El Romanticismo rompió con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo defendiendo la imaginación y las fuerzas irracionales. En España, el Romanticismo fue complejo y contradictorio, incluyendo tanto la rebelión como el retorno a la tradición católica. Dentro del Romanticismo español hubo una vertiente tradicional que exaltó la religión, la monarquía y la patria, representada por autores como el Duque de Rivas y José Zorrilla, y una vertiente revolucionaria que reclamó los derechos individuales