
cocina con Ia cacerola en la mano
Y le lle gaban impresionantes apa-
riciones de |esús y ve ía a Nuestro
Señor en Ia hostia y a otros seres
celestiales mas,
En cambio existe tarnbién LA SAN-
TIDAD SIN NADA EXTRAORDINA.
RIO, como la de Santa Teresita del
Niño fesús, Ia cual no tuvo ni un
solo éxtasis y no ob ró ni un solo
rnilagro en vida [después de muer-
ta sí se ha desquitado llenando el
mundo de milagros en favor de
los que se Ie encomiendan con fe).
Santa Teresita no tuvo ni una soia
aparición celestial del SeñoC ni Ie ía
el futuro como tantos otros santos.
Lo que sí anunció fue que después
de muerta todos la iban a
y que su Autobiografía iba
un gran bien.
querer
a hacer
Probablemente nosotros no vamos
a tener una santidad impresionan-
te como la de Santa Teresa de Avila
pero si podremos tener una santi-
dad sencillita, sin nada de extraor-
dinario como la de Santa Teresit?,
la cual se santificó cumpliendo sus
deberes de cada día y de cada mo-
mento con un gran amor a Dios y
al prój imo.
Detalles que componen la
perfección. El alma que aspira a la
perfección debe tener un serio pro-
pósito de evitar todo pe cado venial;
tiene que convencerse que nadie
puede evitar todos los defectos y
53. y^gilidades sin una ayuda especi a-
Iísima de Dios, de Ia que solamente
gozaron el alma de Ciisto y el alma
de M aríaSantísima,
Otro detalle de quien aspi ra a Ia
santidad es un esfu erzo constante
Por evitar cuanto más rueda Ias
distracciones voluntarias en Ia ora-
ción. No las acepta como si fueran
una fatalidad común a toda alma
Piadosa sl_no que se esfu erza por
alejarlas. Para ello evita rá charlas
mundanas que tanto distraer, bus-
cará un arnbiente recogido' iaraorar y Pedirá al Espírid Sarfo el
don de Ia piedad. ^
Defectos que se oponen a
Ia Perfección, auien tienb tempe-
ramento melan cólico debe estar
muy alerta para evitar vivir criti-
cando, murmurando o renegando
o quej ándose de lo que sucede.
Debe huir de la oculta desaproba-
ción que tiende a sentir hacia lo
que hacen los demás y evitar como
un mal muy dañoso toda aspereza
en su trato.
No hay que irritarse o desanimarse
por estar llenos de defectos, por-
que eso puede ser soberbia y orgrr-
llo. H ay que convencerse más bien
que las ayudas que Dios nos quiere
dar son más grandes que nuestras
debilidades, y que su bondad no
nos aband n?rá si acudimos con
confianza a El. Tampoco hay qué
resignarse a seguir dej ándonos do-
minar por las debilidades que te-
nemos, sino más bien humillarnos,
54. reconocer que sin la ayuda de Dios
nada lograremos, pero que con su
colaboración todo lo podemos, y
seguir adelante en la lucha,
Provechosa invitación. El
apóstol San Pablo dice: "Vivan
como quienes quieren ser santos A
esto es que estamos llamados e in-
vitados, a ser santos", Y en el Conci-
lio Vaticano, todos los obispos del
mundo reunidos en Roma en L965
enviaron este mensaj e a los católi-
cos: "Todos los cristianos estamos
invitados a tratar de ser santos.
Este el más grande deseo de Dios'1
§
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§+
1§F*
PAna sabefr técnicúf,S que el1S€:
frgn, ü, qonse gutr la, Perfecciótt'
conaiette: lser el librito
55. Capírulo 7
UNA CUALIDAD SIN LA CUAL
NO SE LLEGAA II PERFECCIÓN
tA PIEDAD
¿Que es la piedad? El sabio
Santo Tomas de Aquino dice: "pie-
dad es una generosa disposición
del alma a amar a Dios como a su
padre, y acumplir sus mandamien-
tos por agradarle".
San Francisco de Sales afirma:
"Piedad es una inclinación a cum-
plir con exactitud y afecto todo lo
que Dios quiere de nosotros"
Algo que se nota. El teólogo
Llorente de cía: "piedad es la es-
timación, el aprecio, el cariño y eI
56. gusto por todo lo que se refiere a
Dios. Con la piedad sucede como
cuando en el interior de una habi-
tación se enciende fuego: por más
que se esfuercen por tapar todas
las rendij as, desde afuera se ve
Ia luz y se nota salir el humo. La
persona piadosa se conoce en sus
palabras, en el obrar y en su com-
portamiento. Le sucede como a
Moisés cuando baj ó del monte Si-
naí después de haber hablado con
Dios: despide un destello de sobre-
naturalidad,
Distintas clases de piedad.
Los romanos llamaban piedad
filial al cariño, respeto y venera-
ción que los hij os sienten por sus
padres, Piedad ciudadana, el res-
peto, obediencia y fidelidad de los
ciudadanos por su patna y por sus
otros llamamos
al afecto, respe-
riño y deseo de
obedecerle, que sentimos hacia
nuestro Padre Dios, y su Hiio ]esu-
cristo y el Espíritu Santo.
