2. El que cree en mí, como dice la Escritura, de
su interior correrán ríos de agua viva. Esto
dijo del Espíritu que habían de recibir los
que creyesen en él; pues aún no había
venido el Espíritu Santo, porque Jesús no
había sido aún glorificado
— Juan 7:38-39
3. profetiza, por tanto, y di: Así ha dicho
Jehová el Señor: Por cuanto os asolaron y
os tragaron de todas partes, para que
fueseis heredad de las otras naciones, y se
os ha hecho caer en boca de habladores y
ser el oprobio de los pueblos,
— Ezequiel 36:3
4. Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a
vosotros me volveré, y seréis labrados y
sembrados. Y haré multiplicar sobre
vosotros hombres, a toda la casa de Israel,
toda ella; y las ciudades serán habitadas, y
edificadas las ruinas
— Ezequiel 36:9-10
5. Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y
serán multiplicados y crecerán; y os haré morar
como solíais antiguamente, y os haré mayor bien
que en vuestros principios; y sabréis que yo soy
Jehová. Y haré andar hombres sobre vosotros, a
mi pueblo Israel; y tomarán posesión de ti, y les
serás por heredad, y nunca más les matarás los
hijos.
— Ezequiel 36:11-12
6. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y
seréis limpiados de todas vuestras
inmundicias; y de todos vuestros ídolos os
limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré
de vuestra carne el corazón de piedra, y os
daré un corazón de carne.
— Ezequiel 36:25-26
7. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y
llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré
hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los
árboles, y el fruto de los campos, para que nunca
más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.
Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de
vuestras obras que no fueron buenas; y os
avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras
iniquidades y por vuestras abominaciones.
— Ezequiel 36:29-31
8. Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a
ser como huerto del Edén; y estas ciudades que
eran desiertas y asoladas y arruinadas, están
fortificadas y habitadas. Y las naciones que
queden en vuestros alrededores sabrán que yo
reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo
que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo
haré.
— Ezequiel 36:35-36
9. Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré
solicitado por la casa de Israel, para hacerles
esto; multiplicaré los hombres como se
multiplican los rebaños. Como las ovejas
consagradas, como las ovejas de Jerusalén en
sus fiestas solemnes, así las ciudades desiertas
serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán
que yo soy Jehová.
— Ezequiel 36:37-38
10. La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en
el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un
valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar
cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que
eran muchísimos sobre la faz del campo, y por
cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de
hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor
Jehová, tú lo sabes.
— Ezequiel 37:1-3
11. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y
diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha
dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo
hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y
pondré tendones sobre vosotros, y haré subir
sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y
pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis
que yo soy Jehová
— Ezequiel 37:4-6
12. Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido
mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los
huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y
he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel
cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos
espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de
hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor:
Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán.
— Ezequiel 37:7-9
13. Y profeticé como me había mandado, y entró
espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre
sus pies; un ejército grande en extremo.
— Ezequiel 37:10
14. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de
Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció
nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. Por tanto,
profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras
sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy
Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras
sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y
viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo
Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
— Ezequiel 37:11-14
15. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria
en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor
— 2 Corintios 3:18
16. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está
el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
— 2 Corintios 3:17
17. Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!
— Romanos 8:15
18. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu
nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os
daré un corazón de carne. Y pondré dentro
de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis
en mis estatutos, y guardéis mis preceptos,
y los pongáis por obra.
— Ezequiel 36:26-27
19. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y
deseos. Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu.
— Gálatas 5:24-25
20. y la esperanza no avergüenza; porque
el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado.
— Romanos 5:5
21. Porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio
— 2 Timoteo 1:7
22. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles
— Romanos 8:26
23. Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y
el otro a su izquierda. Proseguí y hablé, diciendo a aquel
ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? Y
el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No
sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. Entonces
respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de
Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos
— Zacarías 4:3-6
24. solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como
fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación;
— Efesios 4:3-4
25. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad,
pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios.
— 1 Corintios 6:19-20
26. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de
vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si
pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O
si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará
el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
— Lucas 11:10-13