2. Se encuentra en el corazón de la capital parisina, en la isla de La
Cité, a orillas del Sena y su impresionante fachada deja
boquiabierto siempre que vuelves a estar frente a ella. Es una de
las catedrales góticas más antigua del mundo y su nombre
significa ‘Nuestra Señora’, en honor a la Virgen María. Tiene dos
torres de 69 metros en la fachada que se pueden visitar… Eso sí,
hay que subir 387 escalones muy empinados. ¡Las vistas merecen
la pena el esfuerzo!
3. En torno a nueve millones de personas pasa por alguno de sus
tramos. En total, 21.196 kilómetros de largo –y no más de cinco de
ancho– que se extienden desde la frontera con Corea hasta el
desierto de Gobi, siendo el tramo de Badaling, a 80 kilómetros de
Pekín, el más frecuentado. Se empezó a construir en el año 231 a.C. y
terminaron las obras en el siglo XVI. El objetivo era proteger de
invasores foráneos la frontera norte del Imperio Chino.
4. Se inauguró en 1973 y desde entonces se ha ganado el estar entre
los sitios más visitados de todo el planeta, con 7,5 millones de
turistas que pasan por ella cada año. Está en el centro de la bahía de
Sídney y destaca su moderno diseño, con bóvedas en forma de
concha… ¡y 2.200 puertas de acceso! Es una referente de la
arquitectura moderna del siglo XX, diseñado por el arquitecto
danés Jørn Utzon en 1957.
5. • Esta famosísima estructura de hierro de 300 metros de altura
recibe anualmente a una siete millones de personas. Obra del
ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel para la Exposición
Universal de París a finales del siglo XVIII, fue durante cuatro
décadas la construcción más alta del mundo, solo superada por el
Empire State Building de Nueva York. Si impresiona verla a plena
luz del día, por la noche, con su iluminación nocturna, queda
grabada para siempre en nuestra retina.