Este documento contrasta las características de las personas maduras e inmaduras. Las personas maduras son descritas como activas, independientes, capaces de tomar decisiones responsables y establecer objetivos a largo plazo. En contraste, las personas inmaduras son pasivas, dependientes, carecen de objetivos claros y perspectiva a largo plazo. La madurez implica ser plenamente responsable de nuestras acciones y decisiones.