Una cualidad y un Peligro.
ablo dice: "Iq, piedad es útil
paro. todo y tiene promesas de pre-
mios para esta vida y la eterna, La
grmrasia y el ej ercicio [íti._co
vig?ri-
zan el cuérpo, y It piedad fortalece
eI alma" (lTimt,4,B)'
pero el hermoso libro Imitación
de Cristo advierte: " Cuidado: que
el enemigo antiguo quiere hacer
todo lo pósible por apartarnos de
las practicas de piedad, como por
57. ej emplo hacer lecturas piados?s,
visitar el templo, recibir sacramerl-
tos, arrepentirse de los pe cados,
proponerse enrnendarse de sus de-
fectos, pensar en la pasión y muer,
te de fesucristo y rezar a la Virgen
y a los santos (lm, 3,6) Quien va
abandonando las practicas de pie-
dad se vaenfriando poquito apoco
en el amor hacia Dios.
EI conseio de un Pontífice.
Los superiores mayores de las más
grandes comunidades religiosas
del mundo visitaron un díaal muy
sabio Pontífice Pío XII y le pidieron
que les enviara tres consej os a to-
dos los religiosos de sus congrega-
ciones. El santo Padre les dij o: "Mis
tres consejo.s son estos: piedad, pie-
dad, piedad':
Sencilla pero sabia res-
puesta. A una santa le pregunta-
ron: ¿Por qué en las cárceles hay
mas hombres que muj eres? Y ella
respondi ó: "Porque en los templos
hay mas muj eres que hombres.
Quienes se acercan rnás a Dios se
alej an más de la maldad.
Lo que decía un Cardenal.
El muy popular Cardenal Bertrani
explicaba por qué una sencilla pa-
labrita del sencillo San Clemente
Hofauer convertía mas pe cadores
que las palabras de los grandes sa-
bios y por qué un sencillito sermón
del santo pero rnuy poco instruido
Cura de Ars producía mas efectos
en las almas que los grandes dis-
cursos de los mas sabios predica-
dores: es que eran palabras que
58. provenían de corazones enamora-
dos de Dios. Estos hombres tenían
una gran pied?d, o sea un verda-
dero amor de hij os buenos hacia
el rnás amable de los padres, que
es Nuestro SeñoC y por eso todo
lo que enseñaban tenía un enorme
efecto en los oyentes, Porque apro-
vecha rnas una palabra de uno que
ama mucho a Dios, que cien pala-
bras de los que no lo aman tanto".
Definición práctica. San
|uan Bosco repetía: la verdadera
piedad consiste en cumplir cada
día y con esmero nuestros propios
deberes por amor a Dios; se gana
más haciendo pequeñas obras por
amor a Dios que dedi cándose a
obras muy brillantes pero por or-
gullo o sin amor a Nuestro Señor:
El retrato de un hombre
piadoso. En el libro de Los Hechos
de los Apóstoles, San Lucas descri-
be como era el Capitán Cornelio, el
primer militar que se hizo cristiano
tatólico, y sobre el cual descendió
de manera visible el Espíritu Santo.
DiCe así: "Era un hombre muY reli-
gioso que junto con su familia tenía
temor de ofender a Dios y siernpre
oraba mientras trabai aba.
por eso del cielo descendió un ángel
a decirle: "TttS oraciones Y tus bue-
nas obras hansu bido ante Ia presen-
cia de Díos a pedirle que te bendiga".
Enseguida el ángel fue a donde el
apósiol San pedro y le ordenó que
füera a bau tizar a Cornelio y atoda
su familia, (Hechos CaP' 10) Era un
premio del cielo a la piedad de un
59. hombre y de su farnilia. Oj aláde r1o-
sott§ se pudiera decir algo pareci-
do: "Tienen temor de Diol i siem-
pre oran mientras laboran".
un acto de justici a. santo
Tomas dice que la piedad pertenece
ala virtud de Ia iusticia, pórque ella
es la virtud por medio ¿^. Ia cual le
damos aDios el cariño que en justi-
cia Ie debemos, Es una cualidad por
la cual Ie manifestamos a Dioi el
afecto de hii os que sentirnos hacia
Ét Y Ie ofrecemos nuestro trab ajo,y
oraciones, los sufrimientos que nos
llegan y los esfu erzos que hacemos
para agradarle y no ofenderle.
Las tres formas con las cuales de-
mostramos a Dios nuestra piedad
son: Ofrecer por amor aÉt nuestras
oraciones; sufrir por su amor los
sacrificios que padecemos y hacer
bien en su honor los oficios que
realizamos.
Diferencia dolorosa. Corn-
parando el AMEN que responden en
el templo las personas no muy pia-
dos s ni feworosas, con el estruerl-
doso OLE que gritan los que asisten
a una tarde de toros, o con el GOOL
que vociferan en el Estadio los afie-
brados por el fútbol, s siente cierta
tristeza. San ferónimo dice que el
AMÉN de los prirneros cristianos
era un grlto tan clamoroso, que
la gente que pasaba por la calle se
detenía a averiguar qué era esa ex-
clarn ación tan es repitosa, Si tuvié-
ramos un poco más de piedad y de
enamor miento acia Dios, quizás
60. nuestras aclamaciones en el templo
serían mucho más entusiastas.
curiosa cornparación. un
santo de cía que Ias personas no
Piadosas son corno esos bellos
bueyes suizos: todo el día ocupa-
dos Pastando o rumiando, pero sin
elevar su mente a Dios. Qub pérdi-
da tan lastimosa!
La frase que impresionó a
un universitario. Cuando el futu-
ro famoso cardenal Schuster era
un simPle universitario un día oyó
a un santo sacerdote, el beato Pia-
cido, decir en Su Sermón: "El santo
se diferencia de los demás creyentes
en que toma muy en serio los debe-
res y ob!.igaciones que tiene para
con Dios",
Schuster se puso a meditar en estas
palabras y se irnpresionó tan pro-
fundamente que entró de religioso
benedictino y lle gó a ser superior
del monasterio de los benedictinos
en Roma, y su piedad era tan no-
table que el Papa Pío XI dij o de él:
"Este es el mej or hombre que tiene
Roma actualmente".
