DISEÑAR E IMPLEMENTAR SEO PARA UNA TIENDA E-COMMERCELeonardo Baeza
Una orientación sobre lo que significa el SEO en 2016 y cuáles son las claves de elaborar e implementar una estrategia de Posicionamiento web exitosa en una tienda online.
Además, en la presentación se revisa un plan de trabajo para una estrategia SEO de forma abreviada, lo que permite tener una noción de qué es lo que debemos pedirle a un asesor SEO cuando queremos contratarlo.
Las prácticas mágicas y supersticiosas han existido siempre, desde los primeros tiempos de la humanidad hasta nuestros días. La reflexión acerca del uso y función de tales prácticas, la debemos buscar en una época remota del pasado. En algunos textos griegos de época antigua, se habla de magia, para referirse a las ceremonias secretas que realizaban pueblos de procedencia extranjera, basadas en la observación de fenómenos astronómicos y remedios para curar enfermedades. Ya en el código jurídico romano del siglo V a. C., conocido como las Doce Tablas, se castigaba determinadas prácticas mágicas.
2. EL PECADO ORIGINAL EVA Y MARIA
Para varias de las religiones del tronco bíblico —entre ellas el
judaísmo y el cristianismo— el pecado original es el pecado
cometido por los primeros padres de la humanidad (Adán y Eva)
al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol del
conocimiento del bien y del mal. El pecado, es cometido por la
persuasión de una serpiente (que posteriormente sería
identificada con el demonio), fue castigado con la expulsión de la
humanidad del jardín del Edén y su sujeción a la muerte y el
sufrimiento eterno; de acuerdo con algunas interpretaciones
cristianas, notablemente la católica, dañó también de manera
perdurable la naturaleza humana de Adán y Eva, así como la de
todos sus sucesores. La historia, narrada en Génesis 3, es
común a las tres grandes religiones monoteístas; la
interpretación de la naturaleza exacta del pecado cometido y del
castigo impuesto, sin embargo, varía entre las citadas religiones.
3.
4. PRECEDENTES HISTÓRICOS
Muchos pueblos antiguos poseen relatos del pecado
original en una época de un trato familiar con Dios, roto
por cometer una desobediencia, comer un
fruto, encender un fuego, o por falta de atención. Los
brahmanes narran que el «primer hombre» desencadena
su miseria al comer de un árbol sagrado. En el Avesta, el
«primer hombre» pierde su felicidad por mentir. En el
Bundehes, la «primera pareja» es seducida a comer
frutos por Arimán. En la epopeya de Gilgamesh, una
astuta serpiente le hace perder la «hierba de la vida». En
el relato de Enguidú, los animales se revelan tras ser
seducidos por una mujer. Los autores del Génesis
parecen querer amalgamar los relatos asirios y
acadios, haciendo aparecer el árbol, la fruta, la serpiente
y la mujer.[1]
[editar] Pecado original en el judaísmo
5.
6. PECADO ORIGINAL EN EL CRISTIANISMO
La doctrina cristiana católica con respecto al pecado original se fijó en el concilio
de Cartago, y se precisó posteriormente en el concilio de Orange y el concilio de
Trento. Los detalles de su forma actual probablemente procedan de la influencia
de la doctrina maniquea en los escritos de san Agustín de Hipona, a través del
cual la noción de una corrupción fundamental de la naturaleza humana hizo pie
en la Iglesia. Los escasos fragmentos de doctrina sobre el pecado original
contenidos en los escritos de los Apóstoles (especialmente Romanos 5:12) no
efectúan mayores precisiones sobre el texto del Génesis.
La teología escolástica distingue entre el pecado original originante (peccatum
originale originans), el acto concreto de desobediencia cometido por Adán y
Eva, y el pecado original originado (peccatum originale originatum), las
consecuencias que el mismo provocaría sobre la constitución de la especie
humana. En virtud del peccatum originale originatum, no sólo se perderían los
dones preternaturales de la inmortalidad y la exención del sufrimiento, sino que
las capacidades del espíritu humano —tanto las morales como las
intelectuales— carecerían de su vigor natural, sometiendo la voluntad a las
pasiones y el intelecto al error. De acuerdo a la doctrina fijada en el concilio de
Trento, la condición de "naturaleza caída" (natura lapsa) se transmite a cada
uno de los nacidos tras la expulsión del Edén.