La filosofía latinoamericana ha tenido presencia en Occidente desde la época colonial, aunque ha sido menos difundida debido al poder de las corrientes europeas y estadounidenses. Una filosofía reciente, la filosofía de la liberación iniciada en los 1960s, busca expresar la realidad latinoamericana y contrarrestar las visiones eurocéntricas.
1. Las culturas latinoamericanas han estado asociadas estereotípicamente
con el folclor, la música y el arte, pero pocas veces se incluye a sus
pensadores en la historia de la filosofía occidental contemporánea. Este
fenómeno responde a la distribución desigual del poder, que da plena
difusión e importancia al pensamiento publicado en Europa Occidental y -a
partir del siglo XIX- en los Estados Unidos. Sin embargo, desde la invasión
colonial, la producción académica de lo que hoy se llama América Latina
ha tenido presencia y relativa influencia en la civilización Occidental.
“Enrique Yepes”
2.
3. La llegada de los europeos a Latinoamérica implicó
un gran cambio en las costumbres y pensamientos de
los que allí habitaban, pues el corazón de los
españoles perdieron los estribos cuando descubrieron
que las narigueras de los indígenas eran de oro, al
igual que las pulseras, los collares, los aretes y las
tobilleras; que tenían campanas de oro para jugar, y
que algunos ocultaban sus vergüenzas con una
capsula de oro. Los invasores impusieron sus patrones
culturales por medio de una filosofía que iba
enfocada a las teorías basadas en las tesis de
personajes como Aristóteles, las cuales justificaban la
esclavitud. Este proponía una desigualdad entre amos
y esclavos, diciendo que entre estos se daba una
relación heril, donde el amo es el intelecto activo y
el esclavo el pasivo por lo que no se pertenece por
naturaleza sino que le pertenece a otro, a su amo.
4. Lo más triste es que fueron las riquezas de
los Latinoamericanos, aquel esplendor
ornamental, y no sus valores humanos, lo
que condenó a los nativos a ser
protagonistas del nuevo génesis que
empezaba aquel día, por lo que podríamos
llegar a concluir que aparte de venir a
robar las riquezas materiales, también
robaron nuestra identidad, nuestras
creencias, nuestra esencia, puesto que nos
inculcaron sus pensamientos, su religión,
sus costumbres, sus límites y su división
política de doce provincias que eran
semejantes a los de hoy. Y aun peor, cinco
siglos después, los descendientes de ambos
no acabamos de saber quiénes somos.
5. Además movimientos como la revolución
francesa, trajo la idea de utilizar la
rueda como artefacto para la industria,
mientras ésta era solo utilizada por los
indígenas para la elaboración de juguetes
para los más pequeños de la tribu, junto
a esto el oro y las piedras preciosas no
tenían valor de cambio para los
Latinoamericanos, sino un poder
cosmológico y artístico, pero los
españoles los vieron con los ojos de
Occidente: oro y piedras preciosas de
sobra para dejar sin oficio a los
alquimistas y empedrar los caminos del
cielo con doblones de a cuatro.
6. A Latinoamérica se le ha enmarcado un
retraso mental o un retraso más bien
filosófico, durante los más de veinte siglos
que lleva en proceso la filosofía de nuestros
conquistadores europeos. El estereotipo que
se nos ha impuesto a los latinoamericanos
entendidos como un pueblo mestizo,
multiétnico y multicultural que acaricia en
todo momento el arte, la cultura y la música,
es completamente ajeno al desarrollo
académico y en donde movimientos como el
idealismo y el positivismo se retrasaron
mucho más de lo esperado.
7. Pero así y todo, desde mucho tiempo
atrás, filósofos como Juan Bautista
Alberdi se cuestionan acerca de si los
latinoamericanos podremos tener una
filosofía auténtica propiamente dicha,
y con esta pregunta se pone en
manifiesto la originalidad de la filosofía
latinoamericana la cual es la única que
se cuestiona a sí misma y que es
caracterizada por un trascendental
contenido social.
8. La filosofía de la liberación es recientemente la
marca filosófica de independencia latinoamericana
que comenzó en los años 60 para concretar
reflexiones más amplias de la realidad
latinoamericana que contrarresta el clásico camino
europeo de pensamientos un tanto teocentristas.
Esta filosofía de liberación fue propuesta como una
vía de afirmación en América latina en su
diferenciación y alteridad que han sido negadas por
el sistema de dominación mundial que concluye con
el abstencionismo de otros por aceptar la
autosuperación constante y magnifica del pueblo
Latinoamericano.