Después fue nombrado Cardenal
de Milán y allí en la guerra mundial
hizo prodigios de heroísmo salvarl-
do vidas y libró de Ia muerte a mi-
les de judíos.
Hasta en el momento de la muer-
te todavía recordaba a sus amigos
para que nunca la olvid aran, la
frase que a él lo convirti ó: "La di-
ferencia entre el santo y los demás
creyentes, es que el santo toma
61. muy en serio los deberes que tiene
para con Dios",
Dos ej ernplos: La gente pi a-
dosa tiene una gran generosidad
para todo lo que es de Dios, San
fuan Bosco practicaba una austera
pob{.za en el vestic en el comer y
en abstenerse de toda clase de lu-
jos y comodidades. Pero cuando
se trataba del templo y del culto a
Dios, entonces si quería que todo
fuera lo más hermoso y elegante
posible, Cuando construyó efsan-
tuario a María Auxiliadora en Tu-
rír1, aunque estaba muy escaso de
dinero, se esforzó por conseguir
un órgano musical que fuera gran-
dioso y muy sonoro.
EI Santo Cura de Ars San fuan
Vianeyvestía Io más sencillamente
posible y su comida y sus muebles
eran los más pobres del vecindario,
pero cuando se trataba de comprar
ornamentos o adornos para el altar
quería que fueran lo mas elegante y
hermoso que se pudiera conseguir.
Los comerciantes que vendían en
los almacenes religiosos de la ca-
pital exclamaban: "Este curita viste
mas pobremente que todos los de-
más, pero cuando compra algo para
el templo no se contenta sino con lo
más hermoso y luj oso que encuerl-
tra". Para el Señor Io mej ot; es el
lema de la gente que tiene auténti-
ca piedad.
La verdadera piedad con-
mueve. San Francisco de Sales
hacía tan piadosamente la genu-
flexión o el doblar la rodiiltante
62. el altar del SantÍsimo Sacramento
que un día un protestante que se
había quedado escondido entre un
confesionario en una iglesia solita-
ria paraver de qué manera ha cía el
santo obispo su genuflexión cuall-
do nadie lo estaba mirando, se con-
virtió al catolicismo y de cía: "Si este
Doctor que es tan sabio dobla con
tanta reverenciq su rodilla ente el
altar del Sacramento sin que nadie
lo esté viendo, ello es señal de que él
está totalmente seguro de que en la
Hostia si está realmente Jesucristo
Nuestro Señor",
San Marcelino Champagnat hizo
tan grande
cruz al em-
un hombre
San Rnancisco, de Sa,I€s:
ensert,q €,,1 a'rte, de l'legar ü l,a
aer.dade:ra Piedad elt sút':
63. Capirulo B
CORTESIA CON DIOS
La barca del vieio descreí-
do, Un viej o intelectual que no te-
nía piedad ni devocióIt, subió un
día a una balsa para atravesar un
río, y vio que los dos rernos que
empleaba el barquero tenían cada
uno un nombre. El uno decía"Tra-
bai o" y el otro "piedad'. -Bue[o,
bueno -exclamó el descreído: "tra-
bai o" sí, Pero "piedad" ¿para qu é?
El barquero no dij o nada, pero dej ó
el remo que se llamaba "piedad" re-
costado sobre la barca,y ernpezó a
remar únicamente con el que de cía
"trabai o'1 Y la balsa giraba sobre si
y no adelantaba nada. El viajero le
llamó la atención: -"Hombre! tiene
64. que emplear también el otro rerno,
y si ro, no vamos alograr atravesar
el río" Ah, es que Ud,, dij o que bas-
taba solamente con el del "traba-
io", y entonces dej é a un lado el de
"lapiedad". El viej o entendió lo que
le había querido decir el humilde
remador. Es que con solo trab ajo, y
sin piedad nos quedaremos estarl-
cados en la mitad del río de la vida,
sin adelantar hacia el verdadero
éxito,
Cortesía con Dios. Existe
un librito muy bonito escrito por
el gran literato Martin Descalzo,
titulado así: "Cortesía con Dios" y
allí se insiste en que Ia persona que
tiene verdadera piedad se esfu erza
por cornportarse en el templo con
enorme dignidad y gran respeto,
::' ... ..
Así pgr ej emplo la genuflexión hay
que hacerla bien hecha, doblan-
do la rodilla derecha hasta tocar
el suelo; la señal de la quz hacer-
la con toda dignidad, llevando la
mano derecha desde la frente has-
ta el pecho, y del hombro rzquier-
do hasta el derecho, mientras se
van pronunciando los tres divinos
nombres: el Padre, el Hij o y el Es-
píritu Santo.
En el templo no se habla sino muy
pasito y con gravísima n cesidad
[pero se canta y, se responde a las
oraciones duro y recio) No estar
abrazadas las parej as mie tras es-
tán en el templo ni reco tarse el
uno contra el otro allí en ese recin-
to santo. El hombre debe estar con
Ia cabeza descubierta, y cada uno
65. tratar de no distraer a los demás
llegando tarde o zapateando duro,
o charlando o rnirando para todas
partes. Desde pequeñitos los niños
deben aprender a no correr por el
templo y las niñas a ir muy modes-
tamente vestidas a la casa de Dios.
Todo esto forma parte de la auten-
tica piedad cristiana.
Piedad es generosidad.
El profeta Ageo en la Santa Biblia
daba una triste noticiai "La gente
esperaba buenas cosechas y las
que han llegado han sido malas.
