Una protoestrella se convierte en una estrella estable una vez comienza la fusión de hidrógeno. Las estrellas pasan la mayor parte de su vida en esta etapa de madurez, fusionando hidrógeno de manera estable. La duración de esta etapa depende de la masa y luminosidad de la estrella, siendo más corta para estrellas masivas debido a su alta luminosidad.