El documento habla sobre la celebración del Día Mundial del Agua y la importancia de garantizar el acceso al agua. Advierte que la crisis del agua es uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta el mundo. El agua es esencial para el desarrollo económico sostenible y la reducción de la pobreza. El documento también destaca la estrecha relación entre el agua y la energía y la necesidad de políticas integradas que consideren esta interdependencia.
1. Día Mundial del Agua
El Foro Económico Mundial advirtió, en su informe Riesgos Globales 2013, que la crisis del
agua es en la actualidad la cuarta más importante a la que se enfrenta el mundo y la segunda,
si se analiza sólo su impacto. Garantizar el acceso al agua y a las fuentes de energía, así como
mantener los recursos hídricos son pues el deber y el objetivo de gobiernos y gestores de todo
el mundo, conscientes de que avanzar en esa dirección es la única forma de preservar un
elemento tan determinante para el crecimiento económico sostenible y, en consecuencia, para
lograr la reducción de la pobreza.
Éste es precisamente el motivo por el que, mañana sábado 22 de marzo, celebramos el Día
Mundial del Agua, promovido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, para
fomentar la conciencia pública sobre la importancia de este recurso natural. Una jornada que
vivimos en la ciudad de Málaga con un compromiso especial, tras haber puesto en marcha un
cambio del sistema tarifario del agua que toma como referencia el consumo por persona, en
un ejercicio claro y directo de concienciación individual. Porque, aunque el agua es un
elemento estratégico en el diseño de las políticas nacionales e internacionales, no deja de ser
también un bien sobre el que al consumirlo recae una parte de responsabilidad en cada uno de
nosotros.
Así nos lo recordó también el Defensor del Pueblo Andaluz, que solicitó al Ayuntamiento de
Málaga la implantación de un nuevo modelo de tarifas, en cumplimiento de la Directiva
Marco del Agua de la Unión Europea (Directiva 2000/69/CE), que insta a los Estados
miembros a garantizar antes de 2010 una política de precios del agua “para que los usuarios
utilicen de forma eficiente los recursos hídricos”.
El Día Mundial del Agua que celebramos en estas fechas se enmarca además en la
designación de 2014 como año del “Agua y la Energía”, por la Organización de Naciones
Unidas (ONU), y en el Decenio Internacional para la Acción “El agua, fuente de vida” 2005-
2015. En este sentido, expertos, representantes de empresas internacionales del agua y la
energía, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales abordaron el año pasado en la
ciudad de Zaragoza los retos, las interrelaciones y las soluciones conjuntas que se plantean
para asegurar el acceso, la eficiencia y las sostenibilidad en la provisión de servicios de agua y
energía.
2. En sus reflexiones recordaron que la demanda de agua podría superar en un 44% los recursos
disponibles anuales en 2050 y que la demanda de energía podría aumentar en un 50% de aquí
a esa fecha. El mundo se enfrenta a un reto seguro, pues sin energía no hay agua y sin agua no
hay energía. No podemos permitirnos políticas energéticas que no tengan en cuenta que el
agua es necesaria para producir hidroelectricidad y para la refrigeración en todos los procesos
de generación de energía, o políticas del agua que no consideren cuánto necesitan a la energía
para bombear el agua, purificarla, transportarla y depurarla. Todo ello se enmarca en la
necesaria viabilidad del concepto básico del Ciclo Integral del Agua que consiste en la
utilización de los recursos hídricos proporcionados por la naturaleza para su utilización por la
ciudadanía y su devolución al medio natural en las mejores condiciones.
Es posible enfrentarse a estos retos y, visto que tanto el agua como la energía están
estrechamente relacionadas, las soluciones también han de estarlo. El mensaje llega con
claridad: “ahorrar agua es ahorrar energía y viceversa”. Con vistas a construir un futuro
sostenible –también desde Málaga y para el mundo-, “todos tenemos un papel que jugar”, un
papel que nos convierte en ciudadanos más responsables aún, si cabe, para alcanzar juntos los
objetivos de un modelo de sociedad más sostenible.
Este trabajo forma parte también del esfuerzo y compromiso municipal, con los que llegamos
a la celebración del Día Mundial del Agua, dando el Ayuntamiento de Málaga un paso hacia
delante, valiente y comprometido con la gestión de un recurso natural del que depende el
futuro de todos nosotros y de todas las generaciones. Por eso defendemos que las instituciones
deben garantizar la existencia de mecanismos públicos de protección de las familias que
están en riesgo de exclusión social para que puedan atender sus obligaciones de pago de los
servicios básicos, tanto de energía como de agua.
Para concluir, no queremos dejar de expresar con claridad que cuando se habla de política del
agua, debemos poner al agua siempre por delante de la política. Esa ha sido y será por encima
de todo nuestra forma de trabajar honesta y lealmente, por Málaga y por sus ciudadanos.