Esperaban hacer sus ahorritos y
el dinero que les llegó fue como si
hubiera caído en bolsillo roto; todo
desapareció. ¿Por qué todo esto?
Por que han descuidado el terr-
plo de Dios y se han dedicado a
adornar y embellecer sus ProPias
casas y no el templo de Nuestro Se-
ñor. Por eso no lle garon las lluvias
para las cosechas y sus negocios no
prosperaron. Si fueran generosos
con el templo de Dios, el Señor
les corresponde ría ayudándoles
y haciéndoles progresar (Ag, 1-4)
Me pregunto i "Mi piedad me lleva
a ayudar con generosidad Para el
embellecimiento del templo de mi
barrio o de mi parroquta? O tengo
el peligro de que me suceda como a
venir desdichas económicas?
Las tres clases de Letras.
ernardo en una visión obser-
vó que mientras la gente rezaba,los
66. ángeles anotaban las oraciones de
cada uno, pero de distintas formas.
A unos les anotaban sus oraciones
con letras de oro, a otros con Ie-
tras de tinta, y a los demás con
Ietras de agua. Preguntó que sig-
nificaba esto y le fue explicado así:
"Las oraciones escritas con letras
de oro son las que han sido dichas
con cariño, devoción, atención y fe.
Ellas tendrán un gran premio en
estavida y en la vida eterna.
Las oraciones escritas con tinta
son las que han sido recitadas con
menos fervor y devociórl, y no muy
buena atención. Ellas tendrán pre-
mio pero muy inferior al de las arl-
teriores.
Y las que fueron escritas con letras
de agua son las que se dicen sin fe,
sin atención, sin cariño ni devoción,
Ellas no adquieren premio especial
ni para esta vida ni para la otra".
Sería interesante ponerse apensar
unos momentos: ¿En qué estarán
escritas rnis oraciones? En oro, en
tinta o en agua? Todavía puedo ob-
tener que las que están en tinta o
en agua se vayan mej orando hasta
que sean escritas en oro y así rne
traigan premios especiales para
esta tierra y para el cielo,
Un arrna roma y desafilada,
San |uan Bosco en uno de los 160
sueños en los que Dios le mostraba
el estado del alma de varias perso-
nas vio a mucha gente que trataba
de recoger cosecha en los tri gales
del Señor y no lograba cosechar
67. casi nada porque el cuchillo o la hoz
con que trataban de cortar el trigo
carecían de filo y estaban romos y
no cortaban casi nada. Preguntó
qué significaba todo esto y una voz
del cielo le dij o: "son las personas
que sí trabaj an por hacer el bien a
los demás y salvar almes, pero no
rezan lo sufíciente y les falta piedad
y dedicarle mas tiámpo-a la medita-
ción, a la lecture de libros piadosos
y a recibir los santos sacramentos,
Sin piedad, el arma del apostolado
pierde todo.su filo y la cosecha que
recogerán será muy pequeña",
Las declaraciones de un
sabio. En L950 murió en plena ju-
ventud un sacerdote tan sabio que
el mismo Papa Pío XII asistió auna
conferencia que él daba acerca de
Ia Asunción de la Virgen María.
Era el Padre Cuadrio, Este santo
sacerdote de jó escrito lo siguiente
"Cuando rezo con cierta piedad, mis
ofanes se disminuyen; mi desaliento
y desánimo se alej afr, mis resenti-
miento,s.se apagan y la pereze se me
va yendo, al pensar que en el cielo
hay un Padre Dios que cuida de mi
y quiere que le agrade en todo. La
oración es el remedio de todos
mis males, EIla me lleva a pensar
que estoy donde Dios ha querido
que esté, y que allí EI me ayuda y
me protege y me irá solucionando
todos mis problemes.
La oración me lleve a amar mi ofi-
cio, mi profesión, a Ia gente que tra-
ta conmigo,y mi terrible y cansón
cotidieno de hacer todos los días a
68. las mismas horas los mismos oficios,
Termino el día cansado, fatigado,
sin haber hecho nada especial, pero
con la alegría de que hice lo que
Dios quería que hiciere, No fui un
reflector que iluminó un aeropuer-
to, pero si una sencilla lamparita
encendida junto al altar de Dios, La
Virgen María ha sido siempre mi
modelo de piedad, Como Ella, Io que
he querido y quiero querer siempre
y únicamente es tener contento a
Jesús y servirlo a EI", Qué preciosos
regalos trae la piedad,
.El secreto de tantos triun-
fos. Al sabio Lavoisser le pregunta-
ron cual era el secreto que él tenia
paraobtener tantos éxitos en su la-
bor de científico y respondi ó: "yo,
con una mano me dedico a trabajar
con todas mis fuerzas, y con Ia otra
me agarro de Dios y Ie pido,su pro-
teccién", Con lo cual quería decir
que mientras se dedicaba con todo
entusiasmo a estudial[, investigar y
trab ajay, no dej aba mientras tanto
de implorar la ayuda de Dios, y así
la cad^ena de sus triunfos fue admi-
rable.
A San fuan Bosco Ie preguntó un
periodista'A qué se deben tan im-
br.sionantes resultados que corl-
iigue en sus labores? -Y el simpá-
tico santo respondió "Yo cuendo
emprendo una acción me Ie dedico
a átta con todas las fuerzas de mi
alma, y de mi cuerpo, pero al mismo
tlempo rezo, rezo Io mas que puedo,
y pido a otras perfonxs que recen
por mi. y así cumplimos el antiguo
69. refrán 'A Dios rogendo y con el
mezo dando'i y los resultados son
muchísimo mej ores de lo que uno
hubiera podido calcular, pues Dios
a los que hacen lo que pueden y le
piden lo que no pueden, les ayuda
de una manera tal como nunca ha-
brían podido calcular"
El Papa Pío XII de cía: El secreto
de tantos triunfos apostólicos de
San Francisco lavier está en que
este hombre rezaba mucho y bierl,
Cuando por la noche regresaba
cansadísimo de su trab ajo, iba y se
arrodillab a ante el alta r yencomerl-
daba alesús las almas que deseaba
salvar, Si el sueño lo rendíase acos-
taba un rato en el puro suel o,junto
al altac y descansaba un poco, pero
luego volvía a arrodillarse y arezar
con toda fe. Y al día siguiente sus
palabras conseguían resultados
portentosos, Porque la oración del
creyente siempre obtiene impre-
sionantes respuestas del ciel o".
Un regalo del cielo. Los
santos dicen que la piedád, o sea
el sentir hacia Dios un afecto como
el que tienen hij os cariñosísimos
hacia el mej or de los papás,es un
regalo que llega del cielo y que hay
que pedirlo.mucho a Dios. Ciertos
santos lo recibieron de manera
extraordinaria por ej emplo San
Martín de Porres y el Santo Cura
de Ars que pasaban horas y horas
rezando con fervor ante Santísi-
mo Sacramento o Santa Catalina,
Santa Teres?, Santa M argarita y
70. Santa Gemm a, que se quedaban
extasiadas meditando ante el cnr-
cifij o. o Santa Teresita y los niños
de Fátima que se emocionaban
tanto pensado en la bellezay bon-
dad de M aría Santísima, ¿pedimos
de vez en cuando a Dios que nos
conceda el don de la pied ad? f esús
prometi ó: "todo el que pide reci-
be'i
¿Por qué no repican? Un
forastero preguntó al llegar a un
pueblo " ¿Por qué en esta parro-
quia no repi can? -Y un campesino
Ie respondió "Por tres ra zones: La
primera... por que no hay car[-
panas'1 .. el visitante le dij o: -Ya no
me di ga las otras dos. Con esa so-
lamente me basta". Así habría que
decir de tantas personitas: ¿Por
qué no tienen piedad?... por varias
razones: la primera porque no la
han pedido aDios¡¡, las demás ra-
zones sobran. Con esta basta. Pero
si la pidieran, Dios les daríala pie-
dad que necesitan, porque nunca
niega sus favores a quienes le pi-
den con humildad, perseverancia
y fe,
71. Capirulo 9
EL PERDON
Los dos caminos. Dicen que
para ir al cielo solamente hay dos
caminos: o la inocencia o la peni-
tencia. O no haber cometido peca-
dos (ser inocente, tener inocencia) o
haber sido perdonado de los peca-
dos cometidos (lo cual se llame ser
penitente o haberse convertido).
Como nosotros ya perdimos el pri-
mer camino, el de la inocencia, no
nos queda sino seguir por el segun-
do camino, el de ser perdonados.
Pero según el evangelio por este
camino no pueden transitar sino
los que llevan el comprobante de
haber perdonado a los demás.
72. Excusas rnuy peligrosas,
Nosotros, sabiendo o lin laberlo,
hemos ofendido anumerosas per-
sonas Y rnuchas veces deseamos
con razón ser perdonados. Pero
cuando se trata de perdon ar las
ofensas que otros no} han hech o,
ahí si aparecen Ias excusas tan rlu-
merosas como nubes de langostas.
Tratarnos de convertirnos en po-
bres víctimas y queremos tener un
resentimiento eterno. Y para eso
nos decimos:
Es que quien me ha ofendido no
merece el Perdón: Es alguien
muY rniserabl e". Pero ¿Quieñ eres
tú ante Dios? No eres también una
creatura rniserabl e? Y es que en
verdad si mereces el perd óril ¡Mrr-
cho Io dudamos!
r "Es que la ofensa que me ha he-
cho es terrible".,, Y sabes lo que
es un pecado mortal? Los pecados
con que has ofendido a Dios y que
deseas que El te perdone son mu-
chísimo más terribles que las ofen-
sas que ati te han hecho.
- Es que es una idiotez amar a
uno que me detesta". Pero no fue
idiotez la conducta que Cristo tuvo
al perdonar asus feroces verdugosl
r Le perdono pero que se vaya
lei os de i y no mé pida nin-
gún favor!", Y si así dij era Dios de
ti, ¿como te iría? Estas excusas no
solo son irracionales sino supre-
mamente dañosas para quien las
quiera emplear. Son solo engaños,
tramposas mentiras que se disfra-
zan de verdades, pero siguen sien-
do unas solemnes mentiras,
73. Un castigo temible. Dij o |e-
sucristo que el castigo para quien
no quiere perdonar a los que le
han ofendido será que entonces
Dios tampoco le perdonará las
ofensas que le ha hecho a la divi-
nidad. auien no quiere perdonar
a otros, no será perdonado por
Dios, Y si Dios no nos perdona nos
condenamos. La frase de Cristo es
clarísima: "Si no perdonan a los
demás sus ofensfls, tampoco el
Padre Celestial les perdonará a
ustedes, las ofensas que Ie han
hecho a EI" (Mat,6,14),
UNA DEUDA INMENSA. PTo.
duce susto pensar en la deuda tan
enorme que tenemos paracon Dios
y que tendremos que cancelar en el
día del |uicio. Es aun mayor que la
de aquel empleado de Ia Parábola
del evangelió que le debía diezmil
costaladós de oro [o talentos) y
no tenía con que pagarle. Cuantos
pe cados de pensamiento, de pala-
btr, de ob Ya., de omisión. Pecados
solos. pecados c )n otros; pecados
en casa y fuera; pecados cuando
érarnos riiños, y cuando fuimos ió-
venes y ahora de viejos. Y Dios se
inclina a perdonarnos, pero noso-
tros tenemos el espantoso peligro
de imitar aaquel empleado que no
su próiimo una
de cien monedas
que le perdona-
ran su enorme deuda de diez mil
talentos,
74. no quiso Perdonar asu prój imo una
Pequeña deuda de cien monedás, y
Por esto se quedó sin que su jefe
Ie perdonara su enorme deudá de
di ez rnil costalados de oro, termi-
nó Ia narración de Ia parábola con
esta frase enormemente importarl-
te: 'Así hará con ustedes ei Padre
Celestial si cada uno no perdona
de corazón a su próiimo" (ltrlat,
1_8,35)
Fii émonos en esa frase "perdo-
nar de corazón". Con esto quiere
|esús que no seamos hipócrilas en
el perd ón, que no seamos de los
que dicen: "Perdono pero no quie-
ro olviddY", "Perdono pero que no
me pida mas favores" etc, En esto
debe movernos nuestro propio in-
terés pues Dios nos trat ari como
nosotros hayamos tratado a los
demás; y Dios no perdona a me-
diás, y quiere que tampoco noso-
tros perdonemos a medias. Cuan-
to más perdonemos de corazón a
otros, rnas nos perdon ará Ét a no-
sotros.
UN GRACIAS y un premio.
Narra la historia que San |uan
Gualberto cuando era joven se fue
en busca del que habíaasesinado a
su hermano, para vengarse y dar-
le muerte, Y lo encontró un Vier-
nes Santo. El otro se le arrodilló y
le dij o: "¡Por |esucristo que murió
en la cruzperdonando, perdóneme
por favor!" r fuan se conmovió y lo
perdon ó. Y esa tarde cuando fue al
templo y se arrodilló ante la ima-
gen de |esús Crucificado, oyó que
75. Nuestro Señor le de cía: "Grecias,
Yo también te perdono a ti", Y en
recompensa por aquel acto de ge-
nerosidad le concedió la vocación
sacerdotal y llegó aser un gran sarl-
to. Es que Dios sabe premiar,muy
bien el perdón que por mor aEl les
damos alos que nos han ofendido.
Un verdadero peligro. De cía
San |uan Crisóstomo: "Ni las ora-
ciones, ni las limosnas, ni los ayuno.s
nos van a salvar en el día del Juicio
si no hemos perdonado a las demás,
porque el que va a ser nuestro Juez
dfj o claramente: "Si no perdonárs a
Ios demás sus ofensas, tampoco las
vuestras o.s serán perdonadas". Por
eso e.s muy conveniente que des-
de ahora empecemos a perdonar y
así en el día de la sentencia no nos
quedemos sin obtener el pendón, si
nos rehusamos a perdonar, nos ce-
rramos el cielo a nosotros mismos",
Castigo por no Perdonar.
En la ciudaá de Antioquía en el si-
glo III un cristiano muy valiente fue
atormentado por ser seguidor de
Cristo y soportó con gran yrlor los
tormentos. Pero cuando lo llevaban
a martirizarlo se encontró por el
camino con el que lo había acusa-
do ante el juez diciendo que él era
cristiano. El otro muy arrepentido
Ie pidió de rodillas y llorando que lo
perdonara, pero el hombre lleno de
i,¡ria y orgullo no lo quiso perdonar.
y entonces sucedió que en el mo-
mento en que le iban acortar la ca'
be zase lleño de rniedo y renegó de
Cristo, y así en vezde llegar aser un
76. márttr glorioso de la Iglesia Católica
terminó siendo un pobre y misera-
ble renegado. Castigo por no haber
querido perdonar aun ofensor,
Una fórmula que nunca
falla, San Francisco de Sales reco-
mendaba una formula que muchí-
simos más han empleado después
y les ha producido excelentes re-
sultados: "Rezar por la persona
que nos ha ofendido". Llega a ser
imposible odiar ala persona por la
cual rezamos. Y hasta llegaremos a
amarla y a perdonarla de todo co-
razón. Hagamos la prueba y vere-
mos los resultados!
Cuatro razones para per'
manda. No una vez
sino muchas. Tan desobediencia es
no perdon ar como el dej ar de cum-
plir un rnandamiento.
a.fesús nos deió el eiemPto' En
la uuzpidió aDios Padre que p9r-
donara hasta a los que no pedían
perdón, hasta los que no querían
ser perdonados.
3e. Lo pide nuestro propio inte-
rés. Según sea el modo como per-
donemos a los demás así será el
modo como Dios nos perdonará a
nosotros,
4?. Es un deber de gratitud. Ya
que Dios nos ha perdonado, tantí-
limo, perdonemos también noso-
tros eso poco que los demás nos
han ofendido ¿Qué es lo poco que
77. perdonamos alos otros, en compa-
ración de todo Io que Dios nos^ha
Perdonado y nos va aperdon ar?.
dos que todas nuestras faltas para
que Seamos aborrecidos, Irnitemos
en esto a nuestro buen Dios.
una sentencia que nos está
esperando. EI día del Iuici o,que ya
no está muy Iei os para algunos áe
nosotros, el Divino fu ez nos di rá:
sus propias faltas. Muéstrenme qué
medidas emplearon para repartir
castigos y perdones, y esa medida
serála que Yo emplearé para darles
también a Uds. sus castigos o sus
perdones". Aquel dfa sí que desea-
remos haber sido inmensamente
generosos en perdonar a los que
nos ofendieron.
Fabriquemos desde ahora una me-
dida amplia y generosa para per-
donar a los demás, pues esa serála
medida con que se nos trataráen el
díadel fuicio.
El ej emplo de David. La Sa-
grada Escritura cuenta que David
tenía una capacidad asombrosa
para perdonar. El rey Saúl esta-
ba persiguiéndolo para matarlo,
y mientras David y sus hornbres
estaban en una cueva oscuYd, Saúl
78. entró allí solo y David tuvo la opor-
tunidad facilísima de matarlo, pero
se contentó únicamente con qui-
tarle un extremo de su manto para
demostrarle despu s que había
podido vengarse de él pero no ha-
bía querido hacerlo.
En otra ocasión mientras Saúl es-
taba persiguiéndolo con su ej erci-
to par asesinarlo, David lle gó una
noche al campamento donde Saúl
dorm íaprofundamente, y e n vezde
matarlo como Ie aconsei ab afr, so-
lamente le quitó su jarro de tomar
agua y su bastón para hacerle ver
después que aunque había tenido
la oportunidad de quitarle la vida,
no ha ía querido hacerlo. Saúl se
admiró grandemente de esta borl-
dadosa personalidad de David que
lo llevaba aperdonar aun asu más
encarnizad enemigo, y le anunció
que por eso le lle garían grandes
triunfos, como en realidad le llega-
ron, Y a nosotros también nos los
enviará Dios si sabemos perdonar
con generosidad a los que nos ha-
cen mal o nos tratan inj ustamente.
Falsas afirmaciones. Algu-
nas personas cuando se les acon-
sej a perdo ar responden: "Yo no
me rebaj o a tanto, a tratar con
los que me ofendieron". Y ¿Qué
tal que Dios nos dij era eso mismo:
"Yo no me rebaj o a tratar contigo
porque me ofendiste demasiado"?.
¿Acaso es que el papá o la mamá
se rebaj aron cuando después de
alguna de nuestras pilatunas nos
volvieron atratar con cariño?
79. Algunas personas non tendránpor
tontos si tratamos bien a quienes
nos han tratado mal [porque no
tienen capacidad para apreciar el
gran valor del perdón) pero Dios
nos tendrá Por personas que esta-
mos haciendo lo mej or que se pue-
de hacer en estos casos, y nos sáu rá
dar los mej ores premios por ello,
Buen modo de obtener ser
escuchados por Dios. Cuando Ia
esposa del gran escritor Manzoni
estaba agonizando, el sabio llamó
a sus hij itos y les diio: "Recemos
una Ave M aría por nuestra mam á".
Y terminada ésta añadió: "Ahora re-
cemos otra por los que nos han he-
cho rnales o no nos quieren. Así oirá
mas el Señor nuestra oraci ón". Her-
moso modo de ganarse la simp atía
de Dios, orar por los que no sienten
simp atíahacia nosotros ! .
El fruto de un perdón. Un
día llevaban aun her je aquemarlo
en la hoguera porque no quería de
ninguna manera dej ar sus errores.
Santo Domingo de Guzmánque era
de la o inión de que más se consi-
gue con la bondad que con el rigo[
obtuvo que d jaran al pobre hom-
bre en libertad y le perdonararl.
Varios años d spués aquel pecador
se convirtió y se hizo religioso do-
minicano y vivió sa rtamente. Na-
die sabe lo que podrá llegar a ser
un pecador si se siente perdonado
y bien tratado y comprendido.
Avisos sagrados, En la San-
ta Biblia hay un libro que
80. conselos sumamente prácticos y
provechosos. Se llama el Libro del
Eclesiástico, de Ben Sirac. Allí se
dice lo siguiente: Quienes toman
venganza de los demás y no perdo-
nan a SUS ofensores, recibirántam-
bién rnuy fuertes castigos de Dios,
que les pedi rá rigurosísirna cuenta
de todos sus pe cados (Ecl, zB,1_).
si perdonas a tus prój imos las in-
jurias que ellos te han hech o, tam-
bién cuando le ruegues a Dios que
te Perdone tus pecados, obtendias
el perdón (Ecl, 2B,z) se niega el pe-
cador a Perdon ar a los que Io han
ofendid o, y se atreve rá luego a ir
pedir a Dios que le perdone sus
propios pe cados? (Ecl, ZB,3),
Si alguien guarda rencor y no tiene
misericordia con sus semej antes,
¿Córno puede atreverse a suplicar-
le a Dios que le perdone las faltas
con que le ha ofendid o? (Ecl, 28,4)
Acuérdate de lo que te espera al fi-
nal de la vida y no tengas odio ni
rencol ni te niegues a perdonar
a quienes te han hecho mal (Ecl,
28,6), Son frases inspiradas por el
Espíritu Santo, las cuales conviene
recordar y meditar.
LA SANACIÓTU DE LOS RE-
CUERDOS, Hoy en día está muy de
moda entre los maestros de espiri-
tualidad enseñar a la gente a con-
seguir la sanación de los recuer-
dos. 0 sea tratar de echar al olvido
cualquier recuerdo amargo o ren-
coroso del pasado, Que el papáfue
inj usto con nosotros. ¿Qué mamá
81. prefirió a otro hermano?. ¿Que al-
guien nos quitó una amistad o nos
hizo trampa en un negocio o nos
robó o nos insultó o demostró des-
precio hacia nuestra persona o nos
negó un favor o una muestra de
aprecio o de afecto?.
Y ¿Qué ganamos con recordar esto?
Solarnente amargarnos más. Y la
otra persona por allá feliz y corl-
tenta y nosotros amargándonos la
vida con el recuerdo de algo que ya
pasó y que ya no puede ser de otra
manera,
Olvidar no es perdef, es más bien
ganar, porque nos libra de vivir
llenos de odios, antipatías y resen-
timientos. Y siempre tendremos
amargura en el alma si tenemos
alguna actitud "n,o perdonadora"
hacia algo sucedido en el Pasado.
Probablemente la gente no tuvo la
mala voluntad que imaginarnos,
o tuvo menos mala voluntad de
la que hemos creído que tuvo al
ofendernos. ¿Cómo nos podremos
asemej ar a |esucristo que perdo-
nó hasta alos más sanguinarios de
sus ver ugos si no practicamos la
actitud perdonadora que debe te-
ner todo buen cristian o?, Lo Pasa-
do, pasado. Agua pasada no mue-
ve molino, Pensemos en lo futuro
con alegría y no en las ofensas del
pasado con amargura. El perdonar
nos asemej a a |e ús y nos atrae el
perdón de Dios (Tardtff),
' j
':j'j'
i'
1-
82. Grave síntoma. Cuando al-
guien vea que su vida espiritual
está estancada y que no progresa,
pregúntese: "Señor: ¿qué será lo
que yo no he perdonado? ¿S erá
que tengo alguna actitud inmise-
ricorde para con alguien? Habrá
alguna ofensa que no quiero olvi-
dar y que la conservo todavía fres-
quita? Mientras tenga algo que no
perdone y que no quiera olvidar
corro el peligro de no ser perdon a-
do por Dios y de vivir con perpetua
amargura y tristeza en el alma (Ca-
rothers).
,.,..i..
".i.,
,,::,.til:i.: ,,..;'.¡.t ii.,1.li i'..;';.r.;.'¡ .,,1.t:.'i...,ir,.:i. ;:¡, i,.1¡",,r..'i',i',,-.r,+:iL.:r'1.,,_l:r,i*r,:,.
83. glplrutg 10
LA MEIOR CIENCIA ES LA
VIRTUD DE LA PRUDENCIA
Dice el libro de los Prover-
bios del Rey Salomóni "El imprlr-
dente todo lo cree. El prudente ana-
liza desp acio lo que oye para saber
si será verdad (14,L5) Muchas ve-
ces fracasan los planes cuando no
se pide consej o, de los que saben
(15,22) El cerebro del que es prLt-
dente medita las respuestas an-
tes de darlas. ¡Una palabra dicha
a tiempo cuanto bien hacel (Prov,
1s),
Peligros a Ia vista. Sigue
Salomón: "Ya el nodiciendo el rey
84. dedi car tiempo apens ary reflexio-
nar es algo peligroso. Pero si ade-
más se procede precipitadamente
al obrar, ahí sí que hay peligro de
fracasar (Prov, 19). Nunca nos de-
jernos llevar por el resentimiento
y el rencor porque nos pueden
apartar del modo prudente al
obrar (2 1). Quien sabe dominar
con prudencia su boca y su lengua
para no decir lo que no debe decic
se libra después de muchas angus-
tias (Prov,Z1) Quien es prudente
ve el peligro y trata de apartarse y
alej arse de él; quien es impruderl-
te sigue adelante y paga sus conse-
cuencias (Prov, 22),
Enemigos de la prudencia.
humano procede impruderl-
temente y después le echa la culpa
a Dios de los malos resultados que
ha obtenido (Prov, 19) Es necesario
hacerse aconsej ar antes de tomar
determinaciones importantes, y no
dedi carse a contar secretos a quie-
nes son sueltos y fáciles de lengua
(Prov, 20) Para el precipitado, todo
son pérdidas (Prov, 21), Lo que han
visto tus oj os no lo hagas ensegui-
da motivo de críticas porque tus
juicios pueden resultar inj ustos
(Prov,25),
Consej os útiles. Tan peli-
groso como agarrar a un perro
bravo de las orej as, es meterse uno
en lo que no le importa (Proverbios
26), La prudencia es la verdadera
canicie del ser hurnan o, O sea que
quien es prudente aunque sea jo-
ven se asemej a en sabiduría a los
85. venerables ancianos (Libro de Ia
Sabiduría Cap,4), La cólera furio-
sa lleva a la ruina. Pero la persona
prudente trata de no encolerizarse
prontamente, y si lo hace trata de
proceder con toda calma y aguar-
dar a su debido tiempo para obrar,
Y la gente admirará su prudencia
(Libro Eclesiástico 1,2 9),
Advertencias prácticas. No
discutas con personas lenguara-
ces, Eso sería como echarle leña
al fuego. No tengas bromas con
personas rnaleducadas porque te
faltarán al respeto. No pelees con
personas agresivas porque te pue-
den hacer mucho mal al vengarse,
No viajes con quienes tienen agre-
sividad y atrevimientos porque su
imprudencia te puede llevar al de-
sastre (Ecles, caq.B)
Prevencio nes provecho SaS.
uien eS fácil en estar Contán-
dolo todo no hables de tus proble-
rnás, porque no serácapazde callar
lo que ha escuchado. Ante personas
extrañas no hagas ni digas lo que
quieres que permanezca en secre-
to, porque nosabes qué tanto serán
capacei de callarse todo esto.
No hables con cualquiera de tus
problemas y sentimientos, No ha-
gas nada importante sin pedir con-
sej o y así después de hecho no ten-
diás que arrepentirte. Si reflexionas
antes de responder; tus respuestas
serán mas estimadas (Libro del
Eclesiástico, CaP'B Y 32),